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Capítulo <strong>40</strong><br />

Vacunas frente a la fiebre tifoidea<br />

MYRON M. LEVINE<br />

Historia<br />

La fiebre tifoidea es una infección aguda<br />

generalizada del sistema reticuloendotelial,<br />

del tejido linfoide intestinal y de la<br />

vesícula biliar, causada por Salmonella<br />

Typhi. La enfermedad clínica presenta<br />

un amplio espectro; las formas más graves se caracterizan<br />

por fiebre alta persistente, molestias abdominales, malestar<br />

general y cefalea. En la era preantibiótica la enfermedad se<br />

prolongaba varias semanas y su tasa de letalidad era del 10-<br />

20% aproximadamente.<br />

Antes del primer cuarto del siglo XIX, la fiebre tifoidea no<br />

se reconocía como una entidad clínica independiente y solía<br />

confundirse con otros síndromes febriles prolongados, especialmente<br />

con el tifus producido por distintas especies de<br />

Rickettsia. No hay acuerdo sobre quién fue el primero en diferenciar<br />

claramente al tifus de la fiebre tifoidea (es decir, similar<br />

al tifus). Los historiadores médicos han expresado sus<br />

distintos puntos de vista sobre quién merece ser reconocido<br />

como responsable de este esclarecimiento clínico. Algunos<br />

lo atribuyen a Huxham (1782), 1 otros a Louis (1829), 2 a<br />

Gerhard (1837) 3 o a Schoenlein (1839). 4 Gerhard, en<br />

Filadelfia, sostuvo que existían dos enfermedades febriles<br />

similares, aunque distintas y claramente diferenciables entre<br />

sí en función de sus características anatomopatológicas; una<br />

de estas enfermedades, la fiebre tifoidea, presentaba importantes<br />

lesiones intestinales. Schoenlein se refirió a dos tipos<br />

distintos de tifus: el “exantemático” y el “abdominal”. Sin<br />

embargo, William Jenner disipó definitivamente las dudas<br />

en torno a este tema. 5,6 En función de sus observaciones<br />

durante las autopsias, ofreció descripciones precisas de las<br />

características clínicas y anatomopatológicas que permitieron<br />

diferenciar claramente las dos enfermedades. Sostuvo<br />

que las lesiones en las placas de Peyer y los ganglios linfáticos<br />

mesentéricos eran características de la fiebre tifoidea y<br />

que nunca se encontraban en el tifus. En 1847 se introdujo<br />

la denominación fiebre entérica, en un intento por reemplazar<br />

la de fiebre tifoidea y así evitar que se confundiera con el<br />

tifus. 7 Aunque esta denominación se usa con frecuencia, de<br />

ninguna manera ha reemplazado los nombres fiebre tifoidea y<br />

paratifoidea en el lenguaje habitual.<br />

William Budd publicó en 1873 un libro, Typhoid Fever:<br />

Its Nature, Mode of Spreading and Prevention, 8 un hito de la<br />

epidemiología pues, años antes de que se identificara el<br />

microorganismo causal, ya afirmaba que la enfermedad era<br />

contagiosa y se transmitía por el agua contaminada con<br />

materia fecal. Eberth (1880) 9 visualizó el bacilo causante en<br />

tejidos obtenidos de pacientes infectados y Gaffky (1884) 10<br />

logró su proliferación en cultivo puro. Conocido antiguamente<br />

como Bacillus typhosus, Eberthella typhosa, Salmonella<br />

typhi y Salmonella typhosa, actualmente se denomina<br />

Salmonella enterica serotipo Typhi (Salmonella Typhi). 11,12<br />

Salmonella Paratyphi A y B también producen fiebre<br />

entérica (fiebre paratifoidea), que en la mayoría de los casos<br />

es clínicamente indistinguible de la fiebre tifoidea. En general,<br />

cuando la fiebre entérica es endémica, en el 90% de los<br />

casos es fiebre tifoidea y el resto es paratifoidea.<br />

Ya en 1896, Pfeiffer y Kolle 13 en Alemania y Wright en<br />

Inglaterra 14 habían desarrollado vacunas de administración<br />

parenteral con S. Typhi inactivado con calor y conservado<br />

en fenol. Wright administró su vacuna (tres dosis a intervalos<br />

de dos semanas) a dos oficiales médicos del ejército de la<br />

India, uno de los cuales a partir de entonces ingirió bacilos<br />

de tifoidea primigenios sin contraer la enfermedad. Después<br />

de esto, Wright probó su vacuna en 2835 voluntarios del<br />

mismo ejército. 15 Si bien las reacciones adversas locales y<br />

generalizadas fueron frecuentes, los resultados se consideraron<br />

lo suficientemente alentadores como para que se decidiera<br />

vacunar a las tropas que partían hacia Sudáfrica para<br />

luchar en la Guerra de los Boer. Las quejas sobre las frecuentes<br />

reacciones adversas hicieron que se suspendiera la<br />

vacunación. Sin embargo, ante la insistencia de Wright, se<br />

formó una comisión investigadora para analizar la información<br />

sobre las reacciones adversas y la eficacia de la vacuna.<br />

Esa comisión llegó a la conclusión de que la vacuna era eficaz<br />

y que su valor para la prevención de la fiebre tifoidea<br />

superaba las desventajas de las reacciones adversas. Por consiguiente,<br />

en la época de la Primera Guerra Mundial la<br />

vacunación frente a la fiebre tifoidea era prácticamente<br />

habitual en el ejército británico.<br />

Importancia de la fiebre tifoidea<br />

Las condiciones sanitarias precarias, la falta de tratamiento<br />

de las aguas y la presencia de portadores crónicos o transitorios<br />

de S. Typhi (que sirven de reservorio de la infección)<br />

<strong>1099</strong>


1100 VACUNAS PARA CIRCUNSTANCIAS ESPECIALES<br />

favorecen la transmisión de la fiebre tifoidea. En estas circunstancias,<br />

el agua para consumo puede estar contaminada<br />

con materia fecal humana. En regiones endémicas, la fiebre<br />

tifoidea alcanza su máxima incidencia típicamente en niños<br />

de edad escolar. Es el principal riesgo de enfermedad intestinal<br />

para los niños de países en vías de desarrollo, una vez que<br />

han sobrevivido a los peligros de las infecciones diarreicas y<br />

disentéricas que los afectan durante los primeros cinco años<br />

de vida.<br />

En la era preantibiótica, la fiebre tifoidea era una enfermedad<br />

muy temida pues se asociaba con una mortalidad del<br />

10-20%. Después, cuando en 1948 se comprobó que el cloranfenicol<br />

(y más tarde, algunos otros antibióticos) permitía<br />

tratarla con éxito, con el consiguiente descenso de la letalidad<br />

por debajo del 1%, las vacunas antitifoideas se convirtieron<br />

históricamente en un indicador de la prevalencia de<br />

las cepas de S. Typhi resistentes a los antibióticos. El interés<br />

por estas vacunas disminuyó a medida que fueron apareciendo<br />

antibióticos de administración oral eficaces y de bajo<br />

coste y se reavivaba únicamente cuando aparecían cepas<br />

resistentes que dificultaban el tratamiento. Aproximadamente<br />

a partir de la década de 1990, empezaron a expandirse<br />

en toda Asia y el nordeste de África cepas de S. Typhi<br />

con resistencia codificada por plásmidos a todos los antibióticos<br />

orales, que eran el pilar del tratamiento en las décadas<br />

de 1970 y 1980 (cloranfenicol, trimetoprim-sulfametoxazol y<br />

amoxicilina). 16–22 El surgimiento de fiebre tifoidea resistente<br />

a múltiples antibióticos en la última década del siglo XX<br />

llevó a un aumento en la incidencia de casos graves, hospitalizaciones<br />

y complicaciones, y a una mayor mortalidad por<br />

esta enfermedad. 16–19,22<br />

Información general<br />

Descripción clínica de la fiebre tifoidea<br />

y sus complicaciones más frecuentes<br />

La fiebre tifoidea puede presentar un amplio espectro de<br />

gravedad clínica. La enfermedad clásica en toda su magnitud<br />

comienza con malestar general, anorexia, mialgia, fiebre<br />

que aumenta gradualmente hasta alcanzar los 39-<strong>40</strong>°C,<br />

molestias abdominales y cefalea. 23–25 La tos de tipo bronquitis<br />

es frecuente en la primera etapa de la enfermedad. La fiebre<br />

suele pasar por tres etapas. Al principio aumenta<br />

gradualmente, con incrementos diarios de 0,5-1°C. Después<br />

de 5-7 días, se estabiliza en 39-41°C; sin tratamiento antimicrobiano<br />

adecuado, se mantiene en este nivel durante<br />

aproximadamente 10-14 días. Por último, durante la convalecencia,<br />

disminuye también en forma gradual en un lapso<br />

de varios días. En el período de fiebre continua, aproximadamente<br />

el 20% de los pacientes de raza blanca presenta<br />

exantema (denominado roséola o manchas rosadas), con<br />

máculas sutiles de color salmón de un tamaño de 2-4 mm,<br />

que se blanquean con la presión. Estas manchas rosadas se<br />

observan sobre todo en el tórax, el abdomen y la espalda, y<br />

de ellas se pueden tomar muestras para el cultivo de S.<br />

Typhi. 26 El estreñimiento es típico en jóvenes y adultos,<br />

mientras que los niños pequeños pueden presentar diarrea.<br />

El recuento de leucocitos en sangre periférica de personas<br />

con fiebre tifoidea generalmente es inferior a 4500/mm3 , lo<br />

que ayuda al diagnóstico diferencial. También es común la<br />

trombocitopenia, con un recuento de plaquetas inferior a<br />

80.000/mm 3 . La mayoría de los pacientes presenta disfunción<br />

hepática, detectada por un leve aumento de las transaminasas<br />

séricas. Antes de que existieran los antibióticos del grupo<br />

de las fluoroquinolonas, como ciprofloxacino, alrededor del<br />

10% de los pacientes tratados con los antimicrobianos más<br />

antiguos, como cloranfenicol, trimetoprim-sulfametoxazol o<br />

amoxicilina, sufrían recaídas clínicas, durante las cuales la<br />

enfermedad era mucho más leve.<br />

Dos de las complicaciones más temidas de la fiebre tifoidea,<br />

la perforación y la hemorragia intestinal, son consecuencia<br />

de las graves lesiones intestinales que son un componente<br />

importante de la patología de la infección por S. Typhi. Estas<br />

complicaciones afectan a aproximadamente el 0,5-1% de los<br />

pacientes y son más frecuentes en aquellos que han estado<br />

enfermos durante varias semanas sin recibir el tratamiento<br />

antibiótico adecuado. Otras complicaciones menos frecuentes<br />

son la hepatitis, el empiema, la osteomielitis y la psicosis.<br />

Menos frecuente todavía son la artritis, la meningitis, la miocarditis<br />

y el empiema de la vesícula biliar. En Indonesia es<br />

común una forma muy grave de fiebre tifoidea caracterizada<br />

por disfunción cerebral, con obnubilación, delirio o coma y<br />

conmoción. 27 La tasa de letalidad de esta forma de la enfermedad<br />

supera el 20%, a menos que se administren corticosteroides<br />

además de los antibióticos apropiados. 27<br />

Si bien los lactantes pueden presentar formas clínicas graves<br />

de fiebre tifoidea, la bacteriemia por S. Typhi en niños de<br />

menos de 2 años a menudo es sorprendentemente leve y clínicamente<br />

no se reconoce como fiebre entérica. 28,29<br />

Alrededor del 2-5% de los pacientes que padecen fiebre<br />

tifoidea, según variables como la edad y el sexo, se convierten<br />

en portadores crónicos del microorganismo en la vesícula<br />

biliar. 30,31 Menos frecuente es la colonización renal crónica.<br />

Bacteriología<br />

La clasificación taxonómica del género Salmonella continúa<br />

evolucionando y causa considerable confusión. Originalmente<br />

se basaba en la relación con síndromes clínicos definidos. La<br />

clasificación serológica de Kauffman-White consideró especie<br />

a cada serotipo O:H específico y no tardó en hacerse engorrosa.<br />

En 1980, la Lista Aprobada incluyó cinco especies: S.<br />

enteritidis, S. typhi, S. typhimurium, S. cholerasuis y S. arizonae.<br />

32 La clasificación más reciente, basada en la relación con<br />

el ADN y el análisis molecular, reduce el género Salmonella a<br />

dos especies: S. enterica y S. bongori. Salmonella enterica se subdivide<br />

a la vez en subespecies que se designan con números<br />

romanos. 11,12,33 Los serotipos dentro de la subespecie S. enterica<br />

I se siguen designando casi siempre por su antigua denominación<br />

de género y especie. Así por ejemplo, para evitar confusiones,<br />

en la mayoría de las publicaciones internacionales de<br />

microbiología, infectología, epidemiología y vacunología se<br />

sigue llamando Salmonella typhi o Salmonella Typhi a S. enterica<br />

serotipo Typhi. Ateniéndonos a la clasificación más actual, en<br />

el presente capítulo utilizaremos la denominación S. Typhi.<br />

Desde el punto de vista serológico, S. Typhi pertenece al<br />

grupo D del género Salmonella debido a sus antígenos lipopolisacáridos<br />

(LPS) O 9 y 12. 34 Es un bacilo móvil que lleva en<br />

sus flagelos peritricos el antígeno flagelar (H) d, que también<br />

se encuentra en aproximadamente otros 80 bioserotipos de<br />

Salmonella. 34 Ocasionalmente se han aislado en Indonesia<br />

cepas con flagelos que contienen otros antígenos (j y z66). 35,36


Las cepas aisladas recientemente de pacientes expresan en su<br />

superficie una cápsula polisacárida, el antígeno Vi (denominado<br />

así por su virulencia). 34,37–<strong>40</strong> El antígeno Vi es un homopolímero<br />

del ácido N-acetil galacturónico 41–43 y su presencia<br />

impide que los anticuerpos anti-O se unan al antígeno O. 38<br />

Como se verá más adelante, existen pruebas de que los antígenos<br />

O, Vi y H están involucrados en la protección que confieren<br />

ciertas vacunas antitifoideas.<br />

En lo que respecta a la microbiología clínica, S. Typhi es<br />

notoriamente más homogénea que otras especies de Salmonella.<br />

Rara vez muestra variabilidad bioquímica o serológica.<br />

Una excepción a esto es el pequeño porcentaje de cepas<br />

aisladas en Indonesia que contienen el antígeno flagelar j o<br />

z66, en lugar del d. Anteriormente, sólo el lisotipado con bacteriófagos<br />

virulentos permitía diferenciar cepas provenientes<br />

de distintas zonas geográficas. Desde hace algún tiempo,<br />

varias técnicas epidemiológicas moleculares, como la electroforesis<br />

en gel de campo pulsado y el ribotipado, permiten diferenciar<br />

cepas de S. Typhi de distintos orígenes. 44–49<br />

Salmonella Typhi no fermenta la lactosa; produce sulfuro<br />

de hidrógeno (H 2 S) pero no gas. Por consiguiente, las colonias<br />

sospechosas se ponen de manifiesto en medios que<br />

habitualmente contienen lactosa, como agar Salmonella-shigella<br />

o agar de MacConkey, como colonias sin lactosa. El<br />

patrón bioquímico en agar triple azúcar-hierro es bastante<br />

característico: presenta un fondo ácido sin gas, una superficie<br />

inclinada alcalina y evidente producción de H 2 S. Las<br />

cepas recién aisladas típicamente se aglutinan con el antígeno<br />

Vi, pero no necesariamente con el antisuero del grupo<br />

D. Sin embargo, si las bacterias se hierven para eliminar la<br />

cápsula Vi, inmediatamente se produce una reacción frente<br />

al antisuero del grupo D.<br />

Se ha descifrado la secuencia completa del genoma de<br />

4.809.037 pb de la cepa CT 18 de S. Typhi resistente a múltiples<br />

antibióticos. 50 Alrededor del 70-80% de la estructura<br />

central del genoma está formada por genes similares en<br />

secuencia y orden a los de Escherichia coli y otras especies del<br />

género Salmonella. A lo largo de esta estructura central, se<br />

intercalan grupos de genes específicos de S. enterica y S.<br />

Typhi (es decir, genes ausentes en S. Typhimurium y en otros<br />

subtipos de S. enterica) y más de 200 pseudogenes (incluidos<br />

varios que intervienen en la virulencia de S. Typhimurium).<br />

Además del plásmido de 218.150 pb que codifica para la<br />

resistencia a los antibióticos, se ha identificado otro plásmido<br />

de 106.516 pb que muestra una derivación común con<br />

el plásmido de virulencia pFra de Yersinia pestis. 50,51<br />

Patogenia<br />

Patogenia de la fiebre tifoidea aguda<br />

Salmonella Typhi y S. Paratyphi A y B son bacterias altamente<br />

invasoras que atraviesan la mucosa intestinal de los<br />

seres humanos de manera rápida y eficiente hasta llegar al<br />

sistema reticuloendotelial, donde, tras un período de incubación<br />

de 8-14 días, desencadenan una enfermedad generalizada.<br />

52 S. Typhi es un patógeno que se adapta bien al<br />

hospedador. Los seres humanos son el único hospedador<br />

natural y el reservorio de la infección.<br />

Nuestros conocimientos de la patogenia de la fiebre tifoidea<br />

provienen de cuatro fuentes: 1) observaciones clínico-patológicas<br />

en seres humanos, 53,54 2) estudios con voluntarios, 55 3) estu-<br />

VACUNAS FRENTE A LA FIEBRE TIFOIDEA 1101<br />

dios en chimpancés 56,57 y 4) analogías extraídas de la infección<br />

por S. Typhimurium y S. Enteritidis en ratones (el modelo del<br />

“ratón tifoideo”). 58,59 A continuación se resumen los probables<br />

pasos de la patogenia de la infección por S. Typhi en seres<br />

humanos.<br />

Los hospedadores humanos susceptibles ingieren los<br />

microorganismos causales con el agua o los alimentos contaminados.<br />

La cantidad de bacilos ingeridos y el vehículo de la<br />

ingestión influyen notablemente en la tasa de ataque y también<br />

en el período de incubación. Dosis de 10 9 y 10 8 de S.<br />

Typhi patógeno ingeridas en 45 ml de leche desnatada indujeron<br />

la enfermedad clínica en el 98% y el 89% de los voluntarios<br />

respectivamente. Del 28% al 55% de los voluntarios<br />

que ingirieron dosis de 10 5 microorganismos presentaron la<br />

enfermedad, mientras que no la presentó ninguno de los<br />

catorce que ingirieron dosis de 10 3 microorganismos. 55<br />

Una vez que los bacilos ingeridos pasan a través del<br />

píloro y llegan al intestino delgado, atraviesan rápidamente<br />

el epitelio mucoso para alcanzar la lámina propia mediante<br />

dos mecanismos alternativos. Uno de estos mecanismos<br />

invasores consiste en la absorción activa de los bacilos por<br />

las células M, 60–62 las células epiteliales en forma de cúpula<br />

que recubren las placas de Peyer y demás tejido linfoide<br />

organizado del intestino. Desde allí, penetran en las células<br />

mononucleares y dendríticas del tejido linfoide subyacente.<br />

Se cree que el segundo mecanismo de invasión, bien diferente,<br />

consiste en la internalización de los bacilos por los<br />

enterocitos, desde donde ingresan en las vacuolas unidas a<br />

la membrana que atraviesan la célula y finalmente liberan<br />

las bacterias en la porción basal del enterocito, sin destruirlo.<br />

Takeuchi documentó de forma muy descriptiva por<br />

microfotografía electrónica el paso similar de S. Typhimurium<br />

a través de la mucosa intestinal. 63 También se ha sugerido una<br />

tercera vía de ingreso paracelular. 64<br />

Al llegar a la lámina propia del hospedador no inmune,<br />

los bacilos de la fiebre tifoidea generan una entrada de<br />

macrófagos que los ingieren, pero que en general no son<br />

capaces de matarlos. Aparentemente, algunos bacilos permanecen<br />

en los macrófagos del tejido linfoide del intestino<br />

delgado. Otros pasan a los ganglios linfáticos mesentéricos,<br />

donde siguen multiplicándose y son ingeridos por los macrófagos.<br />

Se cree que poco tiempo después de la invasión de la<br />

mucosa intestinal, sobreviene una bacteriemia primaria en<br />

la cual células fagocíticas fijas del sistema reticuloendotelial<br />

filtran los microorganismos de S. Typhi de la circulación. Se<br />

supone que en esta primera etapa los bacilos llegan al<br />

torrente sanguíneo principalmente en la linfa que proviene<br />

de los ganglios mesentéricos, para llegar al conducto torácico<br />

y finalmente a la circulación general. Cabe la posibilidad<br />

de que si se ingiere una gran cantidad de bacilos que<br />

después invaden ampliamente la mucosa intestinal, se produzca<br />

una diseminación rápida y directa en el torrente sanguíneo.<br />

Como consecuencia de esta bacteriemia primaria, el<br />

patógeno alcanza rápidamente un refugio intracelular en los<br />

órganos del sistema reticuloendotelial, donde reside durante<br />

el período de incubación (generalmente de 8 a 14 días)<br />

hasta que comienza la fiebre tifoidea clínica.<br />

La enfermedad clínica se acompaña de una bacteriemia<br />

“secundaria” bastante prolongada. En su estudio sobre pruebas<br />

de provocación con S. Typhi administradas a voluntarios,<br />

Hornick y colaboradores comunicaron que un voluntario que<br />

comenzó con un ciclo de siete días con cloranfenicol oral sólo


1102 VACUNAS PARA CIRCUNSTANCIAS ESPECIALES<br />

un día después de haber ingerido una cepa patógena de S.<br />

Typhi presentó la enfermedad clínica a los nueve días de haber<br />

suspendido el antibiótico. 55 Este estudio muestra que los bacilos<br />

han alcanzado su refugio intracelular dentro de las 24 horas<br />

siguientes a la ingestión.<br />

El antígeno Vi es un factor de virulencia. 37,<strong>40</strong>,65 Felix y Pitt,<br />

