EL SÍNDROME HABERMAS
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Las ciencias sociales<br />
<strong>EL</strong> <strong>SÍNDROME</strong><br />
<strong>HABERMAS</strong><br />
Blanca Solares<br />
México MCMXCVII
Primera edición, mayo de 1997<br />
© 1997, por<br />
FACULTAD DE CIENCIAS POLíTICAS<br />
Y SOCIALES, UNAM<br />
Proyecto DGAPA<br />
IN 301195<br />
© 1997, por características tipográficas<br />
MIGU<strong>EL</strong> ÁNG<strong>EL</strong> PORRúA,<br />
LIBRERO-EDITOR<br />
ISBN 968-842-667-9<br />
Derechos reservados conforme a la ley<br />
IMPRESO EN MéXICO • PRINTED INMEXICO<br />
FACULTAD DE CIENCIAS POLíTICAS Y SOCIALES, UNAM<br />
Circuito Mario de la Cueva<br />
Centro Cultural Universitario, Ciudad Universitaria<br />
04510 México, D.F.<br />
ORUPO EDITORIAL<br />
MICJUBL ÁNG<strong>EL</strong> PORRúA<br />
Amargura A, San Ángel<br />
01000 México, D.F.<br />
Prefacio: después de Adorno<br />
DESPUéS de la muerte de T. W. Adorno y de la dimisión de<br />
Max Horkheimer del Instituto para la Investigación Social<br />
de Frankfurt, la teoría social en Alemania parecía haber entrado<br />
en un callejón sin salida. Convertido el pensamiento en mercancía<br />
y l a lengua en embellecimiento de la lengua, cómo seguir teorizando<br />
al margen de la razón y del lenguaje que son las herramientas<br />
del mismo quehacer filosófico. Pero, a la vez, cómo dejar<br />
de hacerlo, en un mundo en que la filosofía debe cumplir su<br />
responsabilidad hasta el fin.<br />
Luego de la crítica demoledora, que a veces tocando lo absurdo,<br />
planteara la Escuela de Frankfurt en contra de la modernidad,<br />
la cultura de masas y los mismos medios de análisis crítico -el<br />
discurso científico y su lenguaje- las propias posibilidades de seguir<br />
teorizando parecían agotadas. Después de Auschwitz, la persistencia<br />
en la intolerancia, la discriminación, la desigualdad, el<br />
totalitarismo y la enajenación psíquica dominantes, cómo justificar<br />
un quehacer teórico que en nada puede frenar la marcha hacia<br />
el colapso.<br />
La crítica avasalladora en contra del irracionalismo de la razón<br />
planteada en Dialéctica del Iluminismo 1 así como las posibilidades<br />
mismas de seguir teorizando en un mundo que avanza por<br />
medio de masacres y destrucción persistieron en los escritos de<br />
los teóricos frankfurteanos hasta sus últimos días.<br />
•T. W. Adorno y Max Horkheimer, "Dialektik der Aufklarung", en Gesammelte<br />
Schriften, vol. v, 1987, Fischer Verlag, Frankfurt, obra originalmente terminada en 1944.<br />
[7]
8 BLANCA SOLARES<br />
El movimiento contracultural de los sesenta en nada modificó<br />
su visión pesimista de la historia como "eterno retorno" de lo mismo.<br />
Al igual que Elias Canetti en Masa y poder, para la teoría<br />
crítica, torturar y matar, matar y torturar, siempre lo mismo de mil<br />
maneras, constituye la clave de una visión de la historia que consiste<br />
sobre todo en crueldades diabólicas. • ..<br />
Es en el ámbito de este contexto intelectual que la argumentación<br />
de Jürgen Habermas en sentido opuesto, a favor del pensa- .<br />
miento teórico y el proyecto de la razón ilustrada y la ciencia como<br />
guías y luz de la modernidad, fue considerada, en un principio,<br />
como una apertura de horizontes. Frente- a la resistencia estética y<br />
la fe mesiánica, propias de la tradición religiosa de la teoría crítica,<br />
Habermas se lanza a la acción teórico-política, desarrollando<br />
una "teoría de la acción comunicativa", con la cual pretende realizar<br />
una revisión de las más posibles interpretaciones de la historia<br />
de Occidente con el fin de superarlas por medio de un nuevo<br />
paradigma de análisis social.<br />
De manera contrastante a las tesis de Dialéctica del Iluminismo<br />
de Adorno y Horkheimer, obra elaborada por los teóricos judío-alemanes<br />
en el exilio norteamericano durante la contienda<br />
mundial y en la que observan el proyecto de la Ilustración como<br />
dominio de la irracionalidad, Habermas sostiene que estos autores<br />
malentendieron el proyecto de la Ilustración al tratar de analizarlo<br />
fundamentalmente como desarrollo de la "razón instrumental".<br />
Según Habermas, afectados por la brutal experiencia fascista, el<br />
estalinismo y la expansión de la cultura de masas norteamericana,<br />
Adorno y Horkheimer dejaron de lado que la racionalización no<br />
se agota en el predominio de la "racionalidad subjetiva". Despejar<br />
ese malentendido es, en gran medida, la tarea medular del específico<br />
y diferencial horizonte de los esfuerzos teóricos de Habermas.<br />
A la luz de uri nuevo auge y restablecimiento del capitalismo<br />
en Alemania, Habermas desplazó el foco de su análisis teórico de<br />
la economía o "racionalidad instrumental de acuerdo a fines" al<br />
ámbito de la cultura o interacción en términos de lenguaje. Intentando<br />
acabar así con la idea de razón como "razón instrumental"<br />
PREFACIO: DESPUÉS DE ADORNO 9<br />
y tratando de alzar un apuntalamiento empírico de la ética de un<br />
discurso universal. 2<br />
Tras el descongelamiento de la Guerra Fría, las pugnas bélicas,<br />
el desmembramiento de la URSS, la Guerra del Golfo y los conflictos<br />
en el centro de Europa, hechos paralelos a la desesperante<br />
estrategia mediática de los Estados nacionales montados en la<br />
pugna de la expasión global capitalista, Habermas retrata perfectamente<br />
el impasse económico-político y cultural de la situación<br />
mundial de las últimas décadas, abriendo una vía de análisis teórico<br />
frente a los nudos críticos o cuellos de botella que representan<br />
masas asimiladas y sometidas a la brutal presión de los aparatos<br />
de poder, político, psicológico y policiaco-militar altamente tecnificados,<br />
que desde una perspectiva de investigación tradicional<br />
resultaban inexplicables.<br />
El cambio del paradigma de trabajo por el de comunicación<br />
apareció en los años ochenta como la promesa, semejante a la del<br />
cristianismo y todos los proyectos mesiánicos, de una comunidad<br />
ideal posible frente a la crítica de la modernidad y las visiones<br />
apocalípticas de la historia, sus signos de destrucción y aniquilamiento<br />
progresivos. Las ciencias sociales se apresuran también a la<br />
revisión de sus categorías explicativas tratando de aplicar la teoría<br />
de la acción comunicativa al análisis de sus campos de investigación<br />
específicos, los movimientos sociales, la educación, la democracia,<br />
los derechos humanos, etcétera. Pero tal cambio de paradigma<br />
significa, a nuestro entender, una noción de lenguaje y de<br />
comunicación que difícilmente puede derivarse de la teoría de la<br />
acción comunicativa. La pretendida cualidad de la teoría de la comunicación<br />
-plantear el lenguaje como una forma de entendimiento<br />
social-, paradójicamente, constituye su propio límite. Pues<br />
desde una perspectiva pragmática y universal-evolucionista, el<br />
lenguaje se reduce a instrumento de coordinación social consensuad<br />
razón funcional -de forma cercana en última instancia a la<br />
noción de De Saussure, pero sin la originaria tensión de éste- sistema<br />
de signos convencionales.<br />
2 Moralbewusstsein und kommunikativens Handelns, Frankfurt, 1983.
10<br />
BLANCA SOLARES<br />
La concepción de Habermas del lenguaje como acción comunicativa,<br />
lenguaje hablado, al margen del cuerpo y la imaginación,<br />
vinculado directamente con la racionalidad, implica un empobrecimiento<br />
del lenguaje a medio de expresión subjetiva, encaminada<br />
al consenso, al mismo tiempo que la ratificación del entrenamiento<br />
de una razón abstracta, otra vez instrumental, como única<br />
forma de pensamiento válido umversalmente.<br />
La intención de las siguientes páginas se orientan hacia este<br />
núcleo fuerte del desarrollo teórico de la obra de Habermas, el desarrollo<br />
de una teoría de la comunicación, articulado por un tema<br />
central que podría caracterizarse como "programa en torno a la<br />
modernidad" con el cual se intenta dar respuesta a la cuestión de<br />
si es posible y cómo garantizar, en los marcos de la sociedad industrial<br />
actual, las posibilidades de sobrevivencia cultural, la individualidad<br />
y los valores de la libertad y la democracia.<br />
Desentrañar las vías a través de las cuales se hace del paradigma<br />
de la comunicación la clave ideológica para la comprensión<br />
del futuro de Occidente es la intencionalidad del presente<br />
trabajo.<br />
Desde la década de los setenta, Jürgen Habermas se ha venido<br />
convirtiendo en uno de los intelectuales más influyentes de la<br />
REA y de los teóricos sociales más destacados de Europa.<br />
Su obra se caracteriza por polemizar con la más amplia diversidad<br />
de corrientes de pensamiento, desde las tradiciones del idealismo<br />
alemán y la filosofía analítica anglosajona hasta con los<br />
planteamientos activistas radicales de la izquierda alemana de<br />
procedencia marxista y las vertientes polémicas más recientes en<br />
torno al horizonte de la modernidad. En los años sesenta, participaba<br />
en la disputa del positivismo alemán, la hermenéutica de<br />
Gadamer y la Teoría de Sistemas de Niklas Luhmann. Más tarde,<br />
interviene en las discusiones referentes al significado del pasado<br />
alemán (Historikerstreit) y en contra de las corrientes del posmodernismo.<br />
La bibliografía sobre su obra cubre numerosos volúmenes y se<br />
extiende a diversidad de lenguas. Lejos de ser un autor no leído,<br />
PREFACIO: DESPUÉS DE ADORNO 11<br />
su obra ha adquirido una cierta "popularidad" al convertirse en un<br />
referente obligado en la discusión del estado actual de las ciencias<br />
sociales y sus perspectivas que, incluso, ha desbordado los ámbitos<br />
especializados. Mientras los viejos frankfurteanos, con excepción<br />
quizás de Herbert Marcuse, sólo fueron realmente reconocidos<br />
después de su muerte, Habermas se ha convertido en<br />
vida, prácticamente, en un "clásico".<br />
Más allá del contexto alemán y del orden del devenir social y<br />
político de la Europa de la posguerra, los planteamientos habermasianos<br />
también han encontrado eco en Norteamérica y en el<br />
"tercer mundo" haciendo de su figura teórico-ideológica uno de<br />
los paradigmas vivos para la proyectiva modernización de los ámbitos<br />
poKticos, incluso como herramienta conceptual y axiológica<br />
en la asesoría terminológica y pragmática de las instituciones políticas<br />
tanto estatales como partidarias del mundo actual.<br />
El horizonte sombrío de la globalización mundial del valor, la<br />
creciente destrucción de la naturaleza a través del progreso técnico-científico<br />
acelerado en el último siglo y el encarnizamiento de<br />
la violencia y las guerras que acompañan nuestro siglo, no son<br />
para Habermas la base de una interpretación pesimista de la historia,<br />
sino el lugar de prueba de sus fundamentos teóricos y práctico-sociales.<br />
La compleja incidencia de la obra de Habermas como una<br />
versión global de la modernidad, en este horizonte, acredita en<br />
más de un sentido la tarea de realizar un balance crítico de su significación<br />
y de reflexionar en torno a los límites de su horizonte<br />
interpretativo.<br />
La desconfianza radical en el lenguaje ha caracterizado a buena<br />
parte del trabajo poético e intelectual, literalmente, desde el<br />
pasado fin de siécle. No en menor medida, signan nuestra época<br />
la pérdida de la facultad de expresarse, el caos mental, la disgregación<br />
de la identidad y "el íntimo desencanto que cierra las puertas<br />
a la acción significante" de un universo que agoniza, suponiendo<br />
incluso su desaparición. No hay comunidad de comunicación en<br />
abstracto y mucho menos puede hablarse de comunidad ahí donde<br />
ésta ha sido convocada por la muerte.
