Meditaciones MRco Aurelio
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LIBRO VIII 153
34. Alguna vez viste una mano amputada, un pie o una
cabeza seccionada yacente en alguna parte lejos del resto
del cueφ0. Algo parecido hace consigo, en la medida que
de él depende, el que no se conforma con lo que acaece y se
separa, o el que hace algo contrario al bien común. Tú de
alguna manera te has excluido de la unión con la naturaleza,
pues de ella formabas parte por naturaleza. Pero ahora tú
mismo te cercenaste. Sin embargo, tan admirable es aquélla,
que te es posible unirte de nuevo a ella. A ningún otro
miembro permitió Dios separarse y desgajarse, para reunirse
de nuevo. Pero examina la bondad con la que Dios ha honrado
al hombre. Pues en sus manos dejó la posibilidad de no
separarse absolutamente del conjunto universal y, una vez
separado, la de reunirse, combinarse en un todo y recobrar
la posición de miembro.
35. Al igual que la naturaleza de los seres racionales ha
distribuido a cada uno a su manera las demás facultades, así
también nosotros hemos recibido de ella esta facultad
Pues de la misma manera que aquélla convierte todo lo que
se le opone y resiste, lo sitúa en el orden de su destino y lo
hace parte de sí misma, así también el ser racional puede
hacer todo obstáculo material de sí mismo y servirse de él,
fuera el que fuera el objeto al que hubiese tendido.
36. No te confunda la imaginación de la vida entera. No
abarques en tu pensamiento qué tipo de fatigas y cuántas es
verosímil que te sobrevengan; por el contrario, en cada una
de las fatigas presentes, pregúntate: ¿Qué es lo intolerable y
lo insoportable de esta acción? Sentirás vergüenza de confesarlo.
Luego recuerda que ni el futuro ni el pasado te son
El texto está corrupto y su significado es incierto.