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El pensamiento urbano en las crónicas de Pedro Lemebelrepresentación y la puesta en valor de la obra de arte. Según Benjamín,siempre con una mirada estética donde se conflictua el materialismo conla teología, la alegoría se manifiesta como decadencia, fragmento y ruina.Para el trágico, para el melancólico, las formas reducidas a escombrosson la redención y un punto de partida.Escribir, se dice en Rizoma, no tiene nada que ver con significar, sinocon medir, cartografiar, inclusive las comarcas venideras. La lógicacomunicativa del lenguaje propone la posibilidad de transmitir la línea. Perotambién está la otra lógica, la del rizoma.Me pregunto por qué Lemebel habrá comenzado estas cónicas por unafoto. Deleuze relata en Rizoma la experiencia del pequeño Hans cuyacartografía inconsciente consideraba Freud a partir de una foto familiar. Lacartografía es para Deleuze la posibilidad de trazar mapas íntimos que seoponen al calco en el sentido que marcan una apertura del deseo y no suclausura, “al contrario del psicoanálisis, de la competencia psiconalíticaque proyecta cada deseo y enunciado sobre un eje genético o sobre unaestructura sobrecodificante, que prolonga hasta el infinito los calcos, elesquizoanálisis rechaza toda idea de fatalidad calcada (Edipo, el buen padrey el malo, etc). Esta es la crítica que Deleuze le hace al psicoanálisis.Entonces Freud considera el caso de Hans a partir de una foto familiar yDeleuze ve en esto la posibilidad de estudiar la pose, incluso más allá dela foto familiar, una grupal, y detectar en ella lo que llama líneas de fuga,Estudiar el inconsciente del pequeño Hans, propone, sería mostrar cómoeste intenta constituir un rizoma con la casa familiar, pero también con lalínea de fuga del inmueble, de la calle, etc.Así podríamos seguir el pensamiento de Pedro Lemebel, pensar ensus performance, en cómo ha combinado arte y vida y en la escritura queha dejado pasar lo exterior al interior, en los puntos de resistencia del género,en cómo el pensamiento urbano es un mapa que recorre los puntos de fugadel deseo, en la figura de la alegoría barroca en la que al trágico se le presentael mundo y él responde con un humor ácido. La ciudad testifica, el planode la city puede ser testimonio documental para aquel que toca la lengua,el poeta testigo que puede juntar el sustantivo con su más vibrante adjetivo:relumbros arrivistas, bitácora ardiente, plateado asfalto, entumido anochecer.Así, crepuscular pero intenso lo podemos nombrar al pensamiento urbanode Pedro Lemebel.22 ~ ~ 6.2 | 2007