Meditaciones MRco Aurelio
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LIBRO III 89
ciego el que tiene cerrados los ojos de la inteligencia; mendigo
el que tiene necesidad de otro y no tiene junto a sí todo
lo que es necesario para vivir. Absceso del mundo el que
renuncia y se aparta de la razón de la común naturaleza por
el hecho de que está contrariado con lo que le acontece;
pues produce eso aquella naturaleza que también a ti te produjo.
Es un fragmento de la ciudad, el que separa su alma
particular de la de los seres racionales, pues una sola es el
alma.
30. El uno, sin túnica, vive como filósofo; el otro, sin
libro; aquel otro, semidesnudo. «No tengo pan», dice, «pero
persevero en la razón». Y yo tengo los recursos que proporcionan
los estudios y no persevero
31. Ama, admite el pequeño oficio que aprendiste; y pasa
el resto de tu vida como persona que has confiado, con
toda tu alma, todas tus cosas a los dioses, sin convertirte en
tirano ni en esclavo de ningún hombre.
32. Piensa, por ejemplo, en los tiempos de Vespasiano.
Verás siempre las mismas cosas personas que se casan,
crían hijos, enferman, mueren, hacen la guerra, celebran
fiestas, comercian, cultivan la tierra, adulan, son orgullosos,
recelan, conspiran, desean que algunos mueran, murmuran
contra la situación presente, aman, atesoran, ambicionan los
consulados, los poderes reales. Pues bien, la vida de aquéllos
ya no existe en ninguna parte. Pasa de nuevo ahora a los
tiempos de Trajano: nos encontraremos con idéntica situación;
también aquel vivir ha fenecido. De igual modo con-
^^ Traducimos de acuerdo con la corrección de A. I. Trannoy que sitúa
la negación modificando a «persevero» y no a «tengo».
^^ Corrección de Gataker.