que lo describieron por primera vez y le dieron su nombre,<br />

mostraron que el antígeno Vi aumentaba la patogenicidad de<br />

S. Typhi en ratones. 37,65 Prácticamente todas las cepas recién<br />

aisladas de pacientes tienen esta cápsula polisacárida. Tanto<br />

las observaciones epidemiológicas como los estudios en seres<br />

humanos confirman que las cepas de S. Typhi que tienen este<br />

antígeno son más virulentas que las que no lo tienen. 55<br />

Patogenia de la colonización crónica por S. Typhi<br />

Durante la bacteriemia primaria que sigue a la ingestión de<br />

los bacilos de fiebre tifoidea y su diseminación en el sistema<br />

reticuloendotelial, los microorganismos también llegan a la<br />

vesícula biliar, órgano por el que S. Typhi tiene una predilección<br />

especial. Estos bacilos, tras ser inoculados por vía<br />

intravenosa a conejos, aparecieron rápidamente en la vesícula<br />

biliar de estos animales. 66,67 S. Typhi se puede cultivar<br />

fácilmente a partir de la bilis o el líquido duodenal que contenga<br />

bilis de personas con fiebre tifoidea aguda. 68–70 La<br />

infección vesicular se cronifica, aproximadamente, en el 2-5%<br />

de los casos. 30,31 El sexo femenino y la mayor edad en el<br />

momento de la infección aguda aumentan la probabilidad de<br />

colonización crónica, características epidemiológicas similares<br />

a las de la colecistopatía. La infección tiende a hacerse<br />

crónica en personas con alguna colecistopatía preexistente<br />

en el momento de la infección aguda por S. Typhi.<br />

Diagnóstico<br />

Diagnóstico bacteriológico<br />

El diagnóstico de fiebre tifoidea se confirma al aislar S. Typhi<br />

en una muestra clínica adecuada. Por motivos de practicidad<br />

y de relativa facilidad de acceso, se recomienda realizar múltiples<br />

hemocultivos de pacientes con signos clínicos que<br />

hacen sospechar la enfermedad. La tasa de aislamiento de S.<br />

Typhi en hemocultivos depende de muchos factores, como el<br />

volumen de sangre cultivada, la relación entre el volumen de<br />

sangre y el volumen del medio de cultivo (que debe ser por<br />

lo menos de 1:8), la inclusión de sustancias anticomplemento<br />

en el medio (como polianetolsulfonato de sodio o<br />

bilis) y si el paciente ya ha recibido antibióticos a los cuales<br />

S. Typhi es sensible. Con tres hemocultivos de 5 ml, se aísla<br />

S. Typhi en alrededor del 70% de los casos sospechosos.<br />

El método de referencia para la confirmación bacteriológica<br />

de la fiebre tifoidea es el cultivo de médula ósea, que es<br />

positivo en el 85-96% de los casos, aunque el paciente ya haya<br />

recibido antibióticos. 26,71 En la década de 1980 despertaba<br />

gran interés la prueba de la cápsula de gelatina unida a un hilo<br />

que se introducía hasta el duodeno para obtener líquido duodenal<br />

con bilis para cultivo. 68–70,72 La combinación de esta<br />

prueba con dos hemocultivos generalmente tiene una sensibilidad<br />

para la confirmación bacteriológica igual a la del cultivo<br />

de médula ósea y no es agresiva como este último. 68<br />

Los coprocultivos permiten aislar el microorganismo en<br />

sólo el 45-65% de los casos y en un porcentaje algo mayor<br />

en niños. 70<br />

Diagnóstico serológico de la fiebre tifoidea<br />

Se ha intentado el diagnóstico serológico desde fines del siglo<br />

XIX, cuando Widal y Sicard (1896), 73 entre otros, 74,75 mostraron<br />

que el suero de pacientes con fiebre tifoidea aglutinaba los<br />

bacilos de esta enfermedad. La prueba de Widal, que aún hoy<br />

se practica en muchas regiones, requiere identificar aglutininas<br />

en el suero del paciente y puede realizarse con antígeno<br />

en tubos o en portaobjetos. La prueba suele ser más precisa en<br />

tubos. Cuando se selecciona cuidadosamente el antígeno, se<br />

pueden medir selectivamente los anticuerpos tanto anti-O<br />

como anti-H. Si se usa la cepa de S. Typhi O901, que carece<br />

de los antígenos flagelares y Vi, se pueden medir selectivamente<br />

los anticuerpos anti-O. Para detectar anticuerpos contra<br />

el antígeno H (d) apropiado, se selecciona una cepa como<br />

S. Virginia, que tiene el mismo antígeno flagelar (d) que S.<br />

Typhi, pero que no comparte con esta especie ninguno de los<br />

antígenos somáticos O. 76 La mayoría de los pacientes con fiebre<br />

tifoidea tiene altas concentraciones de anticuerpos anti-O<br />

y anti-H al comienzo de la enfermedad clínica. 76,77 Anderson78,79<br />

y Anderson y Gunnell80 han recalcado la importancia<br />

y la utilidad de las concentraciones del antígeno H para el<br />

diagnóstico serológico. Sin embargo, algunos han sostenido<br />

que los anticuerpos anti-H son demasiado prevalentes en<br />

adultos que residen en zonas endémicas como para que su<br />

determinación sea útil para este grupo etario. 76 En cambio,<br />

puede serlo para niños menores de 10 años residentes en zonas<br />

endémicas y para personas de cualquier edad residentes en<br />

zonas no endémicas. La prueba de Widal carece de valor para<br />

personas que han recibido por vía parenteral vacunas elaboradas<br />

con microbios enteros inactivados. Ha resurgido el interés<br />

por la prueba de detección de aglutininas O de S. Typhi en<br />

portaobjetos, incluso para adultos residentes en zonas endémicas.<br />

81 También han aparecido varios equipos relativamente<br />

simples de diagnóstico serológico para la detección de anticuerpos<br />

contra el antígeno O de S. Typhi y contra un antígeno<br />

que es una proteína de la membrana externa de 50 kDa. 82–84<br />

Las concentraciones de anticuerpos anti-Vi se pueden<br />

determinar con pruebas serológicas que se basan en el antígeno<br />

Vi altamente purificado. 85–87 Si bien estas pruebas,<br />

como la hemaglutinación pasiva, 85 el enzimoinmunoanálisis<br />

(ELISA) 87 y el radioinmunoanálisis, son prácticas para<br />

identificar portadores crónicos de S. Typhi, que generalmente<br />

tienen concentraciones bastante elevadas de anticuerpos<br />

anti-Vi, no lo son para diagnosticar la fiebre tifoidea<br />

aguda, ya que sólo una minoría de pacientes con infección<br />

aguda tiene niveles detectables de anticuerpos anti-Vi.<br />

Métodos rápidos de inmunoanálisis<br />

A través de los años, se han hecho varios intentos por desarrollar<br />

pruebas que detecten antígenos o ácido nucleico de S.<br />

Typhi en sangre, orina o líquidos corporales y que sirvan para<br />

el diagnóstico rápido de la fiebre tifoidea. 88–99 Salvo escasas<br />

excepciones, todas estas pruebas han tenido resultados desalentadores<br />

y no han justificado el entusiasmo de los primeros<br />

estudios. Los inmunoanálisis se basan en la detección de antígenos<br />

de S. Typhi O, Vi u otros en sangre u orina mediante<br />

coaglutinación, ELISA o contrainmunoelectroforesis, mientras<br />

que los métodos de reacción en cadena de la polimerasa<br />

o sondas de ADN se orientan a multiplicar e hibridizar los<br />

genes de S. Typhi con sondas marcadas para genes específicos.<br />

Se aspira a que estas pruebas sean más sensibles, prácti-


cas, rápidas y de menor coste que los cultivos bacteriológicos,<br />

pero igualmente específicas. Lamentablemente, hasta la<br />

fecha ninguna ha satisfecho adecuadamente estos objetivos,<br />

por lo que una prueba satisfactoria, apta para reemplazar los<br />

cultivos bacteriológicos, continúa siendo un objetivo loable,<br />

pero difícil de alcanzar.<br />

Epidemiología<br />

Características epidemiológicas básicas<br />

Los seres humanos son el único reservorio de la infección por<br />

S. Typhi y el único hospedador natural. La infección se transmite<br />

cuando un hospedador susceptible ingiere alimentos o<br />

agua contaminados con materia fecal. En cambio, el contagio<br />

de persona a persona por contacto directo es extremadamente<br />

raro. Debido a estas características epidemiológicas, la fiebre<br />

tifoidea es, por antonomasia, la enfermedad infecciosa cuyo<br />

contagio se relaciona con las condiciones sanitarias y la calidad<br />

del agua para consumo. Puede ser muy prevalente en<br />

ámbitos con condiciones precarias de sanidad e higiene alimentaria.<br />

La incidencia máxima se alcanza generalmente<br />

donde el agua que consumen grandes poblaciones está contaminada<br />

con materia fecal. Hacia finales del siglo XIX esto ocurría<br />

en la mayoría de las grandes ciudades de los EE.UU. y<br />

Europa occidental, donde el agua se distribuía por una red de<br />

cañerías, pero sin tratar. 100 Las fuentes del agua (generalmente<br />

los ríos) también eran el lugar donde desaguaban las cloacas de<br />

las ciudades. Así aumentaba la transmisión de la fiebre tifoidea,<br />

haciendo que ésta fuera altamente endémica en las grandes<br />

ciudades de los EE.UU. y Europa. Cuando a principios del<br />

siglo XX se empezó a tratar el agua con filtros de arena y cloración,<br />

la incidencia de la fiebre tifoidea cayó bruscamente en<br />

las grandes ciudades de los EE.UU., aunque seguía habiendo<br />

muchos portadores crónicos de S. Typhi. 100,101 La fiebre tifoidea<br />

continúa siendo endémica en la mayor parte de las regiones<br />

menos desarrolladas del mundo, incluidos muchos países<br />

de África, Asia y América Latina, donde todavía se produce la<br />

contaminación fecal del agua para consumo.<br />

Incidencia y prevalencia<br />

En las zonas endémicas, la incidencia de la fiebre tifoidea<br />

sigue un patrón característico relacionado con la edad: es<br />

baja en niños de menores de dos años, máxima en niños y<br />

jóvenes en edad escolar (de 5 a 19 años) y baja en adultos<br />

de más de 35 años. La baja incidencia en los niños pequeños<br />

se relaciona en parte con una menor exposición a los<br />

vehículos de transmisión. Sin embargo, hay estudios que<br />

sugieren que la infección de niños menores de 2 años podría<br />

ser mucho más frecuente de lo informado anteriormente,<br />

porque la infección por S. Typhi en lactantes a menudo se<br />

manifiesta clínicamente como una enfermedad leve o atípica,<br />

aunque exista bacteriemia. 28,29<br />

Se supone que en los países en vías de desarrollo con condiciones<br />

precarias de eliminación de residuos humanos y contaminación<br />

generalizada del agua para consumo, el agua es el<br />

vehículo de transmisión más frecuente, y por lo general, se<br />

ingiere escasa cantidad de microorganismos. Por ello, se cree<br />

que por cada caso de enfermedad clínica existen múltiples<br />

infecciones asintomáticas y leves. En cambio, en los países<br />

VACUNAS FRENTE A LA FIEBRE TIFOIDEA 1103<br />

más desarrollados con buenas condiciones sanitarias, la fiebre<br />

tifoidea se transmite cuando portadores crónicos contaminan<br />

los alimentos que serán los vehículos de transmisión, debido<br />

a un fallo en las prácticas adecuadas de higiene personal y alimentaria.<br />

En estos brotes epidémicos de transmisión alimentaria<br />

proveniente de una fuente común, se cree que<br />

generalmente se ingiere un volumen relativamente grande de<br />

microorganismos, por lo que las tasas de ataque son altas; en<br />

estas condiciones, hay menos casos asintomáticos.<br />

Es difícil cuantificar la magnitud del problema de la fiebre<br />

tifoidea en todo el mundo, pues el cuadro clínico se confunde<br />

con el de muchas otras infecciones febriles y en la<br />

mayor parte de las zonas menos desarrolladas del mundo no<br />

se efectúa regularmente la confirmación bacteriológica del<br />

diagnóstico. 102–104 Sin embargo, durante varios ensayos<br />

sobre el terreno con vacunas realizados durante la década de<br />

1980 en América Latina, Asia y África, se pudo confirmar<br />

la incidencia de la fiebre tifoidea en los individuos no vacunados<br />

del grupo control durante varios años de vigilancia.<br />

En estos estudios se registraron altas tasas anuales de incidencia,<br />

como 810 casos por cada 10 5 habitantes en<br />

Indonesia, 653 por cada 10 5 en Nepal, 442 por cada 10 5 en<br />

Sudáfrica y 227 por cada 10 5 en Chile. 105–108<br />

Los estudios seroepidemiológicos que determinaron la<br />

prevalencia de anticuerpos frente al antígeno H de S. Typhi<br />

han sido de gran utilidad para cuantificar la prevalencia de<br />

la fiebre tifoidea en distintas zonas geográficas, 76,102,109 aunque<br />

no son muy utilizados.<br />

La fiebre tifoidea como problema sanitario<br />

Se ha estimado que se producen anualmente en todo el<br />

mundo más de 33 millones de casos y más de 500.000 muertes<br />

por fiebre tifoidea. 102,103,110 Según los datos de vigilancia<br />

derivados de la cuantificación de la incidencia de la fiebre<br />

tifoidea en los grupos de referencia de ensayos sobre el<br />

terreno a gran escala con vacunas antitifoideas, la incidencia<br />

anual oscila de 227 a 810 casos por cada 10 5 habitantes<br />

en regiones donde la enfermedad es endémica. 105–108<br />

En España, en el año 2004 se notificó un total de 102<br />

casos de fiebre tifoidea y paratifoidea (tasa de 0,26 por<br />

100.000 habitantes). 110a<br />

El riesgo de presentar fiebre tifoidea y los beneficios de<br />

una vacuna inocua, efectiva, de bajo coste y fácil de administrar<br />

serían particularmente altos para tres poblaciones:<br />

los niños residentes en regiones endémicas, 28,76,111–113 los<br />

viajeros y militares de países industrializados que visitan<br />

zonas endémicas en países menos desarrollados 114–117 y el<br />

personal de laboratorios de microbiología clínica. 118–120<br />

Según estudios seroepidemiológicos realizados en Perú y<br />

Chile, del 50% al 80% de los jóvenes de 15 a 19 años tienen<br />

evidencia serológica de infección previa por S. Typhi. 76,102,109<br />

En zonas endémicas, la fiebre tifoidea es una causa importante<br />

de absentismo escolar y laboral. Los gastos directos<br />

relacionados con hospitalizaciones y medicamentos elevan<br />

aún más los costes de la atención sanitaria relacionada con<br />

esta enfermedad. 121 En regiones donde difícilmente las condiciones<br />

sanitarias y el tratamiento del agua para consumo<br />

mejorarán en un futuro cercano, una vacuna segura que proporcionara<br />

protección a largo plazo sería especialmente<br />

beneficiosa en relación con su coste, pues la inversión inicial<br />

en inmunización aseguraría muchos años de protección.


1104 VACUNAS PARA CIRCUNSTANCIAS ESPECIALES<br />

Como la fiebre tifoidea alcanza su incidencia máxima entre<br />

niños de edad escolar (una población “cautiva” en muchos<br />

países), un programa escolar de vacunación escolar podría<br />

beneficiar a esta población de alto riesgo. 122–124<br />

Los habitantes de países industrializados que viajan a países<br />

menos desarrollados donde la fiebre tifoidea es endémica<br />

tienen mayor riesgo de contraer la enfermedad. 102,114–117 Los<br />

viajeros a regiones endémicas probablemente tienen un<br />

riesgo especial, ya que no han adquirido la inmunidad de base<br />

que gran parte de la población local ha desarrollado como<br />

consecuencia de las múltiples infecciones asintomáticas.<br />

América del Sur y el subcontinente indio han sido las zonas<br />

de mayor riesgo para los viajeros de los EE.UU. 115 Desde<br />

1990, las cepas originarias de Asia y el noreste de África se<br />

han hecho cada vez más resistentes a muchos antibióticos clínicamente<br />

importantes, como cloranfenicol, amoxicilina y<br />

trimetoprima-sulfametoxazol. 21,103,125 En el sudeste asiático y<br />

algunas otra regiones está surgiendo la resistencia parcial a<br />

ciprofloxacino y otras fluoroquinolonas. 126<br />

Recientemente se ha tomado conciencia de que los técnicos<br />

de laboratorios de microbiología, en especial de<br />

microbiología clínica, constituyen un grupo de alto riesgo<br />

para la fiebre tifoidea. Una revisión efectuada por los<br />

Centros para el control y la prevención de enfermedades<br />

(Centers for Disease Control and Prevention, CDC) 120 de<br />

EE.UU. reveló que un 11,2% de los casos esporádicos (es<br />

decir, no relacionados con brotes epidémicos) de fiebre<br />

tifoidea declarados en los EE.UU. en un período de 33<br />

meses afectó a técnicos de laboratorio. Estos técnicos procesan<br />

para cultivo muestras fecales y sanguíneas que contienen<br />

S. Typhi antes de que se haya reconocido la presencia<br />

en ellas de este patógeno. La predilección de la enfermedad<br />

por los técnicos de laboratorio sugiere que, en estas circunstancias<br />

especiales, la enfermedad puede transmitirse en<br />

forma de aerosol o por contacto directo. En condiciones más<br />

naturales, la infección no se transmite por contacto, por lo<br />

que la observación anterior sobre la posible transmisión por<br />

contacto directo podría deberse a que en el laboratorio el<br />

microorganismo está presente en un cultivo puro.<br />

Inmunización pasiva<br />

No se realiza la prevención pasiva de la fiebre tifoidea o<br />

paratifodea con antisueros o inmunoglobulinas.<br />

Inmunización activa<br />

Por motivos tanto históricos como prácticos, las diversas<br />

vacunas antitifoideas que se han evaluado en ensayos clínicos<br />

y las pocas que han sido aprobadas se pueden agrupar en<br />

tres categorías:<br />

1. Vacunas que ya no se usan o ya no se investigan<br />

2. Vacunas actualmente comercializadas en diversos<br />

países como productos aprobados<br />

3. Futuras vacunas, actualmente en evaluación clínica<br />

activa<br />

Para facilitar la revisión, todas las vacunas antitifoideas<br />

antiguas, actuales y futuras se pueden clasificar en cinco grupos<br />

amplios.<br />

1. Vacunas de células enteras inactivadas de administración<br />

parenteral<br />

2. Vacunas de subunidades de administración parenteral<br />

o en aerosol<br />

3. Vacuna de células enteras inactivadas de administración<br />

oral<br />

4. Vacunas de cepas de S. Typhi atenuadas de administración<br />

oral<br />

5. Vacunas conjugadas de polisacáridos y proteínas<br />

transportadoras<br />

Vacunas antiguas actualmente fuera de uso<br />

Algunas de las vacunas que se mencionan en esta sección han<br />

sido usadas de forma bastante generalizada en algún<br />

momento. Otras vacunas aquí citadas no avanzaron más allá<br />

de los ensayos clínicos preliminares o las pruebas de campo a<br />

gran escala porque resultaron menos seguras, menos inmunógenas<br />

o menos eficaces que otras o porque eran difíciles de<br />

elaborar (p. ej., pérdida de potencia tras la liofilización). 127,128<br />

Vacunas de células enteras inactivadas<br />

de administración parenteral<br />

Vacuna inactivada con alcohol. En la década de 19<strong>40</strong> Felix<br />

desarrolló el prototipo de vacuna inactivada con alcohol y<br />

publicó datos experimentales que indicaban que el tratamiento<br />

con alcohol de S. Typhi era más adecuado para preservar el antígeno<br />

Vi, pues permitía elaborar una vacuna superior a la inactivada<br />

con calor y conservada en fenol, según lo demostraba su<br />

ensayo en ratones. 129,130 Durante algunos años, esta vacuna<br />

reemplazó la inactivada con calor y conservada en fenol que se<br />

usaba habitualmente en las Fuerzas Armadas Británicas.<br />

Vacuna inactivada con formol y conservada en fenol. Esta<br />

vacuna, cuya eficacia fue evaluada en un ensayo sobre el<br />

terreno comparativo, 131 se preparaba inactivando S. Typhi<br />

con formol y se conservaba en fenol.<br />

Vacuna inactivada con acetona y desecada. Esta vacuna se<br />

desarrolló cuando se comprobó que la inactivación con acetona<br />

conservaba el antígeno Vi (lo que la hizo más eficaz en<br />

pruebas de protección en ratones) y hacía la vacuna más<br />

estable para su almacenamiento a largo plazo. 132–134 Para<br />

elaborarla, se precipita e inactiva S. Typhi con acetona y el<br />

preparado resultante se deseca o liofiliza. 133 El proceso de<br />

fabricación de esta vacuna es mucho más complejo que el de<br />

la vacuna inactivada con calor y conservada en fenol. Por<br />

este motivo ya no se produce, aunque varios laboratorios la<br />

fabricaban hasta la década de 1990 (p. ej., Wyeth, que elaboraba<br />

una preparación liofilizada que se utilizaba en las<br />

Fuerzas Armadas de los EE.UU.).<br />

Vacunas de células enteras inactivadas<br />

de administración oral<br />

Ya en la década de 1920 Besredka135,136 defendió el uso de las<br />

vacunas orales preparadas con cepas inactivadas o atenuadas<br />

de S. Typhi para generar “inmunidad local”. En las décadas<br />

de 1960 y 1970, se realizaron varios ensayos sobre el terreno<br />

a gran escala137–143 y estudios experimentales con pruebas de<br />

provocación en voluntarios144 para evaluar la eficacia de las<br />

vacunas orales con células enteras inactivadas, por entonces<br />

de venta y uso muy difundidos en Europa, como la vacuna<br />

inactivada con acetona y la inactivada con formol.


Vacunas de subunidades de administración<br />

parenteral o en aerosol<br />

Se han realizado muchos intentos de preparar extractos de S.<br />

Typhi o inactivar el microorganismo por ultrasonidos y de purificar<br />

antígenos para usarlos en vacunas parenterales. De las distintas<br />

subunidades usadas como agentes inmunizantes (a las que<br />

en la década de 1960 se denominaba vacunas “químicas”), se<br />

evaluó la eficacia en ensayos sobre el terreno comparativos (o<br />

estudios con voluntarios) de las que se enumeran a continuación:<br />

1. Vacunas de extractos congelados145 2. Vacunas de extractos tripsinizados146 3. Vacunas de LPS purificados (método de extracción<br />

con agua caliente y fenol) 147<br />

4. Vacuna con el polisacárido Vi purificado y desnaturalizado148,149<br />

También se evaluó la eficacia en un ensayo sobre el terreno<br />

comparativo de una vacuna química del tipo de las de extractos<br />

tripsinizados, administrada en forma de aerosol. 137<br />

Vacunas de extractos congelados y descongelados. En un<br />

ensayo sobre el terreno comparativo que se realizó en<br />

Polonia 150 se evaluó la eficacia de una vacuna parenteral<br />

elaborada por el método de Grasset. 145<br />

Vacunas de extractos tripsinizados. En ensayos sobre el<br />

terreno efectuados en la Unión Soviética y Polonia se evaluó<br />

la eficacia de varias vacunas de extractos tripsinizados, 131,150,151<br />

elaboradas con el método de Topley y colaboradores. 146<br />

Vacunas de lipopolisacáridos purificados. Dos vacunas<br />

parenterales que contenían el antígeno LPS O de S. Typhi,<br />

preparadas por el método de extracción con agua caliente y<br />

fenol, 147 se evaluaron en ensayos sobre el terreno comparativos<br />

realizados en Polonia 150 y la Unión Soviética. 131<br />

Polisacárido Vi purificado y desnaturalizado. A principios de<br />

la década de 1950, Landy y colaboradores 148,152 aislaron el<br />

antígeno Vi de Citrobacter freundii (bacteria previamente<br />

denominada Paracolon ballerup, Bethesda ballerup y Escherichia<br />

coli 5396/38) y de S. Typhi para administrarlo como vacuna<br />

parenteral. Las bacterias cultivadas en agar sólido se inactivaron<br />

con acetona. Una vez inactivadas y desecadas, se sometieron<br />

a múltiples extracciones con solución fisiológica, etanol y<br />

ácido acético para separar el antígeno Vi de la proteína, el LPS<br />

y el ácido nucleico. Este primer método de preparación del<br />

antígeno Vi purificado aparentemente desnaturalizaba el polisacárido,<br />

haciendo que la fracción O-acetil se perdiera por<br />

completo y la N-acetil disminuyera. <strong>40</strong>,153,154 Nunca se evaluó la<br />

eficacia de esta vacuna en ensayos sobre el terreno. Sin<br />

embargo, en estudios con voluntarios sometidos a una prueba<br />

de provocación, la vacuna administrada por vía parenteral en<br />

una única dosis de 25 µg confirió una protección despreciable<br />

muy modesta (25% de eficacia). 55<br />

Cepas atenuadas para vacunas de administración oral<br />

Las siguientes cepas atenuadas de S. Typhi se evaluaron en<br />

fases I y II de ensayos clínicos, pero su desarrollo no continuó:<br />

1. Cepas dependientes de la estreptomicina155–157 2. Variante Vi-positiva del mutante galE de Ty21a158 3. Cepa mutante recombinante galE, via (Vi-negativa)<br />

EX642 derivada de la cepa primigenia Ty2159 4. Cepa híbrida G 2260 (con ADN de E. coli K-12 y<br />

