Para um pensamento do sul : diálogos com Edgar Morin - BVS-Psi

to de los problemas antropológicos, sociales ni ambientales; no se aprende
a seleccionar y procesar la abrumadora cantidad de información disponible
en nuestro entorno, ni se capacita para gestionar los problemas planetarios
de nuestro mundo. Los educandos no son capacitados para resolver
los problemas de la vida cotidiana, sólo estudian y analizan, en forma mecánica,
problemas académicos convencionales, sin explicitar sus propias
ideas, sin cruzar e intercambiar argumentos. No se supera el pensamiento
simplificador, disyuntivo, fragmentario, propio de la cultura de la superficialidad
dominante y muy alejado de un pensamiento científico complejo.
Resulta indispensable desarrollar la capacidad de contextualizar los saberes;
se hace necesaria una reflexión epistemológica que ayude a relativizar
el conocimiento y analizarlo críticamente, incorporando el análisis
histórico, que puede ayudar a entender el carácter de construcción social
contextualizada que tiene el conocimiento.
b) Democracia cognitiva: la democracia es un sistema complejo que
implica el derecho a la inclusión, a la libertad de pensamiento y al ejercicio
de esa libertad que se da en el aprender. La democracia es un proceso
inacabado, no perfecto, pero perfectible; sufre permanentes contaminaciones
y por ello requiere cambios y modificaciones. Se alimenta
de diversidad y conflictividad, de intereses e ideas. Se hace necesaria la
democratización del conocimiento, como condición para la constitución
de actores sociales que puedan opinar de manera no inducida por los
medios de comunicación. La base de la democracia está en la diversidad
de opiniones e ideas que interactúan en un mismo espacio y que producen
nuevas identidades complejas.
A través de la educación hay que formar ciudadanos con autonomía
personal; pensamiento autónomo y deliberativo; conciencia de sus derechos
y responsabilidades; sentimiento del vínculo cívico que los ligan a sus
conciudadanos; sentido de participación responsable en el desarrollo de
proyectos que lleven a transformar positivamente nuestra comunidad y
nuestra aldea global; que tomen conciencias de la necesidad de asumir la
"doble ciudadanía", cosmopolita, nacional, regional y planetaria, vinculada
a los miembros de su comunidad, pero también de identificación, en tanto
que persona, con todos aquellos que también son personas, aunque diversos
en sus orígenes, lenguas, culturas.
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