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A_Dos_Metros_de_Ti

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—Will —dice la voz de mi madre, severamente, cortando a través de mi

sueño despierto de nieve fresca—. ¿Estas escuchando?

¿Está bromeando?

Giro mi cabeza para mirarla a ella y al Dra. Hamid, y asiento como un

muñeco cabeza de burbuja a pesar de que no he escuchado una sola palabra

todo este tiempo. Están revisando los resultados de mi primera prueba

desde que comencé el ensayo clínico hace aproximadamente una semana, y

como de costumbre, nada ha cambiado.

—Tenemos que ser pacientes —dice la Dra. Hamid—. La primera fase

de los ensayos clínicos en humanos comenzó hace apenas dieciocho meses.

—Observo a mi madre y la veo asentir con entusiasmo, con su corto y rubio

cabello moviéndose hacia arriba y hacia abajo con las palabras del médico.

Me pregunto cuántas cuerdas tuvo que tirar y cuánto dinero tuvo que

botar para meterme en esto.

—Lo estamos vigilando, pero Will necesita ayudarnos. Necesita

mantener las variables en su vida al mínimo. —Sus ojos se enfocan en mí,

su rostro delgado muy serio—. Will. Los riesgos de infección cruzada son

aún más altos ahora, así que...

La corto.

—No tosas cerca de ningún otro paciente de FQ. Lo tengo.

Sus cejas negras sobresalen mientras frunce el ceño.

—No te acerques lo suficiente para tocarlos. Por su seguridad y la tuya.

Levanto mi mano en una mueca de promesa, recitando lo que

probablemente podría ser el lema de la FQ en este punto,

—Dos metros y medio en todo momento.

Ella asiente.

—Lo tienes.

—Lo que tengo es B. cepacia, haciendo esta conversación nula e inútil.

—Eso no va a cambiar en el corto plazo.

—¡Nada es imposible! —dice la Dra. Hamid con entusiasmo. Mi mamá

se come esta línea—. Yo creo eso. Necesitas creerlo también.

Combino una sonrisa con un pulgar hacia arriba, antes de convertirlo

en un pulgar hacia abajo y sacudir la cabeza, la sonrisa se me escapa de la

cara. Es una tontería.

La Dra. Hamid se aclara la garganta, mirando a mi madre.

—Bien. Te lo dejo a ti.

—Gracias, Dra. Hamid —dice mi madre, estrechando su mano con

entusiasmo, como si solo hubiera logrado firmar un contrato para su cliente

más importante.

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