Shigella flexneri) 160<br />

VACUNAS FRENTE A LA FIEBRE TIFOIDEA 1105<br />

5. Cepa auxotrófica ∆aroA, ∆purA 541Ty derivada de<br />

la cepa primigenia CDC10-80 (bacteriófago de tipo<br />

A) 161<br />

6. Cepa 543Ty Vi-negativa derivada de la cepa auxotrófica<br />

541Ty 161<br />

7. Cepa recombinante doble mutante ∆aroC, ∆aroD<br />

CVD 906 (derivada de la cepa primigenia ISP 1820,<br />

bacteriófago tipo 46) 162,163<br />

8. Cepa mutante ∆cya, ∆crp χ3927 (derivada de la cepa<br />

primigenia Ty2) 164,165<br />

9. Cepa ∆aroA, ∆phoP/phoQ Ty445 (derivada de la<br />

cepa primigenia CDC10-80) 166<br />

10. Cepa ∆aroA, ∆aroD PBCC211 (derivada de la cepa<br />

primigenia CDC10-80) 167<br />

11. Cepa ∆aroA, ∆aroD, ∆htrA PBCC222 (derivada<br />

∆htrA de PBCC211) 167<br />

Vacunas con cepas mutantes dependientes de la estreptomicina.<br />

Las cepas de Reitman 155 y de Mel y colaboradores<br />

156,157 dependientes de la estreptomicina se desarrollaron<br />

cultivando repetidamente cepas patógenas de S. Typhi en<br />

presencia de estreptomicina. Estas cepas no proliferaban en<br />

ausencia de estreptomicina. Sin embargo, el motivo por el<br />

que se las atenuó no se limita a su dependencia de la estreptomicina<br />

para seguir creciendo, pues estas cepas vacunales<br />

son inocuas aunque se administren por vía oral junto con<br />

estreptomicina, lo que permite que los microorganismos<br />

proliferen. 157,168,169 En estudios con voluntarios sometidos a<br />

una prueba de provocación, la vacuna oral con cepas de<br />

Reitman dependientes de la estreptomicina recién preparadas<br />

fue altamente protectora, mientras que los preparados<br />

liofilizados no lo fueron. 168,170<br />

Variante Vi-positiva de Ty21a. Cryz y colaboradores 158 elaboraron<br />

una variante Vi-positiva de la cepa Ty21a, bien<br />

tolerada y tan inmunógena como la cepa Ty21a en estudios<br />

clínicos de fase I. 171 La eficacia protectora de esta cepa atenuada<br />

nunca se evaluó en ensayos clínicos.<br />

Cepa ∆galE, via (Vi-negativa) EX642. Mediante técnicas<br />

de recombinación, Hone y colaboradores 159 eliminaron una<br />

porción interna de 0,4 kb de galE de la cepa primigenia Ty2.<br />

Seleccionaron otro mutante sin el antígeno Vi y denominaron<br />

la cepa resultante EX642. Cuando esta cepa se administró<br />

oralmente a cuatro voluntarios adultos a una dosis de 7<br />

x 10 8 unidades formadoras de colonias (UFC) junto con un<br />

tampón para neutralizar los ácidos gástricos, dos de los cuatro<br />

voluntarios desarrollaron fiebre tifoidea. 159<br />

Cepa G 2260. Es una cepa híbrida de S. Typhi que ha incorporado<br />

en su genoma segmentos cromosómicos tanto de E.<br />

coli K-12 (la región rha + xyl + fuc + ) como de S. flexneri 2a (la<br />

región pro + his + ). 160 Esta vacuna oral fue bien tolerada y<br />

modestamente inmunógena en un pequeño estudio de fase I.<br />

Siete individuos vacunados se sometieron a una prueba de<br />

provocación con 2 x 10 5 UFC de una cepa virulenta de S.<br />

Typhi; dos de ellos eliminaron la cepa virulenta y ninguno<br />

contrajo la enfermedad. 160 Como el estudio no incluyó un<br />

grupo control con voluntarios no vacunados sometidos simultáneamente<br />

a la prueba de provocación, no se pudo verificar<br />

el rigor de la provocación ni la eficacia de la vacuna.<br />

Mutante ∆aroA, ∆purA 541Ty. La cepa vacunal 541Ty se<br />

obtuvo de la cepa primigenia CDC10-80 de S. Typhi por<br />

supresión en dos genes independientes, ambos previamente


1106 VACUNAS PARA CIRCUNSTANCIAS ESPECIALES<br />

caracterizados en S. Typhimurium y cada uno de ellos con<br />

efecto sobre una vía diferente de biosíntesis. Las mutaciones<br />

hicieron que se necesitaran metabolitos que no están presentes<br />

en concentraciones adecuadas en los tejidos de los mamíferos.<br />

161,172,173 La mutación por supresión en aroA hace que se<br />

requieran compuestos aromáticos, dos de los cuales (ácido<br />

paraaminobenzoico y ácido 2,3-dihidroxibenzoico) no se<br />

encuentran en concentraciones adecuadas en los tejidos<br />

humanos. La segunda mutación por supresión, en purA,<br />

genera un requerimiento específico de adenina (o algún compuesto<br />

similar, como adenosina). 161,174 Estos requerimientos<br />

nutricionales impiden que el mutante 541Ty de S. Typhi siga<br />

proliferando en los tejidos de los mamíferos. Una tercera<br />

mutación, en hisG, genera un requerimiento de histidina. Si<br />

bien esta mutación en hisG no afecta la virulencia, se ha convertido<br />

en un marcador bioquímico más para diferenciar claramente<br />

la cepa vacunal de la cepa primigenia de S. Typhi.<br />

En ensayos clínicos de fase I, la cepa Ty541 fue bien tolerada<br />

pero no suficientemente inmunógena como para inducir respuestas<br />

serológicas frente a los antígenos de S. Typhi. 170<br />

Cepa Vi-negativa ∆aroA, ∆purA 543Ty. La cepa 543Ty es<br />

un mutante espontáneo de 541Ty, idéntica en todos los<br />

aspectos a esta última, salvo que carece del antígeno polisacárido<br />

capsular Vi. 161 En estudios clínicos de fase I, 543Ty, al<br />

igual que 541Ty, mostró buena tolerabilidad pero escasa<br />

inmunogenicidad para generar respuestas serológicas frente a<br />

los antígenos de S. Typhi. 170 La eficacia protectora de 541Ty<br />

de 543Ty nunca se ha evaluado en estudios clínicos.<br />

Cepa recombinante ∆aroC, ∆aroD CVD 906. Mediante<br />

técnicas de recombinación, se realizaron supresiones precisas<br />

de 0,65 y 0,35 kb, respectivamente, en aroC y aroD de la<br />

cepa primigenia ISP1820 (bacteriófago tipo 46, aislado en<br />

1983 del hemocultivo de un niño chileno en edad escolar<br />

que padecía fiebre tifoidea sin complicaciones). Se obtuvo<br />

así la cepa vacunal CVD 906. 162 Esta cepa, evaluada en<br />

estudios clínicos de fase I, fue altamente inmunógena en<br />

una única dosis oral, pero no suficientemente atenuada.<br />

Varios individuos vacunados presentaron reacciones adversas<br />

de tipo febril. 163,165<br />

Cepa ∆cya, ∆crp χ3927. En el género Salmonella, los productos<br />

codificados por cya (adenilato ciclasa) y crp (la proteína<br />

receptora del AMP cíclico) incluyen un sistema global<br />

que regula la transcripción de múltiples genes y operones; 164<br />

p. ej., los genes involucrados en el transporte y la degradación<br />

de catabolitos; la expresión de fimbrias, flagelos y una proteína<br />

de la membrana externa; y en los sistemas de transporte<br />

para fuentes de carbono. Se realizaron mutaciones por supresión<br />

en cÁa y crp de S. Typhimurium por escisión ilegítima de<br />

un transposón que se había insertado en cada uno de estos<br />

genes. 164 Los segmentos ∆cya y ∆crp de S. Typhimurium se<br />

trasladaron entonces a la cepa primigenia de S. Typhi Ty2 por<br />

transducción con el bacteriófago P22. La cepa vacunal resultante<br />

de S. Typhi se designó como χ3927. 165,175<br />

En estudios clínicos de fase I realizados para evaluar la<br />

respuesta a diferentes dosis, 165 la cepa χ3927 fue moderadamente<br />

inmunógena, pero provocó reacciones febriles inaceptables<br />

en algunos individuos, por lo cual se interrumpió<br />

su evaluación en ensayos clínicos.<br />

Cepa ∆aroA, ∆phoP/phoQ Ty445. Se introdujeron mutaciones<br />

por supresión en aroA y phoP/phoQ de la cepa primigenia<br />

CDC10-80, lo que dio origen a la vacuna experimental<br />

Ty445. En un estudio clínico de fase I, esta cepa vacunal fue<br />

bien tolerada pero escasamente inmunógena, por lo que no<br />

se continuó con su desarrollo. 166<br />

Cepa ∆aroA, ∆aroD PBCC211. Se realizaron supresiones<br />

en dos genes (aroA y aroD) que codificaban enzimas involucradas<br />

en la vía de la biosíntesis de aminoácidos aromáticos<br />

de la cepa primigenia CDC10-80. Tres formulaciones<br />

diferentes de la cepa vacunal se evaluaron en estudios clínicos<br />

de fase I. Algunos individuos que habían recibido las dos<br />

formulaciones liofilizadas presentaron fiebre. Cuando se<br />

evaluaron los individuos que habían recibido las dosis más<br />

altas, se comprobó que algunos de los vacunados presentaban,<br />

4 a 5 días después de haber recibido una única dosis de<br />

la vacuna, una diseminación sistémica autolimitada y asintomática<br />

de la cepa vacunal. 167<br />

Cepa ∆aroA, ∆aroD, ∆htrA PBCC222. Se realizó una<br />

supresión en htrA de la cepa PBCC211, con lo que se<br />

obtuvo la cepa vacunal PBCC222. 167 Una preparación liofilizada<br />

de esta vacuna experimental fue evaluada en ensayos<br />

clínicos de fase I, en dosis de 10 7 y 10 9 UFC. 167 Ninguno de<br />

los vacunados presentó diseminación sistémica de la cepa<br />

vacunal, pero algunos de los que recibieron las dosis más<br />

altas tuvieron fiebre, escalofríos y cefalea, por lo que se<br />

abandonaron los ensayos clínicos con esta cepa.<br />

Vacunas autorizadas que se comercializan<br />

y se administran en la actualidad<br />

Actualmente están autorizadas, se comercializan y se administran<br />

las siguientes vacunas antitifoideas:<br />

1. Vacuna parenteral de células enteras inactivadas con<br />

calor y conservadas en fenol (formulaciones tanto<br />

líquidas como liofilizadas y, en ocasiones, adsorbidas<br />

en aluminio como adyuvante)<br />

2. Vacuna parenteral de polisacáridos Vi purificados<br />

3. Cepa atenuada galE, via (Vi-negativa) de Ty21a utilizada<br />

como vacuna oral atenuada<br />

En otras secciones de este capítulo se comentan los resultados<br />

de los diversos estudios clínicos y ensayos sobre el terreno<br />

que establecieron la seguridad, inmunogenicidad y eficacia de<br />

las vacunas antitifoideas disponibles en la actualidad.<br />

Vacunas parenterales de células enteras inactivadas<br />

Desde finales del siglo XIX se administran vacunas parenterales<br />

de células enteras inactivadas para prevenir la fiebre<br />

FIGURA <strong>40</strong>–1 ■ Composición química del polisacárido Vi, que es<br />

un homopolímero de (1→ 4)-α-D-GalρANAc con un grado variable<br />

de acetilación en el carbono 3.


tifoidea. Ya se ha revisado la experiencia con las primeras<br />

vacunas de este tipo. 176 Sólo a mediados de la década de<br />

1950 se realizaron ensayos sobre el terreno aleatorizados y<br />

comparativos para evaluar la eficacia absoluta y relativa de<br />

las vacunas más modernas de este grupo.<br />

VACUNA INACTIVADA CON CALOR Y CONSERVADA EN FENOL<br />

La vacuna parenteral de células enteras inactivadas más<br />

ampliamente disponible y utilizada en todo el mundo es, sin<br />

lugar a dudas, la vacuna inactivada con calor y conservada<br />

en fenol, que es relativamente fácil de preparar y estandarizar<br />

y que, básicamente, se produce de forma similar a la descrita<br />

originariamente por Pfeiffer y Kolle, 13 y por Wright y<br />

colaboradores. 14,15,177 Esta vacuna se prepara calentando S.<br />

Typhi cultivado en agar o caldo (generalmente hasta 56°C<br />

durante una hora) y después suspendiéndolo en una solución<br />

de fenol al 0,5%, hasta alcanzar, normalmente, una<br />

concentración de 109 microorganismos/ml.<br />

Vacuna con el polisacárido Vi purificado<br />

Wong y colaboradores178 y Robbins y Robbins<strong>40</strong> adoptaron un<br />

enfoque moderno para purificar el polisacárido Vi sin desnaturalizarlo.<br />

Trataron S. Typhi con bromuro de hexadeciltrimetilamonio<br />

(Cetavlon®; Eastman Organic Chemicals), el<br />

detergente que ya se había mostrado eficaz para preparar<br />

vacunas antimeningocócicas de polisacáridos purificados. 179<br />

Este método de extracción permite obtener el polisacárido Vi<br />

purificado no desnaturalizado, que conserva los grupos O- y<br />

N-acetilo, a diferencia de los métodos de Landy y colaboradores<br />

con los que el polisacárido Vi se desnaturalizaba. La<br />

Figura <strong>40</strong>–1 muestra la estructura química del polisacárido Vi.<br />

Científicos del laboratorio de John B. Robbins del<br />

(Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano)<br />

y de Sanofi Pasteur idearon la forma de producir el polisacárido<br />

Vi a gran escala, hasta llegar al nivel de fabricación<br />

FIGURA <strong>40</strong>–2 ■ Esquema de incorporación de galactosa exógena<br />

por el mutante galE de Ty21a cepa vacunal atenuada de S. Typhi.<br />

Cuando Ty21a prolifera en ausencia de galactosa, no produce el<br />

antígeno lipopolisacárido (LPS) O liso y, por tanto, no es inmunógena.<br />

Al proliferar en presencia de galactosa exógena, esta hexosa<br />

se procesa secuencialmente hasta que se convierte en galactosa-1fosfato<br />

(Gal-1-F) y después en uridín difosfato de galactosa (UDP-<br />

Gal). Debido a la total ausencia de UDF-Gal-4-epimerasa en<br />

Ty21a, UDP-Gal no puede convertirse en UDP-glucosa (UDF-G),<br />

pero puede incorporarse al antígeno LPS O liso. Sin embargo, la<br />

acumulación de UDP-Gal y Gal-1-P a causa de la inhibición de<br />

la actividad de UDP-Gal-4-epimerasa provoca la lisis bacteriana.<br />

(Adaptado de Germanier R, Furer E. Immunity in experimental<br />

salmonellosis. II. Basis for the avirulence and protective capacity<br />

of galE mutants of Salmonella Typhimurium. Infect Immun 4:<br />

663–673, 1971.)<br />

VACUNAS FRENTE A LA FIEBRE TIFOIDEA 1107<br />

industrial. 180 La cepa Ty2 de S. Typhi se cultiva en fermentadores<br />

de 1000 litros, después de lo cual las bacterias se<br />

fijan con formaldehído y el polisacárido Vi se extrae de los<br />

sobrenadantes con bromuro de cetrimonio. Posteriormente<br />

el polisacárido se purifica, se seca y se disuelve en una solución<br />

tampón y se esteriliza por filtración. Tras someter este<br />

material a los controles apropiados, se envasa en jeringas de<br />

una sola dosis.<br />

Cepa Ty21a atenuada de S. Typhi utilizada<br />

como vacuna atenuada oral<br />

La cepa Ty21a se obtuvo de la cepa primigenia Ty2 por tratamiento<br />

con el agente mutágeno nitrosoguanidina. 181 Se eligió<br />

un mutante que carecía por completo de actividad de la<br />

enzima uridín-difosfato (UDP)-galactosa-4-epimerasa y tenía<br />

aproximadamente un 80% menos de actividad de otras dos<br />

enzimas de Leloir, galactocinasa y galactosa-1-fosfato uridil<br />

transferasa. Después se eligió otro mutante que carecía del<br />

antígeno Vi. La cepa resultante se designó como Ty21a. 181<br />

Los residuos de galactosa son un componente importante<br />

del antígeno LPS O liso en la cepa primigenia de S. Typhi.<br />

La enzima codificada por el gen galE, UDP-galactosa-4-epimerasa,<br />

isomeriza la UDP-glucosa formando UDP-galactosa<br />

y viceversa (Fig. <strong>40</strong>–2). La UDP-galactosa suministra residuos<br />

de galactosa que pueden incorporarse al antígeno LPS<br />

O liso de S. Typhi. Cuando Ty21a se cultiva en ausencia de<br />

galactosa, no presenta el antígeno O liso, porque no dispone<br />

de una fuente de UDP-galactosa; en este estado no es inmunógena.<br />

182 En cambio, cuando se cultiva la cepa mutante<br />

galE de Ty21a en presencia de galactosa exógena, las otras<br />

dos enzimas de la vía de Leloir (Fig. <strong>40</strong>–2) permiten que este<br />

monosacárido sea asimilado a la UDP-galactosa y utilizado<br />

para sintetizar el antígeno O liso. Sin embargo, debido a la<br />

falta de epimerasa, la cepa Ty21a (como otras mutantes<br />

galE) acumula galactosa-1 fosfato y UDP-galactosa cuando<br />

se cultiva en presencia de galactosa exógena (Fig. <strong>40</strong>–2). In<br />

