Reflexiones sobre «El peregrino» de José de Valdivielso

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148 RICARDO ARIAS Criticón, 56,1992 el desierto en busca de la tierra prometida. Más tarde, después del destierro, la peregrinación a Jerusalén será importante obligación de todo israelita 3 . En el Nuevo Testamento se encuentran numerosas alusiones a los elementos ya mencionados del Viejo Testamento y se introducen otros nuevos. En Mateo 7, 13-14, Cristo nos habla de la elección entre los dos caminos 4 . En Lucas 24,13-35 encontramos el relato del viaje a Emaús, en que Jesús aparece como peregrino 5 . San Pablo les habla a los de Corinto de la fe y esperanza en el peregrinar de la vida, "mientras moramos en este cuerpo... porque caminamos en fe y no en visión" (2 Corintios 5, 6-7). A los Filipenses les recuerda que "somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos al Salvador y Señor Jesucristo, que reformará el cuerpo de nuestra vileza conforme a su cuerpo glorioso" (3,20-21). En el capítulo 11,13-16 de la carta a los Hebreos, la historia de Israel se presenta elocuentemente como un caminar de fe, erizado de peligros que logran superar gracias a su fe en Dios. El texto es capital: "En la fe murieron todos sin recibir las promesas; pero viéndolas de lejos y saludándolas y confesándose peregrinos y huéspedes sobre la tierra, pues los que tales cosas dicen dan bien a entender que buscan la patria. Que si se acordaran de aquella de donde habían salido, tiempo tuvieron para volverse a ella. Pero deseaban otra mejor, esto es, la celestial. Por eso Dios no se avergüenza de llamarse Dios suyo, porque les tenía preparada una ciudad". Y un poco más adelante les recuerda: "no tenemos aquí ciudad permanente, antes buscamos la futura" (Hebreos 13,14). Los Padres de la Iglesia aprovechan este caudal de ideas clásicas y bíblicas que elaboran con frecuencia en sus escritos y sermones, por ejemplo, san Agustín, san Gregorio y muchos otros 6 . El fuerte atractivo de estas ideas hace que no pocos las pongan en práctica, convirtiéndose el peregrinar geográfico a lugares santos en parte importante de la configuración espiritual de la Edad Media. El fenómeno reviste formas múltiples, no todas edificantes. A él se entregan con igual intensidad laicos y religiosos, dejando huella permanente en el mapa de Europa las rutas más favorecidas 7 . 3 Para más información consúltense A. Gros, Le thème de la route dans la Bible, Bruxelles et Paris, 1957, y el número de Lumen Vitae, vol. 13, fase. 2 de 1958. También el bello tratado de san Ildefonso de Toledo, Liber de itinere deserti (PL 96, pp. 171-192). 4 "Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espaciosa la senda que lleva a la perdición, y son muchos los que por ella entran. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosta la senda que lleva a la vida y cuan pocos los que dan con ella!" 5 Como dice Holloway, "todos los relatos de peregrinaciones se sirven de la prefiguración tipológica de los relatos del Éxodo y de Emaús", en Julia Bolton Holloway, The Pilgrim and the Book. A Study of Dante, Langland and Chaucer, New York, Peter Lang, 1987, p. XV. Traducción mía. El texto de Lucas 24, 18 dice, según la Vulgata: "Et responderos unus, cui nomen Cleophas, dixit ei: Tu solus peregrinus es in Ierusalem, et non cognovisti quae facta sunt in illa his diebus". Algunas versiones modernas traducen peregrinus como forastero o extranjero. 6 J. B. Hollovay, op. cit., p. 37. Léonard J. Bowman, Itinerarium: The Idea of Journey, Salzburg, Austria, Institut für Anglistik und Amerikanistik, 1983, p. 25, 30, 222. 7 La bibliografía sobre las peregrinaciones medievales y posteriores, en sus diversos aspectos, es inmensa. Basten los títulos siguientes, en los cuales se encontrará ulterior información: Pellegrinaggi e culto dei santi en Europa fino alia I Crociata, Convegni del Centro di Studi sulla spiritualità medioevale, IV, Todi, Accademia Tudertina, 1963; François Bourdeau, La route du pardon. Pèlerinage et réconciliation, Paris, Les éditions du Cerf, 1982; Stringfellow Barr, The Pilgrimage of Western Man, Rev. éd. Philadelphia, Lippincott, 1962; Georges Blond, L'homme ce pèlerin, Paris, Fayard, 1956; Jean Chelini et Henry Branthomme, Les chemins de Dieu. Histoire des pèlerinages chrétiens des origines à nos jours, Paris, Hachette, 1982; Samuel C. Chew, The Pilgrimage of Life, New Haven, Yale University Press, 1962; John C. Demaray, The Invention of Dante's Commedia, New Haven & London, Yale

