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Reflexiones sobre «El peregrino» de José de Valdivielso

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CRITICÓN, 56,1992, pp. 147-160.<br />

<strong>Reflexiones</strong> <strong>sobre</strong> El peregrino<br />

<strong>de</strong> <strong>José</strong> <strong>de</strong> <strong>Valdivielso</strong><br />

por Ricardo ARIAS<br />

(Fordham University, New York)<br />

El peregrino dramatiza el progreso espiritual <strong>de</strong>l hombre bajo la metáfora <strong>de</strong> un viaje o<br />

peregrinación 1 . Esta metáfora cuenta con una antigua y rica tradición. El viaje o peregrinación<br />

pue<strong>de</strong> ser linear o circular y, en general, es <strong>de</strong> carácter ascen<strong>de</strong>nte. Consta, claro, <strong>de</strong> un arranque<br />

(punto <strong>de</strong> partida o principio), un medio, y una meta o fin; un antes y un <strong>de</strong>spués, un abajo y un<br />

arriba. Pue<strong>de</strong> ser geográfico -recorrido entre dos lugares- o psicológico y espiritual: en la historia<br />

<strong>de</strong>l tema ambos aspectos aparecen con frecuencia íntimamente unidos, aunque en general se lleva la<br />

primacía el espiritual. Elemento esencial es la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> progreso dinámico, avance, acercamiento y<br />

consecución <strong>de</strong> la meta <strong>de</strong>seada.<br />

El tema está presente en todas las épocas <strong>de</strong> nuestra tradición occi<strong>de</strong>ntal. Ejemplos egregios <strong>de</strong><br />

viajeros -peregrinos- son Ulises, Perseo y Eneas. En sus historias ve Joseph Campbell "un<br />

agrandamiento <strong>de</strong> la fórmula presente en los ritos <strong>de</strong> pasaje [rites of passage]: separación, iniciación<br />

y retorno... El héroe abandona el mundo ordinario y se a<strong>de</strong>ntra en una región <strong>de</strong> maravillas<br />

<strong>sobre</strong>naturales: allí se encuentra con fuerzas fabulosas y gana una victoria <strong>de</strong>cisiva: El héroe vuelve<br />

<strong>de</strong> su misteriosa aventura con po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> otorgar favores a sus compatriotas" 2 .<br />

En la tradición bíblica el Viejo Testamento es rico en eximios peregrinos como Abraham,<br />

Moisés y Elias que, obedientes a la voz <strong>de</strong> Dios, emprendieron nuevos caminos que cambiaron su<br />

<strong>de</strong>stino individual y el <strong>de</strong> su pueblo. Sobresale entre todos Abraham, el hombre <strong>de</strong> fe, figura señera<br />

en toda la historia posterior, hebrea y cristiana. De no menor importancia es otro ejemplo <strong>de</strong><br />

peregrinación, no individual sino colectiva; la salida <strong>de</strong> Egipto <strong>de</strong>l pueblo elegido y su caminar por<br />

1 Sigo el texto publicado en <strong>José</strong> <strong>de</strong> <strong>Valdivielso</strong>, Teatro completo, Ed. y notas <strong>de</strong> Ricardo Arias y Robert<br />

V. Piluso, 2 vols., Madrid, Isla, 1975-1981, I, pp. 387-425.<br />

2 Joseph Campbell, The Hero wilh a Thousand Faces, Princeton, N. J., Princeton University Press,<br />

1968, p. 30. Traducción mía.


148 RICARDO ARIAS Criticón, 56,1992<br />

el <strong>de</strong>sierto en busca <strong>de</strong> la tierra prometida. Más tar<strong>de</strong>, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stierro, la peregrinación a<br />

Jerusalén será importante obligación <strong>de</strong> todo israelita 3 .<br />

En el Nuevo Testamento se encuentran numerosas alusiones a los elementos ya mencionados<br />

<strong>de</strong>l Viejo Testamento y se introducen otros nuevos. En Mateo 7, 13-14, Cristo nos habla <strong>de</strong> la<br />

elección entre los dos caminos 4 . En Lucas 24,13-35 encontramos el relato <strong>de</strong>l viaje a Emaús, en<br />

que Jesús aparece como peregrino 5 . San Pablo les habla a los <strong>de</strong> Corinto <strong>de</strong> la fe y esperanza en el<br />

peregrinar <strong>de</strong> la vida, "mientras moramos en este cuerpo... porque caminamos en fe y no en visión"<br />

(2 Corintios 5, 6-7). A los Filipenses les recuerda que "somos ciudadanos <strong>de</strong>l cielo, <strong>de</strong> don<strong>de</strong><br />

esperamos al Salvador y Señor Jesucristo, que reformará el cuerpo <strong>de</strong> nuestra vileza conforme a su<br />

cuerpo glorioso" (3,20-21). En el capítulo 11,13-16 <strong>de</strong> la carta a los Hebreos, la historia <strong>de</strong> Israel<br />

se presenta elocuentemente como un caminar <strong>de</strong> fe, erizado <strong>de</strong> peligros que logran superar gracias a<br />

su fe en Dios. El texto es capital: "En la fe murieron todos sin recibir las promesas; pero viéndolas<br />

<strong>de</strong> lejos y saludándolas y confesándose peregrinos y huéspe<strong>de</strong>s <strong>sobre</strong> la tierra, pues los que tales<br />

cosas dicen dan bien a enten<strong>de</strong>r que buscan la patria. Que si se acordaran <strong>de</strong> aquella <strong>de</strong> don<strong>de</strong> habían<br />

salido, tiempo tuvieron para volverse a ella. Pero <strong>de</strong>seaban otra mejor, esto es, la celestial. Por<br />

eso Dios no se avergüenza <strong>de</strong> llamarse Dios suyo, porque les tenía preparada una ciudad". Y un<br />

poco más a<strong>de</strong>lante les recuerda: "no tenemos aquí ciudad permanente, antes buscamos la futura"<br />

