04.12.2020 Views

2 pideme lo que quieras ahora y siempre de megan maxwell

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

15

Ataviada con un bonito vestido rojo que me he comprado esta tarde, me miro en el

espejo de la habitación. Me he hecho un moño alto, y mi apariencia es sofisticada. Llueve

una barbaridad. Hay una tormenta tremenda, y los truenos me hacen encogerme. No soy

miedosa, pero los truenos nunca me han gustado.

Llamo a mi padre por teléfono a Jerez y hablo con él y con mi hermana. De fondo

escucho las risotadas de mi sobrina y se me encoge el corazón. Mientras charlamos por

teléfono, todos parecemos felices, a pesar de que sabemos que nos echamos mucho de

menos. Muchísimo.

Tras colgar el teléfono algo emocionada, decido retocarme el maquillaje. He

llorado, tengo la nariz como un tomate y necesito una puesta a punto. Cuando creo que ya

estoy totalmente presentable otra vez, salgo de la habitación y, tras bajar por la presidencial

escalera, aparezco en el salón. Es la última noche del año y quiero pasarlo bien con Eric y

Flyn. Eric, al verme aparecer, se levanta y camina hacia mí. Está guapísimo con su traje

oscuro y su camisa celeste.

—Estás preciosa, Jud. Preciosa.

Me besa en los labios y su beso me sabe a deseo y amor. Durante una fracción de

segundo nos miramos a los ojos, hasta que una vocecita protesta.

—Dejad de besaros ya. ¡Qué asco!

Flyn no soporta nuestras demostraciones de afecto, y eso nos hace sonreír, aunque

al niño no le parece gracioso. Cuando me fijo en él, va vestido como Eric, pero ¡en

miniatura! Asiento con aprobación.

—Flyn, así vestido, te pareces mucho a tu tío. Estás muy guapo.

El crío me mira y esboza una sonrisita. Le ha gustado mi comentario sobre que se

parece a su tío, pero, aun así, me apremia para cenar.

—Vamos..., llegas tarde y tengo hambre.

Miro el reloj. ¡No son ni las siete!

¡Por Dios!, pero ¿cómo pueden cenar tan pronto?

Este horario guiri me va a matar. Eric parece leer mis pensamientos y sonríe.

Cuando me recompongo, contemplo la preciosa y engalanada mesa que Simona y Norbert

nos han preparado y pregunto mientras Eric me guía hacia una de las sillas:

—Bueno, y en Alemania, ¿qué se cena la última noche del año?

Pero antes de que me puedan responder se abre la puerta y aparecen Simona y

Norbert con dos soperas que dejan sobre la bonita mesa. Sorprendida, observo que en una

de las soperas hay lentejas, y en otra, sopa.

—¿Lentejas? —digo entre risas.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!