You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Espíritu Sanio
Mis ojos se estaban abriendo a la importancia y realidad
de la persona del Espíritu Santo. Mi corazón se llenó de gozo
cuando comprendí que yo también podía llegar a conocerlo
personalmente (2 Corintios 13:14).
Con gran entusiasmo, empecé a acercarme al Señor a
través del arrepentimiento. Había leído en las Escrituras que
para ser llenos del Espíritu Santo, no sólo debemos creer en
Jesús, sino también tenemos que estar dispuestos a abandonar
nuestros pecados. El apóstol Pedro dijo, “ Arrepentios, y
bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para
perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”
(Hechos 2:38).
Durante los siguientes tres meses, continué orando y
pidiéndole a Dios que me llene de Su Espíritu; varias personas
también oraron por mí.
Sin embargo, en ningún momento
experimenté Su Presencia. Permanecí buscando al Señor
porque tenía la certeza de que conforme a las Escrituras, la
Promesa del Espíritu Santo era también para mí: “ Porque para
vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los
que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare”
(Hechos 2:39).
En medio de esta búsqueda espiritual, decidí asistir a una
conferencia de jóvenes en una ciudad cercana. Durante este
evento, pude ver como muchos jóvenes eran tocados por el
poder de Dios, pero nada pasaba conmigo.
Después que la conferencia había terminado, cuando
estábamos regresando en el autobús, comencé a conversar con
el joven que se había sentado a mi lado acerca de su experiencia
con el Espíritu de Dios. Le mencioné que yo también estaba
16