REFLEXIONES SOBRE EL PEREGRINO DE VALDIVIELSO 149 El naciente teatro litúrgico hace suyo pronto el tema, dramatizando el capítulo 24 del evangelio de san Lucas. Comienza con ello la tradición del Officium peregrinorum*. El tema lo cultivan además otros grandes escritores tanto en obras de carácter religioso como literario. San Buenaventura (1221-1274) se sirve de él en su bello tratado Itinerarium mentis in Deum, y Dante (1265-1321) lo convierte en armazón de La divina comedia. Ambas obras ejercerán una influencia profunda y duradera en la literature occidental. En ella, el tema se acomoda para referirse unas veces al devenir de la vida -"peregrinatio vitae"-, otras a la búsqueda del amor humano -"peregrinado amoris"-, o a la búsqueda del sentido moral de la experiencia humana (El Criticón, Persiles y Sigismundo), o incluso a la trayectoria ascendente del místico (san Juan de la Cruz: "salí tras ti clamando") 9 . La vida humana como camino o peregrinación es una metáfora repleta de sentido moral desde sus orígenes en el mundo clásico. Esencialmente se trata de un salir fuera, de un abandono de lo suyo, de un exilio y alienación en busca de algo superior, no seguro sino apenas vislumbrado. En el contexto cristiano ese algo es un alguien, Dios, del cual nos apartaron Adán y Eva, y al que queremos volver, subir. La peregrinación cristiana es un retorno, una conversión, un viaje circular. El camino está erizado de peligros: bifurcaciones, encrucijadas. La primera decisión entre el camino del bien y del mal no basta, pues los enemigos del hombre tratarán de apartarlo del buen camino. La posibilidad de errar existe mientras dura el camino. De ahí la necesidad de penitencia y de ascesis University Press, 1974; Henri Engelmann, Pèlerinages, Paris, Arthème Fayard, 1959); F. C. Gardiner, The Pilgrimage of Désire. A Study of Thème and Genre in Medieval Literature, Leiden, Brill, 1971; Everard L. Guilford, Travellers and travelling in the Middle Ages, London, Macmillan, 1924; J. Hahn, The Origins of the Baroque Concept of 'Peregrinatio', Chapel Hill, N. C, University of North Carolina Press, 1973; Wolfgang Harms, Homo viator in bivio. Studien zur Bildlichkeit des Weges, München, W. Fink Verlag, 1973); Donald R. Howard, Writers and Pilgrims. Medieval Pilgrimage Narratives and Their Posterity, Berkeley, University of California Press, 1980; Gerhart B. Ladner, "Homo Viator: Medieval Ideas on Order and Aliénation", Spéculum, 42, 1967, pp. 233-259; George Roppen and Richard Sommer, Strangers and Pilgrims: An Essay on the Metaphor ofJourney, Oslo, Akademisk Forlag, 1964; Jonathan Sumption, Pilgrimage: An Image of Medieval Religion, London, Faber & Faber, 1975; Victor and Edith Turner, Image and Pilgrimage in Christian Culture. Anthropological Perspectives, Irvington, N.Y., Columbia University Press, 1978; Luis Vázquez de Parga, J. M. Lacarra, J. Uría, Las peregrinaciones a Santiago de Compostela, 3 vols., Madrid, C.S.I.C., 1949. Como ejemplo de la influencia de las peregrinaciones en la espiritualidad de una orden religiosa, véanse Jean Leclerq, "Monarchisme et Pérégrination du IX e au XII e siècle", Studia Monástica, 3, 1961, pp. 33-52; Gilles Constable, "Monarchisme et pèlerinage au Moyen Age", Revue Historique, 258, 1977, pp. 3-27. 8 Julia Bolton Holloway, The Pilgrim..., p. 21. El texto del Officium se puede ver en Edmond Coussemaker, Drames liturgiques du Moyen Age, Rennes, 1860. Existen unas siete piezas en latín, procediendo una de ellas de la abadía de Ripoll, en Cataluña. Véanse F. C. Gardiner, The Pilgrimage..., pp. 1-2, y Richard B. Donovan, The Litúrgica! Drama in Medieval Spain, Toronto, Pontifical Instituto of Medieval Studies, 1953, p. 13, 18, 68, 84-86, 103, 168, y el texto de un Peregrinus en pp. 172-173. Juan Timoneda escribió El castell d'Emaús, publicado en 1575. 9 Para más información en la literatura española, Jürgen Hahn, The origins..., op. cit.,passim. A las obras estudiadas por Hahn pueden añadirse Trajicomedia alegórica d'El Paraíso y d'El Infierno. Moral representación del diverso camino que hacen las ánimas partiendo de esta presente vida, impresa, según el Ensayo de Gallardo (I, 980-981), en Burgos en 1539; Bartolomé Palau, Farsa llamada custodia del hombre... La materia de la cual es una representación de dos caminos que en el proceso desta vida moral hay, Astorga, 1574; Pedro Hernández de Villaumbrales, Peregrinación de la vida del hombre (novela alegórica del siglo xvi), éd., introd. y notas de H. Salvador Martínez, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1986; Anónimo, Égloga intitulada Viaje del cielo en Tres églogas sacramentales inéditas, éd., introd. y notas de Ricardo Arias, Kassel, Reichenberger, 1987, pp. 47-74; Lope de Vega, El peregrino en su patria.

