Francisco Garay - Bizkaiko Batzar Nagusiak
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<strong>Francisco</strong> de <strong>Garay</strong> El primer gran explorador vasco 11<br />
la traición y el asesinato. Tenía un don especial para manipular las miserias humanas, le movía la<br />
ambición y sabía estimular esa misma fi bra en el ánimo de quienes le acompañaban, arrastrándolos<br />
en sus aventuras con promesas de inmensas riquezas. Esta clara divergencia de caracteres<br />
y formas de obrar existente entre ambos protagonistas ya ha sido puesta de manifi esto por algunos<br />
historiadores 3 .<br />
Defi nitivamente, el espectacular choque de personalidades que signifi có la lucha entre<br />
<strong>Garay</strong> y Cortés, supuso mucho más que una guerra entre dos generales y sus respectivos<br />
ejércitos; signifi có la forma en que se materializaría en el futuro la conquista y descubrimiento<br />
de América. El triunfo aplastante de Cortés, refrendado posteriormente por la corona<br />
española, fue, en consecuencia, la referencia válida, el origen y modelo que siguieron<br />
todos los alzamientos y traiciones que otros ambiciosos, siempre con menos fortuna, trataron<br />
de imitar en innumerables ocasiones 4 .<br />
Al margen de la interacción histórica con personajes destacados, existen otras razones,<br />
tanto o más poderosas, que exigen la recuperación histórica de <strong>Garay</strong>. Sobre todas ellas<br />
destaca su labor como explorador y conquistador: obra suya fue la exploración y descubrimiento<br />
del Seno Mexicano, es decir, de toda la costa existente entre los actuales territorios<br />
de Alabama, Mississipi, Louisiana y Texas; y la constatación de que El Yucatán y La Florida<br />
no eran islas sino que formaban un todo con el continente. A <strong>Garay</strong> se deben los primeros<br />
intentos de crear poblaciones estables en el territorio del Pánuco, así como la creación de<br />
la mayor parte de los primeros asentamientos europeos en Jamaica y la fundación de las<br />
principales ciudades del sur de esta isla. También es obra de <strong>Garay</strong> un proyecto tan destacable<br />
como el intento de conquista de la isla de Guadalupe, aunque fi nalmente se saldase<br />
con un rotundo fracaso. Por si fuera poco, los cargos y responsabilidades que desempeñó<br />
le convierten en un referente necesario para la historia de los lugares en que los ejercía;<br />
fue, por ejemplo, alguacil mayor de Santo Domingo, teniente de gobernador de Jamaica<br />
y repartidor de indios de esta isla y gobernador y adelantado del Pánuco. Pocos de sus<br />
coetáneos, ciertamente, podrían presentar unas referencias semejantes. Como venimos<br />
manteniendo, es incomprensible que un personaje de esta dimensión no tenga hoy día<br />
mayor reconocimiento.<br />
Es posible que una de las razones -además de las que ya hemos apuntado- que más han<br />
contribuido a que <strong>Francisco</strong> de <strong>Garay</strong> no goce de popularidad es la de que, hasta la publicación<br />
de este ensayo, se desconociese su lugar de origen, exceptuando el hecho de<br />
que, por su apellido, se le ha supuesto siempre natural del País Vasco. Por este motivo, al<br />
contrario que la mayor parte de los descubridores coetáneos, ha carecido de un lugar que<br />
pudiera reivindicarlo como propio, y que al mismo tiempo, se encargarse de divulgar su<br />
3 “<strong>Garay</strong> era más honesto; fi el a la corona y a Colón. Sus acciones se apegaban más al derecho romano y diferían de las sentencias dictatoriales<br />
de Cortés, amo de engaños e intrigas”. VILLA ROIZ, CARLOS. “Gonzalo Guerrero, Memoria olvidada trauma de México”, pág. 417.<br />
4 Sirva como ejemplo que Cortés envió a uno de sus capitanes, Cristóbal de Olid, a conquistar Ibueras, que distaba más de 400 leguas de<br />
México. Olid, al verse desplazado a tanta distancia, pretendió actuar de la misma manera que había aprendido de Cortés, es decir, sustrayéndose<br />
de su jurisdicción; pero aquel no lo consintió y fue personalmente contra él, desobedeciendo el mandato de los ofi ciales reales<br />
y del ayuntamiento mexicano.