Summaries / Resúmenes - Studia Moralia

LA FIGURA DEL TEOLOGO MORALISTA HOY 159terizar al teólogo moralista: deberá ser un hombre de muchaoración, un buen estudioso, un hombre dispuesto a la acciónpastoral.El teólogo moralista deberá cultivar el diálogo con Dios enforma asidua. “Orar, decía Juan Pablo II, no significa sólo quepodemos decir a Dios todo lo que nos agobia. Orar significatambién callar y escuchar lo que Dios nos quiere decir”. El teólogomoralista necesita escuchar mucho para poder discernirqué es lo que agrada a Dios, qué es lo bueno y lo perfecto... Enlos pueblos del Oriente se suele describir al orante con unasorejas grandes para indicar su capacidad de escucha.En la oración el teólogo moralista descubrirá que la verdaderaFuente de la Sabiduría es Dios, y que la ciencia sólo tienesentido cuando se pone al servicio de los demás. Juan Pablo IIafirmaba que “la oración debe ir antes que todo: quien no loentienda así, quien no lo practique, no puede excusarse de faltade tiempo; lo que le falta es amor”.Una segunda actitud es la del estudio serio y atento.Alfonso M. De Liguori lo fue de verdad: lo demuestra el elencode las 111 obras (grandes y pequeñas) que escribió, muchas deellas todavía en difusión después de más de dos siglos de sumuerte.Alfonso De Liguori no fue un simple teórico. Fue un hombresiempre en continua búsqueda. Él mismo escribía al editorde sus obras –Remondini- que “la moral es un mar de cosas queno tiene fin; siempre leo y siempre encuentro cosas nuevas”. Alos sacerdotes de su diócesis de Santa Agueda de los Godosrecomendaba que, para ejercer bien el ministerio de confesor,no se debe descuidar el estudio de la teología moral; es difícil,es muy amplia a causa de las múltiples circunstancias que sepresentan en un caso de conciencia y, por esta razón, estudiandose aprenden cosas nuevas 49 .El teólogo moralista, como el patrono de los moralistas,deberá hacer camino... El itinerario de Alfonso como moralistatranscurre por diversos períodos de cambio. Como en todos losmomentos de cambio acelerado, la conciencia se halla como49Cfr. Sabatino MAJORANO, “Il teologo moralista oggi”, Studia Moralia33 (1995) 23.