(Hebreos 13,14). Los Padres <strong>de</strong> la Iglesia aprovechan este caudal <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as clásicas y bíblicas que<br />

elaboran con frecuencia en sus escritos y sermones, por ejemplo, san Agustín, san Gregorio y<br />

muchos otros 6 .<br />

El fuerte atractivo <strong>de</strong> estas i<strong>de</strong>as hace que no pocos las pongan en práctica, convirtiéndose el<br />

peregrinar geográfico a lugares santos en parte importante <strong>de</strong> la configuración espiritual <strong>de</strong> la Edad<br />

Media. El fenómeno reviste formas múltiples, no todas edificantes. A él se entregan con igual<br />

intensidad laicos y religiosos, <strong>de</strong>jando huella permanente en el mapa <strong>de</strong> Europa las rutas más<br />

favorecidas 7 .<br />

3 Para más información consúltense A. Gros, Le thème <strong>de</strong> la route dans la Bible, Bruxelles et Paris, 1957,<br />

y el número <strong>de</strong> Lumen Vitae, vol. 13, fase. 2 <strong>de</strong> 1958. También el bello tratado <strong>de</strong> san Il<strong>de</strong>fonso <strong>de</strong><br />

Toledo, Liber <strong>de</strong> itinere <strong>de</strong>serti (PL 96, pp. 171-192).<br />

4 "Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espaciosa la senda que lleva a la perdición, y<br />

son muchos los que por ella entran. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosta la senda que lleva a la vida y<br />

cuan pocos los que dan con ella!"<br />

5 Como dice Holloway, "todos los relatos <strong>de</strong> peregrinaciones se sirven <strong>de</strong> la prefiguración tipológica <strong>de</strong><br />

los relatos <strong>de</strong>l Éxodo y <strong>de</strong> Emaús", en Julia Bolton Holloway, The Pilgrim and the Book. A Study of<br />

Dante, Langland and Chaucer, New York, Peter Lang, 1987, p. XV. Traducción mía. El texto <strong>de</strong> Lucas 24,<br />

18 dice, según la Vulgata: "Et respon<strong>de</strong>ros unus, cui nomen Cleophas, dixit ei: Tu solus peregrinus es in<br />

Ierusalem, et non cognovisti quae facta sunt in illa his diebus". Algunas versiones mo<strong>de</strong>rnas traducen<br />

peregrinus como forastero o extranjero.<br />

6 J. B. Hollovay, op. cit., p. 37. Léonard J. Bowman, Itinerarium: The I<strong>de</strong>a of Journey, Salzburg,<br />

Austria, Institut für Anglistik und Amerikanistik, 1983, p. 25, 30, 222.<br />

7 La bibliografía <strong>sobre</strong> las peregrinaciones medievales y posteriores, en sus diversos aspectos, es<br />

inmensa. Basten los títulos siguientes, en los cuales se encontrará ulterior información: Pellegrinaggi e<br />

culto <strong>de</strong>i santi en Europa fino alia I Crociata, Convegni <strong>de</strong>l Centro di Studi sulla spiritualità medioevale,<br />

IV, Todi, Acca<strong>de</strong>mia Tu<strong>de</strong>rtina, 1963; François Bour<strong>de</strong>au, La route du pardon. Pèlerinage et<br />

réconciliation, Paris, Les éditions du Cerf, 1982; Stringfellow Barr, The Pilgrimage of Western Man,<br />

Rev. éd. Phila<strong>de</strong>lphia, Lippincott, 1962; Georges Blond, L'homme ce pèlerin, Paris, Fayard, 1956; Jean<br />

Chelini et Henry Branthomme, Les chemins <strong>de</strong> Dieu. Histoire <strong>de</strong>s pèlerinages chrétiens <strong>de</strong>s origines à<br />

nos jours, Paris, Hachette, 1982; Samuel C. Chew, The Pilgrimage of Life, New Haven, Yale University<br />

Press, 1962; John C. Demaray, The Invention of Dante's Commedia, New Haven & London, Yale


REFLEXIONES SOBRE EL PEREGRINO DE VALDIVIELSO 149<br />

El naciente teatro litúrgico hace suyo pronto el tema, dramatizando el capítulo 24 <strong>de</strong>l evangelio<br />

<strong>de</strong> san Lucas. Comienza con ello la tradición <strong>de</strong>l Officium peregrinorum*. El tema lo cultivan<br />

a<strong>de</strong>más otros gran<strong>de</strong>s escritores tanto en obras <strong>de</strong> carácter religioso como literario. San<br />

Buenaventura (1221-1274) se sirve <strong>de</strong> él en su bello tratado Itinerarium mentis in Deum, y Dante<br />

(1265-1321) lo convierte en armazón <strong>de</strong> La divina comedia. Ambas obras ejercerán una influencia<br />

profunda y dura<strong>de</strong>ra en la literature occi<strong>de</strong>ntal. En ella, el tema se acomoda para referirse unas veces<br />

al <strong>de</strong>venir <strong>de</strong> la vida -"peregrinatio vitae"-, otras a la búsqueda <strong>de</strong>l amor humano -"peregrinado<br />

amoris"-, o a la búsqueda <strong>de</strong>l sentido moral <strong>de</strong> la experiencia humana (El Criticón, Persiles y<br />

Sigismundo), o incluso a la trayectoria ascen<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l místico (san Juan <strong>de</strong> la Cruz: "salí tras ti<br />

clamando") 9 .<br />

La vida humana como camino o peregrinación es una metáfora repleta <strong>de</strong> sentido moral <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

sus orígenes en el mundo clásico. Esencialmente se trata <strong>de</strong> un salir fuera, <strong>de</strong> un abandono <strong>de</strong> lo<br />

suyo, <strong>de</strong> un exilio y alienación en busca <strong>de</strong> algo superior, no seguro sino apenas vislumbrado. En<br />

el contexto cristiano ese algo es un alguien, Dios, <strong>de</strong>l cual nos apartaron Adán y Eva, y al que<br />

queremos volver, subir. La peregrinación cristiana es un retorno, una conversión, un viaje circular.<br />

