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tiene su origen en las siguientes directrices. Se desea algo. No está clara
la forma de obtenerlo. Por lo tanto, hay que resolver un problema. En mi
opinión, este uso tan amplio de la palabra «problema» es limitador y peli
groso. Generalmente significa que acabamos pensando sólo en problemas
que conllevan 1111 defecto. Los psicólogos cognitivos también son
responsables de este uso de la palabra «problema», y a consecuencia de
ello terminan estudiando la resolución de conflictos creyendo que están
estudiando el pensamiento en un sentido mucho más amplio. La humanidad
se convierte entonces en una criatura llamada «resolución de problemas».
lo que es un absurdo que excluye todos los instintos creativos,
constructivos y hidicos que han contribuido al progreso humano.
En las organizaciones occidentales, la palabra «mejora» suele implicar
eliminar los errores, los defectos, los obstáculos, los altos costes, las quejas
y los problemas. Algo está mal y lo hemos de corregir. El hábito limitador
surge a raíz de nuestra obsesión por los «problemas». Si nos deshacemos
de los mismos todo irá bien. Hay un famoso y peligroso dicho que dice:
«Si no está roto, no lo arregles». Esto es arriesgado porque sólo prestas
atención a los problemas, y cuando los arreglas vuelves a donde estabas antes
de tenerlos. Entretanto, la competencia ha ido realizando mejoras en
aspectos que 110 eran problemáticos y te das cuentas de que le has quedado
muy atrás.
Gran parte de esta obsesión por los problemas también procede de
la banda de los tres, que estableció los hábitos de pensamiento en
Occidente. Sócrates empezó con la intención de demostrar lo que
estaba mal, y por ello el marco «crítico» de la mente domina tanto.
Esto tiene una gran utilidad, porque resolver problemas conduce siempre
a una mejora. El peligro reside en que estemos tan obsesionados
por resolverlos que rechacemos los aspectos creativos y generativos
del pensamiento.
También se ha de decir que existen razones muy prácticas que apoyan
nuestra obsesión por los problemas.
1. Un problema es como un dolor de cabeza o una piedra en el zapato.
Sabes que está ahí, Se presenta solo, a diferencia de la necesidad
creativa, que nunca aparece por sí sola: debes darle forma definiendo
la necesidad.
2. A menudo te ves «for/ado» a pensar en los problemas. No es una
cuestión de elección. Si se le pincha una rueda a tu coche has de hacer