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Departures Mexico Winter 2014

Departures Mexico 2014 Winter Edition

Fila superior desde

Fila superior desde arriba a la izquierda: Guillaume d’Angerville y François Duvivier, copropietarios de Domaine du Pélican en Montigny-les-Arçures, en sus bodegas; todo listo para la cosecha: exquisitas uvas tintas de Domaine Tissot; Emmanuelle Perraut, enóloga en Domaine de la Pinte, posa orgullosa delante de sus barricas; fila del medio desde la izquierda: Pascal y Evelyne Clairet, copropietarios de Domaine de la Tournelle, en la agradable terraza de su restaurante Le Bistrot de la Tournelle en Arbois; idílica escena en Château-Chalon; el dueño Jean-François Ganevat; fila inferior desde la izquierda: el joven vinicultor Renaud Bruyère y sus viñas Pupillin (centro); Stéphane Tissot muestra orgulloso la cosecha del día 86 departures-international.com

El retorno del Jura Gracias a sus históricas viñas y a sus técnicas centenarias, la viticultura del Jura resurge y coloca a esta región francesa en boca de los enófilos de todo el planeta. Jeffrey T. Iverson muestra los resultados Fotografías de Denis Dalmasso Guillaume d’Angerville, dueño del admirado viñedo Domaine Marquis d’Angerville en Borgoña, mantiene una tradición que pone en práctica cada vez que acude al histórico restaurante Taillevent de París: el sommelier de la casa elige una nueva variedad de vino, de cualquier procedencia excepto de Borgoña, para que d’Angerville haga una cata a ciegas. Durante una de estas cenas, el vinicultor se llevó la copa a los labios y, para su sorpresa, percibió un aroma muy familiar: un chardonnay diestramente vinificado procedente de un grand terroir. «Ha olvidado nuestra norma y me ha traído un vino de Borgoña», reprendió amablemente al sommelier. Desconcertado éste sonrió: «Me temo que se equivoca». El chardonnay, floral en nariz y con un largo acabado cristalino, era un Les Bruyères, un vino de pago embotellado en 2005 por Domaine André y Mireille Tissot en ¡el Jura!, la diminuta y recóndita región situada entre la Borgoña y la frontera suiza. D’Angerville se quedó perplejo. Y fue así como en 2012, después de seis generaciones elaborando vinos en Côte de Beaune, puso en marcha Domaine du Pélican (domainedangerville. fr), con diez hectáreas de viñas cultivadas biodinámicamente en Arbois, la capital de la región vinícola del Jura. Al día de hoy, el éxito de d’Angerville llega acompañado de innumerables muestras que hacen pensar que la región del Jura, después de décadas sumida en el olvido, se está convirtiendo en un baluarte para los vinicultores más innovadores de Francia. Allí la viticultura orgánica y biodinámica, así como la elaboración artesanal de vinos con bajo contenido en azufre se utilizan con meticulosidad y pasión para poder extraer la excelencia y la autenticidad de estos terroirs ricos en fósiles. Los vinos del Jura están muy ‘de última’ en las vinotecas y restaurantes de Nueva York o Copenhague (el Noma –el mejor restaurante del mundo– tiene la mayor selección de vinos del Jura fuera de Francia). «Hay una enorme diversidad de terroirs, microclimas y variedades de vino –afirma con entusiasmo–. Los tintos pueden ser excepcionales y los blancos van desde ligeros, frescos y afrutados hasta extremadamente complejos, profundos y concentrados… tienen riqueza y elegancia, así como esa mineralidad salina que siempre busco en un vino». Emmanuelle Perraut es la maestra bodeguera de Domaine de la Pinte (lapinte.fr), una excelente propiedad de 34 hectáreas de cultivo orgánico situada en Arbois. Perraut se muestra agradablemente sorprendida de que la región vinícola más pequeña de Francia esté dando tanto de qué hablar. «Los vinos del Jura están causando auténtico furor –asegura– y jamás había existido tal demanda». Por lo menos, no en este último siglo. A finales del siglo xix, esta región había nada menos que 20,000 hectáreas de viñedos y sus vinos se encontraban entre los favoritos de Napoleón III y el crítico gastronómico Curnonsky. Sin embargo, la filoxera y dos guerras mundiales transformaron la región y diezmaron los viñedos hasta quedar sólo 2,000 hectáreas. Cuando en 1994 Pascal y Evelyne Clairet fundaron Domaine de la Tournelle (domainedelatournelle.com) con ocho hectáreas, el mercado vinícola del Jura era tan local que tener bodegas en Arbois era casi una obligación. «Compré esta casa en 1995, en pleno centro del pueblo. En aquella época 80% de nuestro vino se vendía aquí mismo», explica Clairet. Hoy en día, aunque vale la pena visitar sus abovedadas bodegas cistercienses, esta experiencia difícilmente podría considerarse imprescindible si tenemos en cuenta que casi 80% de su clientela se encuentra fuera de la región. Clairet comparte esta reñida victoria con unos cuantos pioneros más. «Stéphane Tissot, Pierre Overnoy, Emmanuel Houillon y Jean-François Ganevat son gente como nosotros que, desde principios de este siglo, está viajando de aquí para allá tratando de dar a conocer la región del Jura – explica–. Y por fin nos están escuchando». Gran parte de su notoriedad se debe a ese empeño por revivificar las numerosas variedades vinícolas de la región: los blancos secos (elaborados con uva chardonnay y savagnin) y los tintos (con pinot noir, departures-international.com 87

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