El camino está erizado <strong>de</strong> peligros: bifurcaciones, encrucijadas. La primera <strong>de</strong>cisión entre el camino<br />

<strong>de</strong>l bien y <strong>de</strong>l mal no basta, pues los enemigos <strong>de</strong>l hombre tratarán <strong>de</strong> apartarlo <strong>de</strong>l buen camino.<br />

La posibilidad <strong>de</strong> errar existe mientras dura el camino. De ahí la necesidad <strong>de</strong> penitencia y <strong>de</strong> ascesis<br />

University Press, 1974; Henri Engelmann, Pèlerinages, Paris, Arthème Fayard, 1959); F. C. Gardiner,<br />

The Pilgrimage of Désire. A Study of Thème and Genre in Medieval Literature, Lei<strong>de</strong>n, Brill, 1971;<br />

Everard L. Guilford, Travellers and travelling in the Middle Ages, London, Macmillan, 1924; J. Hahn,<br />

The Origins of the Baroque Concept of 'Peregrinatio', Chapel Hill, N. C, University of North Carolina<br />

Press, 1973; Wolfgang Harms, Homo viator in bivio. Studien zur Bildlichkeit <strong>de</strong>s Weges, München, W.<br />

Fink Verlag, 1973); Donald R. Howard, Writers and Pilgrims. Medieval Pilgrimage Narratives and Their<br />

Posterity, Berkeley, University of California Press, 1980; Gerhart B. Ladner, "Homo Viator: Medieval<br />

I<strong>de</strong>as on Or<strong>de</strong>r and Aliénation", Spéculum, 42, 1967, pp. 233-259; George Roppen and Richard Sommer,<br />

Strangers and Pilgrims: An Essay on the Metaphor ofJourney, Oslo, Aka<strong>de</strong>misk Forlag, 1964; Jonathan<br />

Sumption, Pilgrimage: An Image of Medieval Religion, London, Faber & Faber, 1975; Victor and Edith<br />

Turner, Image and Pilgrimage in Christian Culture. Anthropological Perspectives, Irvington, N.Y.,<br />

Columbia University Press, 1978; Luis Vázquez <strong>de</strong> Parga, J. M. Lacarra, J. Uría, Las peregrinaciones a<br />

Santiago <strong>de</strong> Compostela, 3 vols., Madrid, C.S.I.C., 1949. Como ejemplo <strong>de</strong> la influencia <strong>de</strong> las<br />

peregrinaciones en la espiritualidad <strong>de</strong> una or<strong>de</strong>n religiosa, véanse Jean Leclerq, "Monarchisme et<br />

Pérégrination du IX e au XII e siècle", Studia Monástica, 3, 1961, pp. 33-52; Gilles Constable,<br />

"Monarchisme et pèlerinage au Moyen Age", Revue Historique, 258, 1977, pp. 3-27.<br />

8 Julia Bolton Holloway, The Pilgrim..., p. 21. El texto <strong>de</strong>l Officium se pue<strong>de</strong> ver en Edmond<br />

Coussemaker, Drames liturgiques du Moyen Age, Rennes, 1860. Existen unas siete piezas en latín,<br />

procediendo una <strong>de</strong> ellas <strong>de</strong> la abadía <strong>de</strong> Ripoll, en Cataluña. Véanse F. C. Gardiner, The Pilgrimage...,<br />

pp. 1-2, y Richard B. Donovan, The Litúrgica! Drama in Medieval Spain, Toronto, Pontifical Instituto of<br />

Medieval Studies, 1953, p. 13, 18, 68, 84-86, 103, 168, y el texto <strong>de</strong> un Peregrinus en pp. 172-173.<br />

Juan Timoneda escribió El castell d'Emaús, publicado en 1575.<br />

9 Para más información en la literatura española, Jürgen Hahn, The origins..., op. cit.,passim. A las<br />

obras estudiadas por Hahn pue<strong>de</strong>n añadirse Trajicomedia alegórica d'El Paraíso y d'El Infierno. Moral<br />

representación <strong>de</strong>l diverso camino que hacen las ánimas partiendo <strong>de</strong> esta presente vida, impresa, según<br />

el Ensayo <strong>de</strong> Gallardo (I, 980-981), en Burgos en 1539; Bartolomé Palau, Farsa llamada custodia <strong>de</strong>l<br />

hombre... La materia <strong>de</strong> la cual es una representación <strong>de</strong> dos caminos que en el proceso <strong>de</strong>sta vida moral<br />

hay, Astorga, 1574; Pedro Hernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Villaumbrales, Peregrinación <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong>l hombre (novela<br />

alegórica <strong>de</strong>l siglo xvi), éd., introd. y notas <strong>de</strong> H. Salvador Martínez, Madrid, Fundación Universitaria<br />

Española, 1986; Anónimo, Égloga intitulada Viaje <strong>de</strong>l cielo en Tres églogas sacramentales inéditas, éd.,<br />

introd. y notas <strong>de</strong> Ricardo Arias, Kassel, Reichenberger, 1987, pp. 47-74; Lope <strong>de</strong> Vega, El peregrino en<br />

su patria.


