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A_Dos_Metros_de_Ti

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s hora de despertar, cariño —dice una voz, en algún lugar lejano.

Es la voz de mi mamá, más cerca ahora. A mi derecha.

Respiro hondo, el mundo girando en busca de foco, con la

cabeza nublada. Parpadeo cuando su rostro aparece a la vista, mi papá está

de pie junto a ella.

Estoy viva. Lo hice.

—Ahí está mi Bella Durmiente —dice ella, y yo froto mis ojos aturdidos.

Sé que acabo de despertar, pero estoy agotada.

—¿Cómo te sientes? —pregunta mi papá, y respondo con un gemido

adormilado, sonriéndoles a los dos.

Alguien llama a la puerta y Julie la abre, entrando con una silla de

ruedas para llevarme a mi habitación. Y a mi cama. Gracias a dios.

Balanceo mi mano en el aire, sacando el pulgar como pidiendo aventón

y grito:

—¿Puedes darme un aventón?

Julie se ríe, y mi papá me ayuda a bajar de la camilla y meterme en la

silla de ruedas. Todos los medicamentos para el dolor que me han dado para

este momento son fuertes. No puedo sentir mi cara, y mucho menos el dolor

de mi sonda gástrica.

—¡Pasaremos más tarde para ver cómo estás! —dice mi papá, y les

disparo a ambos con un pulgar hacia arriba, congelada.

Espera.

Pasaremos.

¿Pasaremos más tarde para ver cómo estás?

—¿Me desperté en un universo alternativo? —me quejo, frotándome los

ojos y entrecerrándolos.

Mi mamá sonríe y me acaricia el cabello con comodidad mientras mira

a mi papá.

—Eres nuestra hija, Stella. Siempre lo ha sido, siempre lo serás.

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