La guerre des Malouines dans les relations internationales

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06.07.2013 Views

Annexes Página 47: Por otra parte, no es dificil anticipar la decision de los habitantes de las islas. Ella es por demás conocida, esta manipulada por la compañía monopoliza y por los intereses representados por el Committee de las islas; nadie necesita consultar esos deseos para saber en qué consisten. El resultado de la encuesta estaba y esta a la vista; estaba y esta proclamado de antemano. Los británicos sabían y saben que si lograban minar la resolución 2065 o debilitarla, el caso estaba ganado; sabian y saben tambien que, en cambio, si la resolucion mantiene su plena vigencia y la Argentina exige su respeto y cumplimiento, tarde o temprano deberan reconocer la soberania argentina sobre las islas. Esta cuestión constituye el fondo del problema actual. Página 53: Shackleton describia la situacion social de las islas y decia que los islenos vivian en una etapa feudal; que desde hacia muchas generaciones su vida o su crecimiento estaban condicionados y detenidos por la falta de interes del gobierno de Londres y por la actitud monopolitica y mesquina de la Falkland islands Company. Pero fue sin duda su última conclusión la que resulto más sorprendente e incomoda para los británicos. Los isleños, decía Shackleton con sorprendente sinceridad, no están, debido a su lejana independencia, en condiciones de analizar la situación con realismo y elegir con libertad. Página 53: Pasados estos incidentes y analizado el informe Shackleton, el Foreign Office advirtio una vez más la debilidad de su posicion y comenzo a temer las represalias argentinas. Sabia que la Argentina podía suspender los servicios aéreos y las comunicaciones con las islas y dejarlas aisladas, obligando a Gran Bretaña a llevar a cabo un esfuerzo económico y administrativo que no tenia deseo alguno de cumplir. El gobierno de Londres empleo entonces un recurso de emergencia, que volvería a utilizar en el momento culminante del incidente de las islas Georgias: propone el envio a Buenos Aires de un funcionario del más alto rango para negociar el problema concreto y eventualemente toda la cuestion. Página 59/60: Ridley vuelve a las islas en noviembre de 1980. Londres había comenzado a evaluar y temer el riesgo de negarse a la posibilidad de una negociación seria. Ridley es franco con los isleños, les dice como no le había dicho antes Rowlands, que aislados de la Argentina carecían de futuro económico, les dice además que Gran Bretaña no puede asumir la defensa militar de las islas. Pero agrega algo nuevo y muy importante: afirma que no podía que descartar que la Argentina, cansada, pudiera intentar una solución militar; los islenos, acaso por primera vez, advierten el peligro. Ridley estuvo a punto de convencerlos; algunos consejeros comenzaron a discutir el tema; Otros llegaron a manifestar que si el gobierno argentino le diera 10.000 libras y un boleto para viajar, la mayoría de los propietarios abandonaría las islas. 757

Annexes Página 60: Ridley debio hacer personalmente la presentacion en los comunes. El fracaso de Ridley fue total. Ridley fue destrozado por lo representantes laboristas y atacado sin piedad tambien por los conservadores, sus propios correligionarios, que no estaban dispuestos a permitir que los laboristas les robaran las banderas nacionalistas ni los beneficios de los reditos que siempre aportan estas actitudes. Ridley termino esa tarde su carrera política…. Ni Lord Carrington ni Ridley habían medido el valor y la fuerza de su oponente: el Falkland Islands Company, el Comité de las Islas en Londres. 758

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Página 47: Por otra parte, no es dificil anticipar la decision de los habitantes de las islas. Ella<br />

es por demás conocida, esta manipulada por la compañía monopoliza y por los intereses<br />

representados por el Committee de las islas; nadie necesita consultar esos <strong>des</strong>eos para saber<br />

en qué consisten. El resultado de la encuesta estaba y esta a la vista; estaba y esta proclamado<br />

de antemano. Los británicos sabían y saben que si lograban minar la resolución 2065 o<br />

debilitarla, el caso estaba ganado; sabian y saben tambien que, en cambio, si la resolucion<br />

mantiene su plena vigencia y la Argentina exige su respeto y cumplimiento, tarde o temprano<br />

deberan reconocer la soberania argentina sobre las islas. Esta cuestión constituye el fondo del<br />

problema actual.<br />

Página 53: Shackleton <strong>des</strong>cribia la situacion social de las islas y decia que los islenos vivian<br />

en una etapa feudal; que <strong>des</strong>de hacia muchas generaciones su vida o su crecimiento estaban<br />

condicionados y detenidos por la falta de interes del gobierno de Londres y por la actitud<br />

monopolitica y mesquina de la Falkland islands Company. Pero fue sin duda su última<br />

conclusión la que resulto más sorprendente e incomoda para los británicos. Los isleños, decía<br />

Shackleton con sorprendente sinceridad, no están, debido a su lejana independencia, en<br />

condiciones de analizar la situación con realismo y elegir con libertad.<br />

Página 53: Pasados estos incidentes y analizado el informe Shackleton, el Foreign Office<br />

advirtio una vez más la debilidad de su posicion y comenzo a temer las represalias argentinas.<br />

Sabia que la Argentina podía suspender los servicios aéreos y las comunicaciones con las islas<br />

y dejarlas aisladas, obligando a Gran Bretaña a llevar a cabo un esfuerzo económico y<br />

administrativo que no tenia <strong>des</strong>eo alguno de cumplir. El gobierno de Londres empleo<br />

entonces un recurso de emergencia, que volvería a utilizar en el momento culminante del<br />

incidente de las islas Georgias: propone el envio a Buenos Aires de un funcionario del más<br />

alto rango para negociar el problema concreto y eventualemente toda la cuestion.<br />

Página 59/60: Ridley vuelve a las islas en noviembre de 1980. Londres había comenzado a<br />

evaluar y temer el riesgo de negarse a la posibilidad de una negociación seria. Ridley es<br />

franco con los isleños, <strong>les</strong> dice como no le había dicho antes Rowlands, que aislados de la<br />

Argentina carecían de futuro económico, <strong>les</strong> dice además que Gran Bretaña no puede asumir<br />

la defensa militar de las islas. Pero agrega algo nuevo y muy importante: afirma que no podía<br />

que <strong>des</strong>cartar que la Argentina, cansada, pudiera intentar una solución militar; los islenos,<br />

acaso por primera vez, advierten el peligro. Ridley estuvo a punto de convencerlos; algunos<br />

consejeros comenzaron a discutir el tema; Otros llegaron a manifestar que si el gobierno<br />

argentino le diera 10.000 libras y un boleto para viajar, la mayoría de los propietarios<br />

abandonaría las islas.<br />

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