150 RICARDO ARIAS Criticón, 56, 1992<br />

<strong>de</strong> los sentidos; y <strong>de</strong> fe y esperanza en la meta <strong>de</strong>seada. El peregrinar físico es a veces símbolo y<br />

medio <strong>de</strong>l progreso hacia Dios. Pero en la espiritualidad cristiana el énfasis recae con más<br />

frecuencia en la transformación espiritual interior <strong>de</strong>l individuo, cuya meta es la unión con Dios,<br />

ya sea en el éxtasis encendido <strong>de</strong>l místico en esta vida, o en la total incorporación <strong>de</strong>l cristiano a la<br />

Iglesia militante aquí y a la Jersualén celestial en la otra vida. Esta transformación no es sólo<br />

asunto individual sino también <strong>de</strong> toda la comunidad -la Iglesia- a que pertenece y <strong>de</strong> la que recibe<br />

doctrina, alimento y fe.<br />

I. El comienzo <strong>de</strong>l camino, versos 1 al 100<br />

El auto se abre con una escena <strong>de</strong> amarga y dolorosa <strong>de</strong>spedida. Peregrino trata <strong>de</strong> librarse <strong>de</strong>l<br />

abrazo <strong>de</strong> Tierra para ponerse en camino. La iniciativa es <strong>de</strong> él. La relación entre ambos es<br />

sumamente problemática y tensa. Se le llama madre cinco veces (versos 1, 5, 15, 75, 82), pero<br />

también enemigo: "No me puedo <strong>de</strong>ssasir / <strong>de</strong> ti, madre y enemigo; / ni puedo viuir contigo, /ni<br />

sin ti puedo viuir" (81-84). "Madre y enemigo": madre porque <strong>de</strong> la tierra fue formado y con sus<br />

frutos lo sustenta (45-60); enemigo, pues le impi<strong>de</strong> el fin más alto para que fue creado. Entre ellos<br />

no hay armonía, sino penas y dolores. <strong>Valdivielso</strong> evoca la situación <strong>de</strong> Adán y Eva <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la<br />

caída, haciéndose fiel eco <strong>de</strong>l leguaje violento <strong>de</strong>l Génesis 10 : "los surcos... / me abren el pecho"<br />

(27-28), "rotas las entrañas (29), "sangrar mis venas" (35), "pan <strong>de</strong> dolor / entre espinas y entre<br />

abrojos, / comprado a precio <strong>de</strong> enojos / y gotas <strong>de</strong> mi sudor:" (49-52), "muy buen trabajo me<br />

cuesta, / muy buenos dolores passo" (59-60).<br />

Peregrino es a la vez representante <strong>de</strong> la humanidad en general y <strong>de</strong> cada individuo en particular.<br />

El auto es un resumen <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> la salvación en general, y también <strong>de</strong> la historia espiritual<br />

<strong>de</strong>l individuo concreto, que bajo la tutela <strong>de</strong> Verdad <strong>de</strong>scubre y se resuelve a alcanzar su verda<strong>de</strong>ro<br />

<strong>de</strong>stino. Peregrino quiere irse porque busca un fin más noble. Como hijo <strong>de</strong> la tierra, Peregrino es<br />

tierra también, y tiene clara conciencia <strong>de</strong> que lleva <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sí a su propio enemigo: "Y assí<br />

peregrino parto / <strong>de</strong> mí mismo peregrino, / que el mismo con quien camino / viene a ser <strong>de</strong> quien<br />

me aparto" (97-100) 11 . Su peregrinación es una alienación <strong>de</strong> sí mismo, un exilio interior. El viaje<br />

tiene lugar en la geografía espiritual <strong>de</strong>l propio hombre.<br />

La <strong>de</strong>spedida es <strong>de</strong>liberada y resuelta (6) sin mórbida conmiseración alguna. Busca su vida<br />

eterna (13,15) "que es vida en Dios escondida" (16); quiere ir a Tierra Santa "que es tierra <strong>de</strong> los<br />

vibientes" (7,8), pues aquí abajo no hay cosa segura ni ciudad permanente (9-10). En resolución, le<br />

dice: "Déxame que busque el cielo, / pues que fui para él criado" (3-4). La inspiración es <strong>de</strong> arriba<br />

y proviene tanto <strong>de</strong> la naturaleza ("si el cielo hermoso me guiña / con ojos <strong>de</strong> sus estrellas" 85-86)<br />

como directamente <strong>de</strong> Dios ("Mas si es que el cielo me llama / y me ofrece su fauor" 93-94).<br />

Peregrino acepta la invitación movido <strong>de</strong>l amor (95).<br />

10 El peregrino, lo mismo que todos los autos <strong>de</strong> <strong>Valdivielso</strong>, está lleno <strong>de</strong> referencias a textos bíblicos<br />

que hemos i<strong>de</strong>ntificado en la edición <strong>de</strong> su Teatro Completo, en las notas al auto. Véase también el<br />

capítulo VI, "<strong>José</strong> <strong>de</strong> <strong>Valdivielso</strong> y la popularización bíblica" <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> J. M. Aguirre, <strong>José</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>Valdivielso</strong> y la poesía religiosa tradicional, Toledo, Diputación Provincial, 1965, pp. 165-172.<br />

11 Esta sección presenta una fuerte dicotomía, profunda e irreconciliable, entre el alma y el cuerpo, el<br />

espíritu y la carne, y las aspiraciones <strong>de</strong> uno y otra. <strong>Valdivielso</strong>, que cita la Biblia con tanta frecuencia y<br />

acierto, está en este punto <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la tradición platónica y agustiniana, más que <strong>de</strong>ntre <strong>de</strong> la tradición<br />

bíblica, según la cual esta carne y espíritu forman un todo bueno e indisoluble, elevado a la más alta<br />

dignidad por la encarnación <strong>de</strong> Cristo. Véase el inigualable estudio <strong>de</strong> Cipriano Vagaggini, O.S.B., The<br />

Flesh Instrument of Salvation. A Theology of the Human Body, translated by Rev. Charles Un<strong>de</strong>rhill<br />

Quinn, Staten Island, N.Y., Alba House, 1969.