12<br />
BLANCA SOLARES<br />
Sin embargo, nada es más opuesto a la teoría de la acción comunicativa<br />
que la angustia del lenguaje y la interrogación desbordante<br />
que el trabajo con las palabras suscita en pensadores como<br />
Benjamín, Adorno, Horkheimer, Blanchot, Valéry, Joyce, Hofmannsthal,<br />
Foucault, Levinas, R Yirilio, G. Deleuze, la demolición<br />
del lenguaje para fabricar, a partir de los escombros, "una<br />
expresión nueva y más auténtica de la realidad".<br />
Escribir sobre Habermas ha implicado así más que-exponer<br />
la novedad de sus planteamientos, derivar de sus propios Emites la<br />
necesidad de defender una u otra sensibilidad y su posibilidad de<br />
intelección, a fin de comprender los fenómenos sociales lejos de la<br />
parcialidad y empobrecimiento de un cientificismo que al detenerse<br />
en el límite de la lógica estrecha su visión del hombre y sus<br />
expresiones.<br />
CAPíTULO I<br />
Jürguen Habermas:<br />
aspectos biográfico-intelectuales<br />
Si EXISTE alguna relación entre la vida y la obra de un autor, se<br />
puede decir que, en el caso de Habermas, su obra sería inexplicable<br />
sin comprender la profunda influencia del restablecimiento<br />
del capitalismo y la democracia en la Alemania de la Posguerra.<br />
Antes de entrar en sus planteamientos, mencionaré algunos aspectos<br />
biográficos necesarios para contar con un perfil del autor que<br />
nos ponga en la línea de sus desarrollos teóricos fundamentales.<br />
Habermas nació en Dusseldorf en 1929. Entre 1949 y 1954 estudió<br />
filosofía, historia, psicología y literatura alemana. Obtuvo su<br />
grado con un trabajo sobre la filosofía de la historia de Schelling<br />
y las implicaciones histórico materialistas de su sistema especulativo.<br />
En 1953, el nombre de Habermas se hizo conocido públicamente,<br />
por vez primera, a raíz de su recensión de las cátedras de<br />
Heidegger de 1935 en el Frankfurter Allgemeine Zeitung. 2 Habermas<br />
criticaba al nacional-socialismo de la historia alemana<br />
reciente y el contenido reaccionario del pensamiento conservador.<br />
Años más tarde, aclaró que, en realidad, el sentido de estas discusiones<br />
no era otro que impulsar las ideas que dieron origen a la<br />
formación de la República Federal Alemana: modernidad, ilustración<br />
y democracia radical. 4<br />
3 Jürgen Habermas, "Mit Heidegger gegen Heidegger denken. Zür Veroffentlichung<br />
von Vorlesungen aus dem Jahre 1935", en Frankjiírter Allegemeine Zeitung, 25. 7. 1953.<br />
4 Jürgen Habermas, "Die Dialektik der Rationalisierung. Vom Pauperismus in Produktion<br />
und Konsum", en Merkur, pp. 701-724.<br />
[13]
14<br />
BLANCA SOLARES<br />
Después de su promoción, Habermas trabajó alrededor de dos<br />
años como periodista. De 1956 a 1959 fue asistente de investigación<br />
en el Instituí für Sozialforschung, dirigido por Horkheimer y<br />
Adorno, sin embargo, le fue difícil conocer el pensamiento de sus<br />
maestros. El acceso directo a los escritos político-filosóficos de<br />
estos autores, en el periodo de Posguerra, era prácticamente imposible<br />
en Alemania. 5<br />
Durante ese tiempo, se ocupó íambién de la realizacipn de un<br />
estudio sobre las ideas y los comportamientos políticos de los estudiantes<br />
universitarios en la REA. Este trabajo, publicado bajo el<br />
íííulo de Studenten und Politík, 6 será el punto de partida de sus<br />
relaciones con el movimiento universitario de los sesenta.<br />
De 1959 a 1961 escribió su trabajo de habilitación, Strukturwandel<br />
der Óffentlichkeit, publicado un año más tarde. 7 En él<br />
reflexiona sobre el contenido del concepío clásico de "opinión<br />
pública" y su lugar cada vez más formal en los ordenamientos y<br />
las reglamentaciones del sistema social del capitalismo avanzado.<br />
Dadas las circunstancias del coníexío universitario de la época,<br />
Horkheimer y Adorno no pudieron aprobar este trabajo y Habermas<br />
tuvo que trasladarse a Marburg, para obíener su habiliíación<br />
como profesor universiíario, bajo la dirección de Wolfgang Abendroth,<br />
destacado y agudo historiador del movimiento obrero europeo.<br />
Un poco antes de dar término a su trabajo, le fue ofrecido un<br />
puesto de profesor en la Universidad de Heidelberg. Lugar en el<br />
que permaneció hasía 1964 y en donde enlró en contacto con la<br />
hermenéutica de H.G. Gadamer. Los años de Heidelberg, según el<br />
mismo Habermas, fueron un tiempo de particular productividad.<br />
Gran parle de sus trabajos político-filosóficos y íeórico-sociales<br />
5 Por ejemplo, era de hecho imposible conseguir en Alemania ejemplares de la<br />
Zeiíschrift fiir Sozialforschung, revista que el Instituto editara en el exilio.<br />
6 J. Habermas., L. v. Friedeburg, C. Oehler, F. Weltz, Studenten und Politih Eme<br />
Soziologische Untersuchung zum politischen Bewustsein Frankfurter Studenten, Hermán<br />
Luchterhand Verlag, Neuwied, Berlín, 1961.<br />
1 Strukturwandel der Óffentlichkeit. Untersuchungen zur eine Kategorie der bürger-<br />
lichen Geselhchaft, Darmstadt, Neuwied, 1982.<br />
JÜRGEN <strong>HABERMAS</strong>: ASPECTOS BIOGRÁHCO-INT<strong>EL</strong>ECTUALES 15<br />
son producto de las reflexiones de esos años. Es en ese periodo<br />
que reflexiona sobre las posibilidades de una filosofía práctica en<br />
relación con una ciencia social crítica. 8<br />
En 1964, Habermas pudo reincorporarse, como profesor de filosofía<br />
y sociología, en la Universidad de Frañkfurt. Participó en<br />
el inicio de las discusiones sobre "Reforma a la enseñanza y democratización<br />
de la educación superior" y se convirtió en animador<br />
del movimiento estudiantil. Sin embargo, a raíz de su participación<br />
en el Congreso de Educación Superior y Democracia, en<br />
junio de 1967 -una semana después del asesinaío del esíudianíe<br />
Benno Ohnesorgs- eníró en abierto conflicto con la proíesía estudiantil.<br />
Habermas, que parecía estar convencido del carácter democrático<br />
del movimiento y de su importancia en la conformación<br />
de una instancia de opinión política pública autónoma, calificó las<br />
propuestas de acción de Rudi Dutschke, líder del movimiento<br />
de protesta, de "fascismo de izquierda". Pese a que más tarde rectificaría<br />
esía posición, se produjo una ruptura entre el teórico de<br />
la opinión democrática y los estudiantes. 9<br />
En Conocimiento e interés, 10 obra publicada en 1968, Habermas<br />
desarrolla la tesis de que el concepto marxista de "trabajo"<br />
es insuficiente para la fundameníación de una teoría crítica de la<br />
sociedad. Plantea la necesidad de diferenciar entre "trabajo" e<br />
"interacción" y entre "acción instrumental" y "acción comunicativa".<br />
Luego, durante varios años trabajó sobre problemas de la filosofía<br />
analítica del lenguaje y de la teoría de sistemas funcionalista,<br />
así como en una teoría universal de la "competencia comunicativa",<br />
basada en el hecho de que en cada acío de habla esíá contenida<br />
una pretensión de emancipación social. 11 Desarrolló esía tesis al<br />
s<br />
La síntesis de estas reflexiones se agrupan en el libro Theorie und Praxis, Surkamp<br />
Verlag, 1963.<br />
'Véase nota biográfica de Micha Brumlik sobre Jiirgen Habermas en Lexikon Linker<br />
Leitfiguren. Bíirchergilde Gutenberg Verlag, Frañkfurt, 1988.<br />
10<br />
Érkenntnis und Interesse, Frañkfurt, 1968.<br />
11<br />
J. Habermas y N. Luhmann, Theorie der Geselhchaft oder Sozialtechnologie, Was<br />
leistet die Systemforschung?, Frañkfurt, 1971.
16<br />
BLANCA SOLARES<br />
mismo tiempo que dirigía junto con C.F. von Weizáckers, el Instituto<br />
Max Plank para la Investigación de las Condiciones de Vida<br />
del Mundo Científico.<br />
En 1977, volvió a reincorporarse a la discusión política a partir<br />
del resurgimiento del irracionalismo político y de la amenaza a<br />
las libertades burguesas justificadas por el combate al terrorismo<br />
alemán. Esta circunstancia política lo impulsó a dar forma acabada<br />
a su obra más importante, la Teoría de la acción comunicativa}' 1<br />
En esta obra que apareció en 1981, Habermas intenta hacer<br />
una presentación sistemática dé su trabajo de investigación de los<br />
últimos diez años: Problemas de legitimación en el capitalismo<br />
tardío, 1973; sus trabajos sobre lingüística "¿Qué es la pragmática<br />
universal?", 1976; y La reconstrucción del materialismo histórico,<br />
1976.<br />
En lo que sigue analizaremos con detalle cómo se prefigura<br />
esta teoría, qué interrogantes teórico-políticas intenta resolver y<br />
cuáles son los ejes de su estructura e intencionalidad analítica.<br />
n Theorie des Kommunikativen Handelns, Suhrkamp Verlag, 2t„ Frankfurt, 1981, en<br />
español Teoría de la acción comunicativa, Taurus, Madrid, 1987.<br />
CAPíTULO II<br />
Más allá del marxismo:<br />
Ciencia y técnica como "ideología",<br />
el planteamiento de un programa de trabajo<br />
<strong>HABERMAS</strong> Y MARCUSE<br />
CIENCIA y técnica como "ideología" 13 texto escrito por Habermas<br />
en 1968, con motivo del 70 aniversario de Herbert<br />
Marcuse, es un homenaje crítico que marca también los puntos<br />
centrales del programa de trabajo que Habermas desarrollará a lo<br />
largo de toda la década siguiente. Al mismo tiempo, resulta una<br />
proposición significativa para entender la pertenencia y distancia<br />
simultáneas que Habermas sostendrá siempre con la Teoría Crítica<br />
de la llamada Escuela de Frankfurt.<br />
A partir de la publicación de El hombre unidimensional, u traducido<br />
a la lengua alemana, apenas un año antes, en 1967, Herbert<br />
Marcuse ocupaba un lugar destacado en el plano del debate teórico<br />
europeo. En esta obra, Marcuse confirma de alguna manera las<br />
tesis de la filosofía de la historia de Horkheimer y Adorno sobre<br />
la modernidad, como un nuevo tipo de barbarie, pero no extrae las<br />
mismas consecuencias.<br />
Según Marcuse, la estructura social dominante basada en la<br />
racionalidad técnico-científica, tiene como fin no sólo la productividad<br />
sino la identificación de los individuos con los valores sociales<br />
preestablecidos, lo cual impide a los hombres construir su<br />
13 J. Habermas, Technik und Wissenschaft ais "Ideologie", Frankfurt, 1968, en<br />
español, Ciencia y técnica como ideología, Madrid, Tecnós, 1984.<br />
l4 Herbert Marcuse, One Dimensional Man: Studies in the Ideology of Advanced<br />
Industrial Society, Boston, 1964, en español El hombre unidimensional, México, J. Morüz,<br />
1968.<br />
[17]
18<br />
BLANCA SOLARES<br />
individualidad y sus relaciones colectivas, desde su voluntad y<br />
conciencia propias.<br />
El concepto teórico-central de este diagnóstico es la noción<br />
de "racionalidad" o "racionalización", que Marcuse toma de Max<br />
Weber y que, en cierto sentido se puede equiparar con el concepto<br />
de Adorno y Horkheimer de "razón instrumental".<br />
Marcuse está convencido de que la tendencia del desarrollo<br />
científico-técnico o modelo de la racionalidad burocrátic$t-técnica<br />
impregna todos los ámbitos déla experiencia social y lleva a la<br />
economía, la cultura y la política hacia su fusión en un nuevo tipo<br />
histórico y unilateral de dominio totalitario.<br />
El desarrollo de las fuerzas productivas y el dominio de la clase<br />
política, en su análisis de la época, no son variables independientes.<br />
Para Marcuse, la especificidad del tipo de dominio del capitalismo<br />
tardío surge del hecho de que se presenta a sí mismo como la corporeización<br />
instrumental de la racionalidad técnica que tendencialmente<br />
se hace invulnerable frente a la crítica, a partir de argumentos<br />
cientificistas.<br />
Pero, dice Habermas, si la racionalidad científico-técnica se<br />
transforma en fundamento de legitimación ideológica, la tesis de<br />
Marx del potencial de emancipación encerrado en el desarrollo de las<br />
fuerzas productivas se pone en cuestión. En otras palabras, desaparece<br />
la contradicción entre fuerzas productivas (técnicas) y.<br />
relaciones de producción (políticas) como base de las contradicciones<br />
sociales.<br />
Marcuse, sin embargo, no observa tal contradicción y argumenta,<br />
más bien, que el dominio político no es posible sino con la<br />
participación misma de la conciencia de los oprimidos. Técnica y<br />
ciencia son el motor del sistema capitalista tardío, pero ellas mismas<br />
actúan, a la vez, como reflejo de lo que ambas ocultan: el<br />
dominio político, abriendo así la posibilidad de subvertirlo. Esta<br />
posibilidad diferencia a Marcuse de los autores de Dialéctica del<br />
Iluminismo,<br />
Marcuse no se limita a la descripción de una teoría negativa<br />
del dominio totalitario sino que, sobre la base de esas condicio-<br />
MÁS ALLÁ D<strong>EL</strong> MARXISMO 19<br />
nes, se interroga por un curso distinto de la historia. A partir'de la<br />
tradición de la crítica de la civilización de Max Weber y de la filosofía<br />
de la historia de Adorno y Horkheimer, intenta fundamentar<br />
la posibilidad de un giro de la racionalidad científico-técnica<br />
hacia un "nuevo" tipo de "dominio". En El hombre unidimensional<br />
argumenta, en este sentido, a favor del desarrollo de una "nueva"<br />
ciencia y de una "nueva" técnica:<br />
Lo que quiero demostrar es que la ciencia, en virtud de su<br />
propio método y sus conceptos, ha proyectado y fomentado<br />
un universo en el que la dominación de los hombres queda<br />
vinculada con la dominación sobre los hombres, lazo que<br />
amenaza con extenderse como un destino fatal sobre ese universo<br />
en su totalidad. La naturaleza, comprendida y domeñada<br />
por la ciencia, vuelve a aparecer de nuevo en el aparato de<br />
producción y de destrucción, que mantiene la vida de los individuos<br />
y la mejora, y los somete a la vez a los amos del<br />
aparato. Así, la jerarquía racional se fusiona con la social. Y<br />
en esta situación un cambio en la dirección del progreso, con<br />
capacidad para torcer ese fatal destino, tendría que influir<br />
también en la estructura de la ciencia misma, en el proyecto<br />
de la ciencia. Sin perder su carácter racional, sus hipótesis<br />
se desarrollarían en un contexto experimental esencialmente<br />
distinto (en el de un mundo planificado); a consecuencia de lo<br />
cual, la ciencia llegaría a unos conceptos sobre la naturaleza<br />
esencialmente distintos y constataría hechos esencialmente<br />
distintos. 15<br />
La fusión de ciencia y técnica como "razón instrumental", no<br />
significa, para Marcuse, que no haya otra forma de relacionarse<br />
con la naturaleza a través de los mismos medios. Es decir, que la<br />
"disposición técnica" sobre la naturaleza pueda un día servir a<br />
una relación de "cuidado amoroso" que la libere y la desate del<br />
dominio de la técnica misma. Curiosamente, pero también de ma-<br />
15 ídem, p. 185.
