11.12.2020 Views

A_Dos_Metros_de_Ti

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Está hecho. Dijeron que sí.

¡SÍ! Sabía que ella podía hacerlo. Sacudo la cabeza

—A veces realmente asustas, ¿lo sabías? —Me devuelve la sonrisa.

—He tenido una buena práctica.

Reparto el resto de las cajas, y todos se dirigen al pasillo para comenzar

a preparar todo. Mi madre se queda atrás, asomando la cabeza por la puerta.

—¿Necesitas algo?

Sacudo la cabeza.

—Estaré ahí pronto. Hay una cosa más que necesito hacer primero.

La puerta se cierra y me dirijo a mi escritorio, poniéndome unos

guantes de látex y sacando mis lápices de colores. He estado atrapado en el

mismo dibujo. Un dibujo de Stella, dando vueltas en ese estanque helado,

momentos antes de que le dijera que la amaba.

Sigo intentando acertar cada pequeño detalle. La luz de la luna

brillando en su rostro. Su cabello arrastrándose detrás de ella mientras gira.

Pura alegría llenando cada característica.

Las lágrimas llenan mis ojos mientras miro el dibujo, y los quito con mi

brazo, sabiendo que, por una vez, estoy haciendo lo correcto.

Me paro en la puerta de Stella otra vez, observando el constante

ascenso y descenso de su pecho vendado, sus nuevos pulmones

funcionando perfectamente. El panda, ahora seco, está metido de manera

segura debajo de su brazo, su cara está tranquila mientras duerme.

La amo.

Solía estar siempre buscando algo. Buscando desde cada azotea algo

que me diera un propósito.

Y ahora lo he encontrado.

—Se está despertando —dice su papá cuando Stella comienza a

moverse.

Levanto la vista cuando su madre cruza la habitación, sus ojos

empiezan a llorar mientras me mira.

—Gracias, Will.

Asiento mientras alcanzo mi bolsa con una mano enguantada y saco

un paquete envuelto.

—¿Le daría esto cuando se despierte?

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!