vitro se comprueba que la acumulación de estos productos<br />

intermedios provoca la lisis bacteriana. 181<br />

Durante muchos años se creyó que la combinación de las<br />

mutaciones galE y Vi eran las responsables de la extraordinaria<br />

seguridad de la vacuna Ty21a in vivo. Datos más recientes<br />

han mostrado que las mutaciones galE y Vi no son las únicas<br />

que justifican la atenuación de esta cepa. 159 Otras mutaciones<br />

en la cepa Ty21a también inducidas por mutagénesis química<br />

inespecífica contribuyen notablemente a la seguridad<br />

de esta cepa vacunal de administración oral. Una de estas<br />

mutaciones podría producirse en rpoS (katF), que codifica un<br />

factor sigma de la ARN polimerasa; esta mutación disminuye<br />

la capacidad de la bacteria para sobrevivir a diversas condiciones<br />

de estrés, como la falta de nutrientes. 183<br />

Fabricantes de vacunas comercializadas actualmente<br />

Vacuna de células enteras inactivadas<br />

Wyeth-Lederle, el único fabricante estadounidense de una<br />

vacuna parenteral de células enteras inactivadas destinada a<br />

la población civil en la década de 1990, elaboraba una vacuna<br />

líquida de células enteras inactivadas con calor y conservadas<br />

en fenol, pero ha suspendido la producción. Hasta finales de<br />

la década de 1990, Wyeth también fabricaba una vacuna<br />

parenteral liofilizada inactivada con acetona para las Fuerzas


1108 VACUNAS PARA CIRCUNSTANCIAS ESPECIALES<br />

Armadas de los EE.UU que, a partir de entonces, pasaron a<br />

inmunizar a sus miembros con la cepa Ty21a o el antígeno Vi.<br />

En otros lugares del mundo otros fabricantes elaboran<br />

vacunas antitifoideas inactivadas con calor y conservadas en<br />

fenol para administración parenteral. Los productos disponibes<br />

son publicados en la Lista internacional de disponibilidad de<br />

vacunas y sueros (International List of Availability of Vaccines<br />

and Sera) de la Organización Mundial de la Salud. 184 Además<br />

de los laboratorios comerciales, algunos organismos sanitarios<br />

gubernamentales de países de Asia, América Latina y<br />

África elaboran sus propias vacunas antitifoideas.<br />

Vacuna parenteral de polisacárido Vi purificado<br />

En la actualidad, en Occidente hay dos fabricantes autorizados<br />

de vacunas de polisacárido Vi purificado: Sanofi Pasteur (TYP-<br />

HIM Vi®, que se comercializa en los EE.UU. y en muchos países<br />

de Europa y del resto del mundo) y GlaxoSmithKline<br />

(Typherix®, disponible en varios países europeos). Además,<br />

varios fabricantes de Asia (p. ej., China y Vietnam) y Rusia<br />

elaboran vacunas con Vi para consumo local.<br />

Vacuna atenuada oral con la cepa Ty21a<br />

Berna Biotech (antes Swiss Serum and Vaccine Institute) fabrica<br />

una vacuna con la cepa Ty21a (Vivotif Berna®), que también<br />

comercializan bajo licencia otros distribuidores de vacunas,<br />

como Chiron en Italia y Chiron-Behring en Alemania.<br />

Dosificación y pautas de vacunación<br />

Vacunas parenterales de células enteras inactivadas<br />

Las diversas vacunas parenterales de células enteras inactivadas<br />

se administran generalmente por vía subcutánea a dosis<br />

de 0,5 ml que contienen aproximadamente 5 x 108 microorganismos,<br />

en un esquema de dos dosis con un intervalo de un<br />

mes entre ellas. Para disminuir las reacciones adversas locales<br />

y generales asociadas a estas vacunas, algunos investigadores<br />

han recomendado administrar 0,1 ml por vía intradérmica.<br />

185–194 Se ha comparado la antigenicidad de la vacuna<br />

por vía intradérmica con la administrada por vía subcutánea,<br />

pero no se ha evaluado la eficacia protectora de la vacunación<br />

intradérmica en ensayos sobre el terreno comparativos.<br />

Vacunas de subunidades<br />

Las vacunas modernas de polisacárido Vi no desnaturalizado se<br />

administran en una única dosis subcutánea o intramuscular que<br />

contiene 25 µg del polisacárido purificado. 106,107,180,195,196 También<br />

se han evaluado esquemas con dosis únicas de 50 µg en<br />

ensayos clínicos en fases II y III. 106,197<br />

Vacuna atenuada oral con la cepa Ty21a<br />

Cada dosis (cápsula o sobre de vacuna liofilizada) contiene<br />

de 2 a 6 × 109 UFC de Ty21a, independientemente de la<br />

preparación que se use o de que se siga una pauta vacunal<br />

con tres o cuatro dosis.<br />

En el caso de las cápsulas entéricas, en los EE.UU. y<br />

Canadá se recomienda una pauta de cuatro dosis, mientras que<br />

en otros países del mundo se administran tres dosis. Las dosis<br />

han de tomarse a días alternos. La protección no mejora con<br />

intervalos de veintiún días. 123,198 En uno de los ensayos sobre<br />

el terreno con Ty21a realizados en Santiago, Chile, la protección<br />

fue significativamente mayor con una pauta de cuatro<br />

dosis en un intervalo de ocho días que con una de tres dosis. 124<br />

En función de los resultados de este estudio, la Administración<br />

de alimentos y fármacos (Food and Drug Administration, FDA)<br />

de los EE.UU. y el Comité farmacológico de Canadá (Canadian<br />

Drug Board) aprobaron una pauta de vacunación con<br />

Ty21a de cuatro dosis administradas a días alternos.<br />

Dos ensayos sobre el terreno, uno efectuado en Chile 199 y<br />

el otro en los de Indonesia, 105 compararon directamente la<br />

eficacia relativa que conferían tres dosis de Ty21a en cápsulas<br />

entéricas y en suspensión (que se reconstituye mezclando<br />

el contenido de los sobres de vacuna liofilizada y del tampón<br />

con 100 ml de agua). Las dosis se administraron a días alternos<br />

en el estudio realizado en Chile y con intervalos de una<br />

semana en los de Indonesia. En ambos estudios, la suspensión<br />

confirió mayor protección que las cápsulas entéricas. En<br />

el estudio de Chile, la diferencia en la eficacia fue altamente<br />

significativa. 199 Desde 1997, la formulación líquida de Ty21a<br />

se ha aprobado en varios países con una pauta de tres dosis y<br />

un intervalo recomendado de dos días entre una y otra.<br />

Cuando no se administra la pauta completa de tres o cuatro<br />

dosis de Ty21a, se plantea un interrogante práctico: ¿es<br />

suficiente administrar las dosis restantes o es necesario reiniciar<br />

una pauta completa? Por el momento no hay una respuesta<br />

concluyente. Sin embargo, se considera empíricamente<br />

que si han transcurrido menos de tres semanas desde la última<br />

dosis, puede continuarse con las dosis restantes hasta completar<br />

la pauta. En cambio, si han transcurrido más de tres semanas,<br />

debe reiniciarse la pauta completa de esta vacuna, que es<br />

bien tolerada.<br />

Preparaciones comercializadas<br />

Vacuna parenteral de células enteras inactivadas<br />

La vacuna inactivada con calor y conservada en fenol se<br />

comercializa generalmente en forma de suspensión líquida<br />

con un contenido de 1 × 109 bacilos/ml.<br />

Vacuna parenteral de polisacárido Vi purificado<br />

Esta vacuna se comercializa como solución que contiene 25 µg<br />

del polisacárido Vi en 0,5 ml de tampón isotónico fenólico.<br />

Generalmente se presenta en jeringas de una sola dosis.<br />

Como pedidos especiales, se pueden conseguir viales de 20 y<br />

de 50 dosis.<br />

Vacuna atenuada oral con la cepa Ty21a<br />

Esta vacuna se ha comercializado en tres preparaciones<br />

sucesivas, cada una de las cuales representa una mejoría<br />

importante respecto de la anterior. La primera presentación<br />

(que se comercializó durante un breve período de tiempo)<br />

eran cápsulas de gelatina que contenían NaHCO (entre 3<br />

0,4 y 0,5 g) y otras cápsulas de gelatina con la vacuna liofilizada<br />

(de 2 a 6 × 109 UFC/dosis). 123,198,200,201 Con esta preparación,<br />

era necesario tomar dos cápsulas de gelatina que<br />

contenían bicarbonato, seguidas de una tercera cápsula con<br />

la vacuna. La pauta completa constaba de tres dosis, administradas<br />

a días alternos.<br />

Ensayos sobre el terreno realizados en Santiago, Chile, compararon<br />

la eficacia de la vacuna en cápsulas de gelatina con<br />

NaHCO con la vacuna liofilizada en cápsulas entéricas (de 2<br />

3<br />

a 6 x 109 UFC/cápsula) que no requiere tratamiento previo con<br />

un tampón para neutralizar los ácidos gástricos. 123,198 Tras cono-


cerse los resultados de los ensayos sobre el terreno comparativos<br />

que mostraron que las cápsulas entéricas eran más eficaces<br />

que las cápsulas de gelatina, esta última presentación fue retirada<br />

del mercado y reemplazada por las cápsulas entéricas, que<br />

deben tomarse en ayunas, con un poco de agua.<br />

A partir de 1997, la suspensión líquida de Ty21a se ha<br />

aprobado en varios países en una pauta de tres dosis, con un<br />

intervalo recomendado de un día entre dosis. Se presenta en<br />

dos sobres, uno con la vacuna liofilizada en una concentración<br />

de 2 a 10 × 10 9 UFC del bacilo y el otro con el tampón.<br />

Para preparar la suspensión vacunal, el contenido de<br />

ambos sobres se mezcla con 100 ml de agua y se remueve.<br />

Composición<br />

Vacuna parenteral de células enteras inactivadas<br />

Cada dosis de la vacuna inactivada con calor y conservada<br />

en fenol contiene, por lo general, 1 × 109 bacilos/ml. Se<br />

añade fenol (0,5%) al producto final como conservante.<br />

Vacuna parenteral de polisacárido Vi purificado<br />

Esta vacuna se presenta como una solución de 25 µg de polisacárido<br />

Vi en 0,5 ml de solución tampón isotónica fenólica.<br />

Cada dosis de vacuna contiene 25 µg del polisacárido<br />

Vi, menos de 1,25 mg de fenol en la vacuna TYPHIM Vi y<br />

1,1 mg en la vacuna Typherix y c.s.p. 0,5 ml de solución<br />

tampón isotónica (4,15 mg de cloruro de sodio; 0,065 mg de<br />

fosfato dibásico de sodio, 2H O; 0,023 mg de fosfato mono-<br />

2<br />

básico de sodio, 2H O, y c.s.p. 0,5 ml de agua para prepara-<br />

2<br />

ciones inyectables).<br />

Vacuna atenuada oral con la cepa Ty21a<br />

CÁPSULAS ENTÉRICAS<br />

Las cápsulas de gelatina están recubiertas con ftalato para<br />

que sean resistentes al ácido. Cada cápsula entérica contiene<br />

Ty21a en concentraciones de 2 a 6 × 10 9 UFC , Ty21a<br />

no viables en concentraciones de 5 a 50 × 10 9 , de 26 a 130<br />

mg de sacarosa, de 1 a 5 mg de ácido ascórbico, de 1,4 a 7<br />

mg de una mezcla de aminoácidos, de 100 a 180 mg de lactosa<br />

y de 3,6 a 4,4 mg de estearato de magnesio.<br />

SUSPENSIÓN LÍQUIDA<br />

El sobre de vacuna contiene la cepa Ty21a en concentraciones<br />

de 2 a 10 x 10 9 UFC, Ty21a no viables en concentraciones de<br />

5 a 60 x 10 9 , de 15 a 250 mg de sacarosa, de 0,6 a 10 mg de<br />

ácido ascórbico, de 0,8 a 15 mg de una mezcla de aminoácidos,<br />

1,5 g de lactosa y de 20 a 30 mg de aspartamo. El sobre del tampón<br />

contiene de 2,4 a 2,9 g de bicarbonato de sodio, de 1,5 a<br />

1,8 g de ácido ascórbico y de 0,18 a 0,22 g de lactosa.<br />

Estabilidad de la vacuna<br />

Vacunas parenterales de células enteras inactivadas<br />

Driesens ha mostrado que la vida útil de las preparaciones<br />

líquidas de la vacuna inactivada con acetona depende principalmente<br />

de la estabilidad del pH, que está relacionado<br />

con el tipo de vial de vidrio. 202 Estas preparaciones almacenadas<br />

a 4°C en solución fisiológica, que actuaba como tampón,<br />

conservaron su potencia durante más de 30 meses. En<br />

cambio, las mismas preparaciones en solución fisiológica<br />

VACUNAS FRENTE A LA FIEBRE TIFOIDEA 1109<br />

que no actuaba como tampón perdieron su potencia a<br />

medida que aumentaba el pH. Las vacunas envasadas en<br />

viales de vidrio de borosilicato de U.S. Pharmacopeia conservaron<br />

la estabilidad de su pH y su potencia, mientras que<br />

las almacenadas en viales de vidrio sódico-cálcico de tipo III<br />

de U.S. Pharmacopeia resultaron menos estables. La vacuna<br />

inactivada con calor y conservada en fenol, si se mantiene<br />

refrigerada, tiene una vida útil de dieciocho meses.<br />

Joo y Zsidai203 investigaron sistemáticamente la estabilidad<br />

de las formas líquida y liofilizada de la vacuna inactivada<br />

con calor y conservada en fenol y la inactivada con acetona,<br />

almacenadas a 37ºC ó a 4ºC durante doce semanas, con la<br />

protección activa en ratones como parámetro de la potencia<br />

de las vacunas. Comprobaron que con las vacunas líquidas es<br />

necesario mantener la cadena de frío para que conserven su<br />

potencia (que disminuyó significativamente a las dos semanas<br />

de almacenamiento a 37ºC). En cambio, la vacuna liofilizada<br />

mantenía su potencia aun tras doce semanas de almacenamiento<br />

a temperatura alta. Dimache y colaboradores187 corroboraron<br />

la potencia de la vacuna liofilizada después de un<br />

almacenamiento prolongado, al mostrar que seguía siendo<br />

antigénica y alcanzando resultados aceptables en la prueba de<br />

protección a ratones tras cinco años de almacenamiento a<br />

4ºC. La vida útil de la vacuna antitifoidea liofilizada depende<br />

de la humedad residual del liofilizado: a menor humedad residual,<br />

mayor vida útil. 203 Las vacunas con menos de 3% de<br />

humedad residual tienen una vida útil prolongada.<br />

Vacuna parenteral de polisacárido Vi purificado<br />

La vacuna de polisacárido Vi es altamente estable y, en teoría,<br />

no debería necesitar la cadena de frío, ni siquiera en climas<br />

tropicales. El polisacárido Vi conserva sus<br />

características fisicoquímicas después de seis meses de almacenamiento<br />

a 37ºC y de dos años a 22ºC. No obstante, los<br />

fabricantes recomiendan mantener la vacuna en la nevera a<br />

una temperatura de 2ºC a 8ºC hasta un máximo de dieciocho<br />

meses, y advierten que no se debe congelar.<br />

Vacuna atenuada oral con la cepa Ty21a<br />

Para almacenar la vacuna Ty21a durante un tiempo prologado<br />

debe mantenérsela a 4ºC. La vida útil de la preparación<br />

liofilizada depende de la humedad residual y del<br />

mantenimiento de la cadena de frío. 204,205<br />

Para que la vacuna sea potente, es necesario que cada<br />

dosis (cápsula entérica o sobre de la preparación liofilizada)<br />

tenga una concentración de bacilos viables mayor de 2 x 109 UFC. Esta concentración disminuye progresivamente tras<br />

siete días de almacenamiento a temperatura ambiente (20-<br />

25ºC ó 73-82ºF). Aun así, los diez lotes probados aún cumplían<br />

los requisitos de potencia mínima a los siete días del<br />

período de prueba. 206 Del mismo modo, otros tres lotes de<br />

Ty21a aún conservaban su potencia tras doce horas de almacenamiento<br />

a 37ºC (98,6ºF). 206<br />

Control de lotes de vacunas mediante pruebas<br />

analíticas (pruebas de potencia)<br />

Vacunas parenterales de células enteras inactivadas<br />

Se efectuaron muchas pruebas analíticas para evaluar la<br />

“potencia” de las vacunas anti-tifoidea, junto con los ensayos<br />

sobre el terreno comparativos a gran escala patrocinados


1110 VACUNAS PARA CIRCUNSTANCIAS ESPECIALES<br />

TABLA <strong>40</strong>–1 ■ Comparación de las vacunas de<br />

referencia K inactivada con acetona y L inactivada con<br />

calor y conservada en fenol. Capacidad de inducir<br />

anticuerpos, actividad en las pruebas de protección<br />

en ratones y eficacia en los ensayos sobre el terreno<br />

Grupo de<br />

vacuna Control<br />

toxoide<br />

Prueba K L tetánico<br />

Aglutininas en seres humanos*<br />

H 1008 720 16<br />

O 13 17 2<br />

Vi † 21 20 4<br />

Aglutininas en conejos<br />

H 320 <strong>40</strong> ‡ —<br />

O 320 6<strong>40</strong> —<br />

Prueba de protección activa en ratones<br />

Potencia relativa 3,6 1,0 —<br />

Eficacia en ensayos sobre el terreno<br />

comparativos<br />

Guyana (7 años de vigilancia<br />

epidemiológica) 88% 67% —<br />

Yugoslavia (2 años y medio<br />

de vigilancia epidemiológica) 79% 51% —<br />

* Media geométrica de títulos de anticuerpos dos semanas después de la<br />

segunda dosis de vacuna.<br />

† Medición por hemaglutinación pasiva.<br />

‡ Media geométrica de títulos de anticuerpos siete días después de la cuarta<br />

dosis de vacuna diluida 1:100.<br />

por la Organización Mundial de la Salud, con el propósito de<br />

identificar una prueba, un animal de experimentación o un<br />

ensayo apto para predecir de manera fiable la potencia de una<br />

vacuna en los seres humanos. 207–223 Estas pruebas consistieron<br />

principalmente en la medición de las respuestas de anticuerpos<br />

en animales (y en seres humanos) y en pruebas de protección<br />

activa en pequeños animales de laboratorio.<br />

Lamentablemente, no se ha encontrado una prueba de laboratorio<br />

satisfactoria, capaz de predecir claramente la potencia<br />

de todas las vacunas anti-tifoidea parenterales inactivadas,<br />

vacunas de extractos, o vacunas de cepas atenuadas para<br />

administración oral.<br />

El Comité de Expertos en Vacunas Anti-tifoidea de la<br />

Organización Mundial de la Salud llegó a la conclusión de<br />

que no hay una única prueba que permita predecir en forma<br />

fiable la eficacia de las vacunas anti-tifoidea en los seres<br />

humanos. 222 No obstante, dos métodos han tenido una<br />

correlación suficientemente buena con los ensayos sobre el<br />

terreno como para tener sus partidarios: 1) la inducción de<br />

anticuerpos anti-H tras la vacunación parenteral de conejos<br />

y 2) una prueba de protección activa en ratones.<br />

Paralelamente a los ensayos sobre el terreno de las vacunas<br />

líquidas parenterales inactivadas con alcohol e inactivadas<br />

con calor y conservadas en fenol realizadas en Yugoslavia, 224<br />

investigadores de varios laboratorios observaron que cuanto<br />

más efectiva era la vacuna inactivada con calor y conservada<br />

en fenol, significativamente más altos eran los niveles de<br />

anticuerpos anti-H que inducía en conejos. 56,217,223 Del<br />

mismo modo, mientras se realizaban los ensayos sobre el<br />

terreno posteriores, que comparaban la vacuna de referencia<br />

liofilizada inactivada con calor y conservada en fenol (vacuna<br />

L) con la inactivada con acetona (vacuna K), 131,150,225–228 se<br />

observó que cuanto más efectiva era la vacuna K, los títulos<br />

de anticuerpos anti-H que inducía tanto en conejos como en<br />

seres humanos eran significativamente más altos (Tabla<br />

<strong>40</strong>–1). 209,210,216,218,225,229 Ha surgido una fuerte controversia<br />

respecto de si esta observación sugiere que la protección está<br />

directamente relacionada con los antígenos H y mediada por<br />

los anticuerpos anti-H, o si las aglutininas H indican más<br />

bien que un método más suave de inactivación de S. Typhi<br />

ha permitido que se preservaran otros antígenos protectores<br />

altamente lábiles no caracterizados. 230<br />

S. Typhi es un parásito sorprendentemente adaptado al<br />

hospedador humano. Esto ha dificultado mucho encontrar<br />

un modelo animal relevante y práctico para evaluar las vacunas<br />

anti-tifoidea. Entre los primates, sólo los chimpancés<br />

desarrollan una infección experimental por S. Typhi cuya<br />

patogenia se asemeja bastante a la observada en seres humanos.<br />

Además, ningún pequeño animal de laboratorio, independientemente<br />

de la vía de inoculación, presenta una<br />

infección generalizada semejante a la fiebre tifoidea de los<br />

seres humanos. En diversos laboratorios se han evaluado<br />

varios modos de inmunización activa (subcutánea o intraperitoneal)<br />

de ratones que después fueron sometidos a una<br />

prueba de provocación intraperitoneal con S. Typhi en solución<br />

fisiológica o mucina. 207,210–213,215–221,223,228,229,231,232 Las<br />

distintas técnicas arrojaron resultados diversos. A veces, los<br />

resultados obtenidos en distintos laboratorios eran contradictorios<br />

entre sí, pese a que aparentemente se había aplicado<br />

el mismo procedimiento con reactivos de referencia.<br />

No obstante, a juicio de varios investigadores, entre las<br />

diversas alternativas posibles para probar la potencia de<br />

las vacunas antitifoideas, la mejor es la inmunización activa<br />

intraperitoneal de ratones, seguida siete a catorce días después<br />

por una prueba de provocación intraperitoneal con<br />

cepas patógenas de S. Typhi en mucina. Con esta estrategia<br />

se obtienen resultados análogos a los de los ensayos sobre el<br />

terreno de las vacunas K y L (ver Tabla <strong>40</strong>–1). Existe gran<br />

controversia en torno a la utilidad y la aplicabilidad general<br />

de esta estrategia, pues favorece notablemente a las vacunas<br />

con un contenido importante de antígeno Vi. Las vacunas<br />

que estimulan de forma potente la formación de anticuerpos<br />

anti-Vi son altamente protectoras para ratones, ya que el<br />

antígeno Vi es un factor de virulencia importante para esta<br />

especie. 129,233–236 Como la inactivación de S. Typhi con acetona<br />

favorece la preservación del antígeno Vi, 132,235,236 los<br />

resultados obtenidos con este método fueron claramente<br />

mejores para la vacuna K que para la vacuna L, con la que el<br />

antígeno Vi se conserva peor.<br />

El ensayo sobre el terreno realizado en Egipto 237 con una<br />

vacuna anti-tifoidea inactivada con acetona, preparada a<br />

partir de una cepa mutante no flagelada (TNM1) de la cepa<br />

Ty2 de S. Typhi 79,80 brindó la oportunidad de comparar el<br />

valor relativo de la generación de anticuerpos anti-H y la<br />

potencia en la prueba de protección en ratones. Esta vacuna<br />

no generó anticuerpos anti-H porque la cepa vacunal no es<br />

flagelada; sin embargo, en las pruebas de protección en ratones<br />

fue tan potente como la vacuna de referencia K inactivada<br />

con acetona. Por el contrario, en los ensayos sobre el<br />

terreno esta vacuna no fue protectora, 237 lo que sugiere que<br />

la prueba de protección activa en ratones no es un indicador<br />

adecuado de la eficacia de las vacunas anti-tifoidea en<br />

los seres humanos. Pese a los desacuerdos que genera, la


prueba de protección activa en ratones se usó en los EE.UU.<br />

para evaluar la potencia de vacunas anti-tifoidea parenterales<br />

de células enteras inactivadas. 238<br />

Vacuna parenteral de polisacárido Vi purificado<br />

La prueba de protección activa en ratones, como se utiliza<br />

con las vacunas parenterales de células enteras inactivadas,<br />

puede servir para evaluar la potencia de la vacuna de polisacárido<br />

Vi.<br />

Ty21a y otras vacunas orales<br />

con microorganismos atenuados<br />

En la actualidad la potencia de las vacunas orales con microorganismos<br />

atenuados se establece en función de la concentración<br />

de microorganismos viables. Hasta que se desarrolle una<br />

prueba más adecuada, la potencia de las vacunas con cepas<br />

atenuadas también puede medirse con la prueba de protección<br />

activa en ratones. En este caso, la vacuna se administra<br />

por vía intraperitoneal a los ratones, aunque los seres humanos<br />

la reciban por vía oral.<br />

Resultados de la vacunación<br />

Respuesta inmunitaria<br />

Dada la compleja patogenia de la infección clínica por S.<br />

Typhi, es probable que intervengan en la protección los<br />

anticuerpos secretores del intestino (previniendo la invasión<br />

a través de las mucosas), los anticuerpos circulantes<br />

(frente a microorganismos que podrían causar bacteriemia)<br />

y la inmunidad celular (para eliminar los bacilos intracelulares).<br />

Con las vacunas parenterales se observa una importante<br />

respuesta de anticuerpos circulantes, que probablemente<br />

sea el principal factor protector. En cambio, con las vacunas<br />

orales de microorganismos atenuados, la respuesta de anticuerpos<br />

circulantes puede ser limitada, mientras que son<br />

vigorosas las respuestas de inmunoglobulina A (IgA)<br />

secretora intestinal y la inmunidad celular, a las que se cree<br />

VACUNAS FRENTE A LA FIEBRE TIFOIDEA 1111<br />

responsables de la protección que confiere este tipo de<br />

vacunas.<br />

Lamentablemente, en el caso de S. Typhi no hay acuerdo<br />

sobre los antígenos más importantes para la protección y la<br />

información disponible es algo contradictoria. Con las<br />

vacunas parenterales, la inducción de anticuerpos séricos<br />

anti-H (flagelar) en seres humanos se asocia con protección,<br />

no así la de anticuerpos anti-O y anti-Vi. 209,223,225,237 Por el<br />

contrario, en el caso de vacunas atenuadas orales, las respuestas<br />

de IgA mucosal y de la inmunidad celular parecen<br />

dirigirse principalmente contra los antígenos O y H, pero no<br />

contra el antígeno Vi. 123,163,165,170,202,239–252 De hecho, una<br />

cepa atenuada (Ty21a) carece del antígeno Vi, 1<strong>40</strong> aunque<br />

confiere protección significativa. 105,108,123,198,199,253,254<br />

Vacunas parenterales de células enteras inactivadas<br />

RESPUESTA DE ANTICUERPOS SÉRICOS<br />

El parámetro típico de la seroconversión, tras la inmunización<br />

con una vacuna anti-tifoidea parenteral de células enteras<br />

inactivadas, es la concentración de anticuerpos séricos<br />

contra los antígenos O, H (d) y Vi. Los niveles de anticuerpos<br />

anti-O se evaluaban antes mediante la aglutinación bacteriana<br />

(prueba de Widal), 209 pero en los últimos años se ha<br />

difundido el método de ELISA con LPS purificados.<br />

163,165,170,239,241–243,255 Los anticuerpos anti-H se miden por<br />

aglutinación usando un antígeno de células enteras adecuado,<br />

como S. Virginia (que tiene el mismo antígeno flagelar<br />

d que S. Typhi, pero carece de Vi y tiene antígenos O<br />

distintos), o por ELISA usando flagelos de S. Typhi purificados.<br />

170,239,241,242 Los anticuerpos anti-Vi se pueden medir por<br />

hemaglutinación pasiva, 85,86,197 por radioinmunoanálisis,<br />

<strong>40</strong>,106,197,256 o por ELISA. 87,107 Para evitar reacciones cruzadas<br />

es importante utilizar antígenos Vi altamente purificados<br />

y desnaturalizados. Por esta razón, sólo a partir de la década<br />

de 1980 las determinaciones serológicas de los anticuerpos<br />

anti-Vi adquirieron una especificidad que las hace fiables.<br />

La evidencia que sugiere que los anticuerpos anti-H<br />

podrían estar involucrados en la protección ya se ha analizado<br />

TABLA <strong>40</strong>–2 ■ Respuesta inmunitaria frente a dos vacunas experimentales de polisacárido Vi de Salmonella Typhi<br />

