Summaries / Resúmenes - Studia Moralia

StMor 44 (2006) 141-163SILVIO BOTERO C.Ss.R.LA FIGURA DEL TEÓLOGO MORALISTA HOY:UNA MISIÓN A ESPECIFICAR...INTRODUCCIÓNEl Concilio Vaticano II afirmaba que “la humanidad pasade una concepción más bien estática de la realidad a otra másdinámica y evolutiva, de donde surge un nuevo conjunto deproblemas que exige nuevos análisis y nuevas síntesis” (GS. 5).Como nuevos problemas se presenta el diálogo entre las culturas,el pluralismo de formas de pensar y resolver los conflictos,etc. Incluso, a nivel intra-eclesial, la eclesiología de ‘comunión’propiciada por el concilio ha suscitado dificultades.Fue el mismo concilio el que sugirió un método par ir alencuentro de la solución de estos problemas: “es propio de todoel pueblo de Dios, pero principalmente de los pastores y de losteólogos, auscultar, discernir e interpretar, con la ayuda delEspíritu Santo, las múltiples voces de nuestro tiempo, y valorarlasa la luz de la Palabra divina, a fin de que la Verdad reveladapueda ser mejor percibida, mejor entendida y expresada enforma más adecuada” (GS. 44).El teólogo moralista tiene una misión que desempeñar eneste contexto histórico. Una misión que necesita una especificación,dada la complejidad de las relaciones entre el Magisterio ylos teólogos en las últimas décadas. La Instrucción sobre lavocación eclesial del teólogo, de la Congregación de la Doctrinade la Fe (24 Mayo 1990) firmada por el entonces Prefecto J.Ratzinger, hoy Benedicto XVI, enseña que “el teólogo, de maneraespecial, tiene la función de adquirir, en comunión con elMagisterio, una inteligencia siempre más profunda de laPalabra de Dios, contenida en la Escritura, inspirada y transmitidapor la tradición viva de la iglesia” (6).La presente reflexión se propone exponer la postura delMagisterio Eclesial de frente a la disensión de algunos teólogosa propósito de la misión del teólogo, hacer un intento de refle-