REFLEXIONES SOBRE EL PEREGRINO DE VALDMELSO 151<br />

Este primer apartado es <strong>de</strong> rico contenido psicológico: se acepta la invitación <strong>de</strong> arriba, se<br />

rompen las amarras terrenas y se da comienzo a un largo viaje. Se sientan los términos <strong>de</strong> la<br />

jornada: comienza en la tierra; termina en el cielo. Se busca una tierra nueva y un mundo nuevo,<br />

una ciudad permanente, la vida eterna. Tierra es madre, pero es también enemigo; al final<br />

encontrará una madre verda<strong>de</strong>ra -la Iglesia. Se habla <strong>de</strong>l pan <strong>de</strong> dolor (49) y <strong>de</strong> que nada le <strong>de</strong>ja<br />

satisfecho ("nada me harta" 79), motivos que, siquiera <strong>de</strong> una forma negativa, son una primera<br />

referencia al tema eucarístico que tanta importancia cobrará al final.<br />

II. Primera encrucijada: la lección <strong>de</strong>l sueño, versos 101-300<br />

Apenas separado <strong>de</strong> Tierra, Peregrino cae dormido. Si el camino es una metáfora <strong>de</strong> la vida, las<br />

bifurcaciones y encrucijadas son, a su vez, metáforas apropiadas <strong>de</strong> las disyuntivas que el caminante<br />

<strong>de</strong>be resolver para llegar a la meta. Una tradición antiquísima así lo venía repitiendo. Dos<br />

elementos, ambos <strong>de</strong> origen clásico, le dan forma <strong>de</strong>finitiva. El filósofo Pitágoras (ca. 582 a. <strong>de</strong><br />

C.-507 a. <strong>de</strong> C.) representó el <strong>de</strong>curso <strong>de</strong> la vida como una i griega (Y), cuyos trazos superiores<br />

indican los caminos <strong>de</strong>l bien y <strong>de</strong>l mal. El apologista cristiano Lactancio (ca. 260-340) fue el<br />

primero que acomodó la Y pitagórica a un uso cristiano en su De divinis institutionibus (ca.<br />

Hesiodo, en su Erga 290 y siguientes, habla <strong>de</strong> la elección entre dos caminos, uno que lleva a<br />

la arete (virtud) y otro a la kakia (vicio). Pero la popularidad <strong>de</strong>l tema se <strong>de</strong>be al filósofo sofista<br />

Pródico (ca. 460 a. <strong>de</strong> C.-ca. 399 a. <strong>de</strong> C). Jenofonte, en sus Memorias <strong>de</strong> Sócrates, II, 1.21-34,<br />

pone en boca <strong>de</strong> éste la historia que Pródico solía contar a grupos <strong>de</strong> oyentes: El joven Hércules,<br />

cercano a la primera madurez, se sentó a meditar, en un lugar retirado, qué rumbo <strong>de</strong> vida tomaría.<br />

Le pareció entonces que veía a dos mujeres que se le acercaban, ofreciéndose a guiarlo por sus<br />

respectivos caminos cuyas propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>scriben con <strong>de</strong>talle. Una representa el vicio, la otra la<br />

virtud. El camino <strong>de</strong> aquélla es fácil y agradable; el <strong>de</strong> ésta es largo y difícil 13 .<br />

Lo que aseguró al tema un uso continuo en la tradición cristiana fue el haberlo usado Cristo en<br />

sus sermones (Mateo 7,13-14; véase el texto en la nota 4 más arriba). Tema y contenido quedan<br />

así cristianizados: el peregrinar humano se convierte en una imitación <strong>de</strong> Cristo; aún más, para<br />

llegar a él, hay que ir por él, pues afirmó que él mismo es el camino y la meta 14 . Por otra parte,<br />

escritores cristianos posteriores se seguirán aprovechando <strong>de</strong> muchos <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> la tradición clásica.<br />

En el auto <strong>de</strong> <strong>Valdivielso</strong>, Peregrino cae dormido al momento mismo <strong>de</strong> comenzar el camino. En<br />

el relato <strong>de</strong> Sócrates, el encuentro <strong>de</strong> Hércules con las damas tiene algo <strong>de</strong> sueño o aparición (le<br />

pareció que veía a dos mujeres). La fábula <strong>de</strong> Hércules, <strong>de</strong>sconocida durante la Edad Media,<br />

reapareció primero entre los humanistas alemanes <strong>de</strong>l siglo XV, y luego en el resto <strong>de</strong> Europa.<br />

12 W. Harms, Homo viator..., p. 49.<br />

13 A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Jenofonte, véanse el eruditísimo estudio <strong>de</strong> W. Harms, Homo viator..., con<br />

abundante bibliografía, y el <strong>de</strong> Gothard K. Galinski, The Herakles Thème. The Adaptations ofthe H ero in<br />

L'tierature from Horner to the Twentieth Century, Totowa, N. J., Rowman & Littlefield, 1972.<br />

14 La ejemplaridad <strong>de</strong> Cristo se subraya en varios momentos: "Pues con cruz, juncos y acotes, / Christo<br />

este camino anduuo" (211-212); "Dios le anduuo, Peregrino, / y con una cruz cargado. / Y pues él <strong>de</strong>lante<br />

va, / sigúele, la tuya a cuesta" (195-198). Se oyen ecos claros <strong>de</strong> la invitación <strong>de</strong> Cristo: "El que quiera<br />

venir en pos <strong>de</strong> mí, niegúese a sí mismo y tome su cruz y sígame" (Mateo 16, 24). En el evangelio <strong>de</strong> san<br />

Juan dice Cristo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (14, 6). Consúltese a Jesús Castellano Cervera,<br />

"Cristo imagen y camino <strong>de</strong>l hombre nuevo", Seminarium 21, 1981, pp. 700-721.


