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2 pideme lo que quieras ahora y siempre de megan maxwell

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A las nueve, me despierto. Bueno, me despierta el despertador. Lo pongo porque yo

soy de dormir hasta las doce si nadie me avisa. Como siempre, estoy sola en la cama, pero

sonrío al saber que es la mañana de Reyes.

¡Qué bonita mañana!

Ataviada con el pijama y la bata, saco mis regalos, que están guardados en el

armario, y bajo la escalera dispuesta a repartirlos.

¡Vivan los Reyes Magos!

Paso por la cocina e invito a Simona y Norbert a unirse a nosotros. Tengo regalos

para ellos también. Cuando entro en el comedor, Eric y Flyn juegan con la Wii. El crío, en

cuanto me ve, tuerce el gesto, y yo, dichosa como una niña, paro la música desde el mando

de Eric, los miro y anuncio feliz:

—Los Reyes Magos me han dejado regalos para vosotros.

Eric sonríe y Flyn dice:

—Espera a que terminemos la partida.

¡La madre que parió al niño!

Su falta de ilusión me deja K. O. Vamos ¡igualito que mi sobrina Luz, que con

seguridad estará gritando y saltando de felicidad al ver los regalos bajo el árbol! Pero

dispuesta a no hacerle ni puñetero caso, levanto a Eric del sillón cuando Norbert y Simona

entran.

—Venga, vamos a sentarnos junto al árbol. Tengo que daros vuestros regalos.

Flyn vuelve a protestar, pero esta vez Eric lo regaña. El crío se calla, se levanta y se

sienta con nosotros junto al árbol. Entonces, Eric se saca cuatro sobres del bolsillo de su

pantalón y nos da uno a cada uno.

—¡Feliz Navidad!

Simona y Norbert se lo agradecen y, sin abrirlos, los guardan en sus bolsillos. Yo no

sé qué hacer con el sobre mientras observo que Flyn lo abre.

—¡Dos mil euros! ¡Gracias, tío!

Incrédula, alucinada, patitiesa y boquiabierta, miro a Eric y le pregunto:

—¿Le estás dando un cheque de dos mil euros a un niño el día de Reyes?

Eric asiente.

—No hace falta que haga la tontería de los regalos —opina el niño—. Ya sé quiénes

son los Reyes Magos.

Esa explicación no me convence y, mirando a mi Iceman, protesto.

—¡Por el amor de Dios, Eric! ¿Cómo puedes hacer eso?

—Soy práctico, cielo.

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