Títulos de anticuerpos anti-<br />

lipopolisacárido de S. Typhi<br />

Títulos de anticuerpos anti-Vi* (ELISA)<br />

Media geométrica Media geométrica<br />

de títulos de títulos<br />

Antes Después Seroconversión (%) † Antes Después Seroconversión (%) ‡<br />

Vi Lote 53226<br />

Estudiantes de Maryland 0,17 2,57 100 0,11 0,78 83<br />

Soldados chilenos 0,15 0,77 83<br />

Vi Lote IMS1569<br />

Voluntarios franceses 0,07 2,73 95 0,12 0,22 26§<br />

* Medición por radioinmunoanálisis.<br />

† Aumento de 0,15 µg/ml en anticuerpos.<br />

‡ Aumento de 0,15 en la densidad óptica neta.<br />

§ χ2 = 28,3; P


1112 VACUNAS PARA CIRCUNSTANCIAS ESPECIALES<br />

TABLA <strong>40</strong>–3 ■ Respuestas de anticuerpos séricos anti-Vi determinadas por radioinmunoanálisis en adultos y niños<br />

vacunados con dosis de 25-µg de una formulación líquida de la vacuna de polisacárido Vi purificado<br />

en parte en el apartado sobre potencia de las vacunas (ver<br />

Control de lotes de vacunas mediante pruebas analíticas pruebas<br />

de potencia, pág. 1067). En Yugoslavia, Polonia, la Unión<br />

Soviética y Guyana se realizaron ensayos sobre el terreno para<br />

evaluar la eficacia de varias vacunas parenterales bien caracterizadas<br />

de células enteras inactivadas, como las inactivadas<br />

con alcohol, con calor-fenol y con acetona. La determinación<br />

de la respuesta serológica a estas vacunas de personas y animales<br />

de laboratorio inmunizados permitió relacionar la eficacia<br />

protectora con la respuesta de anticuerpos. Las vacunas<br />

parenterales de células enteras inactivadas que confirieron la<br />

máxima protección en los ensayos sobre el terreno indujeron<br />

los niveles más altos de anticuerpos anti-H. Una relación<br />

similar entre los títulos de anticuerpos anti-H y el grado de<br />

protección frente a la fiebre tifoidea se observó en voluntarios<br />

jóvenes sanos que en las décadas de 1960 y 1970 participaron<br />

en evaluaciones de la eficacia de las vacunas anti-tifoidea con<br />

pruebas de provocación. 169,182,257 Los voluntarios del grupo<br />

control con títulos altos de anticuerpos anti-H (presumiblemente<br />

debidos a la infección natural o a la vacunación recibida<br />

muchos años antes, durante el servicio militar) tenían<br />

un grado significativo de protección frente a la fiebre tifoidea.<br />

Sin embargo, la prueba más convincente de la importancia<br />

de los anticuerpos anti-H proviene de un ensayo sobre el<br />

terreno efectuado por Wahdan y colaboradores, 237 para evaluar<br />

una vacuna inactivada con acetona y desecada, elaborada<br />

a partir de una cepa de S. Typhi que carece del<br />

antígeno H. Esta vacuna, que no indujo anticuerpos anti-H,<br />

no confirió una protección significativa.<br />

La Tabla <strong>40</strong>–1 muestra las respuestas de anticuerpos séricos<br />

frente a los antígenos O, H y Vi de S. Typhi en niños que participaron<br />

en el ensayo sobre el terreno realizado en Guyana,<br />

a quienes se administraron vacunas parenterales de células<br />

enteras inactivadas con acetona o inactivadas con calor y<br />

conservadas en fenol. 208 Estos datos son representativos de las<br />

respuestas serológicas que inducen este tipo de vacunas.<br />

Los anticuerpos anti-O que se generan tras la inoculación<br />

de vacunas parenterales de células enteras inactivadas son<br />

principalmente inmunoglobulina M (IgM), mientras los<br />

anticuerpos anti-H son inicialmente IgM y posteriormente,<br />

inmunoglobulina G (IgG). 249,258–262<br />

Anticuerpos anti-Vi<br />

de títulos (mg/ml)<br />

Grupo de edad Tasa de<br />

Lugar (años) N Antes Después * seroconversión (%) † Medida Geométrica<br />

Referencia<br />

Estados Unidos 18–<strong>40</strong> 54 0,2 3,2 93 256<br />

Nepal 45–55 8 0,5 4,4 63 106<br />

15–44 43 0,4 3,7 79<br />

5–14 65 0,2 1,9 77<br />

Indonesia >22 22 0,8 11,3 68 180<br />

5–12 80 0,3 5,0 88<br />

2–4 54 0,2 5,8 96<br />

Kenya 5–15 97 0,3 2,0 76 269<br />

* Un mes después de la vacunación.<br />

† Aumento de cuatro veces o más de los títulos de anticuerpos.<br />

RESPUESTA INMUNITARIA DE LAS MUCOSAS<br />

Como era de esperar, los pocos estudios que han analizado<br />

la respuesta inmunitaria de las mucosas tras la administración<br />

de la vacuna parenteral de células enteras inactivadas<br />

han mostrado una respuesta mínima de anticuerpos IgA<br />

secretores (IgAs) o de células secretoras de anticuerpos<br />

(CSA) IgA intestinales. 249,263–265<br />

RESPUESTA INMUNITARIA CELULAR<br />

En algunos estudios se han evaluado las respuestas de inmunidad<br />

celular generadas por vacunas parenterales de células<br />

enteras inactivadas, 244,250,266,267 por métodos como la replicación<br />

de linfocitos, la inhibición de la migración de células<br />

mononucleares dependientes de anticuerpos en presencia de<br />

un antígeno soluble o la inhibición del crecimiento de S.<br />

Typhi por células mononucleares. Estas vacunas no han<br />

inducido una respuesta de inmunidad celular significativa.<br />

Vacuna parenteral de polisacárido Vi purificado<br />

ANTICUERPOS SÉRICOS<br />

La vacuna parenteral de polisacárido Vi induce respuestas<br />

de anticuerpos séricos IgG anti-Vi en aproximadamente el<br />

85-95% de los adultos o los niños mayores de 2 años. La<br />

Tabla <strong>40</strong>–2 muestra las respuestas de anticuerpos séricos<br />

anti-O y anti-Vi que Tacket y colaboradores 197 registraron<br />

en adultos jóvenes inmunizados con una de las dos vacunas<br />

de antígeno Vi purificado elaboradas a partir de S. Typhi.<br />

Estas vacunas diferían en su grado de pureza; una de ellas<br />

contenía un 5% de contaminación residual con LPS, mientras<br />

que la otra tenía una pureza del 99,8%. Esta diferencia<br />

se reflejó en la respuesta serológica. Si bien la tasa de seroconversión<br />

de anticuerpos anti-Vi fue similar en ambos grupos,<br />

alrededor del 90%, la tasa de seroconversión de<br />

anticuerpos anti-O fue de sólo el 26% en el grupo que recibió<br />

la vacuna más purificada, frente al 83% del otro grupo.<br />

La Tabla <strong>40</strong>–3 muestra las respuestas serológicas inducidas<br />

por la vacuna de polisacárido Vi TYPHIM de otros grupos<br />

de adultos y niños de regiones endémicas y no<br />

endémicas. 106,107,180,256,268,269 La respuesta de anticuerpos<br />

anti-Vi en niños de 1 a 2 años en Indonesia fue débil y


eve, a diferencia de las respuestas registradas en adultos y<br />

niños mayores. 180 También se han observado altas tasas de<br />

seroconversión en niños de edad preescolar (99%), 270 en<br />

niños de edad escolar de 4 a 14 años (99,5%) 195 y en adolescentes<br />

de 11 a 18 años (99%) 196 inmunizados con la<br />

vacuna Typherix. Además, el 96% de los adultos desarrolló<br />

respuestas de anticuerpos aglutinantes. 270 ª<br />

El polisacárido Vi purificado se comporta como un antígeno<br />

independiente de los linfocitos T. Cuando se administran<br />

dosis adicionales de este polisacárido la respuesta de<br />

anticuerpos séricos no se intensifica. 256,268 En un estudio<br />

de Keitel y colaboradores, 256 los títulos de anticuerpos séricos<br />

anti-Vi se cuadruplicaron en el 33-50% de los individuos<br />

tras una segunda dosis de Vi administrada 27 a 34 meses después<br />

de la primovacunación, pero volvieron a bajar a los<br />

niveles que tenían al mes de la primera dosis. Los títulos de<br />

anticuerpos anti-Vi disminuyen progresivamente a lo largo<br />

del tiempo. 256 Klugman y colaboradores 271 propusieron que<br />

el umbral de anticuerpos séricos anti-Vi requerido para conferir<br />

protección se estableciera conservadoramente en un<br />

mínimo de 1 µg/ml.<br />

Al igual que otras vacunas de polisacáridos purificados<br />

independientes de los linfocitos T, Vi no es un buen inmunógeno<br />

para lactantes. La mayoría de los lactantes no responde<br />

a la vacuna y las respuestas de los que sí lo hacen son<br />

débiles y de corta duración.<br />

Un estudio en adultos belgas comparó las respuestas serológicas<br />

tras una dosis de la vacuna TYPHIM Vi o de la<br />

VACUNAS FRENTE A LA FIEBRE TIFOIDEA 1113<br />

TABLA <strong>40</strong>–4 ■ Tasas de seroconversión de anticuerpos IgG anti-O de S. Typhi determinados por ELISA tras la<br />

administración de una a tres dosis de la vacuna atenuada oral con la cepa Ty21a en el transcurso de una semana<br />

Seroconversión<br />

Forma de presentación No. de dosis Tasa %<br />

Eficacia en ensayos<br />

sobre el terreno (%)<br />

Cápsulas entéricas 3 61/96 64 67<br />

2 22/50 44 47<br />

1 9/50 18 18<br />

Vacuna/NaHCO 3 en cápsulas de gelatina 3 99/195 50 21<br />

Datos serológicos de Levine MM, Ferreccio C, Black RE et al. Progress in vaccines to prevent typhoid fever. Rev Infect Dis 11 (suppl 3):S552–S567,<br />

1989. Los datos de vigilancia epidemiológica de los ensayos sobre el terreno corresponden a los primeros 36 meses de seguimiento de los estudios<br />

realizados en el Área norte (Black RE, Levine MM, Ferreccio C et al. Efficacy of one or two doses of Ty21a Salmonella Typhi vaccine in enteric-coated<br />

capsules in a controlled field trial. Vaccine 8:81–84, 1990.) y en el Área oeste (Levine MM, Ferreccio C, Black RE et al. Large-scale field trial of<br />

Ty21a live oral typhoid vaccine in enteric-coated capsule formulation. Lancet 1:1049–1052, 1987.) de Santiago, Chile.<br />

vacuna Typherix. 272 El 94% de los vacunados con TYPHIM<br />

Vi y el 95% de los que recibieron Typherix desarrolló anticuerpos<br />

anti-Vi séricos a los 28 días de la vacunación. A los<br />

12 meses de la vacunación el 74% y el 67%, respectivamente,<br />

conservaban títulos altos de Vi. La media geométrica<br />

de los títulos de anticuerpos a los 28 días y a los 12 meses de<br />

la inmunización fue muy similar con las dos vacunas. 272<br />

Vacuna atenuada oral con la cepa Ty21a<br />

RESPUESTA DE ANTICUERPOS SÉRICOS<br />

La respuesta de anticuerpos séricos a la vacuna Ty21a ha sido<br />

exhaustivamente estudiada. Gilman y colaboradores observaron<br />

que la cepa Ty21a cultivada en presencia de galactosa<br />

(que lleva a la formación de microorganismos con antígenos<br />

LPS O lisos) era altamente protectora, mientras que no lo<br />

era la cultivada en ausencia de galactosa (lo que genera<br />

microorganismos rugosos). 182 Estos investigadores comprobaron<br />

que la tasa de seroconversión de anticuerpos anti-O<br />

fue significativamente mayor entre los individuos inmunizados<br />

con la vacuna cultivada en presencia de galactosa.<br />

Levine y colaboradores observaron una relación entre la<br />

eficacia protectora y las tasas de seroconversión con diversas<br />

pautas vacunales y distintas formulaciones, en ensayos<br />

sobre el terreno en los que se determinaron por ELISA los<br />

títulos de anticuerpos IgG anti-O en jóvenes chilenos de 15<br />

a 19 años de edad (Tabla <strong>40</strong>–4). 123 Con las cápsulas entéricas<br />

aprobadas en la actualidad, la proporción de vacunados<br />

TABLA <strong>40</strong>–5 ■ Magnitud de la respuesta de células secretoras de anticuerpos (CSA) IgA intestinales frente al<br />

antígeno O de S. Typhi tras la vacunación con distintas formulaciones y pautas vacunales de la vacuna atenuada<br />

oral de la cepa Ty21a<br />

Respuesta CSA IgA<br />

Nº de Nº de microorganismos % individuos que Media<br />

Cepa vacunal Forma de presentación dosis viables/dosis respondieron geométrica †<br />

Ty21a Cápsulas de gelatina/NaHCO 3 3* 2 x 10 9 7/10 ‡ 6<br />

Ty21a Cápsulas entéricas 3* 2 x 10 9 18/20 23<br />

Ty21a Suspensión líquida 3* 2 x 10 9 19/20 63<br />

Suspensión líquida 2* 2 x 10 9 16/20 12<br />

Suspensión líquida 1 2 x 10 9 10/20 3<br />

*Pauta vacunal: a días alternos.<br />

‡ Media geométrica de la cantidad de células secretoras de anticuerpos (CSA) IgA por cada 10 6 células mononucleares de sangre periférica.<br />

† Número de personas que respondieron/número de personas vacunadas.


1114 VACUNAS PARA CIRCUNSTANCIAS ESPECIALES<br />

con incrementos significativos de los anticuerpos IgG anti-<br />

O aumentó de forma escalonada según hubieran recibido<br />

una, dos o tres dosis de la vacuna en el transcurso de una<br />

semana. Los anticuerpos séricos anti-O, si bien no se cree<br />

que sean los responsables de la inmunidad que inducen las<br />

cepas atenuadas, se relacionan evidentemente con la protección.<br />

La determinación por ELISA de los anticuerpos<br />

IgG séricos frente al antígeno O de S. Typhi, por ser una<br />

técnica simple, representa para los investigadores una herramienta<br />

práctica para comparar distintas pautas vacunales y<br />

formas de presentación, así como para evaluar nuevas vacunas<br />

experimentales atenuadas de administración oral.<br />

RESPUESTA INMUNITARIA DE LAS MUCOSAS<br />

En los últimos diez años se ha estudiado con bastante detenimiento<br />

la respuesta inmunitaria en la mucosa intestinal a la<br />

cepa Ty21a y a otras nuevas vacunas atenuadas orales. La<br />

mayoría de los individuos que reciben la pauta habitual de<br />

tres dosis orales de Ty21a presentan respuestas locales de anticuerpos<br />

anti-O. 245–249,252,264,265,273–276 Forrest observó que la<br />

tendencia a elevaciones significativas de los anticuerpos IgAs<br />

anti-O en la mucosa intestinal tras la vacunación con Ty21a<br />

es inversamente proporcional a los niveles basales de anticuerpos<br />

intestinales antes de la vacunación. 277 Es decir, que el<br />

aumento de los anticuerpos IgAs anti-O es significativamente<br />

menor en los individuos con niveles basales altos que en<br />

aquellos con títulos bajos o sin estos anticuerpos. Esta relación<br />

inversa entre los títulos basales y la tendencia a la seroconversión<br />

también se ha observado con la respuesta de<br />

anticuerpos séricos frente a Vibrio cholerae tras la inmunización<br />

con vacunas anticoléricas atenuadas orales 278 y con la<br />

cepa Ty21a que expresa el antígeno O1 de V. cholerae. 279<br />

Tras la administración oral del antígeno, los linfocitos activados<br />

en las placas de Peyer y demás tejido linfoide asociado<br />

al intestino migran a los ganglios linfáticos locales para madurar.<br />

Una vez maduros, vuelven a la lámina propia intestinal y<br />

a otros órganos del sistema inmunitario mucoso, como las<br />

glándulas salivales, las vías respiratorias, el aparato genitouri-<br />

nario y las glándulas mamarias. Como lo demostraron<br />

Kantele y colaboradores 245–249,274,276 y Forrest, 280 estas células<br />

migratorias provenientes del intestino pueden detectarse en<br />

la sangre periférica, y su capacidad de segregar anticuerpos<br />

IgA específicos en presencia de un determinado antígeno<br />

puede cuantificarse con la prueba ELISPOT 281 u otras técnicas<br />

similares. 280 Estas células migratorias productoras de IgA<br />

se detectan sólo durante unos pocos días después de la vacunación.<br />

La detección de CSA IgA intestinales en la sangre<br />

periférica tras la vacunación oral es máxima aproximadamente<br />

a los siete días de la inmunización. 165,239,241,242,245–249,274<br />

Kantele administró a voluntarios adultos finlandeses la<br />

cepa Ty21a en distintas formas de presentación y con pautas<br />

vacunales diferentes, intentando reproducir las condiciones<br />

de los ensayos sobre el terreno realizados en Chile e<br />

Indonesia para evaluar la eficacia de Ty21a. 245 Sus resultados<br />

mostraron que la respuesta de CSA IgA intestinales se<br />

corresponde estrechamente con la eficacia registrada en los<br />

ensayos sobre el terreno (Tabla <strong>40</strong>–5). Así, tres dosis (administradas<br />

a días alternos) de Ty21a en forma de cápsulas<br />

entéricas fueron notablemente más inmunógenas que una<br />

dosis; y Ty21a en suspensión líquida es más inmunógena que<br />

en cápsulas entéricas.<br />

Forrest y colaboradores estudiaron la respuesta inmunitaria<br />

mucosal tras una pauta de tres dosis de Ty21a administrada<br />

por vía rectal los días 0, 2 y 5. 282 Cada dosis contenía<br />

2 × 10 11 UFC, es decir, una concentración 100 veces mayor<br />

que la de la preparación comercial de Ty21a. Los anticuerpos<br />

IgAs anti-O de S. Typhi aumentaron significativamente<br />

en el líquido yeyunal, el suero y la saliva, así como en las<br />

CSA IgA intestinales. 282<br />

RESPUESTA DE INMUNIDAD CELULAR<br />

Las respuestas de inmunidad celular tras la administración<br />

de la cepa Ty21a, 244,250,251,265,283–286 se han evaluado mediante<br />

métodos como la replicación de linfocitos en presencia<br />

del antígeno soluble o particulado, 283,284 la inhibición<br />

del crecimiento de S. Typhi por las células mononucleares<br />

TABLA <strong>40</strong>–6 ■ Comparación entre las vacunas anti-tifoidea parenterales líquidas, una inactivada con calor<br />

y conservada en fenol y otra inactivada con alcohol y conservada en alcohol, administradas según<br />

una primovacunación de dos dosis con o sin una dosis de refuerzo al año (Yugoslavia, 1954–1960)<br />

No. de individuos Casos de fiebre Eficacia Período de<br />

Grupos de vacunas vacunados tifoidea por 10 5* vacunal (%) vigilancia (años)<br />

Inactivada con calor<br />

Primovacunación de 2 dosis 11.503 61 a 68 1<br />

Primovacunación de 2 dosis y refuerzo 8595 81 b 74 5 †<br />

Inactivada con alcohol<br />

Primovacunación de 2 dosis 12.017 141 c 27 1<br />

Primovacunación de 2 dosis y refuerzo 8913 157 d 50 5 †<br />

Control (toxoide tetánico)<br />

Primovacunación de 2 dosis 11.988 192 e — 5 †<br />

Primovacunación de 2 dosis y refuerzo 9002 311 f — 5 †<br />

*Significación:<br />

a frente a e; P = 0,0086. b frente a f; P = 0,0012.<br />

a frente a c; P = 0,083. d frente a f; P = 0,048.<br />

c frente a e; P = 0,42. b frente a d; P = 0,22.<br />

† Período de vigilancia epidemiológica tras la administración de la dosis de refuerzo.<br />

Adaptado de Yugoslav Typhoid Commission. A controlled field trial of the effectiveness of phenol and alcohol typhoid vaccines. Bull World Health<br />

Organ 26:357–369, 1962.


en presencia de anticuerpos y la detección de linfocitos T<br />

citotóxicos (LTC) CD8 + . 244,250,251,265,285 Las vacunas atenuadas<br />

orales más recientes estimulan respuestas de inmunidad<br />

celular bastante potentes. 2<strong>40</strong>,287<br />

Murphy y colaboradores estudiaron la respuesta de replicación<br />

de linfocitos frente a diversos antígenos de S. Typhi<br />

tras la administración oral de Ty21a. 283,284 Observaron que<br />

el antígeno particulado de S. Typhi inactivado con calor y<br />

conservado en fenol era el más sensible y específico. Sztein<br />

y colaboradores observaron que los flagelos purificados de S.<br />

Typhi también eran un excelente antígeno para estimular la<br />

replicación de linfocitos. 2<strong>40</strong><br />

Tagliabue y colaboradores comprobaron que la cepa Ty21a<br />

administrada por vía oral induce una potente respuesta inmunitaria<br />

anti-Salmonella, que involucra células mononucleares<br />

de sangre periférica (CMSP) y suero inmune. La combinación<br />

de CMSP de un donante neutro con sueros postinmunización<br />

de individuos vacunados provoca una notoria inhibición del<br />

crecimiento de S. Typhi. 244,250,251,265 Este efecto no se lograba<br />

con células mononucleares en solitario ni sólo con el suero<br />

postinmunización. Estos investigadores informaron que las<br />

CMSP responsables de este efecto son linfocitos CD4 + y que<br />

los anticuerpos séricos específicos son de la clase IgA.<br />

También demostraron que la IgA secretora intestinal podría<br />

suplir la IgA sérica.<br />

Salerno-Goncalves y colaboradores 285 observaron que la<br />

vacunación con Ty21a inducía LTC específicos capaces de<br />

destruir las células infectadas por S. Typhi y de segregar interferón-γ<br />

(IFN-γ), una importante molécula efectora frente a<br />

microorganismos patógenos intracelulares. En la mayoría de<br />

los individuos inmunizados con Ty21a, la lisis de las células<br />

infectadas por los linfocitos CD8 provenientes de las CMSP<br />

fue sistemáticamente más frecuente después de la inmunización<br />

que antes de ella. Estos autores diseñaron un método de<br />

ELISPOT para IFN-γ para cuantificar la frecuencia de células<br />

formadoras de IFN-γ (CFP IFN-γ) en las CMSP de individuos<br />

vacunados con Ty21a. Las concentraciones de CFP IFN-γ<br />

también fueron significativamente mayores después de la<br />

inmunización que antes de ella. El IFN-γ era segregado predominantemente<br />

por los linfocitos T CD8 + . La actividad citolítica<br />

de los LTC se correlacionó estrechamente con la<br />

frecuencia de CFP IFN-γ (r 2 = 0,910, P < 0,001). 285<br />

Lundin y colaboradores confirmaron que Ty21a en una<br />

pauta de tres dosis orales induce respuestas tanto de linfocitos<br />

CD4 + y CD8 + productores de IFN-γ como de linfocitos T de<br />

memoria CD4 + y CD8 + específicos del antígeno. 286 Estos autores<br />

estudiaron también la direccionalidad de las respuestas de<br />

las células T y comprobaron que casi todos los linfocitos T de<br />

memoria productores de IFN-γ expresan la integrina β-7 de<br />

direccionalidad intestinal. 286<br />

COMPARACIÓN CON LA INFECCIÓN NATURAL<br />

Las respuestas de anticuerpos circulantes y secretores y las<br />

de inmunidad celular son relativamente potentes tras la<br />

infección natural e incluyen importantes componentes séricos<br />

y celulares. 55,76,288–294 Las respuestas de anticuerpos séricos<br />

que inducen las vacunas parenterales de células enteras<br />

inactivadas son comparables a las generadas por la infección<br />

natural, mientras que las de inmunidad celular no lo son.<br />

Con las vacunas atenuadas orales ocurre lo contrario.<br />

Murphy y colaboradores 283,284 observaron que las CMSP de<br />

adultos sanos residentes en regiones endémicas para la fiebre<br />

VACUNAS FRENTE A LA FIEBRE TIFOIDEA 1115<br />

tifoidea y sin antecedentes conocidos de fiebre tifoidea aguda<br />

generalmente proliferan cuando se exponen a antígenos de S.<br />

Typhi. Esta observación confirma los resultados de los estudios<br />

de prevalencia de anticuerpos, según los cuales las infecciones<br />

leves o asintomáticas son frecuentes en esas regiones.<br />

Resultados de ensayos comparativos sobre el terreno<br />

Vacunas parenterales inactivadas de células enteras<br />

Entre mediados de la década de 1950 y principios de la de<br />

1970, la OMS patrocinó una serie de ensayos sobre el<br />

terreno bien diseñados, aleatorizados y comparativos en países<br />

en los que la fiebre tifoidea era endémica, para evaluar la<br />

eficacia absoluta y relativa de diversas vacunas anti-tifoidea<br />

y la duración de la protección que inducían. En estos estudios,<br />

las tasas de incidencia de la enfermedad y la eficacia de<br />

cada vacuna se calcularon exclusivamente en función de<br />

casos confirmados por cultivo. En el primer estudio, realizado<br />

en la Yugoslavia, se comparó la eficacia de dos dosis de<br />

la vacuna inactivada con alcohol con la de la vacuna inactivada<br />

con calor y conservada en fenol, con el toxoide tetánico<br />

como vacuna de control. 223,224,295 Ambas vacunas<br />

confirieron una protección significativa, pero la de la inactivada<br />

con calor y conservada en fenol fue superior a la inactivada<br />

con alcohol (Tabla <strong>40</strong>–6).<br />

A principios de la década de 1950, estudios de laboratorio<br />

mostraron que el antígeno Vi se preservaba mejor en la<br />

vacuna antitifoidea inactivada con acetona, 132 lo que llevó a<br />

plantear la posibilidad de que esta vacuna fuera superior a la<br />

inactivada con calor y conservada en fenol. El Walter Reed<br />

Army Institute of Research preparó para la OMS grandes<br />

lotes de referencia de la vacuna inactivada con acetona y de<br />

la inactivada con calor y conservada en fenol, 133,134 que se<br />

denominaron vacunas K y L, respectivamente. Estos lotes<br />

estaban destinados a ser usados en ensayos sobre el terreno a<br />

gran escala que se realizarían en Yugoslavia, 227 Guyana, 225,226<br />

Polonia150,228 y la ex Unión Soviética. 131 Las vacunas K y L y<br />

el método con el que fueron elaboradas se convirtieron en la<br />

norma internacional para preparar futuros lotes de vacunas<br />

de este tipo para estudios sobre el terreno posteriores. Además<br />

de las vacunas de referencia K y L propiamente dichas, se<br />

han evaluado otras dos vacunas de tipo K en ensayos sobre el<br />

terreno comparativos, que han suministrado información<br />

muy valiosa. Así, por ejemplo, un ensayo sobre el terreno aleatorizado<br />

y comparativo realizado en Tonga comparó directamente<br />

la eficacia de un esquema de monodosis con otro de<br />

dos dosis de una vacuna de tipo K; 296en otro ensayo sobre el<br />

terreno realizado en Alejandría, Egipto, se evaluó la eficacia<br />

de una vacuna de tipo K elaborada a partir de una cepa de S.<br />

Typhi no flagelada; 237 finalmente, una vacuna de tipo K en<br />

dosis única se comparó con una vacuna adsorbida en aluminio,<br />

inactivada con calor y conservada en fenol. 297,298<br />

En la Tabla <strong>40</strong>–7 se resumen los resultados de los estudios con<br />

las vacunas K, L y de tipo K. Las principales conclusiones son:<br />

1. Tanto la vacuna inactivada con acetona como la<br />

inactivada con calor y conservada en fenol confieren<br />

una protección significativa frente a la fiebre tifoidea<br />

tras la administración de dos dosis por vía subcutánea,<br />

aunque la vacuna inactivada con acetona es<br />

algo superior (79-88% de protección para la vacuna<br />

K frente al 51-66% de la vacuna L). 131,150,226,227


1116<br />

TABLA <strong>40</strong>–7 ■ Resultados de los ensayos sobre el terreno comparativos de las vacunas de referencia liofilizadas, una inactivada con acetona<br />

otra inactivada con calor y conservada en fenol<br />

Incidencia de<br />

Lugar y fecha Vacuna No. de Período de fiebre tifoidea Eficacia<br />

del ensayo Grupo de edad (No. de dosis) vacunados vigilancia por 105* vacunal (%) Referencia<br />

