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marenostrum
esistente, con i suoi grandi pilastri cruciformi che la suddividono
in due campate a botte.
Gli amanti delle contrattazioni in tutte le lingue del mondo,
delle spezie che pungono e foderano le narici, dei profumi
che s’agganciano alla memoria, hanno a questo punto il loro
momento di gloria. Da qui parte il suq, il cui lato coperto
inizia in rue d’Angleterre. Bisogna continuare per er-Reba
per i tessuti, verso el-Caid per le botteghe dei fabbri. Fino a
rue de Paris, in un susseguirsi di ceramiche, tessuti, gioielli
e profumi. Un piccolo percorso che non risparmia gli amanti
delle scoperte autentiche. Snobbato da molti, qui si trova un
piccolo ma imperdibile museo: el-Kobba, dedicato alle arti e
alle tradizioni locali, con la ricostruzione di un caffè moresco.
Altro consiglio: vale la pena fare una visita alla terrazza,
un espediente per sbirciare in basso, verso l’elegante minareto
della zaouia Zakkak, bellissima dimora d’altri tempi,
purtroppo chiusa al pubblico.
Si continua verso rue el-Mar e rue el-Hadira per incontrare
la romanica cisterna Sofra, la piccola moschea di Sidi Ali el-
Ammar e la moschea di Bou Ftata. Proseguendo per la fitta
trama di vicoli che si intrecciano e si incrociano si arriva
nel punto più alto della Medina, l'antica Kasba, maestosa
cittadella ingranditasi nel corso dei secoli. Al centro, con la
con dos pesados pilares cruciformes que la dividen en dos
bóvedas desiguales.
Y ahora llega el momento de gloria para los amantes del
regateo en cualquier idioma del mundo, desde especias que
pican y despiertan nuestro olfato a olores que permanecerán
en nuestra memoria. Estamos en el “souq”, su lado cubierto
empieza en rue d’Angleterre. Si se buscan tejidos hay que
continuar por er-Reba y hacia el-Caid para los talleres de los
herreros. Hasta llegar a rue de Paris, en un sinfín de cerámicas,
tejidos, joyas y perfumes. Un recorrido excelente para amantes
de compras genuinas. Ignorado por muchos, aquí se encuentra
un pequeño pero recomendable museo: el-Kobba, dedicado
al arte y a las tradiciones locales, que cuenta con una cafetería
árabe reconstruida. Otro consejo: merece la pena subir a la
terraza desde donde, mirando hacia abajo, se puede observar
el elegante minarete de zaouia Zakkak, una antigua morada cerrada
al público.
Continuando hacia rue el-Mar y rue el-Hadira se llega a la
cisterna románica Sofra, a la pequeña mezquita de Sidi Ali
el-Ammar y a la mezquita de Bou Ftata. Continuando por la
densa red de callejones que se entrelazan y entrecuzan, se llega
al punto más alto de la Medina, la antigua Kasba, majestuosa
ciudadela que se ha ido ampliando con el paso de los siglos. En
el centro sobresale Jalef, el "manar", su magnífica torre cuadrada,
inicialmente construída como torre de vigilancia que posteri-
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