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A_Dos_Metros_de_Ti

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Vibramos, un cómodo silencio se apodera de nosotros. Excepto, por

supuesto, para el corte ocasional de un pulmón.

Después de que terminamos de usar nuestros AffloVests, Stella cuelga

para llamar a su mamá y ver cómo están sus amigos en Cabo, prometiendo

volver a llamar a tiempo para nuestras píldoras nocturnas. Las horas pasan

lentamente sin su rostro sonriente al otro lado de la pantalla de mi

computadora. Ceno y dibujo y miro videos de YouTube, como solía hacer

para matar el tiempo antes de la intervención de Stella, pero ahora todo

parece muy aburrido. No importa lo que haga, me sorprendo mirando la

pantalla de mi computadora, esperando que llegue la llamada de Skype

mientras pasan los segundos a un ritmo glacial.

Mi teléfono vibra ruidosamente a mi lado y lo miro, pero es solo una

notificación de su aplicación, diciéndome que es hora de tomar mis

medicamentos nocturnos y configurar mi alimentación por sonda gástrica.

Miro detrás de mí a la mesita de noche, donde ya he puesto una taza de

pudín de chocolate y mis medicamentos, listos para ser tomados.

Como un reloj, la pantalla de mi computadora se ilumina, la llamada

tan esperada de Stella entra.

Me coloco sobre el botón de aceptar, reprimiendo mi sonrisa mientras

espero unos segundos para contestar, mis dedos golpeando el trackpad.

Hago clic en aceptar y finjo un gran bostezo cuando su cara aparece en mi

pantalla, mirando casualmente a mi teléfono.

—¿Ya es hora de los medicamentos nocturnos?

Ella me da una gran sonrisa. —No me vengas con eso. Veo tus pastillas

detrás de ti en tu mesita de noche.

Avergonzado, abro la boca para decir algo, pero sacudo la cabeza,

dejándola ganar solo esta.

Tomamos nuestros medicamentos juntos, luego sacamos nuestras

bolsas de alimentación por sonda para preparar la noche. Después de verter

las fórmulas, colgamos las bolsas, conectamos el tubo y ajustamos la

velocidad de la bomba según el tiempo que estaremos dormidos. Busco a

tientas y miro a Stella para asegurarme de que lo estoy haciendo bien. Ha

pasado un tiempo desde que lo hice yo mismo. Después de eso, preparamos

la bomba para que salga todo el aire, nuestros ojos se encuentran mientras

esperamos que la fórmula baje por el tubo.

Empiezo a silbar el tema del programa ¡Jeopardy! mientras esperamos,

lo que la hace reír.

—¡No mires! —dice cuando la fórmula llega al final del tubo. Ella

levanta su camisa lo suficientemente alta para sujetar su sonda gástrica.

Miro hacia otro lado, ocultando una sonrisa e inhalando bruscamente,

flexionando lo mejor que puedo mientras levanto mi camisa y coloco el tubo

en el botón que sobresale de mi abdomen.

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