20<br />
BLANCA SOLARES<br />
ñera bastante confusa, en Eros y civilización, Marcuse habla de<br />
la existencia de dos formas de dominio, uno represivo y otro liberador.<br />
Habermas se distancia del análisis de Marcuse de que las<br />
fuerzas científico-técnicas generen un "dominio excedente" que<br />
lleve a los hombres a la concienóWde una "otra" o "nueva" ciencia<br />
y técnica que se desarrollará como "dominio liberador".<br />
De lo que Marcuse habla, dice Hkbermas, no es |ino de un<br />
nuevo tipo de relación "comunicativa" entre hombre y naturaleza<br />
que en realidad es producto de una confusión teórica entre trabajo<br />
e interacción. Esta confusión es el punto de partida de su diferenciación<br />
entre "acción racional de acuerdo a fines" y "acción<br />
comunicativa", a fin de plantear un análisis de la sociedad del capitalismo<br />
tardío que pueda ofrecer también perspectivas viables a<br />
la modernidad.<br />
TRABAJO E INTERACCIóN<br />
TRABAJO e interacción, según Habermas, son dos formas distintas<br />
de acción humana, que comúnmente el marxismo, basándose en la<br />
noción de racionalidad de Max Weber, trata indiferenciadamente,<br />
Trabajo e interacción son acciones inmanentes al hombre, pero<br />
que no son semejantes.<br />
A. Para Habermas, la noción de "acción racional de acuerdo a<br />
fines" no es como para Weber una categoría de análisis específico<br />
de la modernidad sino un rasgo propio de la acción social. Habermas<br />
equipara "la acción racional de acuerdo a fines" controlada por<br />
el éxito, a la "estructura del trabajo", en el sentido de Marx. Dice<br />
que no podemos concebir al hombre al margen de esta condición<br />
histórica de acción con fines de control técnico sobre la naturaleza.<br />
Y que, por lo tanto, tampoco podemos renunciar a la técnica, es<br />
decir, a "nuestra técnica sustituyéndola por una cualitativamente<br />
distinta, mientras no cambie la organización de la naturaleza<br />
humana y mientras tengamos que mantener nuestra vida por medio<br />
del trabajo social."<br />
MÁS ALLÁ D<strong>EL</strong> MARXISMO 21<br />
Pero basta leer el capítulo V del primer tomo de El capital de<br />
Marx para observar la reducción de la noción de trabajo habermasiana.<br />
El trabajo o proceso de trabajo, de acuerdo a Marx, alude a<br />
un proceso de relación entre hombre y naturaleza a través del<br />
cual, al transformarla, el hombre proyecta su figura. El proceso de<br />
trabajo no es dominio de la naturaleza, sino un proceso de autodeterminación<br />
y dotación de sentido. La noción de trabajo de Marx<br />
no es una categoría económica sino filosófica y el trabajo como<br />
producción material no es sino el soporte de otro proceso de reproducción<br />
más fundamental o más allá de la sobrevivencia. El trabajo<br />
es, a la vez, una actitud y una disposición del hombre frente<br />
a la naturaleza; su propio autodescubrimiento. Un proceso de comunicación<br />
y de creación de su propia figura. (Cfr. Bolívar Echeverría,<br />
Apuntes sobre El capital).<br />
Marcuse, como lector profundo de los Manuscritos económico-filosóficos<br />
de Marx, parte de la noción de trabajo en sentido<br />
amplio, sin verse en la necesidad de separar el trabajo (acción) de<br />
la actitud del hombre frente a la naturaleza. En términos estructurales,<br />
concibe el trabajo como un proceso de interacción o de<br />
comunicación que en el fondo no es sino una disposición abierta<br />
del hombre a su destino.<br />
En el siguiente apartado del mismo capítulo V, Marx habla del<br />
trabajo como "proceso de valorización". Es decir, que históricamente,<br />
la estructura del trabajo se configura en el capitalismo como<br />
dominio instrumental o tratamiento de una naturaleza desacralizada<br />
y objeto a dominar por la voluntad de los individuos. El proceso<br />
de trabajo, dice Marx, se configura en el capitalismo como<br />
proceso de valorización. Pero Marx nunca hace extensiva esta<br />
actitud técnico-instrumental a la historia humana en su conjunto.<br />
La naturaleza, en Marx, aparece como un horizonte de significación<br />
infinita que sólo la racionalidad instrumental, propia de<br />
Occidente, reduce a la visión de naturaleza como naturaleza escasa.<br />
Partiendo de la noción de Marx, Marcuse puede hablar de la<br />
naturaleza como interlocutor de la comunicación humana o lo que<br />
es lo mismo del trabajo como transformación de la naturaleza<br />
libre de dominio.
22 BLANCA SOLARES MÁS ALLÁ D<strong>EL</strong> MARXISMO 23<br />
Habermas reduce la noción de trabajo a acción racional, "ac- '-interacción" "Trabajo" Reglas técnicas<br />
ción instrumental de acuerdo a fines", comportamiento orientado Normas de la de Acción Racional de<br />
de acuerdo a estrategias, control eficiente de la realidad, etcétera. Acción Comunicativa aa ' erd ° a fi><br />
Un punto de partida que reduce no sólo la noción de tiabai o sino del<br />
r r ~i J<br />
XT. , , , c • .,<br />
Nivel de definición<br />
T • , • .<br />
Lenguaje común mter-<br />
T • r, ,<br />
Lenguaje libre de conhombre<br />
mismo a sujeto racional, homofaber, hacedor de instru- subjetivamente compar- texto.<br />
mentos con el único fin de satisfacer sus necesidades naturales, sin üdo.<br />
alma y sin espíritu. AhistOliza la noción de Weber de "racionali- Mecanismos de Adqui- Internalización de roles. Aprendizaje de cualifi-<br />
dad de acuerdo a fines" y la proyecta al inicio de la historia.<br />
B. La otra idea, con la que Habermas intenta salir del embrollo<br />
i i' i j , . r í . ., • ^<br />
en el que esta a punto de caer con esta simplificación, es su noción<br />
de "interacción simbólica" O "acción comunicativa orientada por<br />
sicion<br />
Función Mantenimiento de las<br />
instituciones sociales,<br />
Sanciones Llamada de atención,<br />
tí<br />
Racionalización Obje- Emancipación, indivi-<br />
C3CÍ0I16S técmc3.s<br />
Solución de problemas<br />
técnicos.<br />
Fracaso ante la realidad,<br />
Aumento del poder de<br />
valores intersubjetivamente vigentes". Basta este enunciado para<br />
observar que la comunicación se esboza aquí como noción redutivos<br />
duación; ampliación de disposición técnica.<br />
as posi . 11 . & , e ,., e U j a<br />
n n<br />
comunicación libre de<br />
cida a un lenguaje referencial que intercambia mensajes en un<br />
contexto regido por las relaciones estables de un código, y al sím-<br />
dominio.<br />
bolo lingüístico estrechado en su definición a un símbolo muerto. Las normas sociales se definen desde el nivel del lenguaje or-<br />
Desarrollaré esta idea en un apartado especial. diñado que, por supuesto, lleva consigo el riesgo del malentendido,<br />
Lo que por ahora quisiera subrayar es que, a mi entender, los p o r ejemplo, cuando la definición de una situación es poco clara<br />
dos tipos de acción a los que Habermas se refiere, trabajo e interac- 0 cuando quienes participan en la comunicación presentan trasción,<br />
tal y como él los presenta aluden tanto uno como otro, al mis- fondos socioculturales diversos.<br />
mo proceso de racionalidad instrumental: medios, a fin de alean- Las reglas técnicas, por el contrario -utilización de maquinaria<br />
zar un fin. Uno técnico y el otro lingüístico, los dos apuntan al 0 de aplicación de una fórmula química-, representan un tipo de<br />
mantenimiento de un sistema social basado en el control técnico lenguaje artificial o independiente de los contextos culturales coy<br />
consensual de la naturaleza. tidianos en los que éstas funcionan y tienen una pretensión de valor.<br />
Hecha esta doble reducción del trabajo a "acción racional de Las normas sociales son adquiridas por los niños a través de<br />
acuerdo a fines" y de la "acción comunicativa" a "interacción" u n aprendizaje y de la interiorización de roles sociales; la aplicamediada<br />
a través del lenguaje e "integrada al menos por dos indi- ción de reglas técnicas a través del proceso de escolarización. La<br />
viduos", es obvio que la primera alude a criterios técnicos, mien- función de las normas lingüísticas consiste en dar sostén al ententras<br />
que la interacción, a normas establecidas socialmente. 0 tam- dimiento humano, y eventualmente fortalecerlo institucionalmente.<br />
bien que, mientras las reglas técnicas se establecen al margen del La función de las reglas técnicas es encontrar la solución óptima<br />
habla, las normas se establecen a través del entendimiento habla- a un problema. Quien viola las normas sociales es castigado por<br />
do, etcétera. El esquema siguiente muestra algunos aspectos de su g r u p o s o c i ai de acuerdo a planteamientos morales; quien no<br />
las diferencias fundamentales, según Habermas, entre trabajo e a t i e n de a las reglas técnicas simplemente fracasa al intentar dar<br />
interacción: solución a un problema específico. En conclusión, ambos tipos de
24 BLANCA SOLARES<br />
acción tienen características radicalmente distintas. Las normas<br />
sociales lingüísticas aumentan, en último término, el ámbito del<br />
entendimiento social; la técnica, el orden de apropiación de los<br />
hombres de la naturaleza.<br />
Salta a la vista que los criterios de racionalidad de ambas acciones<br />
se presentan como absolutamente distintos, que trabajar<br />
y comunicarse a través del lenguaje no es lo mismo. Pero, que<br />
cuando el hombre transforma a la naturaleza no comunica o expresa<br />
en ella su propia intención interior, mental, psíquica y anímica;<br />
o que, cuando la consume no descifra su propio sentido, esto<br />
sólo es claro una vez que el trabajo se ha reducido a "racionalidad<br />
de acuerdo a fines" y el lenguaje a instrumento de consenso. Estas<br />
dos reducciones son la base de toda la teorización habermasiana.<br />
L A CRíTICA DE LA CIENCIA<br />
Y DE LA TéCNICA COMO "IDEOLOGíA"<br />
<strong>EL</strong> ERROR teórico fundamental de Marcuse, según Habermas, es<br />
incurrir en la confusión de trabajo (proceso técnico de dominio<br />
de la naturaleza) con interacción simbólica en términos de lenguaje.<br />
Ambos son proyectos de la especie humana y no de una época<br />
que en un momento pudiera plantear su superación. No es posible<br />
ninguna "nueva técnica", ni ninguna "nueva ciencia", pues su desarrollo<br />
para Habermas acompaña el mismo proceso histórico de la<br />
vida. La ciencia, en nuestro moderno contexto, "se ha de considerar<br />
como una ciencia obligada a mantener la actitud de una posible<br />
disposición técnica; lo mismo que en el caso del progreso<br />
científico-técnico tampoco para la función de la ciencia es posible<br />
encontrar un sustituto que fuera más humano". 16 Habermas no<br />
dejará de insistir. La validez de la estructura del progreso científico-técnico<br />
se corresponde con el mismo proceso del hombre de<br />
humanización de la "naturaleza salvaje y escasa".<br />
I6 Habermas, "Ciencia y...", op. cit., p. 63.<br />
MÁS ALLÁ D<strong>EL</strong> MARXISMO<br />
Aquí se hace necesario reconocer cierta agudeza de Habermas.<br />
El desarrollo de las fuerzas productivas es condición de la transformación<br />
social en el pensamiento de Marx tanto como en el de<br />
Marcuse. No es por lo tanto la racionalidad de la ciencia y de la técnica<br />
lo que Marcuse cuestiona sino sus valores rectores y la dirección<br />
del progreso, dejando de lado, la crítica de la noción de<br />
racionalidad. Habermas tiene razón. Marcuse como Marx tiene la<br />
tendencia, propia de Occidente, a restablecer la inocencia o neutralidad<br />
progresiva-instrumental de las fuerzas productivas. Pero<br />
todavía más occidental que ellos, Habermas desenvaina la espada<br />
a favor de la ciencia y su lógica. Para ello, se ve precisado a una<br />
reelaboración de esta noción más allá de la racionalidad científico-técnica<br />
en sentido weberiano, y como fuerza productiva ideológica<br />
en el sentido de Marcuse.<br />
25<br />
SISTEMA SOCIAL<br />
Y SUBSISTEMA DE ACCIóN RACIONAL<br />
<strong>EL</strong> ANáLISIS de Marx de la realidad reconstruye la historia de la<br />
especie a partir de la categoría lucha de clases y de la contradicción<br />
entre fuerzas productivas y relaciones de producción. Habermas<br />
se propone reformular este marco categorial de los supuestos<br />
fundamentales del materialismo histórico: "La conexión de fuerzas<br />
productivas y relaciones de producción tendría que ser sustituida<br />
por la relación más abstracta de trabajo e interacción", o dicho<br />
de otra manera: entre "marco institucional de las relaciones o interacción<br />
y subsistema de acción racional de acuerdo a fines".<br />
A partir de la diferencia entre trabajo e interacción, Habermas,<br />
afirma que hay sistemas sociales en los que predomina la racionalidad<br />
de acuerdo a fines y otros en los que predomina la comunicación.<br />
Según él, se puede distinguir en una misma sociedad:<br />
a) un marco institucional o mundo socio-cultural de la vida; y<br />
b) un subsistema de acción racional de acuerdo a fines.
