Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
El primer día que nos conocimos, Stella con su improvisado traje de
materiales peligrosos, la cena de cumpleaños. Cada recuerdo más preciado
que el siguiente.
Las puertas del ascensor se abren, y Barb, como si hubiera escuchado
mis pensamientos, emerge con una gran cantidad de mis materiales de arte.
—Mirar a la pared puede ser un poco aburrido después de un tiempo
—dice, entregándomelo todo.
Me río. Vaya si no es verdad.
—¿Alguna noticia? —le pregunto, desesperado por saber cómo va la
cirugía. Pero, más importante, los resultados del cultivo. Necesito saber que
no contagié a Stella con B. cepacia. Que esos pulmones le den el tiempo que
ella quiere.
Barb sacude la cabeza.
—Nada todavía. —Mira hacia las puertas del quirófano, respirando
profundamente—. Te lo diré en cuanto escuche algo.
Abro la primera página en blanco de mi cuaderno de bocetos y empiezo
a dibujar, los recuerdos cobran vida de nuevo ante mis ojos. Poco a poco,
llega el mediodía, la puerta se abre de golpe cuando los padres de Stella
regresan, Camila y Mya se arrastran unos metros detrás, los contenedores
de comida de la cafetería apilados en las manos de todos.
—¡Will! —dice Mya, corriendo para darme un abrazo con un solo brazo,
con cuidado de no dejar caer su comida. Intento no hacer una mueca, mi
cuerpo todavía está débil por la noche anterior.
—No sabíamos lo que querías, así que te trajimos un sándwich —dice
Camila mientras se sientan en las sillas a mi lado, la mamá de Stella abre
su bolso para sacar una bandeja envuelta en plástico.
Sonrío agradecido, mi estómago gruñendo su agradecimiento.
—Gracias.
Levantando la vista de mi dibujo, los veo a todos mientras comen,
hablando sobre lo que Stella hará ahora, sus palabras rebosan de amor por
ella. Ella es el pegamento que los mantiene a todos juntos. Sus padres.
Camila y Mya. Cada uno de ellos la necesita.
Alejo mis ojos y dibujo, cada página llena con otra imagen de nuestra
historia.
Las horas nadan juntas: Camila y Mya se van, Barb y Julie van y
vienen, pero sigo dibujando, deseando que cada pequeño detalle sea
recordado por siempre. Miro a sus padres, a su madre dormida rápidamente
en el pecho de su padre, sus brazos envueltos protectoramente a su
alrededor mientras sus ojos se cierran lentamente.