Meditaciones MRco Aurelio
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
LIBRO XII 209
4. Muchas veces me he preguntado con admiración cómo
cada uno se tiene en más estima que a todos y, sin embargo,
toma en menos consideración su propia opinión personal
que la de los demás. Y, por ejemplo, si un dios o un
sabio maestro se personase junto a uno y le diese la orden
de que nada pensara o reflexionara en su interior que no lo
expresara al mismo tiempo a gritos, ni siquiera un solo día
lo aguantaría. Hasta tal punto respetamos más la opinión de
los vecinos sobre nosotros que la nuestra propia.
5. ¡Cómo los dioses que un día dispusieron en orden todas
las cosas sabia y amorosamente para el hombre pudieron
descuidar sólo este detalle, a saber, que algunos hombres
extremadamente buenos, después de haber establecido
con la divinidad como muchísimos pactos y después que,
gracias a su piadosa actuación y a sus sagrados cultos, fueron
por mucho tiempo connaturales a la divinidad, una vez
que han muerto, ya no retoman de nuevo, sino que se han
extinguido para siempre! Y si, efectivamente, es eso así, sábete
bien que si hubiera sido preciso proceder de otro modo,
lo habrían hecho. Porque si hubiera sido justo, habría sido
también posible, y, si acorde con la naturaleza, la naturaleza
lo habría procurado. Precisamente porque no es así, si es que
ciertamente no es así, convéncete de que no es preciso
que suceda de este modo. Porque tú mismo ves también que
al pretender eso pleiteas con la divinidad, y no dialogaríamos
así con los dioses, de no ser ellos muy buenos y muy
justos. Y si esto es así no habrían permitido que quedara
descuidado injustamente y sin razón nada perteneciente al
orden del mundo.
6. Acostúmbrate a todo, incluso a cuantas cosas no te
merecen confianza, porque también la mano izquierda para