26<br />
BLANCA SOLARES<br />
Tanto en este trabajo como en la Teoría déla acción comunicativa,<br />
Habermas subraya que la diferencia entre estas dos realidades<br />
es sólo de carácter "analítico". No existe en la sociedad una<br />
forma pura de comportamiento: las relaciones familiares hacen<br />
uso de la racionalidad social y técnica, como la fábrica de la "interacción".<br />
Lo que a Habermas le interesa no es hacer la descripción<br />
de estas tipologías en abstracto sino, a partir de su diferencia<br />
general, derivar los elementos de un análisis sobre la crisis y los<br />
fenómenos de enajenación derivados de la expansión del "subsistema<br />
de acción racional de acuerdo a fines" sobre el "mundo de<br />
vida".<br />
Habermas observa el desarrollo social no sólo como avance de<br />
la racionalidad técnico-científica, sino del proceso de interacción.<br />
La sociedad, para Habermas, no se constituye sólo a partir de<br />
los efectos del mercado y de los imperativos científico-técnicos,<br />
sino que intervienen también normas y tradiciones socio-culturales<br />
de la acción "comunicativamente" orientada al entendimiento. Esto<br />
es así, prácticamente, según él, desde el inicio de la historia.<br />
En el parágrafo IV del texto de Habermas que comentamos,<br />
el autor nos ofrece su concepción de las sociedades tradicionales<br />
o míticas en este doble nivel. Uno no puede sino quedar desconcertado<br />
ante su pobre conocimiento de las sociedades arcaicas.<br />
Pero veamos cómo las presenta:<br />
Algunos indicios abonan la sospecha de que durante el largo<br />
periodo inicial hasta principios del mesolítico, las acciones racionales<br />
con respecto afines sólo pudieron ser motivadas por<br />
medio de una vinculación ritual con las interacciones. Un ámbito<br />
profano de subsistemas de acción ra6ional con respecto a<br />
fines sólo parece haberse diferenciado de las interpretaciones<br />
y formas de acción de tráfico comunicativo entre sujetos en<br />
las culturas sedentarias que se dedicaban a la cría de animales<br />
y al cultivo de plantas. Y sólo en las condiciones que presentan<br />
las culturas superiores de una sociedad de clases estamentalmente<br />
organizada debió poder producirse una diferenciación<br />
tan amplia del trabajo y la interacción, que los subsistemas<br />
MÁS ALLÁ D<strong>EL</strong> MARXISMO 27<br />
dan lugar a un saber técnicamente utilizable que pudo' ser almacenado<br />
y empleado con relativa independencia de las interpretaciones<br />
sociales del mundo; .. .El umbral de la modernidad<br />
vendría entonces caracterizado por este proceso de<br />
racionalización que se pone en marcha con la pérdida de la<br />
"inatacabilidad" del marco institucional por los subsistemas<br />
de acción racional de acuerdo a fines. 17<br />
En las sociedades primitivas, según Habermas, el marco institucional<br />
coincide y subordina a los subsistemas de "acción racional<br />
de acuerdo a fines". Noción, por lo demás, que proyecta hasta<br />
el mesolítico al concebir ya a los rituales como acción instrumental.<br />
La organización de la sociedad esclavista o de la sociedad<br />
feudal, se realiza también con base en cosmogonías o visiones del<br />
mundo metafísicas que establecen derechos y obligaciones acordes<br />
con el mantenimiento de la organización económica. Sólo<br />
el desarrollo de las sociedades modernas no acaece de la misma<br />
manera:<br />
El umbral que existe entre una sociedad tradicional y una sociedad<br />
que ha entrado en un proceso de modernización no<br />
viene caracterizado por el hecho de que bajo la presión de<br />
fuerzas productivas relativamente desarrolladas venga impuesto<br />
un cambio estructural del marco institucional. .. Xa<br />
novedad estriba más bien en un estado evolutivo de las fuerzas<br />
productivas que convierte en permanente a la expansión<br />
de los subsistemas de acción racional con respecto a fines y<br />
que, de este modo, pone en cuestión la forma que las culturas<br />
superiores tienen de legitimar el dominio por medio de las interpretaciones<br />
cosmológicas del mundo". 18<br />
Las sociedades "tradicionales" se diferencian de las sociedades<br />
capitalistas, según Habermas, más allá del grado de desarrollo de<br />
17<br />
J. Habermas, Ciencia y Técnica..., op. cit., p. 101.<br />
a<br />
Idem, p. 75.
»<br />
28<br />
las fuerzas productivas, por el hecho de que sólo en la modernidad<br />
el marco institucional de los subsistemas de acción racional de<br />
acuerdo a fines puede ser cuestionado de manera aguda.<br />
La legitimación de la organización social no se resuelve ya en<br />
el ámbito de un orden de dominio trascendental, vinculado a la<br />
tradición, sino a través de los argumentos de la ciencia.<br />
La modernidad capitalista, por lo tanto, consiste en un proceso<br />
en el cual los "subsistemas de acción racional de acuerdo a fines"<br />
se hacen independientes de los fines de la producción culturalmente<br />
definidos, para ser sustituidos por argumentos de racionalidad<br />
científica, posibilitando con ello el ámbito comunicativo del<br />
entendimiento democrático ético-político.<br />
Sin tomarse la molestia por lo menos de suponer que el pensamiento<br />
mítico, que ha orientado la vida del hombre desde la<br />
aparición del hommo sapiens, hace por lo menos cien mil años,<br />
pudiera tener una estructura y un significado aún difícil de descifrar<br />
para la mente Occidental, Habermas pasa a clasificarlo en un<br />
nivel de pensamiento inferior.<br />
Las legitimaciones resquebrajadas -mítico-religiosas, se entiende-<br />
son sustituidas por otras nuevas que nacen de la crítica a<br />
los dogmas tradicionales del mundo antiguo pretendiendo tener<br />
un carácter científico (1); y que, a la vez, juegan también funciones<br />
legitimadoras, pues resguardan a las relaciones existentes<br />
tanto del análisis como de la conciencia pública (2). La ciencia<br />
moderna en este contexto genera un saber que por su forma más<br />
no por su intención subjetiva es un saber técnicamente utilizable.<br />
Hasta el siglo XK, no había contribuido a la aceleración del<br />
desarrollo técnico. Por el contrario, su desarrollo posterior, no<br />
sólo ha sido efectivo en términos de productividad (económica),<br />
sino que es posible que sustituya la racionalidad en otro nivel (política),<br />
la del marco institucional estatal. Para Habermas, esto no<br />
puede ser leído de manera negativa. Sin embargo, esta sustitución<br />
sólo puede realizarse si la racionalidad técnico-científica se somete<br />
a la interacción lingüísticamente mediada o, en otros términos,<br />
a la discusión pública sin restricciones ni coacciones.<br />
BLANCA SOLARES MÁS ALLÁ D<strong>EL</strong> MARXISMO<br />
29<br />
TECNIFICACIóN DE LA POLíTICA<br />
Y POLITIZACIóN DE LA CIENCIA<br />
<strong>EL</strong> DESARROLLO del capitalismo tardío, desde la perspectiva de<br />
Habermas, se caracteriza por dos tendencias evolutivas:<br />
1. Por el crecimiento drástico de la intervención del Estado en<br />
la circulación económica, lo que desenmascara el liberalismo<br />
de las fuerzas autorreguladas de la economía de mercado;<br />
2. por el hecho de que el desarrollo científico-técnico se ha<br />
convertido en la primera fuerza productiva.<br />
Punto Uno. La revalorización del capital se garantiza, emel<br />
capitalismo tardío, gracias a los correctivos estatales que suponen<br />
una política social y económica estabilizadora del ciclo económico.<br />
El Estado y la sociedad ya no se encuentran en una relación<br />
antagónica, tal y como la teoría de Marx había propuesto.<br />
La dominación económica, en términos de democracia formal,<br />
se ve ante la necesidad de una legitimación a través de la propia<br />
actividad estatal que compense las disfunciones del libre intercambio.<br />
Tal programa vincula ahora el rendimiento individual con<br />
la garantía de un mínimo de bienestar y estabilidad en el trabajo<br />
y en los ingresos. Ahora bien, en la medida en que la actividad<br />
estatal tiene como objetivo la estabilidad y el crecimiento del sistema<br />
económico, la política no se orienta más a la realización de<br />
fines práctico-morales, en el sentido de Kant, sino a la resolución<br />
de cuestiones técnicas.<br />
Esto, para Habermas, nos proporciona una de las claves de la<br />
situación contemporánea: el hecho de que la actividad estatal se<br />
restrinja a tareas técnicas resolubles admimstrativamente, dejando<br />
de lado la dirección de todo contenido práctico-moral. Si la "vieja<br />
política" de cuño ilustrado, aunque sólo fuera por la forma que<br />
tenía la regulación del dominio, se veía obligada a definirse en<br />
relación con fines prácticos (los de una "vida feliz", por ejemplo),<br />
el funcionamiento del Estado moderno excluye esas funciones.
