2007, 2 52. liburukia (2. aldia) BILBO - Euskaltzaindia

TXILLARDEGI ETA (KRISTAU?) ERLIJIOA - Sebastian Gartzia Trujillo 7 9
Plotino, cuya influencia, que en la filosofía cristiana de la religión se extiende por lo
menos hasta Hegel (SG, hasta el nacimiento del existencialismo), sometió repetidamente
a la teología al yugo de un estricto pensamiento de la identidad... el axioma gnoseológico
de que “sólo lo semejante conoce a lo semejante” inició su anónimo imperio
en la teología cristiana. Pero este axioma representa el más alto escalón reflexivo de
la intemporal autorreflexión del Absoluto: en sí mismo, el tiempo (SG, la vida histórica,
el yo reivindicado por el existencialismo) no tiene la más mínima autorreflexión
del Absoluto. El originario axioma gnoseológico de la idea bíblica de Dios debería
rezar, por el contrario, como sigue: “Sólo lo que es diferente entre sí puede conocerse
mutuamente desde el reconocimiento”. Admiración, expectativa, curiosidad (SG, lamento,
canto...); todo ello pertenece a la estructura cognitiva de una teología comprometida
con la idea bíblica de Dios».
(96) GUIJARRO OPORTO, S., «Jesús, el hombre: investigación histórica», in
Jesús de Nazaret. Perspetivas, PPC-Fundación Santa María, 2003, 5-6. or.: «Se trata,
efectivamente, de un tema central para una disciplina –la exégesis y, en última instancia,
la teología– que quiere dialogar con la cultura en la que vive».