Yugoslavia 2–50 años (principalmente niños en edad escolar) K (2) 5028 2 1 / años 318ª 79 227<br />

2<br />

1960–1963 L (2) 5068 2 1 / años 727 2 b 51<br />

Control (2) 5039 2 1 / años 1488 2 c —<br />

Guyana 5–15 años (niños en edad escolar) K (2) 24.046 7 años 67d 89 226<br />

1960–1967 L (2) 23.431 7 años 209e 65<br />

Control (2) 27.241 7 años 602f —<br />

Polonia 5–14 años (niños en edad escolar) K (2) 81.534 3 años 7g 85 150<br />

1961–1964 Control (2) 83.734 3 años 47h —<br />

ex Unión Soviética Niños en edad escolar y adultos jóvenes L (2) 36.112 2 1 / años 55 2 i 66 131<br />

1962–1965 (92 de 7–15 años) Control (2) 36.999 2 1 / años 162 2 j —<br />

Tonga Todas las edades (69 menores de 21 años) Tipo K † (2) 11.128 7 años 288 (180) ‡k 39 (56) † 296<br />

1966–1973 Tipo K † (1) 11.391 7 años 500 (272) ‡l 0 (34) †<br />

Controles (2) 11.129 7 años 476 (413) ‡m —<br />

Egipto 6–7 años (niños en edad escolar) No flagelada<br />

1978–1981 Tipo K (2) § 16.679 11 meses 114m 0 237<br />

Control (2) 16.650 11 meses 84m —<br />

Unión Soviética 7–20 años Tipo K (1) || 52.347 10 meses 21n 53 298<br />

1966 Control (1) 52.816 10 meses 45º —<br />

*Significación:<br />

a frente a c; P = 0,00001. e frente a f; P


TABLA <strong>40</strong>–8 ■ Eficacia de las vacunas parenterales<br />

de referencia inactivadas con acetona (K), inactivadas<br />

con calor y conservadas en fenol (L) y la vacuna de<br />

polisacárido Vi en ensayos con voluntarios sometidos<br />

a pruebas de provocación: efectos del tamaño del<br />

inóculo en la prueba de provocación sobre la eficacia<br />

de la vacuna<br />

10 5 S. Typhi * 10 7 S. Typhi<br />

Grupo de Tasa de Eficacia Tasa de Eficacia<br />

vacunas ataque vacunal ataque vacunal<br />

K † 4/43 (9%) 63% 12/28 (43%) 14%<br />

L † 3/45 (7%) 71% 13/24 (54%) 0<br />

Vi ‡ 3/17 (18%) 25% 10/14 (71%) 0<br />

Control 28/104 (24%) — 15/30 (50%) —<br />

*Inóculo de S. Typhi patogénica ingerido por los voluntarios.<br />

† Se administraron tres dosis por vía subcutánea.<br />

‡ Se administró una dosis subcutánea de 50-µg de la vacuna de<br />

polisacárido Vi desnaturalizado de Landy.<br />

Datos de Hornick RB, Greisman SE, Woodward TE et al. Typhoid fever:<br />

pathogenesis and control. N Engl J Med 283:686–691, 739–746, 1970.<br />

2. La eficacia de las vacunas de referencia K y L varió<br />

de una zona geográfica a otra.<br />

3. En un ensayo aleatorizado (Tonga) que comparó<br />

directamente una pauta de una dosis con otra de dos<br />

de la vacuna inactivada con acetona, las dos dosis<br />

confirieron significativamente más protección que la<br />

dosis única. 296 En estudios comparativos no aleatorizados<br />

realizados previamente, la diferencia de eficacia<br />

entre una y dos dosis había sido escasa. 226<br />

4. La vacuna de tipo K elaborada con una cepa de S. Typhi<br />

no flagelada no produjo protección significativa. 237<br />

5. Una única dosis de una vacuna de tipo K sin adyuvante<br />

confirió una protección comparable a la obtenida con<br />

una dosis única de una vacuna adsorbida en aluminio,<br />

inactivada con calor y conservada en fenol. 297,298<br />

La eficacia de las vacunas K y L también se evaluó en<br />

estudios con pruebas de provocación en voluntarios norteamericanos.<br />

55 La conclusión más importante que estos estudios<br />

permiten extraer es quizá que la protección que<br />

conferían las vacunas se relacionaba con la concentración<br />

de microorganismos patógenos de S. Typhi que se había inoculado<br />

a los voluntarios (Tabla <strong>40</strong>–8). Con un inóculo de<br />

105 bacilos, las vacunas K y L proporcionaban aproximadamente<br />

un 70% de protección, mientras que con un inóculo<br />

de 107 bacilos, la protección fue prácticamente indemostrable<br />

(de 0% a 14% de eficacia vacunal). Las diferencias en el<br />

tamaño de los inóculos en la naturaleza podrían explicar las<br />

diferencias en la eficacia de la vacuna en distintas áreas geográficas<br />

y a lo largo del tiempo.<br />

Vacuna parenteral de polisacárido Vi purificado<br />

La eficacia de la primera vacuna de polisacárido Vi purificado<br />

no desnaturalizado se evaluó en dos ensayos sobre el<br />

terreno aleatorizados y comparativos realizados en Nepal106 y en Sudáfrica. 107 En Nepal, una dosis única de 25-µg indujo<br />

un 72% de protección frente a la fiebre tifoidea durante diecisiete<br />

meses de seguimiento, y en Sudáfrica un 64% de protección<br />

durante veintiún meses de seguimiento (Tabla<br />

VACUNAS FRENTE A LA FIEBRE TIFOIDEA 1117<br />

TABLA <strong>40</strong>–9 ■ Resultados de ensayos sobre el terreno<br />

aleatorizados, a doble ciego y comparativos, realizados<br />

en Nepal y Sudáfrica para evaluar la eficacia de una<br />

dosis de 25 µg de la vacuna de subunidades de<br />

polisacárido Vi purificado no desnaturalizado para<br />

prevenir la fiebre tifoidea confirmada por cultivo<br />

Período de Vi Vacuna<br />

seguimiento Vacuna de Control<br />

Estudio realizado 17 meses<br />

en Nepal*<br />

No. de individuos 3457 3450<br />

Casos 9 32<br />

Incidencia/10 5 260 928<br />

Eficacia 72% —<br />

(IC 95%) (42%–86%) —<br />

Estudio realizado 21 meses<br />

en Sudáfrica †<br />

No. de individuos 5692 5692<br />

Casos 16 44<br />

Incidencia/10 5 281 773<br />

Eficacia 64% —<br />

(IC 95%) (36%–79%) —<br />

36 meses<br />

Casos 30 66<br />

Incidencia/10 5 527 1160<br />

Eficacia 55% —<br />

(IC 95%) (30%–71%) —<br />

* Tras la aleatorización, los participantes recibieron una inyección<br />

intramuscular de 0,5 ml que contenía 25 µg de polisacárido Vi<br />

purificado o la vacuna antineumocócica polisacárida 23-valente.<br />

(Datos de Acharya VL, Shrestha MB, Cadoz M et al. Prevention of<br />

typhoid fever in Nepal with the Vi polysaccharide of Salmonella Typhi:<br />

a preliminary report. N Engl J Med 317: 1101–1104, 1987.)<br />

† Tras la aleatorización, los participantes recibieron una dosis<br />

intramuscular de 25 µg de polisacárido Vi o una dosis de 50 µg de la<br />

vacuna antimeningocócica polisacárida. (Datos de Klugman K,<br />

Gilbertson IT, Koornhof HJ, et al. Protective activity of Vi<br />

polysaccharide vaccine against typhoid fever. Lancet 2:1165–1169,<br />

1987; y Klugman KP, Koornhof HJ, Robbins JB et al. Immunogenicity,<br />

efficacy and serological correlate of protection of Salmonella Typhi Vi<br />

capsular polysaccharide vaccine three years after immunization.<br />

Vaccine 14:435–438, 1996.)<br />

IC, intervalo de confianza.<br />

<strong>40</strong>–9). El estudio realizado en Nepal incluyó a personas de<br />

todas las edades, de preescolares a adultos, mientras que el<br />

de Sudáfrica sólo incluyó a niños de edad escolar. Un<br />

informe posterior del estudio sudafricano mostró que con un<br />

seguimiento de tres años la eficacia de la vacuna era del<br />

55% (ver Tabla <strong>40</strong>–9). 271<br />

Un ensayo aleatorizado, a doble ciego, comparativo (con<br />

un grupo control), realizado en Guangxi, China, evaluó una<br />

vacuna Vi producida localmente por el Shanghai Institute<br />

of Biological Products. 299 Se administró una dosis única de<br />

30 µg del antígeno Vi a 65.287 personas y una dosis de solución<br />

fisiológica a 65.984 individuos del grupo control. El<br />

92% de los participantes tenían de 5 a 19 años de edad al<br />

momento de la vacunación. 299 Durante diecinueve meses de<br />

seguimiento, se registraron siete casos de fiebre tifoidea confirmada<br />

por hemocultivo en el grupo de los vacunados,<br />

frente a veintitrés casos en el grupo de control, lo que muestra<br />

que la vacuna tenía una eficacia del 69% (intervalo de


1118 VACUNAS PARA CIRCUNSTANCIAS ESPECIALES<br />

TABLA <strong>40</strong>–10 ■ Ensayo sobre el terreno de eficacia<br />

de tres dosis de una formulación líquida de la vacuna<br />

Ty21a administrada con NaHCO 3 en niños en edad<br />

escolar de 6 y 7 años en Alejandría, Egipto<br />

Casos<br />

confirmados de Incidencia Eficacia<br />

Grupo* fiebre tifoidea por 10 5 vacunal (%)<br />

Grupo de vacunados 1 6,1 96<br />

n = 16.486 (77–99) †<br />

Grupo control 22 138,3<br />

(placebo) n = 15.902<br />

*Período de observación: de 1978 a 1981.<br />

† Intervalo de confianza de 95%.<br />

Adaptado de Wahdan MH, Serie C, Cerisier Y et al. A controlled field<br />

trial of live Salmonella Typhi strain Ty21a oral vaccine against typhoid:<br />

three-year results. J Infect Dis 145:292–296, 1982.<br />

confianza [IC] del 95%, 28-87%). 299 Se han publicado datos<br />

confirmatorios obtenidos durante otro brote epidémico. 376<br />

Las cepas de S. Typhi Vi-negativas no son frecuentes en<br />

la naturaleza, pero pueden causar fiebre tifoidea clínica. 55<br />

Según algunos autores, como es improbable que la vacuna de<br />

polisacárido Vi proteja frente a las cepas Vi-negativas, su uso<br />

generalizado podría llevar a la selección de esas cepas. 300–302<br />

No obstante, hasta el momento actual no ha habido evidencia<br />

de la emergencia de cepas de S. Typhi Vi-negativas.<br />

Vacuna atenuada oral con la cepa Ty21a<br />

En los primeros estudios con voluntarios adultos, múltiples<br />

dosis de microorganismos Ty21a recién preparados se mostraron<br />

seguras y significativamente protectoras en las pruebas<br />

de provocación. 182 Más tarde, se realizó en Alejandría,<br />

Egipto, un ensayo sobre el terreno aleatorizado, a doble<br />

ciego y comparativo para evaluar la eficacia, con aproximadamente<br />

16.000 niños de 6 y 7 años en el grupo vacunado y<br />

otros tantos en el grupo control. 253,254 La vacuna liofilizada<br />

y conservada en viales de vidrio se reconstituyó con 30 ml<br />

de diluyente y se administró en tres dosis de 10 9 microorganismos<br />

el lunes, el miércoles y el viernes de una semana, de<br />

1 a 3 minutos después de que los niños mascaran un comprimido<br />

de 1 g de NaHCO 3 . Durante tres años de vigilancia<br />

epidemiológica, sólo hubo un caso de fiebre tifoidea confirmada<br />

por cultivo entre los vacunados, frente a veintidós en<br />

los niños del grupo control (protección del 96%) (Tabla<br />

<strong>40</strong>–10).<br />

Si bien este estudio preliminar tuvo resultados muy alentadores,<br />

aún quedaba mucho por hacer para saber con certeza<br />

si Ty21a sería una herramienta útil para la salud<br />

pública. Como la formulación líquida que se usó en Egipto<br />

no era fácil de fabricar en serie, había que elaborar y evaluar<br />

otras formas de presentación. También era necesario determinar<br />

si una pauta con menos dosis (una o dos) también era<br />

protectora, precisar la duración de la protección, investigar<br />

el efecto de un intervalo más prolongado entre las dosis<br />

y establecer si la vacuna sería segura y eficaz para lactantes<br />

y niños pequeños. Muchos de estos interrogantes encontraron<br />

respuesta en cinco sucesivos ensayos sobre el terreno<br />

aleatorizados y comparativos, cuatro de los cuales se efectuaron<br />

en Santiago, Chile, y uno, en Indonesia. Estos estudios<br />

fueron auspiciados por la OMS y la Organización<br />

Panamericana de la Salud (OPS). 108,122–124,198,199<br />

En los cuatro estudios de Chile participaron aproximadamente<br />

550.000 niños y adolescentes de 6 a 19 años que recibieron<br />

la vacuna como parte de programas de vacunación<br />

escolar; posteriormente se instituyó la vigilancia epidemiológica<br />

a través de los centros sanitarios del Servicio<br />

Nacional de Salud. Las tasas de incidencia y la eficacia se<br />

calcularon sólo en función de casos confirmados por cultivo.<br />

En el estudio realizado en el Área administrativa occidental<br />

de Santiago, 198 se comparó la eficacia de la formulación<br />

en cápsulas entéricas con la de cápsulas de gelatina con<br />

NaHCO 3 , ambas en pautas de tres dosis. Como se observa<br />

en la Tabla <strong>40</strong>–11, durante los tres años de vigilancia epide-<br />

TABLA <strong>40</strong>–11 ■ Comparación de la eficacia de dos formulaciones diferentes de la vacuna atenuada oral de la<br />

cepa Ty21a administradas en dos pautas vacunales diferentes en el Área oeste de Santiago, Chile: resultados a<br />

los 36 meses de seguimiento (9/1983–8/1986)<br />

Cápsulas entéricas Cápsulas de gelatina con NaHCO 3<br />

Intervalo largo* Intervalo corto † Intervalo largo Intervalo corto Placebo<br />

N 21.598 22.170 21.541 22.379 21.906<br />

Casos 34 23 46 56 68<br />

Incidencia ‡ 157,4ª 103,7 b 213,5 c 250,3 d 310,4 e<br />

Eficacia 49% 67% 31% 19% —<br />

(24–66) § (47–79) (0–52) (0–43)<br />

*Tres dosis, 21 días entre una y otra dosis.<br />

† Tres dosis, 1-2 días entre una y otra dosis.<br />

‡ Significación:<br />

a frente a e; P = 0,0006. d frente a e; P = 0,21.<br />

b frente a e; P


miológica, la vacuna en cápsulas entéricas confirió significativamente<br />

más protección. En los siete años de seguimiento,<br />

la vacuna Ty21a en cápsulas entéricas en una pauta<br />

de tres dosis (administradas a días alternos) generó una protección<br />

del 62%. 303<br />

En un ensayo sobre el terreno aleatorizado, a doble ciego<br />

y comparativo realizado en el Área norte de Santiago, una<br />

pauta con sólo una o dos dosis de Ty21a en cápsulas entéricas<br />

confería una protección moderada y de corta duración<br />

(Tabla <strong>40</strong>–12). 108 La vigilancia epidemiológica mostró que<br />

la protección con dos dosis era del 60% durante los prime-<br />

VACUNAS FRENTE A LA FIEBRE TIFOIDEA 1119<br />

TABLA <strong>40</strong>–12 ■ Comparación de la eficacia de una pauta de una dosis y otra de dos dosis de la vacuna<br />

anti-tifoidea atenuada oral de la cepa Ty21a administrada en cápsulas entéricas: resultados de un estudio<br />

aleatorizado, a doble ciego y comparativo, realizado en el Área norte de Santiago, Chile<br />

Una dosis Dos dosis Placebo<br />

(N = 27.618) (N = 27.620) (N = 27.305)<br />

AÑO 1 (07/82–06/83<br />

No. de casos 47 30 62<br />

Incidencia/105 170,2ª 108,6b 227,1c Eficacia 25% 52% —<br />

AÑO 2 (07/83–06/84)<br />

No. de casos 25 11 38<br />

Incidencia/105 90,5 39,8 139,2<br />

Eficacia 35% 71% —<br />

AÑO 3 (07/84–06/85)<br />

No. de casos 19 15 19<br />

Incidencia/105 68,854,3 69,6<br />

Eficacia 0% 22% —<br />

AÑO 4 (07/85–06/86)<br />

No. de casos 30 23 28<br />

Incidencia/105 108,6 83,3 102,5<br />

Eficacia –6% 19% —<br />

*Significación:<br />

a frente a c; P = 0,42.<br />

a frente a b; P = 0,037.<br />

b frente a c; P = 0,0032.<br />

Datos de Black RE, Levine MM, Ferreccio C et al. Efficacy of one or two doses of Ty21a Salmonella Typhi vaccine in enteric-coated capsules in a<br />

controlled field trial. Vaccine 8:81–84, 1990.<br />

ros dos años, pero descendía a niveles insignificantes<br />

durante el tercer año y prácticamente desaparecía hacia el<br />

cuarto año.<br />

En las áreas sur y central de Santiago se realizó un estudio<br />

muy amplio, sin un grupo control, con más de 200.000 niños<br />

en edad escolar, que comparó directamente la protección<br />

que conferían las cápsulas entéricas de Ty21a en pautas de<br />

dos, tres y cuatro dosis; también evaluó el uso de Ty21a como<br />

herramienta de salud pública. 124 No se trató ningún grupo<br />

con placebo en este estudio. El valor principal de este ensayo<br />

fue que mostró que la incidencia de fiebre tifoidea era signi-<br />

TABLA <strong>40</strong>–13 ■ Comparación de la eficacia de las pautas de dos, tres y cuatro dosis de la vacuna Ty21a en<br />

cápsulas entéricas: resultados de un ensayo sobre el terreno aleatorizado realizado en el Área sur y el Área<br />

central de Santiago, Chile<br />

Vigilancia desde Dos Tres Cuatro<br />

11/1984 hasta 10/1987 dosis dosis dosis<br />

No. de vacunados 66.615 64.783 58.421<br />

No. de casos 123 104 56<br />

Incidencia/10 5* 184,6ª 160,5 b 95,8 c<br />

Intervalo de confianza de 95% 152–271 130–191 71–121<br />

*Significación:<br />

a frente a c; P = 0,0004.<br />

b frente a c; P = 0,002.<br />

a frente a b; P = 0,32.<br />

Datos de Ferreccio C, Levine MM, Rodriguez H et al. Comparative efficacy of two, three, or four doses of Ty21a live oral typhoid vaccine in entericcoated<br />

capsules: a field trial in an endemic area. J Infect Dis 159:766–769, 1989.


1120 VACUNAS PARA CIRCUNSTANCIAS ESPECIALES<br />

TABLA <strong>40</strong>–14 ■ Comparación de la eficacia de tres dosis de la vacuna Ty21a administradas en cápsulas entéricas<br />

o en suspensión líquida de microorganismos vacunales: resultados de ensayos sobre el terreno aleatorizados y<br />

comparativos con placebo realizados en Santiago, Chile, y en Plaju, Indonesia<br />

ficativamente menor después de la vacunación con cuatro<br />

dosis que con tres (Tabla <strong>40</strong>–13). En estos resultados se basó<br />

la recomendación de una pauta de cuatro dosis tras la aprobación<br />

de Ty21a en los EE.UU. y Canadá (en el resto del<br />

mundo se administran tres dosis).<br />

A mediados de la década de 1980, el Swiss Serum and<br />

Vaccine Institute logró elaborar una “suspensión líquida” de<br />

Ty21a de administración oral apta para fabricación a gran<br />

escala y para ser evaluada en grandes ensayos sobre el terreno.<br />

La nueva formulación se presenta en dos sobres: uno con una<br />

dosis de vacuna liofilizada y el otro con el tampón. El contenido<br />

de ambos sobres se mezcla con 100 ml de agua y las pesonas<br />

que serian vacunadas recibieron la suspensión. En<br />

Santiago, Chile, 199 y en Plaju, Indonesia, 105 se iniciaron los<br />

ensayos sobre el terreno para comparar directamente esta<br />

nueva preparación líquida de Ty21a (que, de alguna manera,<br />

se asemeja a la utilizada en el ensayo sobre el terreno llevado<br />

a cabo en Alejandría, Egipto) con la de cápsulas entéricas.<br />

Los resultados de estos estudios se resumen en la Tabla <strong>40</strong>–14.<br />

La vacuna en suspensión líquida fue más eficaz que las cápsulas<br />

entéricas. En el ensayo de Santiago, la diferencia fue altamente<br />

significativa. La suspensión líquida de Ty21a protegió<br />

tanto a los niños pequeños como a los mayores. 199 En ensayos<br />

anteriores con las cápsulas entéricas, la vacuna fue menos<br />

protectora en los niños pequeños que en los mayores. 198<br />

Vacuna conjugada de polisacárido Vi<br />

Szu y colaboradores siguieron un programa con distintas fases<br />

para desarrollar una vacuna Vi conjugada óptima, que cul-<br />

Santiago, Chile Plaju, Indonesia<br />

Cápsulas entéricas Suspensión Cápsulas Suspensión<br />

líquida Placebo entéricas líquida Placebo<br />

No. de individuos 34.696 36.623 10.302 5209 5066 10.268<br />

No. de casos de fiebre tifoidea 63 23 28 61 48 208<br />

Incidencia/10 5 182 63 272 468 379 810<br />

Eficacia 33% 77% — 42% 53% —<br />

Intervalo de confianza del 95% 0–57% 60%–87% — 23%–57% 36%–66% —<br />

Datos de Levine M, Ferreccio C, Cryz S, Ortiz E. Comparison of enteric-coated capsules and liquid formulation of Ty21a typhoid vaccine in a randomized<br />

controlled field trial. Lancet 336:891–894, 1990; y Simanjuntak C, Paleologo F, Punjabi N et al. Oral immunisation against typhoid fever in<br />

Indonesia with Ty21a vaccine. Lancet 338:1055–1059, 1991.<br />

minó en una vacuna experimental con el polisacárido Vi conjugado<br />

con la exotoxina A de Pseudomonas aeruginosa recombinante,<br />

que se evaluaría en ensayos clínicos. 268,304 Una vez<br />

demostrada la seguridad e inmunogenicidad de esta vacuna<br />

conjugada, 304 se evaluó su eficacia en un ensayo sobre el<br />

terreno a gran escala, aleatorizado y con un grupo control que<br />

se realizó en Vietnam y en el que 5525 niños de 2 a 5 años<br />

recibieron dos dosis de la vacuna (separadas por un intervalo<br />

de seis semanas) y 5566 recibieron un placebo. 305 Durante<br />

veintisiete meses de seguimiento se realizó una vigilancia<br />

activa para identificar casos de fiebre tifoidea, que consistió<br />

en visitas semanales en las que se interrogaba sobre síntomas<br />

y se registraba la temperatura axilar de los niños participantes.<br />

Aquellos con una temperatura de 37,5ºC o más durante<br />

al menos tres días eran derivados a un centro de salud, donde<br />

se les extraían 5 ml de sangre para cultivo bacteriológico. Se<br />

diagnosticó fiebre tifoidea en cuatro de los 5525 vacunados y<br />

en 47 de los 5566 niños del grupo control, lo que demuestra<br />

una eficacia del 91,5% (IC 95%, 77,1-96,6%) (Tabla<br />

<strong>40</strong>–15). 305 El nivel de eficacia no difirió según la edad, ni<br />

pareció disminuir durante el segundo año de vigilancia.<br />

Duración de la inmunidad que confieren las vacunas<br />

Vacunas parenterales de células enteras inactivadas<br />

Los períodos de vigilancia epidemiológica más prolongados<br />

(siete años) destinados a determinar la eficacia de las vacunas<br />

parenterales de células enteras inactivadas correspon-<br />

TABLA <strong>40</strong>–15 ■ Casos de fiebre tifoidea en niños* que recibieron la vacuna parenteral conjugada de polisacárido<br />

