La tersura áspera de lo real. Poesía y sentidosLa ausencia de nombres – aunque el poema está incluido en un libro,A Terra inculta, dedicado “para minha mãe/ para meu pai, in memoriam”– y la pluralización de los sujetos disuelve la individuali<strong>da</strong>d de una experienciaparticular pero logra manifestar los sentimientos claramente subjetivos deesa vivencia en una descripción de objetos carga<strong>da</strong> de afectivi<strong>da</strong>d que seve acentua<strong>da</strong>, en sus intermitencias, por la medi<strong>da</strong> variable de los versos.También la sensoriali<strong>da</strong>d a la que me refiero se manifiesta en la granpredominancia de poemas que se construyen como exploraciones de objetos,cosas, y situaciones: un pez “mudo em to<strong>da</strong> água turvo” – en “O peixe” 8 ,también de Siscar –, que se convierte en signo de una poesía de contencióny reflujo, según la denominara Celia Pedrosa 9 , o el sueño, en “Sileno en laEstación de Ferrocarril”, de Sergio Raimondi:Acostado de lado, con un codo incómodoapoyado en el cemento y la cabezatira<strong>da</strong> hacia atrás, duerme. Rodillas dobla<strong>da</strong>s,pies contra el culo, al aire la panza enorme,boca abierta al cielo, chata nariz.Esto es obra de dos o tres tetra-brik .Si fuera de mármol estaría expuestoen un museo de Roma, Londres o Paríscomo ejemplo de arte helenístico.y no le molestarían las moscas.Como si el sueño – la experiencia del sueño, el cansancio y la borracheradel tetra-brik – que<strong>da</strong>ran congelados, impresos como una estatua, en lamateria moldeable que es el poema, sobre el cual el acontecimiento delsueño deja su impresión. En la oposición entre la materia inerte del mármolque señala a la obra de arte en tanto objeto expuesto a la exhibición, elpoema se propone como lugar de revoloteo de la vi<strong>da</strong> misma.“Esfinge sem pergunta”, de Siscar, resume, en varios sentidos, estapoesía en la que reinan los sentidos:(conversam ao pé <strong>da</strong> porta quando anoitecealguns nos contam estórias outros nos fazem contemplarcontemplar não tem tamanhoaté hoje não ouvi chuva de madruga<strong>da</strong> emque estivessem à nossa esperasoubemos ser ousados ondecai a poeira vermelha ondeo papel de se<strong>da</strong> fica enrugado ao sol do meio-diacomo saberemos secomo decifrar os seus segredos como vir colar o seu silênciocontra a virilha contra o rosto lábios comecemos pelo fim) quemContemplar não tem tamanho: si esa constatación abriga una poesíacarga<strong>da</strong> de sensualismos, se trata, sin embargo, de una sensuali<strong>da</strong>d conteni<strong>da</strong>y hasta sumamente opaca aunque no por ello menos intensa. Los versos seconstruyen con líneas interrumpi<strong>da</strong>s conforma<strong>da</strong>s por construcciones enlas que la apelación a diversos sentidos (el tacto del papel arrugado, el sonidode la lluvia y las conversaciones, los claroscuros del anochecer y del mediodía)se combinan con sentimientos contenidos –casi enjutos – de osadía pasa<strong>da</strong> yenigma presente, de desciframiento y secreto, en la que el uso de los paréntesisaísla gran parte del poema como si este se ocultara, o se dijera en silencio, o sepensara mientras se observa, mientras se contempla sin tamaño, subordinandotodo el poema a una persona apenas referi<strong>da</strong> por un pronombre relativo.Es ver<strong>da</strong>d que en algunos ejemplos de este tipo de poesía abun<strong>da</strong>n, porun lado, situaciones y vivencias; por el otro, objetos percibidos y desmenuzados.Sin embargo, postular que se trata de una poesía de la experiencia y de lapercepción sería, aun cuando se intentara pensar en estas dos posibili<strong>da</strong>descomo una única posibili<strong>da</strong>d en conjunción – lo cual ya mejoraría bastantela idea –, incorrecto o, por lo menos, insuficiente. Porque lo que másinteresa en esta poesía como problema – y trae tantas consecuencias ytransformaciones para un pensamiento sobre la estética y sus modos dehabitar lo real – no es tanto el objeto o su materia, ni tampoco – quisieraproponer de modo, lo sé, inevitablemente polémico – su forma, sino el modoen que la experiencia y lo real ingresan – y las razones de ese ingreso y lasconsecuencias que ese ingreso arrastra – a la superficie del poema.En “Talvez”, de Marcos Siscar, los versos se organizan en torno a un núcleoque parecería poner al lenguaje entre paréntesis, como si lo que se dijerafuera algo dicho a medias, un discurso que le hubiera sido robado al silencio:se você descesse de chinelosa muralha do prédio e desse104 ~ ~ 6.2 | 2007