30<br />
BLANCA SOLARES<br />
Por lo tanto, la orientación de la vida social hoy sólo puede ser<br />
materia de una formación democrática de la voluntad política, de<br />
la discusión pública y de su impulso. 19<br />
Aunque el marco institucional de la sociedad, tienda a cientifizarse<br />
-insiste Habermas- su organización no es sólo un problema<br />
técnico de cuño científico sino una cuestión práctica (moral)<br />
ligada a la comunicación.<br />
Punto Dos. La tendencia a la cientifización de la política se<br />
complementa con la politización de la ciencia. La investigación<br />
industrial se asocia con la investigación nacida de los encargos<br />
del Estado que sobre todo fomenta el progreso técnico-científico<br />
de la producción de armamentos. De manera que también en<br />
este punto, Habermas cree poder esbozar una crítica a Marx: la<br />
ciencia y la técnica -y no la fuerza de trabajo- se convierten en<br />
la "primera" fuerza productiva. Para Marx, la única fuente de<br />
plusvalor es la fuerza de trabajo. Según Habermas, el progreso<br />
técnico-científico es también una fuente de plusvalor, incluso, con<br />
mayores perspectivas que la cada vez menos importante fuerza de<br />
trabajo. 20 Nos parece excesivo dedicar un solo párrafo a tratar este<br />
problema que las mismas películas de ficción siempre nos repiten:<br />
que pese al avance de la tecnología futurista, la única fuente<br />
de creación de plusvalor es la mercancía fuerza de trabajo -la que<br />
genera además todo invento. Lo importante, más bien, es destacar<br />
el énfasis que Habermas hace en el hecho de que la ciencia no es<br />
mera "ideología", como asegura Marcuse, sino una fuerza productiva<br />
que lejos de hacer promesas, las cumple.<br />
Aclarado lo anterior, la cientifización de la política -la creciente<br />
intervención de la tecnocracia en la estabilización económica-<br />
y la politización de la ciencia, para Habermas, el énfasis de<br />
la dimensión económica de la reproducción social pasa en su análisis,<br />
definitivamente, a un segundo plano.<br />
Dado que la propia economía tiende a cientifizarse, es decir,<br />
a hacerse más racional, el problema central sería, más bien, el<br />
l9 Cfr. idem, p. 85.<br />
20Q7-. Wem,p. 87.<br />
MÁS ALLÁ D<strong>EL</strong> MARXISMO 31<br />
análisis del dominio autoritario del Estado a partir de las coacciones<br />
manipulativas de una administración técnico-operativa, que<br />
erosiona la acción comunicativa orientada de conformidad con el<br />
sentido articulado lingüísticamente bajo la presión de la acción<br />
racional de acuerdo a fines. No que las fuerzas productivas -la<br />
ciencia y la técnica- cumplan funciones de legitimación estatal<br />
-argumento que trataré a continuación- sino algo que la tradición<br />
marxista subrayaba como destrucción de toda dimensión ética,<br />
en aras de la valorización del capital.<br />
LUCHA DE CLASES E IDEOLOGíA<br />
COMO ANACRONISMOS<br />
EN LA medida en que el capitalismo regulado por el Estado acalla<br />
el conflicto de clases a través de una política de compensaciones<br />
que asegura la lealtad de las masas asalariadas, el Estado trasciende<br />
los límites latentes del conflicto de clases. En las sociedades de<br />
capitalismo tardío, en la medida en que los tímites del subprivilegio<br />
"siguen siendo específicos de grupos y no corren transversalmente<br />
separando categorías enteras de la población, no se enfrentan<br />
con los privilegiados como clases socio-económicas". 21<br />
Por otro lado, el hecho de que el antagonismo entre capital y<br />
trabajo se encuentre en una relación institucionalizada de dominio,<br />
de explotación económica y de opresión política, en la que la<br />
comunicación está distorsionada y restringida, hace que la legitimación<br />
de este dominio no pueda ponerse en cuestión. El fundamento<br />
de esta legitimación, el progreso científico-técnico sometido<br />
a control, ya no representa un potencial excedente con consecuencias<br />
emancipatorias sino una nueva forma de legitimación del<br />
dominio. Esta nueva forma de legitimación del Estado no puede,<br />
según Habermas, ser calificada de ideología.<br />
La "conciencia tecnocrática", dice Habermas, lo mismo que<br />
la "vieja ideología" impide la tematización de los fundamentos<br />
sobre los que está organizada la vida social. Sin embargo, es me-<br />
21 Cfr. idem, p. 75.
II H<br />
32 BLANCA SOLARES<br />
nos ideológica que las ideologías precedentes. No es una simple<br />
ilusión o fantasía racionalizada; una ofuscación aparente o una<br />
proyección desiderativa que no satisface nada. La conciencia tecnocrática<br />
-asegura- no es ya solamente ideología, no expresa una<br />
"proyección de la vida feliz", sino que se pone en una conexión<br />
satisfactoria con ella. 22<br />
Dos aspectos que distinguen a la nueva ideología de la vieja<br />
son:<br />
a) Que el capitalismo, por tener que legitimarse, "no es ya<br />
fundamento de una explotación y opresión irrectificables";<br />
b) que las compensaciones que genera, están destinadas a la<br />
satisfacción de necesidades neutrales en lo que atañe a la utilización<br />
de ellas mismas. Por lo tanto, a diferencia de la vieja<br />
ideología, la nueva disocia los criterios de justificación de la<br />
regulación normativa de las interacciones ligándolas al sistema<br />
de acción racional de acuerdo a fines.<br />
Es así, continúa Habermas, que la "conciencia tecnocrática"<br />
preocupada sólo por cuestiones técnicas, "no refleja el mundo en<br />
una totalidad ética" (Hegel), sino la represión de la eticidad como<br />
categoría de la vida. Esta conciencia positivista que organiza de<br />
acuerdo con los modelos cosificados de la ciencia, el mundo sociocultural<br />
de la vida, viola el'interés inmanente de una de las dos<br />
condiciones fundamentales de nuestra existencia cultural: la comunicación<br />
lingüística. Abóle el "lenguaje ordinario" como referente<br />
de la interacción lingüística y lo sustituye por un sistema<br />
(científico) en el que el dominio y la ideología surgen bajo las<br />
condiciones de una distorsión de la comunicación.<br />
Esta "nueva ideología" es la que para Habermas representa un<br />
reto: el de reflexionar no sólo en el interés técnico-científico (trabajo),<br />
sino en el mantenimiento de una "intersubjetividad de la<br />
comprensión" y el establecimiento de una comunicación libre de<br />
dominio.<br />
22 C/h Wem.p. 97.<br />
MÁS ALLÁ D<strong>EL</strong> MARXISMO 33<br />
La conciencia tecnocrática confunde, tras el interés por la<br />
ampliación del poder de disposición técnica, el interés prácticomoral<br />
de la intersubjetividad. La crítica de Marcuse, al no explorar<br />
la forma en que la ciencia y la técnica funcionan como ideología,<br />
o en otras palabras, su reducción de la acción racional a ideología,<br />
sin observar cómo modifica la propia comunicación social, no sólo<br />
emite un juicio falso de la sociedad contemporánea, sino que,<br />
deduce de manera ingenua la posibilidad de transformar cualitativamente<br />
sus fundamentos.<br />
Habermas observa así la necesidad de un cambio de paradigma<br />
para avanzar en el análisis científico de la sociedad, el abandono<br />
del paradigma del trabajo por el de la comunicación. Antes de<br />
ello deberá, no obstante, enfrentar también una revisión de la<br />
filosofía de la historia de Adorno y Horkheimer.
CAPíTULO m<br />
Ilustración progresiva o Dialéctica<br />
de la Ilustración: la ruptura de Habermas<br />
con la teoría crítica<br />
L A COMPRENSIóN DE LA MODERNIDAD<br />
LA NOCIóN de modernidad alude a una visión específica del<br />
tiempo como proceso en desarrollo expansivo encaminado<br />
hacia un fin. No es casual que la palabra modernidad de origen latino<br />
surgiera en el siglo m y fuera usada por el cristianismo con el<br />
propósito de instaurar el predominio de la Iglesia romana y su<br />
escatología de la salvación. Frente a la destrucción del orden pagano<br />
greco-romano, surgía la modernidad cristiana y la idea de la<br />
condena irreversible del hombre. Lo contrario a la noción moderna<br />
de tiempo, es el tiempo cíclico del "eterno retorno" de las<br />
sociedades míticas, luego paganas, que paralelamente a la instauración<br />
del discurso agustiniano eran objeto de persecusión y exterminio.<br />
La comprensión de Habermas de la modernidad alude a<br />
la noción de tiempo en el sentido micialmente señalado, progresivo<br />
y en expansión -ahora no hacia el Paraíso bíblico sino hacia<br />
la "comunidad de comunicación ideal" casi como promesa de un<br />
acto de fe secularizado.<br />
La comprensión teórica de la modernidad como ámbito de la<br />
vida social orientada por el predominio de la "razón instrumental",<br />
desarrollada por Horkheimer y Adorno en Dialéctica del Iluminismo<br />
-culminación en gran medida trágica de los esfuerzos de la<br />
teoría crítica de la sociedad frente a las consecuencias del holocausto-,<br />
suscita en Habermas rasgos problemáticos que, al igual<br />
que en el caso de Marcuse, lo orillan a distanciarse polémicamente.<br />
Según Habermas, Dialéctica del Iluminismo, empeñada en<br />
[35]
36<br />
BLANCA SOLARES<br />
la crítica radical de la razón de los comienzos de la historia hasta la<br />
época contemporánea, vuelve imposible la tarea que los propios<br />
autores se habían propuesto: una reflexión crítica sobre el devenir<br />
de lo social.<br />
Si la ciencia y la reflexión filosófica, como se expone en esa<br />
obra, son inevitablemente una forma inconsciente de apropiación<br />
instrumental, ¿por qué la teoría crítica tendría que haber escapado<br />
a su perversión? 23<br />
El planteamiento paradójico de la crítica de la Ilustración consiste,<br />
según Habermas, en impulsar una praxis filosófica cuyas<br />
posibilidades al mismo tiempo impugna y que de alguna manera<br />
encuentra resonancias deudoras con la problemática planteada y<br />
no resuelta por la teoría marxista respecto a la también paradojal<br />
cuestión de cómo es posible la conformación de un sujeto revolucionario<br />
en una sociedad enajenada.<br />
Para Habermas, esta crítica de la razón de Adorno y Horkheimer,<br />
que bajo la realidad americana y el fascismo, no ve nada más<br />
allá del horizonte del "inconsolable vacío" de la época moderna,<br />
resulta exasperante. Dice admirar el acto de equilibrio precario de<br />
esta fundamental crítica de la razón, pero advierte en ello un giro<br />
regresivo: colocar al propio pensamiento crítico al servicio de la<br />
contra-ilustración.<br />
A la caracterización de la modernidad como barbarie del inmisericorde<br />
progreso, como tendencia a la "desocialización de la<br />
naturaleza y a la desnaturalización del mundo humano", como<br />
exterminio de sectas paganas y gnósticas contrarias al proyecto<br />
filosófico-científico universal, Habermas opondrá una visión<br />
optimista de la modernidad, que para él simplemente sería más<br />
imparcial. 24<br />
La teoría de la acción comunicativa puede interpretarse así<br />
como el desarrollo de una discusión contra los argumentos de<br />
Horkheimer y Adorno, en el sentido de que la única salida a la<br />
23 Véase Habermas, "Horkheimer y Adorno: el entrelazamiento de mito e ilustración",<br />
en El discurso filosófico de la modernidad, Tauros, España, 1989.<br />
24 Habermas, "El contenido normativo de la Modernidad", en Discurso filosófico de<br />
la Modernidad, Tauros, Madrid, 1989, pp. 397-433.<br />
ILUSTRACIÓN PROGRESIVA O DIALÉCTICA DE LA ILUSTRACIÓN 37<br />
crisis de la modernidad propuesta por ambos pensadores conduce,<br />
en la línea de su exasperado pensamiento pesimista, hacia<br />
un misticismo ilustrado o bien hacia una resistencia estética. Ambos<br />
caminos, para Habermas y su mente lógica, contradictorios<br />
en sí, incomprensibles y, no en último término, aberrantes.<br />
Según Habermas, Dialéctica del Iluminismo es una descripción<br />
unilateral del proceso destructivo de la civilización en cuanto sólo<br />
registra sus aspectos demoledores planteando luego salidas inviables.<br />
Habermas deriva de ahí la necesidad de diferenciar teóricamente<br />
entre los elementos negativos del proyecto de la Ilustración<br />
(tarea que comparte con la Teoría Crítica) subrayando a la vez (a<br />
diferencia y en contra de ella) los que la impulsan positivamente,<br />
ya sin dialéctica, en una línea ascendente y de desarrollo progresivo.<br />
Su teoría de la acción comunicativa quiere identificar los<br />
efectos "innegables" de la Ilustración por la vía de la racionalidad<br />
comunicativa del lenguaje.<br />
L A NOCIóN DE RAZóN<br />
LAS PARADOJAS de la modernidad, sin embargo, según este autor, no<br />
pueden ser analizadas con los medios conceptuales de la "filosofía<br />
de la conciencia" de la Teoría Crítica de Adorno y Horkheimer.<br />
En ese sentido, propone la necesidad de un cambio de paradigma<br />
a través del cual sea posible el análisis de la racionalización social<br />
de manera distinta a su reducción en términos instrumentales. Habermas<br />
elabora el concepto de "racionalidad comunicativa", con<br />
el cual promete, sobre la base de una estructura antropológica, el<br />
estudio del entendimiento humano más allá de la violencia del dominio<br />
