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V Jornada sobre Tartarugas Marinhas do Atlântico Sul Ocidental
27 e 28 de Novembro de 2011 - Florianópolis, Brasil
Resultados y Discusión
En cuanto a las entrevistas, de los 18 pescadores artesanales, 17 afirmaron que pescaron accidentalmente
una tortuga marina, buscando otras especies objetivo. Ninguno dudó en cuanto a la identificación de las especies,
siendo la tortuga verde en primer lugar y la tortuga cabezona, en segundo, las más vistas. Todos los que capturaron
accidentalmente y que la tortuga se encontraba viva, afirmaron que la devolvieron al mar. En el caso de estar
muerta, 16 afirmaron haber utilizado el caparazón de las tortugas con el fin de utilizarlo como adorno. Solo dos
de ellos, admitieron haber utilizado su carne. El total de los entrevistados afirmaron que están informados acerca
de la prohibición de la comercialización de los restos de tortugas marinas. Solo 4 pescadores admitieron haber
vendido el caparazón hace más de 15 años, a los extranjeros.
Referente al análisis de los datos, se relevaron restos de 5 especies de tortugas marinas. Chelonia
mydas fue la más frecuente (n = 119), seguida por C. caretta (n = 95), D. coriacea (n = 12), y por último L. olivacea
(n = 3) y Eretmochelys imbricata (n = 3). El departamento de Rocha es el sitio donde se relevaron más registros
de C. mydas (n = 89). De todas las especies el departamento de Montevideo fue el segundo con mas hallazgos
(n = 72) y el sitio donde se encontró la mayor cantidad de restos de C. caretta (n = 34).
El destino final de los restos de tortugas marinas fue con fines de “adorno”, siguiéndole el de “colección” y
por último el de “venta”. El caparazón fue el resto más utilizado como adorno en casas particulares, pescaderías,
restaurantes, club de pesca, entre otros. El cráneo de tortugas fue el segundo uso que se encontró principalmente
como colección. Por último, durante el periodo 1999-2004 el destino final ‘venta’ fue el que obtuvo menos
registros, siendo la tortuga verde la especie más utilizada en Punta del Diablo, La Coronilla, La Paloma, Atlántida,
Piriápolis, Barra de Valizas y Montevideo.
Hoy en día, los pescadores artesanales de Rocha poseen un gran respeto hacia las tortugas marinas,
coincidiendo que ya no existen sitios de comercialización en las zonas entrevistadas y las tortugas se han
transformado en una especie bandera para el ecoturismo. Expresaron, además, gran interés hacia el cuidado del
ambiente debido a que ellos sufren la sobreexplotación de los recursos marinos y el gran aumento de la basura
y contaminantes en el mar. Que los mayores registros de restos hayan sido de la tortuga verde, se debe a que
es la especie con más frecuencia y abundancia en la zona costera del Río de la Plata y Océano Atlántico ya
que se la considera un área importante de alimentación y desarrollo para los juveniles de esta especie (López-
Mendilaharsu et al. 2006). Rocha fue el departamento donde se encontraron mayormente restos de tortuga verde,
concordando así con las zonas de mayor presencia de esta especie en Uruguay, ya que utiliza el área costera
marina de Cerro Verde e islas, Punta del Diablo, y Valizas-Cabo Polonio como zonas de alimentación prioritarias.
A su vez, Montevideo fue el departamento donde se encontró la mayor cantidad de restos de tortuga cabezona,
debido principalmente a que los tripulantes de los barcos industriales que llegan al puerto más importante del
país, traen caparazones para la venta y/o adorno.
La disminución en la venta de caparazones podría deberse a la implementación de decreto presidencial
144/98 del año 1998 el cual prohíbe la captura, retención, transporte y comercialización de las tortugas marinas,
además de la difusión y concientización que Karumbé generó a partir de 1999 con sus programas de educación
para la conservación de las tortugas marinas.
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