Vi o un placebo en un ensayo sobre el terreno aleatorizado, a doble ciego y comparativo realizado en Vietnam<br />

Vacuna conjugada Eficacia<br />

Vi-exoproteína vacunal<br />

A recombinante Placebo (IC 95%) Valor de P<br />

Receptores de dos dosis 5525 5566<br />

Casos de fiebre tifoidea 4 47 91,5% (77,1%–96,6%)


TABLA <strong>40</strong>–16 ■ Frecuencia de fiebre, malestar y dolor en el lugar de la inyección aproximadamente 24 horas después de la administración subcutánea de<br />

la vacuna anti-tifoidea de células enteras inactivada con calor-fenol (L), inactivada con acetona (K) o el toxoide tetánico<br />

Imposibilidad<br />

No. de vacunados Fiebre tras la vacunación (%) de trabajar (%) Dolor local (%)<br />

Grupo de vacunas Yugoslavia Guyana ex URSS Yugoslavia* Guyana † ex URSS ‡ Yugoslavia Yugoslavia Guyana<br />

Inactivada con calor-fenol 343 86 1656 24 29 6,7 23 35 54<br />

Inactivada con acetona 326 80 — 22 26 — 21 32 45<br />

Toxoide tetánico 328 86 1757 3 7 2,4 5 4 —<br />

*>37ºC.<br />

† >37,8ºC.<br />

‡ 37,5ºC.<br />

Datos de Yugoslav Typhoid Commission. A controlled field trial of the effectiveness of acetone-dried and inactivated and heat-phenol–inactivated typhoid vaccines in Yugoslavia. Bull World Health Organ<br />

30:623–630, 1964; Ashcroft MT, Morrison-Ritchie J, Nicholson CC. Controlled field trial in British Guyana schoolchildren of heat-killed-phenolized and acetone-killed lyophilized typhoid vaccines. Am J<br />

Hyg 79:196–206, 1964; y Hejfec LB, Salmin LV, Lejtman MZ et al. A controlled field trial and laboratory study of five typhoid vaccines in the USSR. Bull World Health Organ 34:321–339, 1966.<br />

1121


1122 VACUNAS PARA CIRCUNSTANCIAS ESPECIALES<br />

TABLA <strong>40</strong>–17 ■ Ensayos clínicos aleatorizados, a doble ciego y controlados con placebo con tres dosis de la<br />

vacuna Ty21a administrada en cápsulas entéricas, en leche con NaHCO 3 o en solución tampón, para evaluar la<br />

reactogenicidad de la vacuna en adultos y en niños en edad escolar y preescolar<br />

den a los estudios sobre el terreno realizados en Guyana y en<br />

Tonga. En Guyana, dos dosis de la vacuna K inactivada con<br />

acetona proporcionaron un alto nivel de protección (88%)<br />

durante siete años. 226 Por el contrario, en Tonga, dos dosis<br />

de una vacuna de tipo K indujeron una protección moderada<br />

durante sólo cinco años, después de lo cual ya no hubo<br />

una protección demostrable. 296 La vacuna inactivada con<br />

calor y conservada en fenol (vacuna L), evaluada en<br />

Guyana en una pauta de dos dosis, confirió una protección<br />

moderada (77%) durante los primeros tres años, pero disminuyó<br />

al 47% en los últimos cuatro años de vigilancia. En<br />

otros ensayos sobre el terreno, con un período de vigilancia<br />

epidemiológica de sólo dos años y medio, tanto la vacuna<br />

inactivada con acetona como la inactivada con calor y conservada<br />

en fenol confirieron una protección significativa<br />

durante al menos treinta meses. 131,150,227<br />

Vacuna parenteral de polisacárido Vi purificado<br />

En el ensayo sobre el terreno realizado en Sudáfrica, se mantuvo<br />

la vigilancia epidemiológica durante tres años; en este<br />

período la vacuna Vi mostró una eficacia del 55% (ver<br />

Tabla <strong>40</strong>–9). 271<br />

Vacuna atenuada oral con la cepa Ty21a<br />

En el ensayo sobre el terreno de Alejandría, Egipto, tres<br />

dosis de una formulación líquida de la vacuna confirieron<br />

un nivel alto de protección (96%), que persistió durante<br />

tres años, momento en que se interrumpió la vigilancia epidemiológica.<br />

253 Tres dosis de la vacuna en cápsulas entéricas<br />

administradas a días alternos indujeron un 67% de protección<br />

durante tres años198 y un 62% de protección durante<br />

Adultos, Chile Niños de 6 y 7 años<br />

Vacuna en cápsulas Vacuna en cápsulas<br />

Reacciones entéricas Placebo entéricas Placebo<br />

adversas* (N = 385) (N = 367) (N = 172) (N = 172)<br />

Diarrea 1,8 † 1,1 1,2 9,9<br />

Vómitos 0,5 0,3 2,3 11,0<br />

Fiebre 0,3 0,5 0,6 0,6<br />

Exantema 0,5 0,5 ND ND<br />

*Todos estos estudios utilizaron métodos de vigilancia epidemiológica activa para identificar las reacciones adversas, pero ninguna de las reacciones tuvo<br />

una incidencia significativamente mayor en los individuos vacunados que en los del grupo de control.<br />

† Porcentaje del total de individuos en el grupo con reacciones adversas.<br />

ND, no determinado.<br />

Datos de Levine M, Black RE, Ferreccio C et al. The efficacy of attenuated Salmonella Typhi oral vaccine strain Ty21a evaluated in controlled field trials.<br />

En Holmgren J, Lindberg A, Molly R (editores). Development of Vaccines and Drugs Against Diarrhea. Lund, Suecia, Studentlitteratur, 1986, pp<br />

90–101; Black RE, Levine MM, Young C et al. Immunogenicity of Ty21a attenuated Salmonella Typhi given with sodium bicarbonate or in entericcoated<br />

capsules. Dev Biol Stand 53:9–14, 1983; y Simanjuntak C, Paleologo F, Punjabi N et al. Oral immunisation against typhoid fever in Indonesia<br />

with Ty21a vaccine. Lancet 338:1055–1059, 1991.<br />

siete años de seguimiento en un ensayo sobre el terreno en<br />

Santiago, Chile; 303 las cápsulas entéricas en una pauta de<br />

menos dosis probada en la misma ciudad confirieron protección<br />

significativa durante sólo dos años.<br />

En otro ensayo sobre el terreno en Santiago, tres dosis de<br />

Ty21a en una formulación líquida causaron una protección<br />

del 77% durante tres años 199 y del 79% en el cuarto y quinto<br />

años (78% de protección a lo largo de los cinco años de<br />

seguimiento). 303<br />

Comparación de la inmunidad conferida<br />

por las vacunas con la inmunidad natural<br />

Distintos datos sugieren que la inmunidad que se genera tras<br />

la infección clínica por cepas patógenas de S. Typhi es relativa<br />

y puede ser superada. Marmion y colaboradores, 306<br />

entre otros, han informado de brotes sucesivos de fiebre<br />

tifoidea en soldados que, en unos pocos meses, presentaron<br />

dos ataques independientes de la enfermedad. Hornick y<br />

colaboradores55 y DuPont y colaboradores144 describieron<br />

dos características importantes en sus estudios con voluntarios.<br />

En primer lugar, la inmunidad a la fiebre tifoidea es<br />

relativa y puede ser superada si se ingiere una gran dosis<br />

infecciosa. En segundo lugar, el efecto protector de una<br />

enfermedad tifoidea previa fue de sólo el 33%. Es decir,<br />

cinco de veintidós voluntarios (23%) que se habían recuperado<br />

de una infección por S. Typhi inducida experimentalmente<br />

desarrollaron fiebre tifoidea tras una nueva prueba de<br />

provocación con cepas patógenas, y lo mismo ocurrió a once<br />

de 34 voluntarios del grupo de control (P >0,05).<br />

Según estas observaciones, se podría argumentar que las<br />

vacunas de polisacárido Vi y de la cepa Ty21a, así como las


Todas las edades, Indonesia<br />

Vacuna en cápsulas Placebo en suspensión<br />

entéricas líquida Vacuna Placebo<br />

(N = 311) (N = 291) (N = 333) (N = 255)<br />

3,9 3,1 3,8 5,5<br />

1,0 1,7 1,5 0,8<br />

4,8 1,7 4,8 3,5<br />

1,0 0,3 1,2 0,4<br />

parenterales de células enteras inactivadas, generan una<br />

inmunidad más fiable que la que confiere la infección natural<br />

por S. Typhi. Por supuesto, en regiones endémicas la<br />

mayoría de los individuos presentan múltiples infecciones<br />

asintomáticas por S. Typhi, cada una de las cuales refuerza<br />

más la inmunidad; sólo una minoría de los infectados desarrolla<br />

la enfermedad clínicamente.<br />

Reacciones adversas<br />

Vacunas parenterales de células enteras inactivadas<br />

REACCIONES FRECUENTES<br />

Las vacunas parenterales de células enteras inactivadas, si<br />

bien confieren una protección de moderada a buena, no son<br />

herramientas de salud pública satisfactorias por las frecuentes<br />

reacciones adversas locales y generalizadas que provocan.<br />

131,225,227,307–309 La Tabla <strong>40</strong>–16 resume las tasas de reacciones<br />

adversas detectadas en distintos estudios comparativos<br />

a doble ciego que evaluaron estas vacunas. Son notorias las<br />

altas incidencias de fiebre, malestar general y eritema, induración<br />

y dolor locales. Cuando las vacunas inactivadas con<br />

acetona y las inactivadas con calor y conservadas en fenol se<br />

administran con pistola de inyección provocan más reacciones<br />

adversas locales que cuando se administran con jeringa. 310<br />

Muchos estudios han comparado la antigenicidad de las<br />

vacunas parenterales de células enteras inactivadas y las<br />

reacciones adversas que pueden provocar cuando se administran<br />

en pequeñas dosis intradérmicas y en dosis completas<br />

subcutáneas. En la mayoría de estos estudios, dosis intradérmicas<br />

de 0,1 ml causan significativamente menos reacciones<br />

adversas que las dosis completas (0,5 ml) subcutáneas, y la<br />

respuesta serológica es sólo ligeramente menor. 185–192 No<br />

obstante, nunca se ha evaluado en ensayos sobre el terreno<br />

la eficacia protectora de las vacunas administradas por vía<br />

intradérmica.<br />

REACCIONES INFRECUENTES<br />

VACUNAS FRENTE A LA FIEBRE TIFOIDEA 1123<br />

Raramente se han atribuido a las vacunas anti-tifoidea<br />

parenterales de células enteras inactivadas reacciones adversas<br />

más graves, como púrpura trombocitopénica, 311,312 nefropatía<br />

aguda, 313–317 dermatomiositis, 318 apendicitis, 319 eritema<br />

nodoso, 320 esclerosis múltiple321 y un síndrome caracterizado<br />

por fiebre alta, malestar intenso y toxemia, 308,309 que a veces<br />

se acompaña de coagulopatía, trombocitopenia, hepatitis e<br />

insuficiencia renal. 322 Rara vez la administración de estas<br />

vacunas ha sido seguida de muerte súbita. 317 Una posible<br />

causa del síndrome de fiebre alta y toxemia antes mencionado,<br />

así como de la muerte súbita, podría ser la respuesta<br />

anormalmente potente de determinados individuos a la<br />

endotoxina de S. Typhi inoculada parenteralmente junto<br />

con la vacuna. Esta respuesta induce la liberación de citocinas<br />

y una cascada de efectos que finalmente llevan al shock<br />

y, quizás, a la muerte.<br />

Vacuna parenteral de polisacárido Vi purificado<br />

Cuando el polisacárido Vi está altamente purificado, es bien<br />

tolerado. 180,195–197,256 Cuando contiene apenas un 5% de<br />

impurezas, desencadena reacciones adversas generalizadas<br />

en una proporción de los vacunados. 197 En ensayos comparativos<br />

de fase II realizados en adultos estadounidenses, las<br />

reacciones adversas más frecuentes fueron las locales, como<br />

dolor espontáneo y al tacto. 197,256 La vigilancia pasiva instituida<br />

durante los estudios sobre el terreno mostró que el<br />

polisacárido Vi es tan bien tolerado como los de las vacunas<br />

polisacáridas ya aprobadas (antimeningocócica y antineumocócica)<br />

que sirvieron como vacunas de control en estos<br />

estudios. 106,107<br />

En un estudio ya mencionado, 272 que no fue a doble ciego,<br />

se aleatorizó a adultos belgas para administrarles la vacuna<br />

TYPHIM Vi o la de uno de tres lotes de Typherix y después se<br />

compararon las reacciones adversas locales y generales.


1124 VACUNAS PARA CIRCUNSTANCIAS ESPECIALES<br />

TABLA <strong>40</strong>–18 ■ Pautas de inmunización con las vacunas anti-tifoidea Ty21a, de polisacárido Vi e inactivada con calor<br />

y conservada en fenol<br />

Vaccuna Forma de presentación<br />

Cepa de Ty21a atenuada<br />

Primovacunación Cápsulas entéricas<br />

Suspensión líquida †<br />

Dosis de refuerzo Cápsulas entéricas<br />

Suspensión líquida †<br />

Polisacárido capsular Vi<br />

Primovacunación Líquida<br />

Dosis de refuerzo Líquida<br />

Vacuna de células enteras inactivada<br />

con calor y conservada en fenol ‡<br />

Primovacunación Líquida<br />

*Cuatro dosis en los EE.UU. y Canadá; tres dosis en los demás países.<br />

† En la actualidad, la suspensión líquida está aprobada en pocos países.<br />

‡ No se recomienda administrar esta vacuna en forma rutinaria porque frecuentemente causa reacciones adversas graves (p. ej., fiebre, malestar). Debe usarse Ty21a o Vi.<br />

Ninguno de los participantes tuvo fiebre alta (≥39ºC); ninguno<br />

de los vacunados con TYPHIM Vi y 2% de los que recibieron<br />

Typherix comunicaron fiebre leve (


Algunos autores han sugerido que el riesgo de presentar<br />

fiebre tifoidea es mayor durante aproximadamente diez días<br />

después de recibir la primera dosis de la vacuna parenteral<br />

de células enteras inactivadas. Este período ha sido denominado<br />

“fase negativa” posvacunación, 331–334 y no ha sido<br />

observado con las vacunas Vi y Ty21a.<br />

Contraindicaciones<br />

La vacuna parenteral de polisacárido Vi no tiene contraindicaciones<br />

más allá de la hipersensibilidad conocida a<br />

alguno de sus componentes. La vacunas de células enteras<br />

inactivadas, aunque no tiene contraindicaciones definitivas,<br />

no debe administrarse a personas que han tenido reacciones<br />

generales graves con dosis previas. Además, es<br />

prudente no administrarla a personas ancianas o con enfermedades<br />

crónicas, p. ej., con cardiopatías, nefropatías, colagenopatías<br />

o cáncer.<br />

Como norma general la vacuna Ty21a no debe administrarse<br />

durante el embarazo, aunque no se ha observado que<br />

cause efectos adversos a las embarazadas o al feto. También<br />

debe evitarse en personas con inmunodeficiencia celular.<br />

Sin embargo, no parece existir ningún riesgo para las personas<br />

inmunodeficientes que conviven con los vacunados,<br />

pues nunca se ha detectado la excreción de Ty21a por personas<br />

vacunadas con las formulaciones comercialmente disponibles<br />

que contienen 2 a 6 x 109 UFC por dosis.<br />

VACUNAS FRENTE A LA FIEBRE TIFOIDEA 1125<br />

Intervalo Intervalo<br />

No. de entre entre dosis<br />

Vía Edad dosis dosis de refuerzo<br />

Oral ≥6 años 3 o 4* 2 días 5 años<br />

Oral ≥2 años 3 2 días 5 años<br />

Oral ≥6 años 3 o 4 2 días 5 años<br />

Oral ≥6 años 3 2 días 5 años<br />

Intramuscular (0,5 ml) ≥2 años 1 — 3 años<br />

Intramuscular (0,5 ml) ≥2 años 1 — 3 años<br />

Subcutánea<br />

(0,25 ml) 6 meses–10 años 2 4 semanas 3 años<br />

(0,50 ml) >10 años 2 4 semanas 3 años<br />

Subcutánea<br />

(0,25 ml) 6 meses–10 años 1 4 semanas 3 años<br />

(0,50 ml) >10 años 1 4 semanas 3 años<br />

*Cuatro dosis en los EE.UU. y Canadá; tres dosis en los demás países.<br />

† En la actualidad, la suspensión líquida está aprobada en pocos países.<br />

‡ No se recomienda administrar esta vacuna en forma rutinaria porque frecuentemente causa reacciones adversas graves (p. ej., fiebre, malestar).<br />

Debe usarse Ty21a o Vi.<br />

Las personas con inmunodeficiencias, incluidas aquellas<br />

infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana<br />

(VIH), que necesitan viajar a zonas endémicas deben recibir<br />

la vacuna Vi. Es importante vacunar a estos viajeros, porque<br />

se ha comprobado que las personas infectadas por el VIH que<br />

viajan a zonas endémica para la fiebre tifoidea están expuestas<br />

a un riesgo mucho mayor de contraer la enfermedad. 335<br />

La vacuna Ty21a no debe administrarse a personas que<br />

están tomando antibióticos. Algunos antipalúdicos, en<br />

especial mefloquina, son activos in vitro frente a<br />

Ty21a. 206,336,337 En estudios clínicos, cloroquina, mefloquina<br />

o la combinación de cloroquina con pirimetamina-sulfadoxina<br />

administrados junto con Ty21a no inhiben significativamente<br />

la respuesta de anticuerpos IgG anti-O, 338,339<br />

mientras que proguanil sí lo hace. 338 De ahí que se ha propuesto<br />

no administrar Ty21a junto con proguanil. Sin<br />

embargo, un ensayo clínico aleatorizado, a doble ciego y con<br />

un grupo control ha demostrado que la administración diaria<br />

de Malarone ® (atovacuona más proguanil) durante doce<br />

semanas no disminuye la respuesta de anticuerpos IgG anti-<br />

O de S. Typhi en niños (de 4 a 16 años) que habían recibido<br />

tres dosis de la formulación líquida de Ty21a, la primera de<br />

las cuales fue coadministrada con una dosis de la vacuna<br />

anticolérica atenuada oral CVD103-HgR. 3<strong>40</strong> Ty21a puede<br />

administrarse junto con cloroquina, pero hay que esperar de<br />

8 a 24 horas después de tomar mefloquina para iniciar la<br />

vacunación con esta cepa.


1126 VACUNAS PARA CIRCUNSTANCIAS ESPECIALES<br />

Administración simultánea de las vacunas<br />

anti-tifoidea y otras vacunas<br />

Vacunas parenterales de células enteras inactivadas<br />

y de subunidades<br />

En ensayos sobre el terreno en los que las vacunas anti-tifoidea<br />

parenterales de células enteras inactivadas y de subunidades<br />

se han administrado junto con los antígenos de S.<br />

Paratyphi A y B, Shigella flexneri o S. sonnei o el toxoide<br />

tetánico, 131 los componentes de la vacuna anti-tifoidea ha<br />

seguido siendo inmunógenos y protectores. También se han<br />

evaluado las respuestas serológicas tras la administración<br />

parenteral de vacunas anti-tifoidea en combinación con los<br />

toxoides tetánico y diftérico y Bordetella pertussis y V. cholerae<br />

inactivadas. 185,189,341–343<br />

Vacuna parenteral de polisacárido Vi purificado<br />

En estudios clínicos, el polisacárido Vi purificado se ha administrado<br />

junto con otras vacunas parenterales, como la antipoliomielítica<br />

inactivada, la antiamarílica, 344,345 la anti-hepatitis<br />

B y A, 345 la antirrábica, 346 los toxoides diftérico y tetánico, la<br />

vacuna anti-tos ferina acelular, la antimeningocócica347 y la triple<br />

vírica (frente al sarampión, la parotiditis y la rubéola).<br />

GlaxoSmithKline ha desarrollado una vacuna combinada<br />

frente a la fiebre tifoidea y la hepatitis A destinada a<br />

viajeros, que contiene 25 µg del polisacárido Vi y 14<strong>40</strong> unidades<br />

del antígeno del virus de la hepatitis A inactivado,<br />

adsorbidos a 0,5 mg de aluminio como adyuvante. 348,349 Esta<br />

vacuna es tan antigénica para ambos componentes como las<br />

vacunas monovalentes Vi y anti-hepatitis A. Sanofi Pasteur<br />

también ha desarrollado una vacuna combinada anti-tifoidea<br />

(Vi) y anti-hepatitis A (VIATIM ® ) que se ha mostrado<br />

segura y eficaz para prevenir ambas infecciones, como dosis<br />

primaria349a,349b y como dosis de refuerzo frente a la hepatitis<br />

A. 349c<br />

Vacuna atenuada oral con la cepa Ty21a<br />

La cepa Ty21a puede administrarse junto con la vacuna antipoliomielítica<br />

oral atenuada o con la antiamarílica parenteral<br />

de la cepa 17D. 206,338 Varios estudios clínicos a gran escala de<br />

fase II han evaluado la seguridad y la inmunogenicidad de<br />

coadministrar la primera o la tercera dosis de la vacuna Ty21a<br />

presentada como suspensión líquida con la vacuna anticolérica<br />

atenuada oral CVD 103-HgR (disponible comercialmente<br />

con el nombre de Orochol ® en Europa, Asia y<br />

América Latina, y como Mutacol ® en América del Norte) en<br />

una combinación de vacunas de administración oral. 338,350,351<br />

Estos estudios han mostrado que la respuesta de anticuerpos<br />

IgG anti-O de S. Typhi y la respuesta vibriocida no son<br />

menores con esta combinación oral de vacunas que con la<br />

administración por separado de cada componente. 350,352,353<br />

Futuras vacunas<br />

Vacunas conjugadas de polisacárido Vi<br />

El polisacárido Vi purificado actúa como un antígeno independiente<br />

de los linfocitos T, por lo que no es fácil reforzar<br />

la respuesta de anticuerpos séricos administrando dosis adicionales<br />

de Vi. Por el contrario, Vi conjugado con proteínas<br />

transportadoras, como los toxoides tetánico o diftérico, la<br />

toxina colérica, la subunidad B de la toxina colérica o la<br />

exotoxina A recombinante de P. aeruginosa, se comporta<br />

como un antígeno dependiente de los linfocitos<br />

T. 43,268,354,355 En estudios con animales, las dosis adicionales<br />

de la vacuna con el polisacárido Vi conjugado reforzaron<br />

claramente las concentraciones de anticuerpos séricos anti-<br />

Vi. 43,268,354,355 La magnitud de la respuesta serológica varía<br />

según el peso molecular del polisacárido Vi que se conjuga<br />

con la proteína transportadora. En un estudio se observó<br />

que el polisacárido Vi de una cepa primigenia era superior a<br />

un derivado de menor peso molecular. 354 Szu y colaboradores<br />

268,355 se enfrentaron a dificultades técnicas al desarrollar<br />

sus primeras vacunas conjugadas con el toxoide tetánico<br />

como proteína transportadora, aparentemente debidas a que<br />

la gran masa molecular de Vi y su rigidez lo hacía poco soluble<br />

y de bajo rendimiento. En un ensayo de seguridad e<br />

inmunogenicidad en adultos estadounidenses, una vacuna<br />

conjugada Vi-toxoide tetánico despolimerizada durante el<br />

almacenamiento fue escasamente inmunógena.<br />

Szu y colaboradores 268 obtuvieron buenos resultados al<br />

conjugar de forma covalente 15 µg de Vi con la subunidad B<br />

de la toxina termolábil de E. coli o con la exoproteína A<br />

recombinante de P. aeruginosa. Estas vacunas conjugadas fueron<br />

bien toleradas y significativamente más inmunógenas que<br />

el polisacárido Vi purificado no conjugado. 268 Otros ensayos<br />

clínicos realizados en Vietnam en adultos, niños de edad<br />

escolar y preescolar compararon la inmunogenicidad de dos<br />

preparaciones de la vacuna conjugada Vi–exoproteína A elaborada<br />

con dos métodos distintos de conjugación. La preparada<br />

tratando la proteína transportadora con dihidracida del<br />

ácido atípico y uniéndola a Vi en presencia de 1-etil-3-(3dimetilaminopropil)carbodiimida<br />

generó títulos significativamente<br />

más altos de anticuerpos séricos IgG anti-Vi que la<br />

otra vacuna con el polisacárido Vi conjugado (y también más<br />

altos que el polisacárido Vi solo) y, además, fue bien tolerada.<br />

Las tasas de seroconversión tras una sola dosis de la vacuna<br />

conjugada superior (que contenía 24 µg de Vi y 21,5 µg de<br />

exoproteína A) fueron altas para todos los grupos de edad,<br />

pero la media geométrica de los títulos descendió progresivamente<br />

desde los adultos hasta los niños de 2 años. Se observó<br />

un claro refuerzo de los títulos de anticuerpos IgG anti-Vi<br />

entre los participantes que recibieron una segunda dosis de<br />

esta vacuna seis semanas después.<br />

La vacuna conjugada cuya eficacia se evaluó en un<br />

ensayo sobre el terreno posterior de fase III realizado en<br />

Vietnam contenía 22,5 µg de Vi y 22 µg de exoproteína A<br />

por cada dosis de 0,5 ml. 305 Visto el alto nivel de eficacia<br />

(91,5%) que esta vacuna mostró en el ensayo sobre el<br />

terreno con un esquema de dos dosis (ver Tabla <strong>40</strong>–15), 305<br />

cabe esperar que algún laboratorio emprenda su producción<br />

a escala y obtenga la autorización para su comercialización.<br />

La pectina, un polisacárido frecuente en las plantas, tiene<br />

en su estructura una composición de homopolímeros similar<br />

a la del polisacárido Vi. Szu y colaboradores también han<br />

mostrado que tratando la pectina con anhídrido acético se<br />

logra la O-acetilación de C2 y C3, con lo que se obtiene una<br />

molécula que reacciona con los anticuerpos anti-Vi (a diferencia<br />

de la pectina no tratada, que no lo hace). 356 Estos<br />

autores están investigando vacunas conjugadas en las que la<br />

proteína transportadora se une a la pectina O-acetilada y no<br />

al polisacárido Vi. 356


Nuevas cepas recombinantes de S. Typhi<br />

como vacunas atenuadas orales<br />

Diversos investigadores han aplicado la tecnología del<br />

ADN recombinante para desarrollar nuevas cepas vacunales<br />

experimentales de S. Typhi que sean tan bien toleradas<br />

como la cepa Ty21a, pero mucho más inmunógenas, de<br />

forma que se pueda inducir inmunidad con una sola dosis.<br />

Para alcanzar esta ambiciosa meta, se han elaborado cepas<br />

vacunales atenuadas inactivando genes que codifican diversas<br />

vías bioquímicas, 159,161,162,357 sistemas reguladores globales,<br />

164,175 proteínas de estrés, 358 otros genes reguladores359,360 y presuntos factores de virulencia. 357<br />