teleológico. Esta base antropológica de investigación será,<br />
sin embargo, rápidamente sustituida, por una pragmática.<br />
El cambio de perspectiva teórica de Habermas respecto al<br />
pensamiento de la teoría crítica clásica o radical supone también<br />
una comprensión distinta del trabajo científico.<br />
Horkheimer y Adorno consideran agotada la crítica marxista<br />
de las ideologías, a la vez que dejan de pensar que el desarrollo de
38 BLANCA SOLARES<br />
una teoría crítica de la sociedad pueda cumplirse con los recursos de<br />
las ciencias sociales establecidas. De ahí la extrema necesidad<br />
de una crítica de las ideologías (incluida la ciencia) que tenga por<br />
objeto "ilustrar a la Ilustración sobre sí misma". Habermas ve la<br />
ciencia de manera distinta.<br />
L A CRíTICA DE LA CIENCIA<br />
LAS CIENCIAS especializadas y sus vertientes teórico-científicas, el<br />
positivismo, el funcionalismo, el pragmatismo, etcétera, son para la<br />
teoría crítica aplicaciones parciales, técnico-productivistas que<br />
tienen como fin el dominio, en algunos casos se orientan al control<br />
de aspectos segmentados de la naturaleza y, en otros, hacer<br />
posible que la opresión social prosiga su curso ininterrumpido.<br />
En el prólogo a la primera edición alemana de Dialéctica del<br />
Iluminismo se lee:<br />
A pesar de haber observado desde hace muchos años que en la<br />
actividad científica moderna las grandes invenciones se pagan<br />
con una creciente decadencia de la cultura teórica, creíamos<br />
poder guiarnos por el modelo de organización científica, en el<br />
sentido de que nuestra contribución se limitase esencialmente<br />
a la crítica o a la continuación de doctrinas particulares ... Los<br />
fragmentos recogidos en este volumen demuestran que hemos<br />
debido renunciar a aquella fe. Si el examen y el estudio atento<br />
de la tradición científica constituye un momento indispensable<br />
para el conocimiento ... por otro lado, en la fase, actual<br />
de la civilización burguesa, ha entrado en crisis no sólo la organización<br />
sino el sentido mismo de la ciencia". 25<br />
A esta denuncia de la pérdida de orientación científica, Habermas<br />
opone la idea de que la ciencia es la única instancia<br />
social, a partir de la cual podría producirse un conocimiento críti-<br />
p.7.<br />
25 Adorno y Horkheimer, Dialéctica del Iluminismo, Sudamericana, Argentina, 1970,<br />
ILUSTRACIÓN PROGRESIVA O DIALÉCTICA DE LA ILUSTRACIÓN 39<br />
co. 26 Acepta que la presión ideológica arrastra a las ciencias, pero<br />
no que esto sea un obstáculo para la comprensión de la sociedad<br />
y el mundo. Desde su punto de vista, es imposible dejar de reconocer<br />
hoy los avances científicos, no necesariamente positivistas,<br />
de las ciencias del espíritu y de la naturaleza. Habermas pretende<br />
vincular sus esfuerzos teóricos con este tipo de ciencia auto-reflexiva.<br />
Mientras que para Adorno y Horkheimer, en su esfuerzo por<br />
no hacer una sola concesión al positivismo, el trabajo teórico no<br />
está al margen de una tensión desgarradora, el teórico de la acción<br />
comunicativa parece no creer necesaria una crítica de la ciencia<br />
establecida, una vez que el propio principio del "falibilismo" de<br />
Karl Popper ha implantado institucionalmente la revisión permanente<br />
de las teorías y de sus resultados. Habermas no advierte que<br />
en el fondo, esta discusión se sigue dando sobre la misma base de<br />
una noción de ciencia que cree avanzar hacia la posesión acumulativa<br />
del conocimiento absoluto de la vida social y natural, al que<br />
incluso Kant criticara en su Crítica de la razón pura. Incapaz de<br />
pensar en un tipo de conocimiento distinto del que parte de lo objetivo,<br />
Habermas cree equivocada la crítica de Adorno y Horkheimer<br />
a la noción de ciencia institucionalizada y ordinariamente<br />
aceptada, poseedora de dispositivos de auto-regulación cuasiautomáticos,<br />
en aras de una hipotética perfectibilidad a la que<br />
tiene sin cuidado la envejecida idea de la quiebra de la razón<br />
obsesiva.<br />
E L DEVENIR DE LO POLíTICO<br />
EN R<strong>EL</strong>ACIóN con el devenir de la modernidad, habría que destacar<br />
otra diferencia entre las tesis de Dialéctica del Iluminismo y la<br />
Teoría de la acción comunicativa.<br />
La teoría crítica clásica se encuentra atravesada, en los años<br />
cuarenta, por un profundo escepticismo respecto a las posibilida-<br />
1987.<br />
26 Véase, Habermas, Prefacio a la Teoría de la acción comunicativa, Tauros, España,
! íi<br />
40 BLANCA SOLARES ILUSTRACIÓN PROGRESIVA O DIALÉCTICA DE LA ILUSTRACIÓN 41<br />
des de una vida verdaderamente humana, tal y como el mismo Kant<br />
lo advertía ya en su propia filosofía de la historia, en un sentido<br />
metafísico ligado a la idea del "hombre como fin de la naturaleza",<br />
es decir, como obra de El Bien. 27 Para Kant, este problema de<br />
carácter práctico sólo tiene como guía de solución, digamos, el<br />
cumplimiento del imperativo categórico, "compórtate de tal manera<br />
que tu comportamiento pueda ser elevado a norma universal".<br />
Pero la moral, advierten Adorno y Horkheimer, en el caso de las<br />
instituciones políticas modernas se ha convertido en una cuestión<br />
subjetiva de segundo orden. De ahí que consideren incluso superficial<br />
teorizar sobre la formación de una voluntad política a través<br />
de instituciones. Para Horkheimer y Adorno tanto el aparato coercitivo<br />
del fascismo, como el totalitarismo socialista o la cultura de<br />
masas del capitalismo tardío hacen inviables toda formación de una<br />
voluntad colectiva autónoma. El férreo individualismo privatizado<br />
y su conciencia cosificada obstruyen la esperanza que todavía<br />
Kant depositara en los sujetos ilustrados inspirados por el imperativo<br />
racional como hacedores de sus destinos propios. En Dialéctica<br />
del Iluminismo, por lo tanto, no hay espacio ni para la esfera<br />
de la política institucional, ni mucho menos, para fenómenos de<br />
formación de la voluntad democrática. Más bien, se tratará en ella<br />
del territorio reflexivo que desentrañan los funcionamientos histórico<br />
objetivos que han bloqueado su posibilidad y prácticamente<br />
han degradado la democracia liberal al ilusionismo de jerga demagógica.<br />
Por lo demás, en efecto, hay hechos históricos que ni la filosofía<br />
de la historia de Adorno y Horkheimer, ni la teoría de la<br />
acción comunicativa de Habermas pueden evadir en sus teorizaciones.<br />
Mientras la vieja teoría crítica se encuentra determinada por<br />
las características de un capitalismo tardío totalitario y fascista,<br />
Habermas se caracteriza a sí mismo como beneficiario de una fase<br />
de reeducation -con lo que alude a la intervención estadouni-<br />
27 Cfr., Kant, "Comienzo presunto de la historia humana", en Filosofía de la Histo-<br />
ria, FCE, 1985.<br />
dense en la reestructuración de la economía alemana, su posible<br />
democratización y el establecimiento del Estado de bienestar<br />
social.<br />
Habermas sugiere que los nexos de acción política en las sociedades<br />
modernas sólo pueden establecerse a través de "actos de<br />
entendimiento colectivo". El núcleo moral de las oraciones lingüísticas<br />
es la fuerza sobre la que alza su idea de que, en la actualidad,<br />
sólo las instituciones políticas que garanticen el proceso<br />
de coordinación comunicativa pueden exigir el respeto de los ciudadanos.<br />
Es en ese sentido que su teoría de la comunicación<br />
puede perfilarse ya desde ahora, en realidad, como una teoría de<br />
la democracia, en abierto contraste con la crítica de la Ilustración<br />
del pensamiento radical.<br />
L A NOCIóN DE NATURALEZA<br />
LA DISTINCIóN entre naturaleza y sociedad abre a Habermas la posibilidad<br />
de trabajar consistentemente -a diferencia del concepto<br />
de "proceso de reproducción social", centrado exclusivamente en<br />
lo económico- el concepto de acción comunicativa como lenguaje<br />
hablado. Pero constituye, al mismo tiempo su límite.<br />
La salida a la crisis de la modernidad, para Habermas, no alude<br />
a un nuevo tipo de relación entre hombre y naturaleza (armonía),<br />
sino al ámbito de la comunicación lingüístico-social. Todo<br />
lo restante, es decir, lo no comunicable en términos de lenguaje<br />
formal del entendimiento, deja de formar parte del horizonte de<br />
teorización habermasiana. En consecuencia, la relación entre sociedad<br />
y naturaleza -en tanto vínculo no mediado por las funciones<br />
del lenguaje- sólo puede ser una relación que deja intacta la<br />
estrategia instrumental ("sistema").<br />
ARTE Y R<strong>EL</strong>IGIóN<br />
EN <strong>EL</strong> análisis de la modernidad de la teoría crítica clásica o radical,<br />
el arte surge como una forma de entendimiento comunicativo<br />
que trasciende la comunicación lingüística y que ilumina una
42 BLANCA SOLARES<br />
forma distinta de relaciones humanas con la naturaleza y de los<br />
hombres entre sí. Al entender las relaciones con la naturaleza como<br />
relación organizada de acuerdo a fines que sólo puede ser controlada<br />
y conducida de manera mediada a través de la racionalidad<br />
comunicativa, Habermas teoriza las posibilidades de la obra de<br />
arte nuevamente sólo en términos de lenguaje hablado y sistemático-discursivo.<br />
La teoría de la acción comunicativa vuelve así, a plantear y a<br />
eludir en el mismo acto un aspecto central -insistentemente indicado<br />
por la Escuela de Frankfurt en su conjunto- y no resuelto<br />
en la cultura contemporánea: la cuestión relativa a si es posible y<br />
cómo una relación entre sociedad y naturaleza más allá del dominio<br />
y su racionalidad instrumental.<br />
La teoría crítica tradicional, a través del concepto de "mimesis",<br />
fundamenta la posibilidad de una reconciliación momentánea<br />
y siempre frágil de las relaciones del hombre con la naturaleza,<br />
con su mundo y consigo mismo. A Habermas no le convencerán<br />
estas argumentaciones. Trata la cuestión del arte a partir del ámbito<br />
de diferencia entre naturaleza y sociedad y vuelve a reducir<br />
la experiencia estética a racionalidad lingüística.<br />
Ya en un debate con Marcuse en relación con el arte, en 1968,<br />
quedaba clara la limitada comprensión de Habermas de esta experiencia<br />
cuando confesaba no sólo no entender a Arnold Schoenberg<br />
sino menos aún la idea de Marcuse del arte como lenguaje de ruptura<br />
con la realidad cotidiana y, en tanto tal, subversión de la<br />
"normalidad" de la conciencia y del inconsciente. 28 Marcuse exponía<br />
su concepción del arte como lenguaje transformador de la<br />
realidad y a la obra de arte como una fuerza imaginativa productiva<br />
capaz de transformar la sensoriedad "normal" en nuevas formas<br />
de percepción, en un nuevo ver, oír, gustar, etcétera... Por lo<br />
cual, en relación con la realidad, la obra de arte, nos dice Marcuse,<br />
es poetización, imaginación, hallazgo, que conduce, también a<br />
un nuevo conocer.<br />
28 J. Habermas, Conversaciones con Mturusc, (¡IUIíNII, España, 1980, pp. 56 y ss.<br />
^ f<br />
ILUSTRACIÓN 1-IUXiKIiSlVA 0 DIALÉCTICA DE LA ILUSTRACIÓN<br />
Arte y teoría no son lo mismo, dice Marcuse. La teoría traslada<br />
la realidad a su concepto. El arte representa el concepto, lo que<br />
significa des-realiza la realidad dada trasformándola.<br />
Cuando el propio concepto se ha vuelto una forma de dominio<br />
(Adorno), la razón no puede justificar más sus propios conceptos<br />
normativos tales como la justicia, la belleza o la humanidad. El<br />
arte, en contraste, tiene una raíz independiente de la teoría, la raíz<br />
de lo erótico o de la naturaleza instintiva.<br />
El trasfondo de este debate estaba ya en que, para Marcuse,<br />
bajo ninguna circunstancia el arte podía tomar el lugar de una razón<br />
dimisionaria y aparecer como guardián de las normas.<br />
Por el contrario, para Habermas, el problema era si el anclaje<br />
de la razón en la naturaleza instintiva del hombre no exigía a la<br />
estética como disciplina, que enseña, que sólo a partir de las obras<br />
de arte auténticas (Adorno) se puede hacer plausible, en general,<br />
lo normativo.<br />
La teoría estética de Marcuse como, no en último término, la<br />
de Adorno era por completo distinta de esta postura. Habermas<br />
quiere ver el arte como educación estética racional. Marcuse no<br />
puede reducir el arte a racionalidad abstracta sino a un fenómeno<br />
anclado en una experiencia objetiva y fundamentalmente corporal.<br />
Sí el arte tiene un "contenido normativo", como Habermas<br />
insistentemente planteaba ya en este debate, éste no alude a una<br />
"normatividad en general", insiste Marcuse, sino a los datos del<br />
instinto y su dinámica, más allá de la normatividad de la razón<br />
dominante.<br />
43<br />
ESCASEZ Y AUTOCONSERVACIóN<br />
LAS OBSERVACIONES de Habermas al discurso crítico, si bien agudas,<br />
vuelven a quedar presas del mismo paradigma de la racionalidad<br />
y de su fundamento empírico: la escasez.<br />
La noción de razón de Habermas se alza una vez más sobre la<br />
reducción de la racionalidad occidental de la noción de naturaleza<br />
como "naturaleza escasa", amenaza, objeto de control y dominio.