152 RICARDO ARIAS Criticón, 56,1992<br />

Sebastián Brandt, en su famosísima Stultifera navis (1494) o Nave <strong>de</strong> los locos, se sirve <strong>de</strong> ella,<br />

pero no según el original <strong>de</strong> Pródico, sino según la versión <strong>de</strong> san Basilio Magno is .<br />

En la edición <strong>de</strong> Jacob Locher <strong>de</strong> la Stultifera navis (Basel, 1497) hay un bello grabado en que<br />

aparecen Hércules dormido ("legimus Alci<strong>de</strong>n somno cum forte iaceret", dice el texto al pie <strong>de</strong>l<br />

grabado), y un paisaje <strong>sobre</strong> el que se ven trazados los caminos en clara forma <strong>de</strong> Y pitagórica, al<br />

final <strong>de</strong> los cuales aparecen la Virtud y la Voluptad 16 . Brandt, Locher y otros contemporáneos<br />

<strong>de</strong>sarrollan las obvias posibilida<strong>de</strong>s dramáticas <strong>de</strong> la leyenda. En 1512 Brandt puso en escena en<br />

Estrasburgo una pieza suya que trataba exclusivamente <strong>de</strong> la elección <strong>de</strong> Hércules 17 .<br />

El tema ha tenido <strong>de</strong>sigual fortuna en la literatura española antes <strong>de</strong> <strong>Valdivielso</strong>. En general<br />

aparecen fundidos la Y pitagórica y la elección <strong>de</strong> Hércules 18 . El tratamiento <strong>de</strong>l tema en El<br />

peregrino es muy superior y <strong>de</strong> mayor belleza que el <strong>de</strong> las obras anteriores.<br />

En El peregrino la escena <strong>de</strong>l sueño, <strong>de</strong> gran belleza teatral, está presidida por Verdad. Consta <strong>de</strong><br />

dos partes: el sueño <strong>de</strong> Peregrino y su <strong>de</strong>spertar. Verdad juega aquí el papel <strong>de</strong> insigne maestra.<br />

Con acopio <strong>de</strong> medios didácticos -carros, tramoyas, cantos <strong>de</strong> los coros- expone en forma plástica<br />

perfecta el dilema moral <strong>de</strong> la elección entre el bien y el mal, i.e., el uso recto <strong>de</strong>l libre albedrío:<br />

"escoje y no escojas mal" (196). Si bien las acotaciones no lo indican, es posible que apareciesen<br />

aquí en escena los personajes que representan Belleza (221), Honra (222), Deleite (223), Riqueza<br />

(224), Gusto (229), no todos mencionados en el reparto. La riqueza <strong>de</strong>l <strong>de</strong>corado, las voces y la<br />

música ponen en claro la importancia <strong>de</strong> lo que está sucediendo. Para mejor elegir, Verdad le enseña<br />

ciertos principios. El seguirlos o no <strong>de</strong>terminará su salvación o con<strong>de</strong>nación. Sus <strong>de</strong>cisiones serán<br />

el supremo ejercicio <strong>de</strong> la voluntad, a la que Dios nunca hace fuerza (127).<br />

Peregrino comienza ahora a tener uso <strong>de</strong> razón: "Al tiempo que <strong>de</strong> mantillas / saca a la razón el<br />

tiempo" (113-114); acaba <strong>de</strong> separarse <strong>de</strong> Tierra y es todavía débil, es <strong>de</strong>cir, terreno. Ha escuchado<br />

la lección <strong>de</strong> Verdad, pero sus sentidos siguen apegados a la tierra, se <strong>de</strong>ja impresionar por las<br />

brillantes apariencias <strong>de</strong>l mal camino que tanto halagan los sentidos, y, en su primera <strong>de</strong>cisión, se<br />

engaña. La imposibilidad <strong>de</strong> conseguir los huidizos dones que quiere (Belleza, Honra, Deleite, etc.)<br />

turba tanto a Peregrino que se <strong>de</strong>spierta excitado. Busca en ellas la paz y la vida que ellas no le<br />

pue<strong>de</strong>n dar. Compren<strong>de</strong> que se ha <strong>de</strong>jado engañar por las apariencias.<br />

La acción <strong>de</strong>be <strong>de</strong>tenerse durante unos momentos <strong>de</strong> silencio y profunda reflexión. Peregrino ha<br />

caído en la cuenta y formula así sus conclusiones: "¿Qué es esto? ¿El gusto se passa / como<br />

sombra y sueño? / Qual sueño el Gusto voló, / que siempre el gusto es soñado, / pues que sin auer<br />

llegado / parece que se passó" (235-240). Pronto veremos que esta lección no es dura<strong>de</strong>ra. Los<br />

sentidos siguen siendo falibles, y Peregrino se <strong>de</strong>jará engañar estando <strong>de</strong>spierto,<br />

Dentro <strong>de</strong> la estructura <strong>de</strong>l auto, este apartado es como patrón, bosquejo y prefiguración <strong>de</strong> la<br />

gran experiencia que se acerca. Aquí tenemos ya los tres puntos principales: tentación, caída y<br />

arrepentimiento. La segunda vez, el arrepentimiento será una victoria <strong>de</strong>finitiva.<br />

El papel <strong>de</strong> Verdad ha sido <strong>de</strong>cisivo. Verdad es un concepto muy complejo y rico. Su apariencia<br />

es muy sencilla: va "en hábito <strong>de</strong> pastor" (108+) 19 . Peregrino se admira <strong>de</strong> la sencillez <strong>de</strong> su atavío<br />

15 G. K. Galinski, The Herakles..., p. 199.<br />

16 Véase la reproducción en W. Harms, Homo viator..., grabado 16 al final <strong>de</strong>l libro,<br />

i' G. K. Galinski, The Herakles..., p. 199.<br />

18 Baste como ejemplo la Égloga intitulada Viaje <strong>de</strong>l cielo, ya citada en la nota 9.<br />

19 El signo + indica que se trata <strong>de</strong> una acotación. En muchas otras obras el aspecto <strong>de</strong> Verdad es <strong>de</strong> calidad<br />

semejante; por ejemplo, en el auto Psiques y Cupido (verso 25+), aparece <strong>de</strong> niño labrador, es <strong>de</strong>cir, con<br />

atuendo sencillo.