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el <strong>de</strong>sierto en busca <strong>de</strong> la tierra prometida. Más tar<strong>de</strong>, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stierro, la peregrinación a<br />

Jerusalén será importante obligación <strong>de</strong> todo israelita 3 .<br />

En el Nuevo Testamento se encuentran numerosas alusiones a los elementos ya mencionados<br />

<strong>de</strong>l Viejo Testamento y se introducen otros nuevos. En Mateo 7, 13-14, Cristo nos habla <strong>de</strong> la<br />

elección entre los dos caminos 4 . En Lucas 24,13-35 encontramos el relato <strong>de</strong>l viaje a Emaús, en<br />

que Jesús aparece como peregrino 5 . San Pablo les habla a los <strong>de</strong> Corinto <strong>de</strong> la fe y esperanza en el<br />

peregrinar <strong>de</strong> la vida, "mientras moramos en este cuerpo... porque caminamos en fe y no en visión"<br />

(2 Corintios 5, 6-7). A los Filipenses les recuerda que "somos ciudadanos <strong>de</strong>l cielo, <strong>de</strong> don<strong>de</strong><br />

esperamos al Salvador y Señor Jesucristo, que reformará el cuerpo <strong>de</strong> nuestra vileza conforme a su<br />

cuerpo glorioso" (3,20-21). En el capítulo 11,13-16 <strong>de</strong> la carta a los Hebreos, la historia <strong>de</strong> Israel<br />

se presenta elocuentemente como un caminar <strong>de</strong> fe, erizado <strong>de</strong> peligros que logran superar gracias a<br />

su fe en Dios. El texto es capital: "En la fe murieron todos sin recibir las promesas; pero viéndolas<br />

<strong>de</strong> lejos y saludándolas y confesándose peregrinos y huéspe<strong>de</strong>s <strong>sobre</strong> la tierra, pues los que tales<br />

cosas dicen dan bien a enten<strong>de</strong>r que buscan la patria. Que si se acordaran <strong>de</strong> aquella <strong>de</strong> don<strong>de</strong> habían<br />

salido, tiempo tuvieron para volverse a ella. Pero <strong>de</strong>seaban otra mejor, esto es, la celestial. Por<br />

eso Dios no se avergüenza <strong>de</strong> llamarse Dios suyo, porque les tenía preparada una ciudad". Y un<br />

poco más a<strong>de</strong>lante les recuerda: "no tenemos aquí ciudad permanente, antes buscamos la futura"<br />

