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habitat rupestre.pdf - Società Friulana di Archeologia

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EXCAVATED SHRINES IN THE IBERIAN PENINSULACRHIMA-CINP projectLAS ERMITAS EXCAVADAS EN LA PENÍNSULA IBÉRICAIntroducciónEn España, entre los siglos VI y XI, en un entorno sociopolítico caracterizadopor la inestabilidad de los límites fronterizos trazadosentre dos culturas antagónicas, la musulmana en el fértil sur y lacristiana en el montañoso norte, la religiosidad se refugió en los abrigosrocosos. El prerrománico español asistió a un fenómeno que novolverá a repetirse, el de una explosión de ermitas y anacoretas queacu<strong>di</strong>eron a las rocas a desarrollar una religiosidad al límite, aislada,humilde y ascética, erigiendo pequeñas ermitas en las cuevas, ermitasque con posterioridad llegarían a constituir el germen de e<strong>di</strong>ficiosmonásticos o iglesias con una cierta voluntad de perdurar.Son construcciones al límite de la Arquitectura. Construcciones excavadas,resultado de la extracción de material en vez de la agregacióndel mismo. Inicialmente utilizando abrigos naturales, con posterioridadse procederá a “construir” verdaderas iglesias, bien parahonrar la presencia de un santo en un espacio preexistente, bien parasuplir con el esfuerzo propio la carencia de me<strong>di</strong>os materiales paraerigir un templo de nueva planta.Son espacios plenos de simbolismo que recorren casi la totalidad delespectro de la arquitectura religiosa: desde la gruta eremítica hastael monasterio <strong>rupestre</strong> pasando por la ermita y la iglesia. Espaciosdestinados a albergar la religiosidad in<strong>di</strong>vidual de un anacoreta aislado,o a dar servicio a una comunidad cenobítica formada por unacomunidad religiosa.Son por lo tanto espacios muy <strong>di</strong>ferentes, tanto tipológica como espacialmente.Espacios, en todo caso, que han llegado hasta nosotrosen un estado usualmente de abandono. Reconvertidos a establos, viviendaso almacenes, su configuración espacial es hoy <strong>di</strong>fícilmentereconocible. Y tan solo en ejemplos aislados mantienen la funciónpara la que fueron creados.1. Breve semblanza históricaLa Península Ibérica es un territorio lleno de iglesias, grutas eremíticas,complejos monásticos y otros espacios religiosos excavadostotal o parcialmente. La climatología y la geología han sido generosaspara facilitar este tipo de abrigos en casi cualquier parte de suterritorio y la cultura, o culturas que se han suce<strong>di</strong>do a lo largo dela historia, han hecho el resto. De hecho cabría hablar de una fuertecontinuidad en el uso y reaprovechamiento de este tipo de espaciospor parte de las <strong>di</strong>ferentes culturas y civilizaciones que se han asentadoo desarrollado en el territorio ibérico.Desde Altamira hasta los templos erigidos en el barroco españolsobre antiguas grutas eremíticas o de advocación mariana, encontramose<strong>di</strong>ficaciones <strong>rupestre</strong>s en casi cualquier tiempo y lugar. Elsímbolo más claro podría ser la ciudad excavada de Tiermes en Soria,con restos que tienen su origen en el Neolítico y se <strong>di</strong>latan hastael Me<strong>di</strong>evo. En este periodo se producirá una ininterrumpida ocupaciónde más de 35 siglos por parte de las culturas ibérica, romana ovisigoda, lo que constituye un ejemplo de una forma de vida que sólodesaparecerá con la Modernidad.Sin embargo, si bien la construcción de viviendas excavadas se mantendráhasta nuestros días, y aún hoy existen significativos núcleoshabitacionales excavados en Andalucía y el Levante español, la arquitecturareligiosa excavada tendrá su momento de máxima presenciaen la Península entre los siglos VI y XI. Será el reflejo de unasociedad convulsa, sometida a una continua fricción bélica e intelectualentre dos culturas, la musulmana y la cristiana, que generaráuna religiosidad que caracterizará toda una época y que generará dosformas de arquitectura religiosa específicamente peninsulares: loseremitorios de frontera en la zona cristiana del Norte y las iglesias<strong>rupestre</strong>s mozárabes en el Sur musulmán.Son templos de <strong>di</strong>fícil datación. De casi todos ellos se desconoce elorigen, ya que apenas información alguna ha llegado hasta nosotros.Y las hipótesis sobre su origen