LINDEIROS NOVEMBRO 2014

novembro 2014 empresa 13
Olga Martínez, la experiencia en Alta Costura
Vivimos una época en la que,
tras construir todo tipo de máquinas,
volvemos a valorar el
trabajo manual; la costura es un
mundo en el que la diferencia la
marca la experiencia y la delicadez
en el trabajo y por eso se habla
de alta costura, algo que uno
comprende viendo el trabajo de
Olga Martínez.
Olga siempre quiso coser,
crear “con 14 años, recién salida
de la escuela, ya comencé de
aprendiz; cuatro años después
con 18 abría mi primer taller en
Cacheiras en Teo; era una época
en la que ir a una costurera era
algo muy normal, hoy cuando le
dices a alguna gente de ir a una
costurera se lo piensa; también
es cierto que era otro tipo de trabajo,
no era la alta costura y hacía
lo que me pedían; me casé y
con 25 años emigré a Venezuela
donde comenzó una nueva historia”.
Su llegada a Venezuela fue
cuando menos curiosa, de hacer
un vestido por la mañana a que
su pieza saliera en la televisión
por la noche “al poco tiempo de
llegar una casa de alata costura
me hizo una prueba, el primer
vestido que les hice lo compró
una miss Venezuela para una
entrevista que tenía en la televisión
esa misma noche; yo no lo
sabía, hice el vestido en casa y
lo llevé por la mañana; cuando
por la noche estoy en casa y los
niños, que eran pequeños, me
gritan mama mama tu vestido
está en la tele, la presentadora le
decía que guapa estaba y le preguntaba
donde lo había comprado;
luego me llamó la dueña de
la tienda y me ofreció un buen
trabajo de encargada”. Fue una
época de crecimiento y profesionalización,
con muchas empleadas
a su cargo, y en contacto
con el mundo del espectáculo y
de las mises; Olga recuerda con
mucho cariño su vida en Venezuela
y por eso ve con tristeza
todo lo que sucede “lo veo con
mucho dolor, yo tengo un hijo
allí todavía que vino a España y
se tuvo que volver porque aqui
la cosa esta mal pero allí pese
a todo aun hay trabajo, lo malo
es la inseguridad que siempre
la hubo pero nunca tanta como
ahora”.
Su experiencia y su delicadeza
hacen de sus trajes algo único,
son piezas de artesanía que conoce
a la perfección porque las
hace ella misma “hay muchas
personas que no saben lo que
es alta costura y se creen que
todo el mundo hace alta costura,
no es lo mismo un vestidito
con dos costuras que se ve como
van fruncidas que algo bien hecho,
un corpiño de los que hago
lleva varias telas, no solo la que
se ve por fuera, me preguntan a
veces porque mis palabra de honor
no se caen pero llevan varias
telas, unas ballenas que no son
plásticas” . Tiene una clientela
exclusiva que viene de distintas
partes de Galicia y con una
imagen que se transmite boca a
boca, recuerda de forma especial
un vestido “pesaba 16 kilos,
un montón de pedrería cosida a
mano, 120 metros de organza
y otra tanta que llevaba por debajo,
mas los forros, mas las entretelas,
un bordado a mano que
me llevó meses hacerlo, era una
novia muy exclusiva”.
Olga Martínez hace todo ella
misma, en parte por las circunstancias
del mercado pero
también porque ciertos trabajos
solo los puede hacer uno mismo
si quiere que queden bien,
sus clientes saben que se levan
siempre un vestido único que
convertirá el día que lo usen en
un día único también.
Fotos: Loli Fdez.