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La propiedad intelectual también puede tener efectos diversos según el
tamaño de las empresas. Naturalmente, las empresas más grandes tienen mayores
recursos, mayor capacidad para usar el sistema. Piensen ustedes que la propiedad
intelectual es un sistema territorial, en particular en el ámbito de las patentes, las
marcas, etc., de manera que la adquisición misma y la defensa de los derechos
debe realizarse sobre una base nacional. Y para muchas PyMEs, naturalmente,
no es sencillo obtener y defender derechos en otra jurisdicción.
¿Cuántas medianas o pequeñas empresas brasileñas poseen recursos
para adquirir patentes y hacerlas valer en E.E. U.U., en Europa y en otros mercados?
Aun para las PyMEs en los países desarrollados esta es una grand dificultad.
Por ejemplo, un estudio sobre más de mil empresas pequeñas y medianas en
Gran Bretaña, llegó a la conclusión de que las patentes les son irrelevantes. Es
porque el costo, sobretodo del ejercicio de los derechos, es alto y ellas no pueden
afrontarlo, sumado a lo riesgo de ganar o perder el litigio. En particular. el litigio en
los países industrializados es costosísimo. Un juicio por invalidez de patente o
infracción de patente en los E.E. U.U. cuesta -para la felicidad de nuestros colegas
abogados- entre US$ 1 millón y US$ 3 millones. De manera que aun teniendo la
mejor invención no es posible para las empresas pequeñas y medianas hacer su
defensa. Naturalmente que hay ciertos componentes de la propiedad intelectual,
como pueden ser los modelos de utilidad, los diseños industriales, que pueden
ser más adaptados a las necesidades locales. En muchos casos pueden ser
promotores interesantes de innovaciones incrementales. Es un área poco explorada
en muchos de los países en desarrollo, la forma en que estos tipos de títulos
podrían ser explorados de una mejor manera.
Para concluir, es claro que la relación entre propiedad intelectual y desarrollo
es una relación compleja. Cualquiera simplificación que se pretenda en este
sentido, en que más propiedad intelectual significará más desarrollo, es naturalmente
una simplificación equivocada. Lo que podemos ver es que los países
desarrollados tienen sistemas de propiedad intelectual más sofisticados, más
protectores de la innovación, pero no podemos afirmar de ninguna manera que
una condición para el desarrollo sea altos estándares. Por lo contrario, la historia
económica y tecnológica que he procurado mencionar señala que es un sistema
más flexible, más adaptado a las condiciones económicas y tecnológicas en estos
países, lo que les permite crecer industrialmente y ponerlos en condiciones de
competir. La evidencia disponible demuestra que los mismos estándares de
protección de la propiedad intelectual no son los más apropiados si nosotros
buscamos realmente el desarrollo de los países más atrasadis. Si la comunidad
internacional apuesta realmente al desarrollo, a mejorar la situación de los países
con pobreza y con atraso, ella debería entender que la propiedad intelectual debe
ser adaptada en la medida de lo posible a las condiciones de cada país.
En ese sentido, hay ciertos procesos preocupantes, como el proceso de
negociación de ALCA, en que los E.E. U.U. intentan aumentar el nivel de protección
de manera notable respecto a la actualmente conferida en América Latina. Hay
otro proceso preocupante. Es la iniciativa de la OMPI para una armonización de
las normas substantivas sobre patentes. Este proceso se ha iniciado hace algún
tiempo y puede significar el fin de la flexibilidad que los países en desarrollo
todavía conservan para definir sus sistemas de patentes.
Brasil es un país de contrastes – con sectores avanzados como, por ejemplo,
el sector de aviación, y sectores también de pobreza y población marginal – y tiene,
6º Encontro de Propriedade Intelectual e Comercialização de Tecnologia 9 1