Libro 20010/11 - Pasada das Cabras
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O Camiño Francés: Sétima Etapa<br />
Pedrouzo - Santiago<br />
XULLO 2010<br />
P arece mentira, pero ya han pasado siete meses desde que una mañana fría de enero, en O Cebreiro, empezamos a<br />
caminar este tramo Gallego del Camino de Santiago, a la vez ilusionados y con serias du<strong>das</strong> de si seriamos capaces<br />
de acabarlo. Y si, fi nalmente hemos podido, mes a mes, ir completando las etapas de este singular viaje, interior dicen<br />
algunos, y que no sin cierto esfuerzo nos han acabado llevando a la Plaza do Obradoiro, frente a la Catedral de Santiago<br />
de Compostela, fi nal de esta peregrinación. Como en cada una de las etapas anteriores, a las 7:30 nos encontramos<br />
todos en la estación de autobuses de Burela, dispuestos a iniciar viaje, un poco especial, en este caso, por tratarse de la<br />
última etapa. Unos veinte kilómetros nos quedaban para completar el último tramo del camino, entre Pedrouzo y Santiago.<br />
Con las mochilas perfectamente guarda<strong>das</strong><br />
en el maletero y todos sentados cómodamente en<br />
los autobuses, salimos con dirección a Pedrouzo,<br />
donde llegamos a eso de la 10 de la mañana, una<br />
hora perfecta para empezar la etapa donde la habíamos<br />
dejado el mes pasado. Tras la foto de rigor,<br />
salimos del pueblo pasando por cerca de las<br />
pistas deportivas y el colegio, tomando una pista<br />
de tierra que nos internaba en un pequeño bosque<br />
de eucaliptos. El frescor de la mañana saca<br />
de estos árboles ese inconfundible aroma que parece<br />
abrirnos los pulmones mientras comenzamos<br />
a entrar en calor en estos primeros tramos de la<br />
etapa. La primera población que nos encontramos<br />
a poco más de un kilómetro es San Antón, tras la<br />
cual volvemos a caminar a la sombra de eucaliptos<br />
y carballos hasta llegar al siguiente poblado,<br />
Amenal. De momento el camino no nos fatiga, la<br />
buena temperatura ambiente y la suave topografía<br />
del sendero facilitan el paseo. Un poco más adelante<br />
cruzamos el río Brandelos y la N-547, por un<br />
paso inferior, aquí el camino se empina un poco hasta llegar a Cimadevila. El nombre del pueblo da idea de su ubicación<br />
en alto, estamos en el Km. 4 de nuestro recorrido. La subida continua, aunque con menos pendiente, hasta encontrarnos<br />
con el cartel que nos informa que entramos en el Municipio de Santiago. Enseguida vemos a nuestra izquierda el perímetro<br />
vallado del Aeropuerto de Santiago, más conocido como Aeropuerto de Lavacolla, con sus varias hileras de balizas y<br />
equipamientos de ayuda a la navegación. Ya va quedando menos. Tras cruzar una carretera local entramos en San Paio,<br />
aldea de la parroquia de Sabugueira, estamos casi en el Km. 8 de nuestro recorrido.<br />
A la salida de esta población afrontamos un breve repecho por pista asfaltada<br />
para posteriormente descender atravesando los núcleos de A Esquipa y Lavacolla.<br />
Seguimos el camino cruzando la N-634 y cogemos el desvío a Villamaior. Poco más<br />
adelante cruzamos el río Sionlla, también conocido como arroyo de Lavacolla, donde<br />
la tradición dice que los peregrinos se despojaban de sus sucios ropajes con el<br />
polvo del Camino y se lavaban para estar un poco mas presentables en su próxima<br />
visita al Apóstol. Finalmente una pista asfaltada cuesta arriba nos lleva hasta el<br />
esperado Monte do Gozo, donde algunos compañeros ya nos esperaban con ricas<br />
vian<strong>das</strong> extendi<strong>das</strong> sobre varias mesas y abundantes bebi<strong>das</strong> para apagar la sed<br />
del Camino. Serían en torno a las 13:30, cuando llegamos, hora ideal para alegrar<br />
la garganta con un poco de líquido fresquito y prepararnos para dar buena cuenta<br />
de las empana<strong>das</strong>, el queso, el lacón y otras exquisiteces que ya estaban listas<br />
para ser consumi<strong>das</strong>. En las dos horas siguientes tuvimos tiempo de sobra para<br />
llenar los estómagos y compartir anécdotas y recuerdos de las etapas anteriores.<br />
Incluso algunos sacamos un ratillo para disfrutar de una improvisada siesta con la<br />
mochila como almohada. Tras este merecido descanso, nos ponemos de nuevo en<br />
marcha. Ya se divisaba a lo lejos la catedral y toda la ciudad de Santiago. Escasos cinco kilómetros y habremos ganado<br />
el Jubileo. Retomamos el Camino, tras bajar una larga rampa y algunas escaleras, salvamos por un puente la autovía y<br />
las vías y seguimos de frente por la rúa San Lázaro, donde se encuentra la bonita iglesia que le da su nombre, el Palacio<br />
de Congresos y Exposiciones de Galicia y el albergue de peregrinos, también del mismo nombre. Enlazamos con la rúa<br />
do Valiño y continuamos de frente por la rúa <strong>das</strong> Fontiñas y rúa dos Concheiros. Seguimos por este tramo urbano del<br />
Camino, ya dentro de la ciudad de Santiago, hasta entrar en el casco histórico por la rúa <strong>das</strong> Casas Reais. Pasamos bajo<br />
el Arco del Palacio por un pasadizo, sitio habitual donde tocan sus instrumentos los músicos callejeros, para acceder, fi -<br />
nalmente, a la Plaza do Obradoiro, hemos llegado a nuestro destino. Que decir de este momento, aunque suene un poco<br />
manido, hay que decirlo: la emoción nos embarga a todos. El Camino, se haga por motivos religiosos o simplemente<br />
lúdicos, tiene una magia que no se puede explicar, pero que se siente, y esta se hace máxima al llegar a esta plaza llena<br />
de peregrinos compartiendo la misma sensación. Una experiencia inolvidable. Seguro que repetimos, y esta vez nos lo<br />
hacemos entero desde Roncesvalles. BUEN CAMINO PARA TODOS…<br />
ALBERTO COLINO FERNÁNDEZ