REFLEXIONES SOBRE EL PEREGRINO DE VALDMELSO 153<br />

(273-274). De acuerdo con su vestir está el tono familiar, un tanto burlón, con que se dirige<br />

frecuentemente a Peregrino. Pero también aquí las apariencias engañan. Cuando él le pregunta<br />

quién es, respon<strong>de</strong> con una <strong>de</strong>scripción en que termina i<strong>de</strong>ntificándose con el mismo Cristo: "que<br />

verdad, vida y camino / en mí y en Dios hallarás" (279-280). En el sueno, Peregrino se <strong>de</strong>jó<br />

engañar por las apariencias: las cosas no eran lo que parecían. Verdad tampoco es lo que parece.<br />

Los sentidos no son <strong>de</strong> confianza. Acepta, pues, el magisterio <strong>de</strong> Verdad: "Fauores <strong>de</strong> Dios no<br />

escasos / gozo en ti, farol diuino" (285-286). Verdad comienza a ejercer este magisterio en seguida<br />

en una serie <strong>de</strong> imperativos: "sigue", "piensa", "procura", "pongámonos", "sigúeme", "atrás no<br />

mires", "sal", "sigúele" (281-298). El mo<strong>de</strong>lo que Verdad le propone es Cristo mismo.<br />

La acción ha progresado enormemente; es ahora compleja y profunda a la vez. Peregrino ha<br />

aprendido dos cosas muy importantes: primero, que el peregrinar es elegir; y segundo, que, gracias<br />

a las instrucciones <strong>de</strong> Verdad (voz <strong>de</strong> Dios), pue<strong>de</strong> elegir acertadamente. La oportunidad <strong>de</strong> hacerlo<br />

constituye el gran experimento <strong>de</strong>l apartado que empezará en el verso 389. Los elementos<br />

eucarísticos introducidos en el presente apartado nos preparan para el ulterior <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l tema.<br />

En el camino hay "pan que harta los cielos" (158), y "vino <strong>de</strong> Dios mesmo" (160), y al final <strong>de</strong>l<br />

camino está "patente el maná cubierto" (172). Por eso Verdad le aconseja: "¡Despierta y leuanta,<br />

Elias! / Come el pan <strong>de</strong> mis consejos, / porque es el camino largo" (173-175).<br />

III. La gran prueba: estancia en la ciudad <strong>de</strong>l placer, 301-956<br />

a. Preparación <strong>de</strong>l asalto, 301-388. El presente apartado es el más importante en<br />

extensión y contenido. Tierra hablaba <strong>de</strong> la "tan peligrosa jornada" (18) que iba a empren<strong>de</strong>r<br />

Peregrino. Verdad, terminada su lección, le urgía a ponerse en camino: "que es tar<strong>de</strong> y ay malos<br />

pasos" (288). Ahora veremos los peligros y malos pasos en el camino <strong>de</strong> la virtud, <strong>de</strong> los que<br />

Luzbel se sirve para hacer caer al hombre. Es una escena que en sus rasgos esenciales se repite en<br />

muchísimos autos. Corre a cargo <strong>de</strong>l eterno <strong>de</strong>sasosegado y sus aliados quienes, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el "confuso<br />

abismo" (306), traman con sus secuaces las peligrosas trampas. El móvil es siempre la envidia. El<br />

hombre es libre, i.e., pue<strong>de</strong> salvarse, mientras que él no, ("y nunca lo que él seré" 316). Esto lo<br />

lleva a convulsiones <strong>de</strong> nefanda actividad. Deleite cree que la empresa es fácil (337-356). ¿Es acaso<br />

Peregrino más fuerte que los ángeles que cayeron, o que hombres como Adán, Sansón, Salomón,<br />

Aman? En cuanto a Verdad, "¿ay ya quien se acuer<strong>de</strong> <strong>de</strong>lla, / ni quien la tome en la boca?" (351-<br />

352). Luzbel <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> asaltar a Peregrino, disfrazándose todos <strong>de</strong> ladrones (360). Se darán cita en "la<br />

ciudad <strong>de</strong> Plasencia" (369), es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>l placer, contrapartida <strong>de</strong> la Jerusalén celestial y eterna que es<br />

la verda<strong>de</strong>ra meta <strong>de</strong> Peregrino 20 .<br />

Dos <strong>de</strong>talles importantes para la trabazón <strong>de</strong>l auto. Luzbel y sus secuaces irán "<strong>de</strong> ladrones"<br />

(360). Es el primer anticipo <strong>de</strong> la parábola <strong>de</strong>l Buen Samaritano que se <strong>de</strong>sarrollará más tar<strong>de</strong>.<br />

Luzbel afirma que en Plasencia pue<strong>de</strong> Peregrino "comer y veuer / sin saber si ay penitencia" (371-<br />

372). En la ciudad <strong>de</strong>l placer el banquete <strong>de</strong> Luzbel será una anti-eucaristía que, por ser tal, no<br />

necesita ir precedida <strong>de</strong> la penitencia.<br />

20 Lope <strong>de</strong> Vega compuso una comedia —La Serrana <strong>de</strong> la Vera- <strong>sobre</strong> una tradición extremeña, <strong>de</strong> la que<br />

corrían varios romances, según la cual una joven bella, natural <strong>de</strong> Garganta la Olla, en la Vera <strong>de</strong><br />

Plasencia, se niega a casarse con el elegido <strong>de</strong> sus padres y huye al monte, viviendo <strong>de</strong> la caza y <strong>de</strong> lo que<br />

roba a los caminantes, obligándoles a<strong>de</strong>más a satisfacer sus <strong>de</strong>seos camales, matándolos luego para no<br />

ser <strong>de</strong>scubierta. Luis Vélez <strong>de</strong> Guevara escribió otro drama con el mismo título y asunto, y <strong>de</strong> gran<br />

belleza. <strong>Valdivielso</strong> escribió el auto La serrana <strong>de</strong> Plasencia. En los autos <strong>de</strong> <strong>Valdivielso</strong>, la Serrana y<br />

Plasencia tienen sentido alegórico.


