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Pero Jesús dijo que de nuestro ser más interno fluirían rios de agua
viva (Juan 7:38). A medida que crecemos en nuestra amistad con el
Espíritu Santo, Él satisfará todas nuestras necesidades. La Biblia nos
dice que busquemos primero el reino de Dios y su justicia, y todo lo
demás se nos agregará (Mateo 6:33).
El problema es que la mayoría de la gente no sabe dónde se encuentra
el reino de Dios. Jesús nos dijo que no lo buscáramos aquí o allá,
porque dijo que el reino de Dios está dentro de nosotros (Lucas
17:21). Cuando elegimos arrepentimos de nuestros pecados y creer en
el evangelio, el reino de Dios ya no está al alcance de nuestra mano.
El reino de Dios, el cual es la justicia, el gozo y la paz en el Espíritu
Santo, viene dentro de nosotros (Rom. 14:17, Lucas 17:21).
De acuerdo con las Escrituras, estamos hechos de espíritu, alma y
cuerpo: “Ahora que el Dios de la paz mismo te santifique por
completo; y que todo tu espíritu, alma y cuerpo sean preservados sin
culpa en la venida de nuestro Señor Jesucristo ”(1 Tliessalomans
5:23). Nuestro cuerpo es nuestro ser físico, el cual tiene contacto con
el mundo material. Nuestra alma incluye nuestra voluntad, emociones,
memoria e intelecto, y conformamos nuestra personalidad. Nuestro
espíritu es el lugar donde tenemos comunión con Dios.
Nos ayuda a comprender mejor nuestra comunión con el Espíritu
cuando nos damos cuenta de que el espíritu y el alma son partes
separadas de nuestros seres. “Porque la palabra de Dios es viva y
poderosa, y más afilada que cualquier espada de dos filos, penetrando
incluso hasta la división del alma y el espíritu” (Heb. 4:12).
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