(Hebreos 13,14). Los Padres <strong>de</strong> la Iglesia aprovechan este caudal <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as clásicas y bíblicas que<br />

elaboran con frecuencia en sus escritos y sermones, por ejemplo, san Agustín, san Gregorio y<br />

muchos otros 6 .<br />

El fuerte atractivo <strong>de</strong> estas i<strong>de</strong>as hace que no pocos las pongan en práctica, convirtiéndose el<br />

peregrinar geográfico a lugares santos en parte importante <strong>de</strong> la configuración espiritual <strong>de</strong> la Edad<br />

Media. El fenómeno reviste formas múltiples, no todas edificantes. A él se entregan con igual<br />

intensidad laicos y religiosos, <strong>de</strong>jando huella permanente en el mapa <strong>de</strong> Europa las rutas más<br />

favorecidas 7 .<br />

3 Para más información consúltense A. Gros, Le thème <strong>de</strong> la route dans la Bible, Bruxelles et Paris, 1957,<br />

y el número <strong>de</strong> Lumen Vitae, vol. 13, fase. 2 <strong>de</strong> 1958. También el bello tratado <strong>de</strong> san Il<strong>de</strong>fonso <strong>de</strong><br />

Toledo, Liber <strong>de</strong> itinere <strong>de</strong>serti (PL 96, pp. 171-192).<br />

4 "Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espaciosa la senda que lleva a la perdición, y<br />

son muchos los que por ella entran. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosta la senda que lleva a la vida y<br />

cuan pocos los que dan con ella!"<br />

5 Como dice Holloway, "todos los relatos <strong>de</strong> peregrinaciones se sirven <strong>de</strong> la prefiguración tipológica <strong>de</strong><br />

los relatos <strong>de</strong>l Éxodo y <strong>de</strong> Emaús", en Julia Bolton Holloway, The Pilgrim and the Book. A Study of<br />

Dante, Langland and Chaucer, New York, Peter Lang, 1987, p. XV. Traducción mía. El texto <strong>de</strong> Lucas 24,<br />

18 dice, según la Vulgata: "Et respon<strong>de</strong>ros unus, cui nomen Cleophas, dixit ei: Tu solus peregrinus es in<br />

Ierusalem, et non cognovisti quae facta sunt in illa his diebus". Algunas versiones mo<strong>de</strong>rnas traducen<br />

peregrinus como forastero o extranjero.<br />

6 J. B. Hollovay, op. cit., p. 37. Léonard J. Bowman, Itinerarium: The I<strong>de</strong>a of Journey, Salzburg,<br />

Austria, Institut für Anglistik und Amerikanistik, 1983, p. 25, 30, 222.<br />

7 La bibliografía <strong>sobre</strong> las peregrinaciones medievales y posteriores, en sus diversos aspectos, es<br />

inmensa. Basten los títulos siguientes, en los cuales se encontrará ulterior información: Pellegrinaggi e<br />

culto <strong>de</strong>i santi en Europa fino alia I Crociata, Convegni <strong>de</strong>l Centro di Studi sulla spiritualità medioevale,<br />

IV, Todi, Acca<strong>de</strong>mia Tu<strong>de</strong>rtina, 1963; François Bour<strong>de</strong>au, La route du pardon. Pèlerinage et<br />

réconciliation, Paris, Les éditions du Cerf, 1982; Stringfellow Barr, The Pilgrimage of Western Man,<br />

Rev. éd. Phila<strong>de</strong>lphia, Lippincott, 1962; Georges Blond, L'homme ce pèlerin, Paris, Fayard, 1956; Jean<br />

Chelini et Henry Branthomme, Les chemins <strong>de</strong> Dieu. Histoire <strong>de</strong>s pèlerinages chrétiens <strong>de</strong>s origines à<br />

nos jours, Paris, Hachette, 1982; Samuel C. Chew, The Pilgrimage of Life, New Haven, Yale University<br />

Press, 1962; John C. Demaray, The Invention of Dante's Commedia, New Haven & London, Yale

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