En función de los resultados de los estudios clínicos de<br />

fase I que han finalizado, cinco de estas cepas siguen siendo<br />

viables como vacunas experimentales y se encuentran en<br />

distintas etapas de desarrollo clínico como vacunas antitifoidea<br />

atenuadas orales o como vectores atenuados. Al<br />

menos otra cepa está a punto de entrar en la fase de ensayos<br />

clínicos. A continuación se resume el estado de desarrollo<br />

de estas cepas vacunales.<br />

Cepa ∆aroC, ∆aroD, ∆htrA CVD908-htrA<br />

Chatfield y colaboradores 358 observaron que al inactivar el<br />

gen htrA, que codifica una proteína de estrés que funciona<br />

como una serín-proteasa, se atenúa la cepa primigenia de S.<br />

Typhimurium en ratones y protege a los ratones vacunados<br />

por vía oral frente a una prueba de provocación con una<br />

dosis mortal de la cepa primigenia de S. Typhimurium. En<br />

función de estas observaciones, se introdujo una supresión<br />

en htrA en la cepa ∆aroC, ∆aroD CVD 908, para obtener la<br />

cepa CVD 908-htrA. En estudios clínicos de fase I, la cepa<br />

CVD 908-htrA en dosis únicas que variaron de 5 x 10 7 a 5 x<br />

10 9 UFC fue tan bien tolerada como la cepa original CVD<br />

908, 241 aunque dos de los veintidós individuos inmunizados<br />

tuvieron diarrea leve. Este efecto no se había observado en<br />

ninguno de los individuos que habían recibido la cepa original<br />

CVD 908 durante los ensayos de fase I. 165,239 La cepa<br />

CVD 908-htrA indujo aumentos significativos de los anticuerpos<br />

séricos IgG anti-O, de las CSA IgA intestinales y de<br />

la respuesta de inmunidad celular en una proporción de<br />

vacunados que varió del 90% al 100%. Esta cepa fue evaluada<br />

posteriormente en un ensayo de fase II, en el que 79<br />

individuos tomaron dosis orales de 10 7 a 10 8 UFC reconstituidas<br />

a partir de un liofilizado 361 y volvió a mostrar buena<br />

tolerabilidad e inmunogenicidad. 361<br />

Cepa χ<strong>40</strong>73 con mutaciones en cya, crp, cdt<br />

Curtiss y Kelly 164 mostraron que en la especie Salmonella, los<br />

genes cya (que codifica la adenilato ciclasa) y crp (que codifica<br />

la proteína receptora de AMP cíclico) incluyen un sistema<br />

regulatorio global que afecta a numerosos genes y<br />

operones. Comprobaron que las cepas de S. Typhimurium<br />

con supresiones en cya y crp son atenuadas, a diferencia de<br />

las cepas primigenias, y que la vacunación oral con estas<br />

cepas mutantes protege a los ratones contra pruebas de provocación<br />

con cepas virulentas de S. Typhimurium.<br />

Curtiss y colaboradores 175 desarrollaron la cepa χ3927,<br />

una cepa vacunal experimental doble mutante cya, crp derivada<br />

de la cepa Ty2 de S. Typhi. Tacket y colaboradores 165<br />

probaron esta cepa en estudios clínicos de fase I y observaron<br />

que no estaba suficientemente atenuada, pues ocasio-<br />

VACUNAS FRENTE A LA FIEBRE TIFOIDEA 1127<br />

nalmente causaba fiebre alta y síntomas similares a los de la<br />

fiebre tifoidea en los individuos inmunizados con ella.<br />

Varios sujetos también presentaron diseminación sistémica<br />

del microorganismo vacunal. 165 Para alcanzar un mayor<br />

grado de atenuación de esta cepa χ3927, Curtiss y colaboradores175<br />

introdujeron en ella una mutación por supresión en<br />

cdt, un gen que afecta la diseminación de Salmonella desde<br />

el tejido linfoide intestinal hacia otros órganos más profundos<br />

del sistema reticuloendotelial, como el hígado, el bazo y<br />

la médula ósea. 362 Se generó así la cepa triple mutante<br />

χ<strong>40</strong>73 cÁa, crp, cdt, que se administró con un tampón a<br />

adultos estadounidenses sanos en dosis únicas de 5 × 105 , 5<br />

× 106 , 5 × 107 o 5 × 108 UFC. Esta cepa fue bien tolerada;<br />

sólo un individuo refirió diarrea242 y ninguno presentó diseminación<br />

sistémica de la cepa vacunal. Cuatro de los cinco<br />

vacunados con la dosis de 5 × 108 UFC tuvieron aumentos<br />

significativos de los anticuerpos IgG anti-O y desarrollaron<br />

CSA que segregaban anticuerpos IgA anti-O.<br />

Cepa Ty800 con una mutación en phoP/phoQ<br />

Hohmann y colaboradores desarrollaron la cepa Ty800, una<br />

mutante por supresión phoP/phoQ de la cepa Ty2. Esta cepa<br />

se evaluó en un pequeño ensayo clínico de fase I con once<br />

individuos que recibieron dosis de 107 a 10 10 UFC. En general<br />

fue bien tolerada e inmunógena. 243 Uno de los tres individuos<br />

que recibieron la dosis más alta presentó diarrea (diez<br />

deposiciones). La cepa Ty800 indujo fuertes respuestas de<br />

CSA que segregaban IgA y de anticuerpos séricos anti-O.<br />

Cepa ∆aroC, ∆ssaV ZH9<br />

La proteína SsaV forma parte del sistema de secreción de tipo<br />

III de S. enterica, implicado en la virulencia, p. ej., al condicionar<br />

la invasión sistémica (en un estudio con ratones) y la<br />

replicación en los macrófagos. 357 Hindle y colaboradores evaluaron<br />

la cepa ZH9, una mutante ∆aroC, ∆ssaV de la cepa<br />

primigenia Ty2 en un pequeño estudio clínico de fase I; la<br />

cepa fue bien tolerada, mínimamente excretada y con inmunogenicidad<br />

moderada. 357 Posteriormente en un ensayo aleatorizado<br />

con 32 adultos sanos, Kirkpatrick y colaboradores<br />

mostraron que una dosis oral es bien tolerada y muy inmunógena<br />

mientras se diseñan ensayos sobre el terreno que<br />

demuestren su eficacia frente a la infección. 363a<br />

Cepa CVD 909<br />

Se podría lograr mayor protección si alguna vacuna atenuada<br />

oral, como Ty21a, estimulara no sólo respuestas de inmunidad<br />

humoral y celular, sino también anticuerpos anti-Vi<br />

(como las vacunas de polisacárido Vi y polisacárido Vi conjugado).<br />

123,285,286 Lamentablemente, las cepas vacunales atenuadas<br />

CVD 908-htrA, Ty800 y χ<strong>40</strong>73 administradas por vía<br />

oral, aunque por lo demás resultan prometedoras, no inducen<br />

de manera sistemática anticuerpos séricos anti-Vi ni<br />

CSA que segreguen IgA anti-Vi, pese a que expresa Vi in<br />

vitro. 165,239,241–243,361 Esto era esperable, pues sólo el 20% de<br />

las personas con fiebre tifoidea aguda generan anticuerpos<br />

séricos anti-Vi. 85,87 A la inversa, las personas con colonización<br />

vesicular crónica por S. Typhi típicamente tienen títulos<br />

altos de anticuerpos séricos anti-VI, lo que demuestra que<br />

la infección por S. Typhi puede estimular estos anticuerpos. 87,364<br />

Una posible explicación a estas observaciones en cierto<br />

modo contradictorias es que la expresión de Vi está fuertemente<br />

regulada en función de señales ambientales, como la


1128 VACUNAS PARA CIRCUNSTANCIAS ESPECIALES<br />

TABLA <strong>40</strong>–19 ■ Comparación de las características de la vacuna atenuada oral Ty21a y la vacuna parenteral<br />

de polisacárido Vi<br />

Características Ty21a Ty21a Vi<br />

Forma de presentación Cápsulas entéricas “Suspensión líquida”* Líquida<br />

Tipo de vacuna Atenuada Atenuada Subunidades<br />

Vía de administración Oral Oral Parenteral<br />

Pauta vacunal 3 ó 4 dosis † 3 dosis † 1 dosis<br />

Cadena de frío exigida por fabricante Sí Sí Sí<br />

Buena tolerancia Sí Sí Sí<br />

Intervalo de eficacia 35%–67% 55%–96% 64%–72%<br />

Duración de la eficacia 62% durante ≥7 años 78% durante ≥5 años 55% durante ≥3 años<br />

Efecto de inmunidad colectiva Sí Sí ?<br />

Interferencia con determinación de anticuerpos No No Sí<br />

séricos anti-Vi para identificar a portadores<br />

crónicos de S. Typhi<br />

*La suspensión se prepara mezclando la vacuna liofilizada con 100 ml de agua y el tampón.<br />

† Se administran a días alternos.<br />

osmolaridad. En esta regulación intervienen dos sistemas<br />

independientes, cada uno con dos componentes. 359,364 Vi se<br />

expresa cuando los bacilos tifoideos residen en determinados<br />

entornos extracelulares, como la sangre o la bilis, para protegerlos<br />

de la lisis bacteriana por los anticuerpos anti-O<br />

mediada por el complemento, 38,<strong>40</strong>,65,365 pero aparentemente<br />

deja de expresarse cuando la bacterias vuelven a su nicho<br />

intracelular en los macrófagos. Se ha sugerido que si la expresión<br />

de Vi por una vacuna atenuada oral pasara a ser una propiedad<br />

constitutiva de esa vacuna, de modo que exprese ese<br />

polisacárido de manera continuada, esa vacuna podría inducir<br />

anticuerpos IgG anti-Vi en el suero e IgA en las mucosas.<br />

El locus viaB de S. Typhi contiene los genes necesarios para<br />

la síntesis, el transporte por la superficie y la fijación de<br />

Vi. 366,367 Wang y colaboradores reemplazaron el promotor de<br />

tviA, el gen de posición más alta en el locus viaB de CVD<br />

908-htrA, por un fuerte promotor constitutivo y obtuvieron<br />

así la cepa CVD 909, en la que la expresión de Vi es una propiedad<br />

constitutiva. 368 Se han iniciado ensayos clínicos de<br />

fase I con la cepa CVD 909 para probar esta hipótesis aunque<br />

los primeros resultados son desalentadores ya que a pesar<br />

de que en 32 adultos sanos se detectó la presencia de células<br />

secretoras, tan sólo en dos de ellos se generaron niveles de<br />

IgG anti-Vi en suero. 370a<br />

Cepas ∆guaBA CVD 915 y CVD 916<br />

La cepa CVD 915, 371 una mutante ∆guaBA de la cepa primigenia<br />

Ty2, también pasará en breve a la etapa de estudios clínicos,<br />

después de los resultados de las evaluaciones<br />

preclínicas realizadas. La cepa CVD 916 es una variante de<br />

CVD 915 que expresa constitutivamente el antígeno Vi.<br />

Cepas recombinantes de S. Typhi atenuadas<br />

como vectores de vacunas<br />

Las cepas de S. Typhi atenuadas pueden actuar como los llamados<br />

“vectores atenuados” para expresar genes fundamentales<br />

de otros microorganismos y permitir su llegada al<br />

sistema inmunitario del hospedador. 272–274,371a Las características<br />

que hacen a las cepas de Salmonella propicias para<br />

actuar como vectores vivos son: 1) las vacunas pueden<br />

administrarse a través de las mucosas (oral o nasal); 2) las<br />

cepas de Salmonella inducen una amplia respuesta inmuni-<br />

taria, que incluye anticuerpos séricos, anticuerpos IgAs en<br />

las mucosas y distintos tipos de respuestas de inmunidad<br />

celular, y 3) en los últimos años se ha reunido considerable<br />

experiencia en la manipulación genética de Salmonella. Se<br />

han publicado unos pocos ensayos clínicos con la nueva<br />

generación de cepas de S. Typhi atenuadas transportando<br />

antígenos extraños y actuando como vectores atenuados.<br />

242,370–372 En estudios con animales, S. Typhi ha permitido<br />

administrar vacunas de ADN a través de las mucosas. 373,374<br />

Aspectos de salud pública<br />

Resultados epidemiológicos de la vacunación<br />

Las vacunas parenterales de células enteras inactivadas rara<br />

vez se han administrado de forma sistemática en el contexto<br />

de programas sanitarios en zonas endémicas, debido a las<br />

reacciones adversas que pueden provocar. La única excepción<br />

es Tailandia, donde en la década de 1980 se instituyeron<br />

programas de vacunación en las escuelas con vacunas<br />

inactivadas con calor y conservadas en fenol para controlar<br />

la fiebre tifoidea endémica. Un análisis retrospectivo indicó<br />

que este programa tuvo mucho éxito. 375<br />

La vacuna atenuada oral con la cepa Ty21a y la vacuna<br />

parenteral de polisacárido Vi son particularmente apropiadas<br />

para programas de vacunación en las escuelas, por la<br />

ausencia de reacciones adversas. Un ensayo de eficacia a<br />

gran escala en el que se vacunó con Ty21a en cápsulas entéricas<br />

a más de 200.000 niños de edad escolar de Santiago,<br />

Chile, así lo demostró. 124<br />

Datos epidemiológicos indican que los ensayos sobre el<br />

terreno a gran escala realizados en Santiago, Chile, con<br />

Ty21a han ejercido un efecto de “inmunidad colectiva”. 123<br />

Entre los niños que recibieron el placebo en el primer<br />

ensayo de Ty21a en el Área norte de Santiago, la incidencia<br />

de fiebre tifoidea descendió progresivamente a medida<br />

que se fueron iniciando cada uno de los tres estudios que se<br />

realizaron en años posteriores en otros sectores administrativos<br />

de la ciudad. 123 La incidencia en este grupo se redujo<br />

en aproximadamente un 70% respecto a la incidencia<br />

media en los tres años anteriores a los ensayos sobre el<br />

terreno. Estos datos sugieren que la vacuna atenuada oral


administrada en forma sistemática, aunque sólo tenga una<br />

eficacia del 60-70%, permite disminuir notablemente la<br />

incidencia de la enfermedad en zonas endémicas.<br />

La Tabla <strong>40</strong>–19 resume las características principales de<br />

las dos vacunas anti-tifoidea que se han comercializado en<br />

los últimos años: la vacuna oral con la cepa Ty21a y la<br />

parenteral con el polisacárido Vi.<br />

Estrategias de control de la enfermedad<br />

Como en la mayoría de las regiones endémicas, la fiebre<br />

tifoidea alcanza su incidencia máxima en la población de<br />

edad escolar (de 5 a 19 años) y por ser ésta una población<br />

“cautiva”, en teoría debería ser posible diseñar programas de<br />

control para incorporar a la vacunación escolar las vacunas<br />

Ty21a o Vi, que son bien toleradas. Los ensayos sobre el<br />

terreno han demostrado claramente que tanto Ty21a como<br />

Vi confieren una protección moderada que se prolonga<br />

durante varios años. Además, las experiencias de campo con<br />

Ty21a avalan la viabilidad logística de este enfoque.<br />

Ferreccio y colaboradores124 comprobaron la utilidad de la<br />

vacunación escolar en un ensayo de eficacia con 230.000<br />

niños en edad escolar que comparó pautas vacunales de dos,<br />

tres y cuatro dosis de Ty21a (todas administradas en un período<br />

de ocho días). La observación de Levine y colaboradores123 de que el efecto de inmunidad colectiva era evidente en<br />

diferentes Áreas de Santiago, tras la vacunación anti-tifoidea<br />

a gran escala en otras Áreas también alentó la implementación<br />

de programas de vacunación anti-tifoidea.<br />

Asimismo se ha publicado información sobre un programa<br />

de vacunación escolar de 441 alumnos que se puso en práctica<br />

durante una epidemia de fiebre tifoidea en Guangxi,<br />

China, en el que la vacuna tuvo una efectividad del 71%,<br />

aunque los intervalos de confianza eran amplios. 376 En algunas<br />

regiones de Asia donde la fiebre tifoidea resistente a los<br />

antibióticos es frecuente, se está considerando la administración<br />

más generalizada de la vacuna Vi.<br />

Lamentablemente, hasta el momento las autoridades sanitarias<br />

en zonas endémicas no han acogido con entusiasmo los<br />

programas escolares de vacunación con Ty21a o Vi. Uno de<br />

los motivos por los que estas autoridades sanitarias han rehusado<br />

implementarlos es que poner en práctica un programa de<br />

esas características desviaría los escasos recursos del Programa<br />

Ampliado de Inmunización (Expanded Programme on<br />

Immunisation, EPI) que en los países en vías de desarrollo se<br />

centra principalmente en lactantes menores de 12 meses.<br />

Esta inquietud es válida, pues en la mayoría de los países en<br />

desarrollo el EPI tiene una infraestructura frágil y pocos recursos<br />

humanos. De ahí que las autorizades sanitarias de varios<br />

países se han interesado por la estrategia alternativa de incorporar<br />

al EPI una vacuna anti-tifoidea para lactantes. Esto permitiría<br />

continuar con el control de la fiebre tifoidea sin<br />

desviar recursos del EPI de sus destinatarios tradicionales, los<br />

lactantes. Desafortunadamente, por el momento no hay datos<br />

que demuestren que las vacunas Ty21a o Vi administradas a<br />

lactantes inducirán una inmunidad que se prolongará y conferirá<br />

protección años más tarde, cuando los niños lleguen a<br />

la edad escolar, que es el período de alto riesgo. Si bien se ha<br />

comprobado que la cepa Ty21a es inmunógena en niños de 1<br />

a 5 años, 324,325 no se han publicado estudios en lactantes de<br />

menos de 12 meses. La vacuna con el polisacárido Vi ha estimulado<br />

la generación de anticuerpos en la mayoría de los<br />

VACUNAS FRENTE A LA FIEBRE TIFOIDEA 1129<br />

niños de 1 y 2 años vacunados, pero con títulos claramente<br />

más bajos que los observados en niños mayores y que, además,<br />

disminuyen después de varios meses. 180 Si las autoridades<br />

sanitarias de las zonas endémicas insisten en exigir que las<br />

vacunas anti-tifoidea sean inmunógenas y protectoras para<br />

lactantes para incluirlas en el EPI, habrá que esperar la futura<br />

autorización de la nueva generación de vacunas conjugadas<br />

Vi y las vacunas atenuadas orales mejoradas que actualmente<br />

se están evaluando en ensayos clínicos.<br />

Erradicación o eliminación<br />

Si bien los portadores crónicos son el reservorio de S. Typhi,<br />

para que la incidencia de la fiebre tifoidea siga siendo alta,<br />

se requieren otras condiciones que favorezcan el contagio de<br />

S. Typhi a personas susceptibles. Una de estas condiciones<br />

es la contaminación fecal del agua de consumo. A finales<br />

del siglo XIX y principios del XX, se demostró en Europa y<br />

en los EE.UU. que al tratar el agua que se distribuía a través<br />

de las redes municipales la incidencia de fiebre tifoidea disminuía<br />

bruscamente, aunque en la población continuara<br />

habiendo gran cantidad de portadores crónicos. Así, en un<br />

plazo de diez a veinte años, se logró eliminar la fiebre tifoidea<br />

casi por completo de muchas regiones. 100<br />

No se sabe si al poner en práctica programas de vacunación<br />

con la cepa Ty21a o el polisacárido Vi también se eliminaría<br />

casi por completo la fiebre tifoidea como problema<br />

sanitario. Sin embargo, no parece probable que las campañas<br />

de eliminación de la enfermedad giren en torno a estas<br />

vacunas. Por el contrario, para este objetivo parecen más<br />

adecuadas las futuras vacunas anti-tifoidea que se están<br />

desarrollando, p. ej., varias cepas atenuadas que podrían servir<br />

como vacunas orales en pautas monodosis y las vacunas<br />

conjugadas con el polisacárido Vi. Si las futuras vacunas tienen<br />

buena tolerabilidad, son altamente inmunógenas en<br />

lactantes y confieren un alto nivel de protección prolongada,<br />

podrían ser la base de los programas de control de la<br />

fiebre tifoidea. Los programas de control enérgicos con una<br />

cobertura amplia podrían eliminar casi por completo la fiebre<br />

tifoidea en determinadas poblaciones.<br />

Es epidemiológicamente factible que en algún momento<br />

se erradique la fiebre tifoidea de todo el mundo. Para esto<br />

sería necesario tratar el agua para consumo y mejorar las condiciones<br />

sanitarias a fin de disminuir la transmisión, efectuar<br />

pruebas sistemáticas de detección para identificar a los portadores<br />

crónicos y tratarlos para disminuir los reservorios de<br />

la infección y, finalmente, poner en práctica programas de<br />

inmunización con las futuras vacunas anti-tifoidea de buena<br />

tolerabilidad y altamente efectivas. Sin embargo, la erradicación<br />

de la fiebre tifoidea no pasa de ser un planteamiento<br />

teórico por los enormes costes que implicaría y porque hay<br />

otras prioridades mundiales más apremiantes.<br />

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