Dossiê Debatecom o primeiro passante esua máscara de vime fossefolha <strong>da</strong> primeira palavra ahcomo a vi<strong>da</strong> o protegeriavivo ou morto dos tapetesbrancos que o embalam no sono(aproveite para descer o lixo<strong>da</strong> experiência que eu ficoesperando você lá embaixo) 10Los encabalgamientos constantes y sumamente marcados que dividenhasta las construcciones más soli<strong>da</strong>rias como la de un sustantivo – alfinal de un verso – y su correspondiente adjetivo – en el verso siguiente –cumplen en este poema dos funciones hasta cierto punto contradictorias.Por un lado, el corte abrupto interrumpe el fluir semántico de la idea, quese ve completa<strong>da</strong> recién en el verso siguiente. Pero como el verso siguienteintroduce una nueva idea que, a su vez, vuelve a completarse ahora en elpróximo verso, el poema va elaborándose de modo sinuoso en una suertede trenzamiento de ideas y de sensaciones que apuntan a esa intensi<strong>da</strong>democional y sensorial. 11 Los cortes, las interrupciones y esos encabalgamientosmarcados conspiran contra el acabamiento de una idea y de unasentimentali<strong>da</strong>d claramente apresable, construyendo un poema en el quepareciera ejercerse una operación de limpieza de la experiencia (“aproveitepara descer o lixo <strong>da</strong> experiencia”) de modo que el poema recibiera,hospitalario, el resto limpio y exacto de esa experiencia. En este sentido,y pese a lenguajes y posturas formales muy distintas, la relación con laexperiencia vivi<strong>da</strong> y lo real que postula esta poesía resulta muy semejante alo postulado en la poesía de Raimondi, postura que encuentra su manifestaciónmás clara y programática en “A los reales seguidores del realismo”:No es, como gustan decir, la voluntadimplacable de nombrar la experienciade quien ha sufrido y por eso desechael recurso del adorno mortecino. Es,en todo caso, su confianza en los sustantivos,su adjetivación rala y apenas expresivay cualquier atisbo de acción subordinadoa la persistencia y fijeza de una imagen.Suyo el artificio, en fin, de que el versoexiste porque en algún lado se vivió,no de que el verso es la vi<strong>da</strong> y lo intolerable. 12Aunque se trata aquí de una confianza en el sustantivo y de unaadjetivación rala – de mayor austeri<strong>da</strong>d y hasta frial<strong>da</strong>d aparente que loque puede notarse en la poesía de Siscar –, también aquí la poesía es eseartificio en el “… el verso existe/porque en algún lado se vivió”.En ambos casos, se trata de una poesía en la cual reina ya no la experienciao las percepciones, sino el sentir, y el sentir en sus dos acepciones diferentes– sentir en tanto sentimiento, sentir en tanto sensación – de un modo queen estos textos esa separación y distinción se haría irrelevante. Porqueuna y otra sólo se distinguen en la diversi<strong>da</strong>d de los objetos – si es queasí también puede llamarse a una provocación, a un deseo, a una furia –de un mismo proceso por el cual algo incide en un sujeto, lo penetra y loatraviesa. Una poesía de los sentidos – o esta poesía de los sentidos –sería, por lo tanto, esa poesía que ani<strong>da</strong> – equilibrista – en el límite entreexterior e interior que proporcionan los sentidos. En ese límite el verso sepropone como un verso realmente realista, como lo propone el poema, entanto plasmación de una imagen que persiste: de esa experiencia que sevivió, el verso no es su reproducción o recopilación, sino la imagenperseverante y fija, lo que resta, limpio, de esa experiencia.En la primacía de esos sentidos podría verse un resabio romántico,pero de signo invertido: el verso se propone como la superficie sobre laque se imprime la información que esos sentidos y esa sensoriali<strong>da</strong>dpercibe, y en tanto tal deja la huella de que el verso existe porque en algúnlado se vivió. 13 La postulación es sin embargo compleja, porque en algúnlado la vi<strong>da</strong> también incide, pero sólo en tanto causa, y nunca comorepresentación o mimesis. Es decir: no se trata en estos casos de poemasque se exhiban como escenificación de los sentimientos o expresiones delpoeta – como quería Woordsworth 14 –, sino del poema como materiamoldea<strong>da</strong> por el exterior y la experiencia. En ese sentido, lapredominancia de los sentidos debe leerse como signo de un realismoabsoluto y postdeconstructivo porque en esta poesía la reali<strong>da</strong>d, con sucontundencia táctil, no <strong>da</strong> lugar a una referenciali<strong>da</strong>d certera, sino que seconstituye, a través del poema, en problema y materia de la poesía.(15)~ 6.2 | 2007~ 105
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