T<br />
44 BLANCA SOLARES ILUSTRACIÓN PROGRESIVA O DIALÉCTICA DE LA ILUSTRACIÓN 45<br />
El hombre apenas aparece en la tierra se guía siempre por un objetivo;<br />
la sobrevivencia.<br />
Habermas registra la reproducción de la vida social ligada a<br />
las condiciones de enfrentamiento cognitivo-instrumental con la<br />
naturaleza externa al margen de las necesidades del espíritu; ligada<br />
a las condiciones de enfrentamiento cognoscitivo-estratégico de<br />
los individuos entre sí buscando exclusivamente sobrevivir, vegetativamente<br />
o instintualmente. Pero dice, "la socialización depende<br />
igualmente de las condiciones de la intersubjetividad del entendimiento<br />
entre los participantes en la interacción". Y si se<br />
acepta esto, dice, entonces: "tenemos que reformular también el<br />
concepto naturalista de auto-conservación." 29<br />
La teoría de la acción comunicativa, por lo tanto, no abandona<br />
tanto el paradigma de la escasez sino que, más bien, lo proyecta a<br />
la acción lingüística.<br />
Si partimos de que la especie humana se matiene a través de<br />
las actividades socialmente coordinadas de sus miembros y<br />
de que esta coordinación tiene que establecerse por medio de<br />
la comunicación, y en los ámbitos centrales por medio de una<br />
comunicación tendiente a un acuerdo, entonces la reproducción<br />
de la especie exige también el cumplimiento de las condiciones<br />
de la racionalidad inmanente a la acción comunicativa.<br />
Para Habermas, la reproducción de la especie exige el desarrollo<br />
de la racionalidad inmanente de la acción comunicativa.<br />
Si bien "estas condiciones (sólo) se tornan accesibles a la modernidad.<br />
.. con la descentración de la comprensión del mundo y la<br />
diferenciación de distintos aspectos universales de validez".<br />
Luego de que las imágenes religioso-metafísicas del mundo<br />
pierden su credibilidad para orientarse hacia el conocimiento y la<br />
acción orientada al éxito, la integración normativa de la acción<br />
cotidiana misma "se afloja", ella misma cobra una orientación universalista<br />
a la vez que individualista.<br />
29 Habermas, Teoría de la..., op. cit., 1.1, p. 500.<br />
El proceso de autoconservación, al tener ahora que satisfacer<br />
las condiciones de la racionalidad de la acción comunicativa,<br />
pasa a depender de las operaciones interpretativas de los<br />
sujetos que coordinan su acción a través de pretensiones de<br />
validez susceptibles de crítica. 30<br />
La característica de la conciencia desmistificada moderna es<br />
que el plexo de la vida social se reproduce a través de las acciones<br />
"racionales con arreglo a fines", controladas por medios<br />
generalizados de comunicación, y simultáneamente a<br />
través de una voluntad común anclada en la práctica comunicativa<br />
de todos los individuos. 31<br />
L A EVOLUCIóN SOCIAL<br />
LA BARBARIE ilustrada, el fascismo, los totalitarismos del siglo xx,<br />
el stalinismo, la guerra, la devastación ecológica, etcétera, son<br />
condiciones de vida del sistema de producción moderno y amenazas<br />
de destrucción permanentes. Para la teoría crítica, todo esto<br />
no puede significar sino el fracaso de la Ilustración en la etapa<br />
más desarrollada de su evolución histórica.<br />
Para Habermas, la Ilustración o etapa adulta de la sociedad<br />
parece convertirse en el nivel supremo del desarrollo social, ya sin<br />
dialéctica, siguiendo la realización hegeliana de la razón, sin triunfalismos<br />
y a un ritmo más pausado. Es en la esfera de una sociedad<br />
educada y evolucionada, dentro del proyecto de la Ilustración,<br />
que es posible la conformación de una política racional a través<br />
de la democracia. Categorías teóricas del tipo lucha de clases o<br />
enajenación del trabajo social, como componentes de análisis de<br />
la modernidad, pasan a un segundo plano, cual trastes envejecidos<br />
que en su estridencia arbitraria hacen ruido al pausado entendimiento<br />
racional de los individuos libres ilustrados.<br />
30<br />
Habermas, Teoría de la..., op. cit., 1.1, p, i. 506.<br />
* ídem, p. 507.
