Libro 20010/11 - Pasada das Cabras

O Camiño Francés: Sexta Etapa
Arzúa - Pedrouzo
XUÑO 2010
Los mismos preparativos que para cualquier ruta. El día anterior dejo la ropa preparada (la
camiseta y la sudadera de Pasada das Cabras), las botas a punto y, cómo no, algo de comida
energética para el camino.
Siempre estoy ilusionada por lo
que va a acontecer en el día. De
camino a la estación de Burela
voy pensando en mis compañeros
de viaje. ¿Con quién compartiré
la jornada? ¿Alguno no
podrá ir? ¿Seremos muchos o
pocos?...
La salida era a las 7:30 de la
mañana, pero, como es habitual,
salimos tarde. Nos queda
poco para llegar al fi nal del camino.
Ya estamos cerca de Santiago.
Es la penúltima etapa,
tranquila, sin apenas subidas ni
bajadas. Atravesamos pequeños
regatos de aguas muy claras en
los que apetecía meter los pies
y refrescarse un poco. La ruta
en distancia es perfecta. Yo creo que a muchos de los de Pasada das Cabras nos parece que
20 kilómetros se andan bien. Sobre todo si, como en esta ruta, la subida no es excesiva. El
camino de Arzúa a Pedrouzo es de una difi cultad baja. El tramo mas complicado es en la
segunda mitad, con un ascenso moderado hasta Ferreiros.
Al salir de Arzúa nos encontramos con la Fuente de los Franceses. Continuamos por el Caserío
de As Barrosas, que se encuentra en medio de un robledal. Pasamos después por la
Capilla de San Lázaro y seguimos hasta los pueblos de Pregontoño,
A Calzada, Calle, Boavista, Salceda, A Rabiña, Santa Irene, A
Rúa, y llegamos a Pedrouzo, lugar en el que termina la etapa. Se
nota que todos estos pequeños pueblos viven de la ganadería, y,
por supuesto, de su famoso queso. Los pequeños bosquecillos de
robles y algún que otro castaño se alternan con las praderías y los
eucaliptos.
El tiempo fue caluroso y muy soleado. Nos hizo un día espléndido.
Algo que no he olvidado de esta ruta es la cantidad de peregrinos
que venían haciendo el Camino. A veces parecía que íbamos en
romería. Fue la etapa en la que nos encontramos con más gente.
¡Y qué decir de los ciclistas! Si no estábamos atentos corríamos
el riesgo de ser atropellados. La ruta fue un continuo “¡Buen Camino!”.
Pasamos por monumentos como el dedicado a Guillermo
Watt, que quedó en el Camino sin lograr su objetivo, o a Mariano
Sánchez Covisa. Los dos murieron en 1993 sin llegar a la meta.
Durante las etapas de este camino siempre me he preguntado los
motivos que llevan a la gente a hacer este viaje. Siento cierta simpatía
por aquellos que lo hacen por una fe ardiente que me gustaría que nos pudieran llegar
a transmitir a todos los que vamos por esos senderos. En un mundo tan materialista, el que
alguien pueda hacer un esfuerzo así por amor a un ideal me parece loable.
Llegamos a Pedrouzo para comer (algunos ya lo habían hecho antes). Santiago está cerca. La
próxima etapa será la culminación de nuestro viaje. Hemos compartido muchas cosas todos
los del grupo. Hemos hecho amigos y no olvidaremos nunca ni ésta ni las anteriores etapas.
Seguramente con los años los recuerdos se volverán difusos, pero siempre nos quedará un
recuerdo global de lo bien que lo pasamos, lo que nos reímos, lo que compartimos, y de los
buenos momentos de conversación que tuvimos. No quisiera terminar sin las palabras de
Machado: “Caminante, no hay camino; se hace camino al andar”. ¿Volveremos a hacerlo otra
vez? Con esa ilusión y deseando que alguna vez podamos empezarlo desde Saint Jean de
Port me despido.
Josefi na Martínez