Modernización de las relaciones entre la Federación y los Estados ...

Los Estados federados rechazaron asumir de manera generalizada las vías de
navegación o los tramos de éstas que se ofrecían, pese a las sumas de dinero que se ponían
a su disposición para ello. Algunos de los Estados federados desistieron de responder a la
carta de la Administración Federal de Aguas y Navegación.
Desde el año 1972 la Administración Federal de Aguas y Navegación sólo ha logrado
ceder tramos de vías de navegación en forma aislada a los Estados federados o a los
municipios, como por ejemplo el Ems-Altarm Rhede, los tramos laterales del Trave en el
puerto de Lübeck, y por último en el año 2005 el Ginsheimer Altrhein al municipio de
Ginsheim-Gustavsburg.
4.2.2.6 Opción de delimitación
(1) El desarrollo histórico muestra que la Federación debería administrar una red unitaria
de vías navegables federales a través de una agencia propia, requerimiento en primera línea
para el transporte de mercaderías en todo el Estado. En tanto que estas vías sean usadas
también por barcos de excursión y embarcaciones deportivas, la competencia se mantiene
en la órbita de la Administración Federal de Aguas y Navegación.
Sin embargo, la Federación no debería tener en su propiedad ni bajo su administración
vías navegables usadas mayoritariamente para la navegación recreativa. En estas vías
navegables de uso recreativo predominan los intereses regionales de los Estados federados,
caracterizados por los aspectos relativos a la gestión de recursos hídricos y la economía
hidráulica, el turismo, la protección de monumentos, la protección ambiental y de la
naturaleza. Sin embargo, mediante la norma constitucional que prevé la necesidad del
consentimiento de los Estados federados (art. 89 párrafo 3 de la Ley Fundamental), éstos
tienen la posibilidad de imponer sus intereses ante la Federación, particularmente debido a
que los asuntos relativos a las vías como vías de transporte, que son los que debe defender
la Federación, no prosperan en el caso de las vías navegables de uso recreativo. Esto
explica también por qué los Estados federados no tienen actualmente ningún interés en
asumir la gestión y las cargas de las vías navegables de uso recreativo. En el ejercicio del
Poder público, estos últimos pueden imponer ante la Federación sus intereses regionales
íntegramente, sin cargar al mismo tiempo con la administración y las obligaciones de un
propietario: Los Estados federados se quedan con los beneficios; con las cargas se queda la
Federación. Los Estados federados también se valen de sus posibilidades de incidir para
lograr que la Federación financie proyectos en las vías navegables de uso recreativo de la
Federación que no son razonables desde el punto de vista de la economía nacional, dado
que no arrojan ningún provecho para la función vial suprarregional de la red de vías
navegables del Estado en su conjunto.
(2) El Delegado se pronuncia por lo tanto por enmendar la Ley Fundamental y reformular
el art. 89, con el objetivo de limitar la competencia de la Federación (propiedad, gestión,
financiamiento) a las vías navegables federales que son importantes predominantemente
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