Poste Italiane SpA - Sped. in abb. post. - DL 353/2003 (conv. in L. 27 ...

DALLE MISSIONI
Esparcir la palabra de Dios
Cada Sierva de María Dolorosa debe renunciar así misma
y encarnarce en el pueblo al que es enviada
El Señor nos ha elegido para enviarnos
hacia los extremos confines de
la tierra como testimonios de su amor
misericordioso para cada uno de nuestros
hermanos, es así como nuestra
Congregación está presente también
en las misiones y hoy especialmente en
Burundi-África. Así como Cristo dejó
la gloria del Padre y se hizo hombre,
cada Sierva de María Dolorosa que
desea esparcir la Palabra de Dios y su
amor infinito debe renunciar así misma
y encarnarce en el pueblo al que es
enviada, cierto con la gracia de Dios y
conscientes de que todo se puede en
Aquel que nos fortalece. Esparcir la
Palabra de Dios es una gran respon-
sabilidad para todo cristiano y especialmente
para nosotras como consagradas,
no es fácil ya que requiere de
tanta humildad, generosidad y amor,
ese grande amor que Jesús nos demostró
al venir a este mundo y dar su vida
por cada uno de nosotros. Él tiene
sed de nuestra pequeña y limitada humanidad
pero preciosa a sus ojos, nos
recuerda que el amor es la fuente de
donde todos debemos beber para llevar
a cabo la misión que el Señor nos
ha confiado.
El carisma del anuncio del Evangelio
nacerá siempre de un doble y único
amor: el amor a Cristo y el amor de
Cristo por la humanidad. La Iglesia
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