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¿Las escaleras? La miro como si estuviera realmente loca. Mis
pulmones se queman con solo pensarlo cuando recuerdo mi agotamiento de
mis viajes al techo. No es exactamente sexy. Si ella quiere que esta cita dure
más de una hora, no hay manera de que estemos a punto de subir esas
escaleras.
Su cara se rompe en una sonrisa.
—Estoy bromeando.
Deambulamos por el hospital casi vacío, las horas se desdibujaban
mientras caminamos, hablando de nuestra familia y nuestros amigos y todo
lo demás, el taco de billar se mueve de un lado a otro entre nosotros. Nos
dirigimos hacia el puente abierto entre los Edificios 1 y 2 y caminamos
lentamente, estirando nuestros cuellos para mirar a través del techo de
cristal al tormentoso cielo gris nocturno, la nieve cayendo constantemente
sobre el techo del puente y alrededor de nosotros.
—¿Qué hay de tu papá? —pregunta finalmente, y me encojo de
hombros.
—Cortó y corrió cuando era pequeño. Tener un niño enfermo no estaba
en sus planes.
Ella mira mi rostro, tratando de ver mi reacción a esas palabras.
»Sucedió hace tanto tiempo, a veces se siente como si solo estuviera
contando la historia de otra persona. La vida de otra persona que he
memorizado.
No tienes tiempo para mí, no tengo tiempo para ti. Simple como eso.
Ella sigue adelante cuando ve que quiero decir lo que estoy diciendo.
—¿Y tu madre?
Intento mantener la puerta abierta para ella, lo que aparentemente es
muy difícil de hacer cuando tienes un taco de billar y necesitas estar a dos
metros de distancia en todo momento, pero soy un caballero, maldita sea.
Suspiro, dándole la breve respuesta genérica.
—Hermosa. Inteligente. Motivada. Y se centró en mí y solo en mí.
Me lanza una mirada que dice que esto no lo va a cortar.
—Después de que él se fue, fue como si ella hubiese decidido cuidarme
por los dos. A veces siento que no me ve. No me conoce. Ella solo ve la FQ.
O ahora la B. cepacia.
—¿Has hablado con ella al respecto? —pregunta.
Sacudo la cabeza, alejando el tema.
—Ella no se queda allí lo suficiente como para escuchar. Siempre está
ordenando algo, luego sale por la puerta. Pero dentro de dos días, cuando
tenga dieciocho años, tomaré las decisiones.