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cuando susurra en mi boca:
—Aquí no lo necesitas.
¡Glups y reglups!
Sonrío y disfruto. Me siento lasciva. Caliente.
En ese momento, Björn me da la vuelta y mis pechos quedan a su disposición. Pasea
su boca por el escote de mi vestido y me muerde los pezones a través de él. Duros. Así los
pone. Después su boca besa mi cuello, mis mejillas, mi nariz, pero cuando llega a la
comisura de mi boca se para. No traspasa el límite que sabe que no debe. Mientras, Eric me
sube el vestido y toca mi trasero en la oscuridad. Me aprieta contra él. Björn, excitado, hace
lo mismo. Eric vuelve a darme la vuelta, y ahora es Björn quien me aprieta las nalgas.
Calor..., tengo un calor tremendo.
El cuarto oscuro se comienza a llenar de gente. La música cambia y la voz de
Mariah Carey cantando My All llena la estancia. Las manos de Björn desaparecen mientras
Eric continúa mordisqueándome los labios. Escucho gemidos a nuestro alrededor. Imagino
lo que la gente hace y me excita, en tanto mi hombre, mi Iceman, mi amor, susurra:
—Eres muy excitante, cariño. Estoy tan duro que creo que voy a hacerte mía aquí
mismo.
Sonrío y, sin ver por la oscuridad que nos rodea, murmuro:
—Soy tuya. Haz conmigo lo que quieras.
Escucho su risa en mi oreja.
—Cuidado, pequeña. Oírte decir eso es peligroso. Ya me he dado cuenta de que el
sexo, el morbo y los juegos te gustan tanto o más que a mí, ¿verdad?
Asiento. Tiene razón.
—Esta noche estoy muy caliente.
—Me gusta saberlo. Yo también —consigo decir mientras respiro con dificultad.
—Eres mi fantasía, morenita. Mi loca fantasía.
Superexcitada por lo que me dice, le agarro las nalgas, le aprieto contra mí y
murmuro, deseosa de juegos calientes y morbosos:
—Me gusta ser tu fantasía. ¿Qué quieres probar hoy conmigo?
El pene de Eric está duro. Tremendo. Enorme. Lo siento contra mi tripa y, tras
besarme, dice sobre mi boca mientras bailamos al compás de la música:
—Quiero hacer de todo. ¿Estás dispuesta? —Asiento, y murmura, acalorándome
más—: Deseo verte con otra mujer. Te miraré. Te observaré. Y cuando tus gemidos me
enloquezcan te follaré, y después haré que dos hombres te follen mientras yo miro y me
follo a esa mujer. ¿Qué te parece?
Jadeo..., cierro los ojos.
Me humedezco, y cuando voy a responder, siento unas manos alrededor de la
cintura de Eric. Son finas y cuidadas. Una mujer. Las toco. Me toca, y noto un anillo grande
que parece una margarita.
¿Será ésta la mujer con la que Eric quiere verme?
En la oscuridad, dejo que la desconocida recorra el cuerpo de mi amor mientras él
me besa. Le excita tener dos mujeres a su alrededor. Su excitación es mi excitación, y
disfruto mientras siento cómo la desconocida toca su erección. Cojo su mano y hago que le
apriete. Las dos le apretamos, y Eric jadea.
Así estamos durante un buen rato. Pero Eric en ningún momento se da la vuelta.
Deja que ella lo toque, pero se recrea en mi boca, en apretar mi trasero. Se recrea sólo en
mí. Cuando la canción acaba, olvidándonos de la mujer salimos del cuarto oscuro y