oscilan entre el visigótico previo ala invasión musulmana de la Península del año 711 y un hipotéticoorigen tardome<strong>di</strong>eval ligado a los procesos de reconquista y repoblacióncristiana de los territorios tras ser recuperados de la ocupaciónmusulmana.Eremitas, anacoretas y monjesLo cierto es que en la Alta Edad Me<strong>di</strong>a, en España tendrá un fuerteimpacto la religiosidad que buscaba la salvación en el abandono detodo bien material y en el aislamiento, in<strong>di</strong>vidual o en comunidad,que está en el origen de numerosos eremitorios y grutas consagradas.Gran parte de estos espacios pu<strong>di</strong>eron tener su origen en tiemposvisigodos, pero será en esta nueva <strong>di</strong>námica de confrontacióncultural cuando la tendencia a expan<strong>di</strong>r la religiosidad cristiana enlos nuevos territorios reconquistados tenga un auge considerable. Sebuscan los límites del mundo conocido para aislarse y purificarse;alejarse de una sociedad mundana que se rechaza y, de paso, desarrollaruna actividad evangelizadora que busca expan<strong>di</strong>r los límitesdel cristianismo en tierras de los que había desaparecido tres o cuatrosiglos antes.Así, anacoretas aislados habitarán grutas naturales o primitivas excavacionesabandonadas previas a la conquista musulmana. O bienprimitivas comunidades se establecerán en territorios de frontera,rudos y agrestes, excavando primitivas iglesias y desnudas celdas enlos abrigos y afloramientos rocosos, y cavando sus tumbas en necrópolispétreas. Búsqueda de una santificación por me<strong>di</strong>o del sacrificioque conforme las tierras sean conquistadas y socializadas tenderán adesaparecer progresivamente.Tan solo algunos espacios sobrevivirán, reaprovechados para otrosfines o reconvertidos en sencillos templos o parroquias para los nuevospobladores. Y algunos, santificados por la presencia de un santo,serán el germen de templos e<strong>di</strong>ficados o asentamientos monacales.San Baudelio de Berlanga, obra maestra del prerrománico españoles un ejemplo claro y destacado. Bajo la ermita de San Baudelio,obra maestra de la arquitectura mozárabe del siglo XI, se encuentrauna cueva natural a la que se entra por la esquina sur del interiorde la ermita, y que debió de servir en su día como habitáculo dealgún eremita. O también el Monasterio de San Juan de la Peña, monasteriorománico del año 1026. Aunque no se trata propiamente dearquitectura excavada, el Monasterio de San Juan de la Peña es unperfecto ejemplo de arquitecturas erigidas sobre cuevas eremíticas alo largo del Camino de Santiago. Según la tra<strong>di</strong>ción se erigió sobreuna pequeña cueva en la que se descubrió una ermita de<strong>di</strong>cada a SanJuan Bautista y, en el interior, halló el cadáver de un ermitaño llamadoJuan de Atarés. El templo se erige así sobre una antigua gruta“sacralizada”, en un proceso que se repetirá a lo largo y ancho de lapenínsula. La gruta como origen de la arquitectura construida.Una religiosidad, en suma, propia de un tiempo y un lugar, que generaráun tipo de arquitectura excavada que, probablemente reaprovechandoen ocasiones espacios de origen visigodo, construirá templos,ermitas y eremitorios que reflejan, como pocas construccionesde su tiempo, la dureza de un mundo en continuo enfrentamiento yla búsqueda de una nueva religiosidad.Repoblando las tierras de fronteraLa expansión de la nueva religiosidad y la búsqueda del alejamientodel mundo por parte de los eremitas y anacoretas de la Alta EdadMe<strong>di</strong>a era la expresión de una nueva realidad social: la del desplazamientopoblacional del norte al sur conforme los reinos cristianosvan expan<strong>di</strong>éndose a costa de los reinos musulmanes y favorecían, o<strong>di</strong>rectamente provocaban, la reocupación de las tierras abandonadaspor parte de poblaciones de colonos.Los nuevos territorios se ocupaban por familias muy pobres, en unascon<strong>di</strong>ciones de vida extremadamente duras. Se asentaban en tornoa e<strong>di</strong>ficios religiosos abandonados o en terrenos agrestes donde ladefensa era sencilla. Y además, el recurso a la excavación <strong>di</strong>recta enlos abrigos rocosos permitía construir a partir de una casi absolutavolumeRicerca_OK_2012-11-15.indd 112 16/11/2012 15:02:05

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