Meditaciones MRco Aurelio
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LIBRO VII 105
dad de ellas ni sería bueno el hombre propenso a actuar por
debajo de sus posibilidades en alguna de ellas, si realmente
ellas fueran bienes. Pero ahora, cuanto más se despoja uno
de estas cosas u otras semejantes o incluso soporta ser despojado
de una de ellas, tanto más es hombre de bien.
16. Como formes tus imaginaciones en repetidas veces,
tal será tu inteligencia, pues el alma es teñida por sus imaginaciones.
Tíñela, pues, con una sucesión de pensamientos
como éstos: donde es posible vivir, también allí se puede
vivir bien y es posible vivir en palacio, luego es posible
también vivir bien en palacio. Y asimismo que cada ser
tiende hacia el fin por el cual ha sido constituido y en virtud
del cual ha sido constituido. Y donde está el fin, allí también
el interés y el bien de cada uno se encuentra. Naturalmente, el
bien de un ser racional es la comunidad. Que efectivamente
hemos nacido para vivir en comunidad, tiempo ha que ha
sido demostrado. ¿No estaba claro que los seres inferiores
existen con vistas a los superiores, y éstos para ayudarse
mutuamente? Y los seres animados son superiores a los inanimados,
y los racionales superiores a los animados.
17. Perseguir lo imposible es propio de locos; pero es
imposible que los necios dejen de hacer algunas necedades.
18. A nadie sucede nada que no pueda por su naturaleza
soportar. A otro le acontece lo mismo y, ya sea por ignorancia
de lo ocurrido, ya sea por alardear de magnanimidad, se
mantiene firme y resiste sin daño. Es terrible, en efecto, que
la ignorancia y la excesiva complacencia sean más poderosas
que la sabiduría.
19. Las cosas por sí solas no tocan en absoluto el alma
ni tienen acceso a ella ni pueden girarla ni moverla. Tan