HISTORIA DE LA BIOLOGIA MOLECULAR - umer

MARGARITA SALAS
HISTORIA DE LA
,
BIOLOGIA MOLECULAR
-
EN E SPANA
U.M.E.R.
UNIVERSIDAD DE MAYORES EXPERIE CIA REcíPROCA
SEDE SOCIAL: CALLE BRAILLE, 34-5°B
28034 MADRID

MARGARITA SALAS
Directora del Centro de Biología Molecular "Severo Ochoa"
Presidenta del Instituto de España
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HISTORIA DE LA BIOLOGIA
MOLECULAR EN ESPANA
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HISTORIA DE LA BIOLOGÍA
MOLECULAR EN ESPAÑA
La historia de la, Biología Molecular en España tiene un nombre: Severo
Ochoa.
Permítanme, por tanto, que inicie mi exposición con unas notas bibliográficas
sobre Severo Ochoa.
Severo Ocho a, asturiano de Luarca, ha sido sin duda una de las más grandes
figuras científicas de nuestro siglo. De sus años de bachiller en Málaga destaca su
temprana vocación por la biología motivada en parte por su excelente profesor de
Ciencias. Como camino para llegar a la biología decidió estudiar Medicina, consciente
de que nunca iba a practicarla. Aunque el sueño de Severo Ochoa de estudiar
Neurohistología con Santiago Ramón y Cajal no la pudo alcanzar, Ramón y Cajal
fue su estímulo y ejemplo para dedicar su vida a la investigación.
Cuando cursaba el segundo año de Medicina en Madrid conoció al profesor de
Fisiología Juan Negrín, quien le propuso trabajar en el laboratorio de Fisología de
la Residencia de Estudiantes, en la mítica Colina de los Chopos. La Residencia de
Estudiantes, dirigida por Alberto Jiménez Fraud, era en aquella época un magnífico
centro de ciencia y de cultura. En ella, Severo Ochoa tuvo ocasión de escuchar
a conferenciantes de la talla de' Albert Einstein y María Curie, y de convivir, entre
otros, con Federico García Lorca, Salvador Dalí y Luis Buñuel. Esta vida y trabajo
en la Residencia de Estudiantes fue una semilla importante en la vida científica y
personal de Severo Ochoa.
Durante su época en el laboratorio de la Residencia de Estudiantes Severo
Ochoa puso a punto un método para la determinación de la creatina y, después de
pasar su primer verano en Inglaterra, en un laboratorio experto en este campo,
publicó su primer trabajo en inglés, en 1929, en la prestigiosa revista Journal 01
Biological Chemistry.
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Después de terminar la Licenciatura en Medicina, Severo Ochoa trabajó sobre
la química de la contracción muscular, en Berlín y Heidelberg, con Otto Meyerhoff,
Premio obel de Medicina en 1922. Después, realizó una estancia de dos años en
Londres donde trabajó por primera vez con un enzima, volviendo finalmente a
España, primero al laboratorio de Juan Negrín y después al Instituto de Ciencias
Médicas recién creado por Carlos Jiménez Díaz.
En 1936, convencido de que en aquel momento no se podía hacer investigación
en España, y animado por su mujer, Carmen Cobián, Severo Ochoa volvió a
Heidelberg, al laboratorio de Meyerhoff, donde inició sus trabajos sobre la glocolisiso
Poco después, la marcha de Meyerhoff de Alemania debido a la llegada de los
nazis obligó a que Severo Ochoa se fuese a Inglaterra, primero a Plymouth, al laboratorio
de Biología Marina, y después al laboratorio de Rudolph Peters en Oxford,
donde inició sus trabajos sobre la vitamina BI.
En 1940, la guerra mundial hizo que Severo Ochoa se marchase a Estados
Unidos, a la ciudad de St. Louis, invitado por los premios Nobel, el matrimonio Carl
y Gerty Cori. Posteriormente y, de nuevo animado por Carmen, su mujer, se trasladó
a Nueva York, primero como Jefe del Departamento de Farmacología de la
Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York y después, desde 1954 a
1974, como Jefe del Departamento de Bioquímica de la misma Universidad.
