Summaries / Resúmenes - Studia Moralia

410 J. SILVIO BOTERO GIRALDOJohn Henry Newman (1.801-1.890), célebre por la defensa quehizo del papel de la conciencia personal como ‘la voz de Dios’,como el ‘primero de todos los vicarios de Cristo’ (Catecismo de laIglesia Católica n. 1.778).La intervención del P. Arrupe en las sesiones sinodales (30Sept. 1.980) fue explícita respecto a la gradualidad: Arrupe pedíaal sínodo el máximo respeto por el hombre que se halla en situacionesde crisis y de irregularidad, lo que exige comprensión,discreción, humanismo y gradualidad. Para auxiliar al hombrede nuestro tiempo se hace necesario, decía, tiempo y modos a lamedida del hombre. Ciertas circunstancias exigen largos espaciosde tiempo en los que la gradualidad del caminar es el elementodominante, mientras que formas de angustia o prácticassimplistas y aceleradas están llamadas al fracaso por imprudentes.El realismo humano y la solidaridad que conlleva un comportamientode gradualidad no significa una concesión a ladebilidad en materia doctrinal 24 .La aplicación del principio de gradualidad encuentra un sinnúmerode posibilidades: la educación moral del niño y deljoven, el proceso de conversión personal y comunitaria, los conflictosde pareja y de familia.Entre las primeras aplicaciones que hace Juan Pablo II delprincipio de la gradualidad están los problemas de pareja y defamilia: “todos los esposos, según el plan de Dios, están llamadosa la santidad en el matrimonio, y esta excelsa vocación serealiza en la medida en que la persona humana se encuentra encondiciones de responder al mandamiento divino… (…) Estapedagogía abarca toda la vida conyugal” (FC. 34). El Papa aludea “un camino que exige reflexión, información y educación idónea…”;igualmente, pone de presente que “en la intimidad conyugalestán implicadas las voluntades de dos personas, llamadasa una armonía de mentalidad y de comportamiento, lo cualexige no poca paciencia, simpatía y tiempo” (FC. 34).En el sínodo de obispos (1.980) el Grupo Italiano entendióla gradualidad como una mediación pedagógica entre la verdady la historicidad, en tal forma que se anuncie el gran ideal del24Cfr. Giovanni CAPRILE, Il Sinodo dei vescovi 1.980…., 109-110.