17.02.2013 Views

el-libro-de-urantia-3ed

el-libro-de-urantia-3ed

el-libro-de-urantia-3ed

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

1996<br />

La vida <strong>de</strong> Jesús — Capítulo 185<br />

Pero Jesús difícilmente podía contestar estas preguntas cuando eran<br />

efectuadas por un juez débil, vacilante, que temía a los hombres, y que era tan<br />

injusto como para hacerlo azotar incluso <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberlo <strong>de</strong>clarado inocente<br />

<strong>de</strong> todo d<strong>el</strong>ito, y antes <strong>de</strong> haber sido <strong>de</strong>bidamente con<strong>de</strong>nado a muerte. Jesús miró<br />

a Pilatos directamente a la cara, pero no le contestó. Entonces dijo Pilatos: “¿Te<br />

niegas a hablarme? ¿No te das cuenta <strong>de</strong> que aún tengo <strong>el</strong> po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> liberarte o <strong>de</strong><br />

crucificarte?” Entonces Jesús le dijo: “No podrías tener ningún po<strong>de</strong>r sobre mí si<br />

no fuera consentido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> arriba. No podrías ejercer ninguna autoridad sobre <strong>el</strong><br />

Hijo d<strong>el</strong> Hombre a menos que lo permita <strong>el</strong> Padre que está en los ci<strong>el</strong>os. Pero no<br />

eres tan culpable puesto que ignoras <strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io. El que me ha traicionado y <strong>el</strong><br />

que me ha entregado a ti son los que tienen <strong>el</strong> mayor pecado.”<br />

Esta última conversación con Jesús aterrorizó completamente a Pilatos. Este<br />

hombre moralmente cobar<strong>de</strong>, este juez débil, tenía que luchar ahora contra <strong>el</strong> doble<br />

peso d<strong>el</strong> temor supersticioso a Jesús y d<strong>el</strong> miedo mortal a los dirigentes judíos.<br />

Pilatos apareció <strong>de</strong> nuevo ante <strong>el</strong> gentío, diciendo: “Estoy seguro <strong>de</strong> que este<br />

hombre sólo es un d<strong>el</strong>incuente r<strong>el</strong>igioso. Deberíais cogerlo y juzgarlo según<br />

vuestra ley. ¿Por qué esperáis que yo acceda a que muera porque se ha opuesto a<br />

vuestras tradiciones?”<br />

Pilatos estaba casi dispuesto a soltar a Jesús cuando Caifás, <strong>el</strong> sumo sacerdote,<br />

se acercó al cobar<strong>de</strong> juez romano, agitó un <strong>de</strong>do vengativo d<strong>el</strong>ante <strong>de</strong> la cara <strong>de</strong><br />

Pilatos, y dijo estas palabras irritadas que toda la multitud pudo escuchar: “Si<br />

su<strong>el</strong>tas a este hombre, no eres amigo d<strong>el</strong> césar, y procuraré que <strong>el</strong> emperador se<br />

entere <strong>de</strong> todo.” Esta amenaza pública fue <strong>de</strong>masiado para Pilatos. El temor por<br />

sus bienes personales eclipsó ahora cualquier otra consi<strong>de</strong>ración, y <strong>el</strong> cobar<strong>de</strong><br />

gobernador or<strong>de</strong>nó que Jesús fuera traído ante <strong>el</strong> tribunal. Cuando <strong>el</strong> Maestro<br />

estuvo allí d<strong>el</strong>ante <strong>de</strong> <strong>el</strong>los, Pilatos lo señaló con <strong>el</strong> <strong>de</strong>do y dijo en tono burlón:<br />

“Aquí está vuestro rey.” Y los judíos respondieron: “¡Acaba con él! ¡Crucifícalo!”<br />

Entonces dijo Pilatos, con mucha ironía y sarcasmo: “¿Voy a crucificar a vuestro<br />

rey?” Y los judíos respondieron: “Sí, ¡crucifícalo! No tenemos más rey que al<br />

césar.” Entonces Pilatos se dio cuenta <strong>de</strong> que no había ninguna esperanza <strong>de</strong><br />

salvar a Jesús, puesto que no estaba dispuesto a <strong>de</strong>safiar a los judíos.<br />

8. EL TRÁGICO ABANDONO DE PILATOS<br />

Allí estaba <strong>el</strong> Hijo <strong>de</strong> Dios, encarnado como Hijo d<strong>el</strong> Hombre. Había sido<br />

arrestado sin acusación, acusado sin pruebas, juzgado sin testigos, castigado sin<br />

veredicto, y pronto iba a ser con<strong>de</strong>nado a muerte por un juez injusto que había<br />

confesado que no podía encontrar ninguna falta en él. Si Pilatos había creído<br />

ap<strong>el</strong>ar al patriotismo <strong>de</strong> la gente llamando a Jesús <strong>el</strong> “rey <strong>de</strong> los judíos”, se había<br />

equivocado por completo. Los judíos no esperaban ningún rey <strong>de</strong> este tipo. La<br />

<strong>de</strong>claración <strong>de</strong> los jefes <strong>de</strong> los sacerdotes y los saduceos “No tenemos más rey que<br />

al césar” impactó incluso a la plebe irreflexiva, pero ya era <strong>de</strong>masiado tar<strong>de</strong> para<br />

salvar a Jesús, aunque <strong>el</strong> gentío se hubiera atrevido a abrazar la causa d<strong>el</strong> Maestro.<br />

Pilatos temía un alboroto o un motín. No se atrevía a arriesgarse a tener este<br />

tipo <strong>de</strong> disturbios durante la época <strong>de</strong> la Pascua en Jerusalén. Recientemente<br />

había recibido una reprimenda d<strong>el</strong> césar, y no quería arriesgarse a recibir otra. El<br />

gentío aplaudió cuando or<strong>de</strong>nó que soltaran a Barrabás. Luego or<strong>de</strong>nó que le<br />

trajeran una palangana y un poco <strong>de</strong> agua, y se lavó las manos allí mismo d<strong>el</strong>ante<br />

<strong>de</strong> la multitud, diciendo: “Soy inocente <strong>de</strong> la sangre <strong>de</strong> este hombre. Estáis<br />

<strong>de</strong>cididos a que muera, pero no he encontrado ninguna culpa en él. Allá vosotros.<br />

Los soldados se lo llevarán.” Entonces <strong>el</strong> gentío aplaudió y replicó: “Que su sangre<br />

caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos.”

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!