En 1974, Severo Ochoa se trasladó como Investigador Distinguido al Instituto
Roche de Biología Molecular en New Jersey. Desde 1977 compartía sus actividades
en dicho Instituto con sus frecuentes estancias en el Centro de Biología
Molecular "Severo Ochoa" en Madrid, Centro mixto del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas y de la Universidad Autónoma de Madrid, cuya creación
había promovido. En 1985, Severo Ochoa se trasladó definitivamente a España, al
Centro de Biología Molecular, donde hemos disfrutado con su presencia y sus consejos.
Severo Ochoa ha hecho numerosas e importantes contribuciones en distintos
campos de la Bioquímica Molecular, estando siempre en las fronteras de los mismos.
Además de sus trabajos sobre la glicolisis, son bien conocidas sus contribuciones
al esclarecimiento de las etapas clave en el ciclo de Krebs, así como sus trabajos
sobre el acoplamiento entre oxidación y fosforilación, sobre la fotosíntesis, o
sobre el metabolismo de los ácidos grasoso
En 1954, prosiguiendo con sus trabajos sobre la fosforilación oxidativa, descubrió
un enzima, la polinucleótido fosforilasa, capaz de sintetizar in vitro RNA a
partir de ribonucleosidofosfatos. Este trabajo, publicado en 1955 como una carta al
editor de la revista Journal ofthe American Chemical Society, le valió la concesión
del Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1959.
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El uso de la polinucleótido fosforilasa dio lugar a la preparación de polinucleótidos
sintéticos de distinta composición de bases con los que el grupo de Severo
Ochoa, en paralelo con el grupo de Marshall Nirenberg, llegaron al desciframiento
de la clave genética.
A partir de 1964 Severo Ochoa se adentró por una parte, en los mecanismos de
replicación de los virus que tienen RNA como material genético, describiendo las
etapas fundamentales del proceso, y, por otra parte, en los mecanismos de síntesis
de proteínas, con especial atención al proceso de iniciación, tanto en organismos
procarióticos como en eurocarióticos, siendo pionero en el descubrimiento de los
factores de iniciación de la traducción.
Severo Ochoa puede considerarse el padre de la Biología Molecular en España
ya que, directa o indirectamente, ha formado a un gran número de investigadores en
este campo, estimulando siempre el desarrollo de la investigación en este área. Hoy
día podemos decir que tres generaciones de investigadores españoles han tenido a
Severo Ochoa como maestro.
Además, Severo Ochoajugó un papel importante en la creación de la Sociedad
Española de Bioquímica en 1963, hoy Sociedad Española de Bioquímica y Biología
Molecular, con su apoyo y participación en la primera reunión de bioquímicos
españoles celebrada en Santander en 1961, donde se gestó la creación de la Sociedad
participando posteriormente asidua y activamente en los Congresos de la
Sociedad.
Personalmente, yo he tenido la suerte de tener a Severo Ochoa como maestro.
Él me enseñó, no solamente la Biología Molecular que después pude desarrollar y
enseñar en España, sino también su rigor experimental, su dedicación y su entusiasmo
por la investigación. Por todo ello, quiero expresarle mi profunda gratitud.
Severo Ochoa, quien, según sus propias palabras ha tenido la Bioquímica
como "hobby", ha sido sin duda el ejemplo de una vida dedicada a la investigación.
Sin embargo, no quisiera terminar esta semblanza sin recordar al Severo Ochoa
amante de la cultura, de las artes y de la música, quien se extasiaba al contemplar
los frescos de Gaya de la Capilla de San Antonio de la Florida, o al escuchar los
cuartetos de Beethoven o Don Giovanni de Mozart, cuya partitura se conocía de
memoria.
