Rompe Ra l p h
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B ra t z i l l a z<br />
El juguete de moda<br />
L/V · 12.25 h. / 20.25 h. · Disney Channel<br />
D I BUJ OS · N I Ñ OS<br />
C u<br />
a t ro adolescentes, primas<br />
de las conocidas Bratz, son<br />
convocadas, a través de un<br />
misterioso mail, para reunirse en la<br />
Academia Bratzillaz de Moda y<br />
Magia. Allí, el grupo descubrirá<br />
que, en realidad, son brujas con pod<br />
e res mágicos. Yasmina posee el poder<br />
de ver el futuro. Meygana, además<br />
de volar, hace que los sueños se<br />
c o n v i e rtan en realidad. Jade sana<br />
los corazones rotos y es especialista<br />
en el amor. Por último, Sashabella<br />
habla y domina a cualquier especie<br />
animal. En la Academia, estas<br />
jóvenes conocerán a más<br />
adolescentes que, como ellas, también<br />
tienen poderes y un gusto “especial”<br />
por la moda. Junto a sus<br />
mascotas, las Bratzillaz intentarán<br />
adaptarse lo antes posible a su nueva<br />
vida y disfrutar de las sorpre s a s<br />
que les depare la Academia y los<br />
p o d e res recién descubieert o s<br />
M u ñ e cas que es p a n ta n . En 2001<br />
a p a re c i e ron unas muñecas, las<br />
Bratz, cuyo principal reclamo era<br />
su vestimenta, supuestamente a la<br />
E N E RO 2013<br />
última moda. Estas imberbes f a sh<br />
i o n - v i c t i m s v i e ron la luz en televisión<br />
cuatro años después, con nuevas<br />
críticas, bastante fundadas, al<br />
estilo sexy de sus formas y ropas. La<br />
moda de n e o b a r b i e s infantiles continuó<br />
en pleno siglo XXI. Mattel dio<br />
la réplica a MGA y, en 2010, dio el<br />
campanazo con las Monster High,<br />
unas muñecas de estirpe más afilada<br />
y sobre todo gótica que, a través<br />
de una inteligente campaña de<br />
marketing, pasaron a la televisión<br />
sus episodios producidos para web.<br />
MGA reaccionó y sacó a la luz<br />
las primas de las Bratz que, aunque<br />
concebidas en 2005, no nacieron en<br />
las fábricas hasta 2012. Su vida en<br />
sociedad, como la de otros pro d u ctos<br />
similares, conlleva webepisodes,<br />
ahora emitidos también en televisión,<br />
mucho merchandising y una<br />
c a rrera asfixiante por bombard e a r<br />
con más insistencia a los jóvenes<br />
c o n s u m i d o re s .<br />
De hecho, la duración de los episodios<br />
de las Bratzillaz es de unos<br />
t res minutos, pero la cadena se enc<br />
a rga de enlazarlos dire c t a m e n t e<br />
CO N T R ASTE<br />
Televisión<br />
1 1<br />
con un spot de las muñecas, en una<br />
estrategia legal pero con una visión<br />
muy mercantil de la ficción para niños.<br />
Así pues, es bastante difícil separar<br />
la serie del producto, dado<br />
que a lo largo de los tres minutos de<br />
emisión apenas se presenta un conflicto,<br />
ni mucho un conflicto menos<br />
dramáticamente interesante o mínimanente<br />
instructivo o inteligent<br />
e .<br />
Bajo el lema de “Glam gest wicked”<br />
(algo así como el “Glamour<br />
e m b rujado”), cada episodio se conv<br />
i e rte, en sí mismo, en un larg o<br />
anuncio de las muñecas. Estas brujas<br />
semiurbanas entran en una academia<br />
de magia, que poco tiene que<br />
ver con el universo más estudiantil<br />
de Harry Potter (del que copian las<br />
clases, los pro f e s o res y algunos otro s<br />
aspectos). Es más, el contexto es exclusivamente<br />
el mundo de los emb<br />
rujos, sin un propósito especialmente<br />
altruista, y rodeado de actividades<br />
relacionadas con la moda y<br />
el aspecto externo. A modo de anécdota<br />
significativa, la coach de las<br />
p rotagonistas está dibujada con los<br />
trazos de la conocida Anne Wi n t o u r.<br />
Por supuesto, en ese entorno jamás<br />
aparecen sus familias y los vínculos<br />
que se establecen con los demás<br />
no tienen más fundamento que<br />
quedar bien, disfrutar en eventos<br />
sociales, chatear con éxito con chicos<br />
y otros propósitos de miras bastante<br />
frívolas y superf i c i a l e s .<br />
En esta línea, poco puede esperarse<br />
de una animación plana en<br />
sus fondos y que juega tan sólo con<br />
el movimiento rectilíneo de las figuras.<br />
En realidad, las Bratzillaz serían<br />
la evolución más perversa de<br />
las ingenuas y pueriles muñecas rec<br />
o rtables, a las que podías cambiar<br />
sus infantiles ropas como mayor ent<br />
re t e n i m i e n t o .<br />
Es una asignatura pendiente, sob<br />
re todo de la mujer contemporánea,<br />
el consentir y promover este tipo<br />
de juguetes (y derivados audiovisuales)<br />
que sexualizan de form a<br />
p recoz la figura femenina (y de manera<br />
más ocasional la masculina),<br />
perpetúan la exclusiva valoración<br />
del mal llamado sexo débil por su<br />
aspecto externo y su capacidad de<br />
gustar al contrario, e impiden que<br />
la imaginación del niño/a se dirija<br />
hacia un universo más rico y poblado<br />
de re f e rentes culturales mucho<br />
más idóneos.● LOURDES DOMINGO