Para um pensamento do sul : diálogos com Edgar Morin - BVS-Psi

leer ni escribir); sino que también nos han "globalizado las crisis": la
ambiental, la energética, la alimentaria, la financiera-económica, la de
los valores, la de la política, la de la distribución de la riqueza (mientras
la brecha entre los más ricos y los más pobres se incrementa), la
de la convivencia humana (consumo y tráfico de drogas; criminalidad
organizada; precariedad y marginalidad económica; tráfico de personas,
migraciones masivas). Lo cuál nos hace ver que vivimos no en una
"época de cambios", sino en un cambio de época, urgidos de una verdadera
regeneración civilizatoria, componente de la cuál pueden — y
deberían ser — artes de vivir "sureños" como "el vivir Bien" boliviano, o
"el Bien vivir" peruano o ecuatoriano; así como el "Mío nada, Todo-de-
Todos" centroamericano, como ilustraciones de nuestra especificidad
multiétnica y multicultural rica y diversa, tantas veces omitida. Las que
están reivindicándose por un "Movimiento de los Movimientos" sociales
(desde las bases de la sociedad), que reivindica asimismo las producciones
locales auto-abastecedoras, todo como una dialógica entre globalización
y localización, que "rescata" a lo social "secuestrado" por lo
político (y subordinados ambos a la lógica de la economía del mercado
global). Por lo mismo, estamos obligados a constatar — nos gusten más
o nos gusten menos (según sea el caso) — y a tener muy en cuenta
(sin endiosarlas, ni satanizarlas), las realidades en nuestra región que
evidencian que estamos viviendo en el Sur americano una auténtica
época transicional, con procesos emergentes — de corta, media y larga
duración — o si se prefiere, de cambios y transformaciones superficiales,
otros de más profundidad y algunos de gran profundidad y densidad
histórica (con dinámicas diferenciales inherentes, necesitadas de
más estudio) — que están propiciando y conduciéndonos de manera
no predictible, pero si previsible, hacia una nueva situación de bifurcación
(de cambio cualitativo) de un proceso más global de alcance
planetario de la ya aludida regeneración civilizatoria en la que nuestra
región sureña, en particular la del hondón suramericano andino podría
desempeñar — y está ya comenzando a desempeñar — un papel de
vanguardia de época. Son esos cambios en el plasto profundo de nuestra
historia (los que se enlazan con las circunstancias y los cambios de
larga duración), los que dejan una marca indeleble en las socialidades,
fruto de los llamados "acontecimientos ruptura". y son precisamente
entre éstos últimos los que resulten en las bifurcaciones (en el lengua je
de las Ciencias de la Complejidad) de escala mundial, los que podrían
propiciar esa mutación civilizatoria cada vez más urgente y necesaria.
No obstante, el resplandor de otros acontecimientos también contemporáneos
los hace proclives a ser sobrevalorados en su inmediatez,
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