A pesar de su gran prestigio y relevancia como investigador, Severo Ochoa era
una persona enormemente sencilla quien manifestó, poco antes de morir, que le gustaría
que le recordasen como hombre tolerante y bueno, que es lo que creía que él
había sido.
Como hombre tolerante y bueno, como gran investigador y como gran maestro
recordaremos a Severo Ochoa, y su ejemplo permanecerá para siempre.
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Pero también me gustaría hablar de otro científico, Alberto Sois, con el
que nació la Bioquímica en España. Alberto Sois era, como Severo Ochoa, médico.
Después de dedicarse a análisis clínicos durante un cierto tiempo, decidió
cambiar el giro de su vida y dedicarse a la investigación. Para ello tenía que
aprender fuera de España y se fue precisamente al laboratorio del matrimonio
Cori con los que había estado Severo Ochoa años antes. Después de un período
de trabajo y aprendizaje, Alberto SoIs se volvió a España. Pero hacer investigación
en España en aquella época era muy difícil y Alberto Sols comenzó
su investigación en los sótanos de la Facultad de Medicina. Afortunadamente, a
finales de los años 50 se construyó el primer centro de investigación en Madrid,
el Centro de Investigaciones Biológicas, y Alberto Sois se trasladó allí con sus
estudiantes.
Yo conocí a Alberto Sols a finales de los años 60 por recomendación de Severo
Ochoa. La historia es la siguiente. Cuando yo acabé el tercer curso de la Licenciatura
de Ciencias Químicas conocía a Severo Ochoa quien me motivó para dedicarme
a la investigación bioquímica. Cuando acabé la carrera Severo Ochoa me dió
una carta para que Alberto Sois me admitiese en su laboratorio. Teniendo en cuenta
de quien venia la carta, Alberto Sols no tuvo más remedio que admitirme aunque,
según me confesó él mismo varios años después, confiaba poco en que una chica
pudiese hacer buena investigación.
Después de finalizada la tesis doctoral con Alberto Sois me marché a EE.UU.
al laboratorio de Severo Ochoa en compañía de mi marido, Eladio Viñuela, también
investigador y quien había realizado también su tesis doctoral con Alberto Sols. Allí
aprendimos la Biología Molecular que después pudimos enseñar y desarrollar en
España.
Después de tres años en el laboratorio de Severo Ochoa decidimos volver
a Madrid al Centro de Investigaciones Biológicas, de donde procedíamos. Allí
José Luis Rodríguez Candela, Director del Instituto Gregorio Marañón, nos cedió
un laboratorio para poder empezar, y Severo Ochoa nos apoyó para conseguir
una ayuda americana, pues en España no había dinero para hacer investigación.
Tuvimos suerte, y a finales de 1967 se convocaron las primeras becas para realizar
tesis doctorales, por lo que pudimos tener nuestros primeros doctorandos.
Posteriormente se convocaron las primeras ayudas para realizar investigación
y desde entonces la investigación en Biología Molecular en España ha ido desarrollándose
y hoy día podemos decir que es una disciplina de una gran calidad.
Nuestros doctorandos, después de una estancia postdoctoral en el extranjero, han
vuelto a España a formar nuevos grupos de investigación, y a su vez éstos han
formado nuevos doctores. Es decir, es como una cadena que va aumentando progresivamente.
En este momento nos encontramos en una situación crítica, ya que
la ayuda económica para que los investigadores formados en el extranjero puedan
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volver a España es muy escasa y solo pueden volver un número muy limitado de
investigadores ya que no hay puestos de trabajo para ellos. Esto plantea el problema
de que si se rompe la cadena, si durante varios años no incorporamos
en nuestro sistema de l+D a investigadores preparados se producirá un gap generacional
y podemos perder en pocos años 10 que nos ha costado construir en
30-40 años.
Muchas gracias
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Dra. Margarita Salas
Directora del Centro de Biología Molecular
"Severo Ochoa ".
Presidenta del Instituto de España

Colección "Cuadernos UMER" n° 2