Meditaciones MRco Aurelio
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
LIBRO III 95
presente ni asustado por el futuro.» Porque algo semejante
pudo acontecer a todo el mundo, pero no todo el mundo
hubiera podido seguir hasta el fin, sin aflicción, después
de eso. ¿Y por qué, entonces, va a ser eso un infortunio
más que esto buena fortuna? ¿Acaso denominas, en suma,
desgracia de un hombre a lo que no es desgracia de la naturaleza
del hombre? ¿Y te parece aberración de la naturaleza
humana lo que no va contra el designio de su propia
naturaleza? ¿Por qué, pues? ¿Has aprendido tal designo?
¿Te impide este suceso ser justo, magnánimo, sensato,
prudente, reflexivo, sincero, discreto, libre, etc., conjunto
de virtudes con las cuales la naturaleza humana contiene
lo que le es peculiar? Acuérdate, a partir de ahora, en todo
suceso que te induzca a la aflicción, de utilizar este principio:
no es eso un infortunio, sino una dicha soportarlo con
dignidad.
50. Remedio sencillo, pero con todo eficaz, para menospreciar
la muerte es recordar a los que se han apegado
con tenacidad a la vida. ¿Qué más tienen que los que han
muerto prematuramente? En cualquier caso yacen en alguna
parte Cadiciano^', Fabio, Juliano, Lépido y otros como
ellos, que a muchos llevaron a la tumba, para ser también
ellos llevados después. En suma, pequeño es el intervalo
de tiempo; y ése, ¡a través de cuántas fatigas, en compañía
de qué tipo de hombres y en qué cueφo se agota!
Luego no lo tengas por negocio. Mira detrás de ti el abismo
de la eternidad y delante de ti otro infinito. A la vista de eso.
Cadiciano, Fabio y Juliano eran nombres muy corrientes y lógicamente
resulta difícil su identificación. Lépido, posiblemente se trate del
triunviro.