46<br />
BLANCA SOLARES<br />
Habermas observa lo social como un proceso evolutivo de racionalización.<br />
También el fascismo, que ha marcado particularmente<br />
la historia alemana y que continúa siendo una amenaza latente<br />
-Rotschtok y el Partido Republicano- puede considerarse hoy<br />
momento superable dentro del proceso evolutivo de una sociedad<br />
ilustrada.<br />
Habermas insiste en continuar el proyecto de la Ilustración,<br />
confiado y resuelto en ver el "mundo de vida" como racionalización,<br />
y en eliminar toda fatalidad de fuerzas no racionalizables en<br />
términos de argumentación lingüística.<br />
Llevar hasta sus últimas consecuencias el proyecto de la Ilustración<br />
cultural, significa dar impulso a los límites de la autorreflexión<br />
de la sociedad, de modo que el progreso científico-técnico<br />
y el sistema del Estado técnico-burocrático puedan desarrollarse<br />
de acuerdo a los presupuestos de una sociedad ilustrada. ¡Sorprendente<br />
formulación, cual candorosa y roussoniana reedición<br />
de los derechos humanos en la virgen, recién nacida, República<br />
Alemana!<br />
Las conjeturas de este modelo teórico respecto a la Ilustración,<br />
la razón en términos de lenguaje y la evolución de una<br />
sociedad adulta son cuestiones que, entre otras, abren también el<br />
debate de la Teoría de la Acción Comunicativa con las teorizaciones<br />
del llamado discurso posmoderno.<br />
Las aportas de la teoría crítica<br />
D<strong>EL</strong> PARADIGMA D<strong>EL</strong> TRABAJO<br />
AL DE LA COMUNICACIóN<br />
El tránsito del primer esbozo de la teoría habermasiana de la sociedad,<br />
en Ciencia y técnica como "ideología", al desarrollo de la<br />
Teoría de la Acción Comunicativa, de principios de los años ochenta,<br />
supone un ajuste de cuentas de Habermas respecto a los problemas<br />
que deja en suspenso la postura original de la Teoría Crítica<br />
clásica.<br />
T<br />
ILUSTRACIÓN PROGRESIVA O DIALÉCTICA DE LA ILUSTRACIÓN 47<br />
Habermas no pretende explícitamente una ruptura con la Teoría<br />
Crítica. Al respecto, ^tratará de sostener que la sustitución del<br />
paradigma del trabajo por el de la comunicación se deriva de las<br />
propias "aporías" de la Teoría Crítica, a saber:<br />
-Sostener que la idea de reconciliación entre hombre y naturaleza<br />
sólo puede desarrollarse teóricamente a partir de la<br />
"dialéctica negativa", pero que este camino no resulta discursivamente<br />
practicable.<br />
-Realizar una "crítica de la razón instrumental" que no se basa<br />
en la crítica material de la ciencia, sino en la crítica de la "razón<br />
subjetiva" (centrada en el hombre) desde la perspectiva<br />
de una "razón objetiva" (especie de a priori) que Habermas<br />
considera, en la actualidad, irrevocablemente destruida.<br />
Sobre estos dos señalamientos, giran las críticas a Dialéctica<br />
del Ilurninismo, que a continuación apunto, y que van marcando<br />
el paso habermasiano hacia un nuevo tipo de teorización.<br />
1. La teoría crítica generaliza de manera excesiva la noción<br />
de cosificación. Si se generaliza la categoría de cosificación (de<br />
Lukács), andándola en los propios fundamentos antropológicos<br />
de la historia de la especie, en la forma de una existencia de la especie<br />
que tiene que reproducirse, en un medio natural escaso a<br />
través del trabajo o "racionalidad de acuerdo a fines" y al margen<br />
de la acción comunicativa, entonces, dice Habermas, sucede que:<br />
"La relación interpersonal entre sujeto y sujeto que es determinante<br />
para el modelo de intercambio, no tiene ninguna significación<br />
constitutiva para la razón instrumental." 32<br />
2. La teoría crítica confunde entre racionalidad y dominio. Hacer<br />
extensivo el concepto de dominio a categoría ontológica de la<br />
especie, incluyendo en esa lógica "el conocimiento al servicio de<br />
la autoconservación y la represión de la naturaleza pulsional", da<br />
por resultado una visión catastrófica de la relación entre espíritu y<br />
naturaleza deformada hasta lo irreconocible. Observa Habermas:<br />
32 Habermas, Teoría..,, op. cit., cursivas mías, 1.1, pp. 483 y ss.
TI T<br />
48 BLANCA SOLARES<br />
La tesis desarrollada en Dialéctica del Iluminismo no pone al<br />
pensamiento en la pista que hubiera resultado más obvia, a<br />
saber: la que discurre a través del sentido propio de los diversos<br />
complejos de racionalidad a través de los procesos de racionalización<br />
social escindidos según los distintos aspectos<br />
universales de validez y que nos permite presumir una unidad<br />
de racionalidad bajo la envoltura de una práctica cotidiana racionalizada<br />
y a la vez cosificada. 33<br />
"Horkheimer y Adorno -dice Habermas- optan por seguir<br />
hacia atrás el ya desdibujado rastro que reconduce a los orígenes<br />
de la razón instrumental con el fin de sobrepasar incluso el concepto<br />
de razón objetiva".<br />
Cita a Horkheimer: "Desde que la razón se convierte en instrumento<br />
de dominación de la naturaleza humana y no humana<br />
por el hombre ... quedó frustrada su propia intención de descubrir<br />
la verdad".<br />
Como bien advierte Habermas "... esta consideración sugiere<br />
un concepto de Verdad que habría de explicarse utilizando como<br />
hilo conductor la idea de una reconciliación universal, la idea de<br />
una emancipación del hombre a través de la resurrección de la naturaleza".<br />
34<br />
Pero, en realidad, Horkheimer, alude a la experiencia del hombre<br />
como homo religiosus. Su teoricismo no le permite profundizar<br />
en esta dimensión sino apenas enunciarla. Sugiere el concepto<br />
de verdad como anamnesis, apenas como una vaga facultad<br />
mimética que nos permita escuchar "el mudo lamento de la naturaleza"<br />
violentamente instrumentalizada; la anamnesis como<br />
fuerza creativa, recuerdo de la felicidad pasada y de la pena no sólo<br />
orientada retrospectivamente, sino también como estímulo para la<br />
realización de la utopía concreta (Ernst Bloch), una problemática<br />
a la que se abocara ya Walter Benjamin.<br />
33 We;n, p. 486.<br />
*Idem, p. 487.<br />
ILUSTRACIÓN PROGRESIVA O DIALÉCTICA DE LA ILUSTRACIÓN<br />
Observa Habermas:<br />
La crítica de la razón instrumental quiere ser una crítica en el<br />
sentido de que la reconstrucción de su marcha incontenible sea<br />
una rememoración del sacrificio de los impulsos numéricos<br />
de una naturaleza reprimida: así de la naturaleza externa, como<br />
sobre todo, de la naturaleza subjetiva.<br />
Y en efecto, Horkheimer ha fijado su tarea en la crítica de una<br />
forma de opresión brutal del hombre sobre la naturaleza que se<br />
ejerce cotidianamente e incluso sin conciencia. Para ello, requiere<br />
de una noción de "rememoración del sacrificio" que involucra<br />
las preguntas, ¿quien soy?, ¿de dónde vengo?, ¿cuál es mi destino?<br />
Por medio de tal rememoración (Eingedenkeri) de la naturaleza<br />
en el sujeto, en cuya consumación se cifra la malentendida<br />
verdad de toda cultura, la ilustración se opone al dominio,...<br />
contra un pensamiento desbocado, pensamiento que sólo podrá<br />
escapar al hechizo de la naturaleza reconociéndose como<br />
el temblor que ésta experimenta ante sí misma.<br />
Esta cita de Adorno y Horkheimer está relacionada, en gran<br />
medida, con la filosofía de la Ilustración de Kant y su pensamiento<br />
metafísico. Comprender y radicalizar incluso sus planteamientos,<br />
sólo sería posible si nos asomáramos al estudio del "apriori metafísico<br />
de Kant", en otras palabras, al estudio de la experiencia<br />
sagrada en todas sus modalidades, hierofánicas, kratofánicas, a la<br />
noción de tabú, de maná, de magia, que sobre todo aparece de manera<br />
fundamental en la dimensión mito genética de las culturas.<br />
En ese sentido, la oposición teórica a la opresión iluminista de la<br />
naturaleza, significaría el conocimiento de lo sagrado en toda su<br />
complejidad, es decir, en su aspecto sagrado, maculado y maldito<br />
a la vez, presente sobre todo en las sociedades arcaicas. 35<br />
reimp.<br />
5 Cfi\, Mircea Eliade, Tratado de historia de las religiones, Era, México, 1992, 8a.<br />
49
c<br />
50 BLANCA SOLARES ILUSTRACIÓN PROGRESIVA O DIALÉCTICA DE LA ILUSTRACIÓN 51<br />
La teoría crítica no se plantea esta tarea, sino la de insistir en el<br />
carácter de la historia como dominio instrumental de una naturaleza<br />
no reconocida. El examen de la dimensión sagrada queda, sin<br />
embargo, señalado en ella como un vacío inquietante, digno, como<br />
pensaba Benjamín, de todo un "programa de filosofía futura".<br />
Habermas, por su parte, más que reflexionar en el carácter de<br />
la ontología arcaica, y en una forma de expresión del pensamiento<br />
basado no sólo en conceptos, plantea la siguiente pregunta superficial,<br />
si se considera, además, la profunda dimensión abierta por<br />
el precavido planteamiento de Adorno y Horkheimer:<br />
... aun cuando el pensamiento pudiera extraer de sí mismo la<br />
idea de reconciliación, y ésta no tuviera que advenirle desde<br />
fuera, ¿cómo podría trasformar discursivamente (esto es, atendiendo<br />
a su propio elemento y no en forma puramente intuitiva,<br />
en "muda rememoración") los impulsos miméticos en<br />
intelectivos, si el pensamiento es siempre pensamiento identificante<br />
y, por ende, ... etcétera, etcétera? 36<br />
Ignorante de lo que el mito, las epopeyas, las leyendas, etcétera,<br />
son en el pensamiento arcaico y del porqué continúan hoy<br />
hechizándonos en tanto que tramas simbólicas de nuestra vida<br />
inconsciente, imaginante y espiritualizada, Habermas las coloca<br />
apresuradamente en la categoría de preracionales y continúa su<br />
argumentación en contra de la Escuela de Frankfurt. Se encuentra<br />
con ello más cercano a Lukács de lo que supone, calificando de<br />
huestes irracionales toda diferencia que asalte la razón.<br />
Si para Adorno, la crítica filosófica, por tener que ver con<br />
conceptos, tiene que limitarse a mostrar por qué la verdad que<br />
escapa a la teoría puede, sin embargo, encontrarse en las obras<br />
de arte más avanzadas, que a su vez tampoco sería posible comprender<br />
y proteger sin el esfuerzo estético de una teoría crítica,<br />
Habermas observa por su parte: "A la sombra de una filosofía que<br />
^Idem, p. 489.<br />
se ha sobrevivido á sí misma el pensamiento filosófico pasa a<br />
convertirse en gesto." 37<br />
La teoría crítica se convierte en gesto. En efecto, una actitud<br />
más allá de las palabras trabadas linealmente; no se puede hablar<br />
más en términos científicos formal-consensuales y teorizar es<br />
el paso a una experiencia individual y colectiva impostergable.<br />
D E LA FILOSOFíA DE LA CONCIENCIA<br />
A LA RACIONALIDAD COMUNICATIVA<br />
PARA Habermas, sólo si se abandona el "paradigma de la conciencia"<br />
y con ello, ontofóbicamente, alude a toda reflexión que intente<br />
ir a los fundamentos transhistóricos -ya se trate del ser en<br />
términos heideggerianos o de la "razón objetiva" en la Escuela de<br />
Frankfurt, homologando así a metafísica todo intento de una filosofía<br />
crítica contemporánea- y se le sustituye por una teoría de la<br />
comunicación, es posible retomar la empresa que en un momento<br />
quedó interrumpida por la crítica de la razón instrumental:<br />
.. .el núcleo racional de estas operaciones miméticas sólo podría<br />
quedar al descubierto si se abandona el paradigma de la<br />
filosofía de la conciencia, es decir, el paradigma de un sujeto<br />
que se representa los objetos y que se forma en el enfrentamiento<br />
con ellos por medio de la acción y se lo sustituye por<br />
el paradigma del lenguaje, del entendimiento intersubjetivo o<br />
comunicación, y el aspecto cognitivo instrumental queda inserto<br />
en el concepto más amplio, de racionalidad comunicativa.<br />
38<br />
Según Habermas este cambio de paradigma queda "casi al<br />
alcance de la mano" en los escasos pasajes en que Adorno se decide<br />
a dar alguna razón de las ideas de reconciliación y libertad,<br />
pero que no lleva a cabo, como si para Adorno no hubiera sido el<br />
videm, p. 491.<br />
38 Wem, p. 497.
52 BLANCA SOLARES<br />
lenguaje objeto de la crítica violenta, incluso en su expresión más<br />
sofisticada en tanto jerga filosófica. 39<br />
INTERSUBJETIVIDAD VERSUS RECONCILIACIóN<br />
A FIN de continuar su argumentación a favor del cambio de paradigma<br />
del trabajo al de la comunicación, Habermas señala que si la<br />
"reconciliación" en Adorno se hace equivalente a "intersubjetividad<br />
no menoscabada" derivada de la reciprocidad, el entendimiento<br />
y el reconocimiento libre, entonces Adorno puede vincularse<br />
teóricamente con las preocupaciones de Herbert Mead, reconocido<br />
autor del pragmatismo y conductismo norteamericano frente a<br />
quien, con toda seguridad, Adorno no hubiera dejado de reaccionar<br />
con una crítica devastadora.<br />
Mead establece como paradigma de la razón la "interacción<br />
simbólicamente mediada". La razón es una relación comunicativa<br />
entre sujetos que descansa "en el acto mimético de asunción del<br />
rol, es decir, en que ego hace suyas las expectativas de comportamiento<br />
que alter pone en él". 40 Ello supone, que la individuación<br />
sólo es posible por la vía de la socialización.<br />
Las formas de entendimiento interpersonal establecidas en<br />
una sociedad determinan la formación del super-ego, el cual<br />
resulta de las interacciones del niño con sus personas de referencia;<br />
y de esa formación depende, a su vez, la traza de las<br />
formas de entendimiento intrapsíquico y la traza de las formas<br />
en que el yo puede enfrentarse con la realidad de la naturaleza<br />
extema y de su propia naturaleza, la naturaleza interna.<br />
Las estructuras de la razón a las que Adorno no hace más que<br />
aludir, completado con Mead, observa Habermas, sólo resultan<br />
accesibles al análisis cuando las ideas de reconciliación y libertad<br />
39 T.W. Adorno, Jargon der Eigenílichkeit, Suhrkamp Verlag, Frankfurt, 1967.<br />
'"'Habermas, Teoría..., op. cít., 1.1, p. 498.<br />
ILUSTRACIÓN PROGRESIVA O DIALÉCTICA DE LA ILUSTRACIÓN 53<br />
se interpretan como cifras de una forma de intersubjetividad, por<br />
utópica que pueda ser, que posibilita tanto un entendimiento no<br />
coactivo entre los individuos en su trato mutuo como la identidad<br />
de un individuo capaz de entenderse consigo mismo sin coacción;<br />
una socialización sin represión. Y tal interpretación implica, por un<br />
lado, un cambio de paradigma en teoría de la acción: mudar de la<br />
acción teleológica a la acción comunicativa; y por otro, un cambio<br />
de estrategia en la tentativa de reconstruir el concepto moderno<br />
de racionalidad que la descentración de la comprensión del<br />
mundo hace posible.<br />
El fenómeno que hay que explicar no es ya el conocimiento y<br />
sojuzgamiento de una naturaleza objetivada, sino la intersubjetividad<br />
del entendimiento posible... "tanto en el plano interpersonal<br />
como en el plano intrapsíquico". 41 Una formulación que, aunque<br />
parece nuevamente invitamos a ir a las raíces antropológicas del<br />
hombre, se reduce a entender la psique como objeto de la ciencia<br />
pura más que de la interpretación hermenéutica.<br />
Habermas sostiene de esta manera el desplazamiento de su<br />
foco de investigación de la racionalidad cognitivo-instrumental a<br />
la racionalidad comunicativa.<br />
La "intersubjetividad" se convierte en una relación entre sujetos<br />
capaces de lenguaje y de acción y de entenderse entre sí sobre<br />
algo (S-S), lejos de la concepción parcial de la relación de un sujeto<br />
solitario enfrentándose con el mundo objetivo (S-O).<br />
El proceso de entendimiento comunicativo por medio del<br />
"lenguaje natural" se realiza a través de interpretaciones trasmitidas<br />
culturalmente y que hacen referencia, simultáneamente, a algo<br />
en el mundo objetivo, én el mundo social y en el propio mundo<br />
subjetivo.<br />
Es en la mecánica de esta integración Yoica de los principios<br />
de realidad en la socialización instituida, en la que Habermas cifra,<br />
purificada de todo rastro instintivo espontáneo, la capacidad del<br />
entendimiento intersubjetivo.<br />
41 Habermas, Teoría..., op. cit., p. 499.
54 BLANCA SOLARES<br />
Intersubjetividad sin catástrofe intrapsíquica y sin otredad<br />
(naturaleza, cuerpo, afuera); la conciencia identificante sin descentrarse<br />
un ápice de la razón es puro lenguaje susceptible de<br />
autocorregirse aflojando las presiones con el super Yo en el<br />
desempeño eficiente de su interrelación arbitrada explícita, comunicativamente,<br />
por las acciones de los otros actores, cumpliendo<br />
sus roles, dotados de la misma economía lingüística de autocensura,<br />
opinión y certeza pragmáticamente unlversalizante de la<br />
racionalizada modernidad.<br />
Aunque comúnmente visto como sucesor de la Escuela de<br />
Frankfurt, Habermas mantiene un vínculo con ella que se funda en<br />
una ruptura. Habermas se relaciona con su pensamiento social, no<br />
porque comparta sus supuestos, sino en la medida en que establece<br />
frente a ella una lectura positiva de la modernidad que cuestiona<br />
la visión trágica de la historia del pensamiento frankfurteano,<br />
para oponerle la del progreso y la evolución.<br />
Frente a la concepción de la modernidad como proceso de<br />
autoaniquilación y muerte, Habermas en su intento de buscar salidas<br />
teóricas a la contemporaneidad, pretende que las ideas de la<br />
Escuela de Frankfurt están dominadas por un "trauma históricoepocal"<br />
que no puede ser el fundamento de una visión fatal de la<br />
historia. A partir de esto, la teoría de la acción comunicativa se<br />
alza como intento de rebasar la concepción de la modernidad como<br />
proceso de decadencia y lógica del desarrollo del progreso científico,<br />
en tanto "racionalidad instrumental" que oculta y legitima el<br />
dominio.<br />
En ese sentido la teoría de la acción comunicativa es una confrontación<br />
con las filosofías del sujeto de la historia, las vertientes<br />
derivadas de la tradición marxista y la crítica radical de la razón,<br />
Heidegger, Nietzsche y, más recientemente, Derrida, Lyotard y<br />
Foucault, que surge a partir de una lectura, pretendidamente heterodoxa,<br />
del "proceso de reproducción social" de Marx.<br />
El trabajo es acción instrumental; la comunicación supone<br />
"interacción" o "acción comunicativa", orientada de acuerdo al<br />
entendimiento de los partícipes, mediada a través del lenguaje e<br />
ILUSTRACIÓN PROGRESIVA O DIALÉCTICA DE LA ILUSTRACIÓN 55<br />
integrada al menos por dos individuos. Habermas se encamina así<br />
hacia una teoría nominalista del lenguaje, en la cual, las palabras<br />
como elementos de un juego con reglas fijas, no están afectadas<br />
tanto por la historia, el poder, y los intereses sociales como<br />
por la evolución. Palabras sin contenido sacral, emanaciones congeladas,<br />
signos convenidos, fundan en su teoría la relación yo-tú<br />
moderna transparente, suprapsíquica, la base de la pretendida objetividad<br />
de la expresión.