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A_Dos_Metros_de_Ti

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Barb exhala, sacudiendo la cabeza antes de encontrarme con la

mirada.

—Nadie lo sabe. La droga es demasiado nueva.

Sin embargo, su mirada lo dice todo. Nos quedamos en silencio, excepto

por el ruido de la máquina, el chaleco vibrando.

—Estás lista. ¿Necesitas algo antes de que me vaya?

Le sonrío, dándole una mirada suplicante.

—¿Una malteada?

Ella rueda sus ojos, poniendo sus manos en sus caderas.

—¿Qué, soy servicio de habitaciones ahora?

—¡Tengo que aprovechar los beneficios, Barb! —digo, lo que la hace

reír.

Ella se va, y me siento, el AffloVest hace que todo mi cuerpo se agite

mientras funciona. Mi mente divaga, y me imagino el reflejo de Will en el

vidrio de la UCIN, parado justo detrás de mí con una sonrisa atrevida en su

rostro.

B. cepacia. Eso es duro

¿Pero caminar por el hospital sin máscara? No es de extrañar que la

adquiriera en primer lugar, haciendo trucos como ese. He visto su tipo en el

hospital más veces de las que puedo contar. El tipo descuidado, Bravucones

rebeldes en un intento desesperado de desafiar su diagnóstico antes de que

todo llegue a su fin. Ni siquiera es original.

—Está bien —dice Barb, y me trae no uno sino dos malteadas, como la

reina que es—. Esto debería aguantar un poco.

Los coloca en la mesa junto a mí, y sonrío a sus familiares ojos marrón

oscuro.

—Gracias, Barb.

Asiente, tocando mi cabeza suavemente antes de salir por la puerta.

—Buenas noches, nena. Te veo mañana.

Me siento, mirando por la ventana y tosiendo más y más mucosidad

mientras el chaleco hace su trabajo de limpiar mis vías respiratorias. Mis

ojos viajan al dibujo de los pulmones y la imagen que cuelga a su lado. Mi

pecho comienza a doler de una manera que no tiene nada que ver con el

tratamiento cuando pienso en mi verdadera cama. Mis padres. Abby.

Levanto mi teléfono para ver un mensaje de mi papá. Es una imagen de su

vieja guitarra acústica, apoyada contra una mesa de noche desgastada en

su nuevo apartamento. Pasó todo el día preparándolo después de que

insistiera en que lo hiciera en lugar de llevarme al hospital. Fingió no

sentirse aliviado, al igual que yo fingí que mamá me estaba llevando para

que no se sintiera culpable.

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