154 RICARDO ARIAS Criticón, 56,1992<br />

b. La tutela <strong>de</strong> Verdad, 389-504. En los versos 277-278 Verdad le había dicho a<br />

Peregrino: "Por el camino sabrás / mejor quién soy, Peregrino". Y ahora <strong>de</strong>fine su papel en más<br />

<strong>de</strong>talle: será su fîel amiga y consejera; le ayudará a ver, bajo las apariencias hermosas, la realidad<br />

fea <strong>de</strong>l pecado. Todavía en las afueras <strong>de</strong> Plasencia Peregrino queda <strong>de</strong>slumhrado. Le atraen<br />

sucesivamente la Belleza (389), el árbol <strong>de</strong> las dignida<strong>de</strong>s humanas (397-398), y el Deseo que todo<br />

satisface (419-420). Apenas formulado cada <strong>de</strong>seo, Peregrino siente la picazón <strong>de</strong> una espina,<br />

símbolo <strong>de</strong>l pecado y <strong>de</strong> la muerte (396,416), que pone <strong>de</strong> manifiesto la maldad esencial <strong>de</strong> lo<br />

<strong>de</strong>seado 21 . Pero su fascinación es tal que los consejos <strong>de</strong> Verdad resultan ineficaces, aun cuando le<br />

advierte las últimas consecuencias <strong>de</strong> sus acciones: el juicio final (392), la muerte (412,416) y el<br />

infierno (424) 22 . La memoria <strong>de</strong> los novísimos <strong>de</strong>biera ayudarle a ver sus acciones "sub specie<br />

aeternitatis", a observar el fuerte contraste entre el huidizo ahora y el eterno <strong>de</strong>spués, entre el<br />

tiempo y la eternidad. El bien verda<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>be llevar al bien eterno. Pero Peregrino no alcanza esta<br />

perspectiva.<br />

Al querer entrar en Plasencia, Verdad lo amonesta: las cosas que le atraen no son más que sazón<br />

<strong>de</strong> pecado y preparación para el infierno ("perdigan para el infierno", 424). La perplejidad <strong>de</strong><br />

Peregrino ("¿qué he <strong>de</strong> hazer?", 425) la resuelve fácilmente Verdad: <strong>de</strong>be hacer penitencia,<br />

precisamente lo que Luzbel le había dicho que no era necesario (372). Penitencia significa aquí<br />

disciplina, ascesis y renunciamiento, y es prólogo y preparación para la eucaristía. Sin "el pan <strong>de</strong><br />

penitencia" (440) no podrá llegar a la presencia "<strong>de</strong>l que se da a sí mismo" (438). Verdad afirma<br />

categórica: "Sin ella no llegarás / adon<strong>de</strong> vas, Peregrino" (451-452). Estamos ante el paso más<br />

difícil y el momento más crítico <strong>de</strong>l peregrinar <strong>de</strong>l hombre. Las palabras <strong>de</strong> Verdad no logran<br />

preparar a Peregrino para la horrible aparición <strong>de</strong> Penitencia, que sale "con una cabeça <strong>de</strong> león"<br />

(456+), y otros rasgos no menos aterrorizadores (461-464), pero escon<strong>de</strong> en sí dulce miel 23 .<br />

La dicotomía y contraste entre el aspecto exterior <strong>de</strong> los vicios, por una parte, y <strong>de</strong> la Verdad y<br />

Penitencia, por otra, es <strong>de</strong>sconcertante para Peregrino, todavía sujeto a la tiranía <strong>de</strong> los sentidos<br />

fácilmente seducibles por primeras impresiones. Peregrino se hace el sordo y rechaza la penitencia,<br />

al menos por el momento; y en un acto <strong>de</strong> soberbia, se cree en control <strong>de</strong>l futuro. Penitencia tendrá<br />

que esperar: "A la vejez bastará" (466). Entonces la buscará (490). Peregrino está en el ahora <strong>de</strong> su<br />

21 Espinas y picaduras tienen en el auto significados diversos. En los versos 292+ y 193, se trata <strong>de</strong> las<br />

espinas que son parte <strong>de</strong>l sufrimiento en el camino <strong>de</strong> la penitencia saludable. En 393, Peregrino se pica<br />

al coger la flor <strong>de</strong> la Belleza: tras la belleza terrena está la muerte, y Verdad (396) <strong>de</strong>sea que le pique, i.e.,<br />

le moleste el pecar. Al querer coger el fruto <strong>de</strong>l árbol <strong>de</strong> las dignida<strong>de</strong>s pisa una espina que Verdad<br />

i<strong>de</strong>ntifica con la espina <strong>de</strong> la muerte (413-416). Y las sábanas <strong>de</strong> la cama <strong>de</strong>l honor son <strong>de</strong> espinas porque<br />

no <strong>de</strong>jan a uno tranquillo (583).<br />

22 Los novísimos o postrimerías son tema frecuentísimo en el teatro religioso <strong>de</strong>l Siglo <strong>de</strong> Oro, así como<br />

en toda la literatura espiritual <strong>de</strong>l período. En un próximo ensayo estudiaré con <strong>de</strong>tención su importancia<br />

en <strong>Valdivielso</strong>. Consúltese Luis Aróstegui, "Vida terrenal <strong>de</strong>l cristiano en clave teologal". Revista <strong>de</strong><br />

Espiritualidad, 34, 1975, pp. 475-486.<br />

23 La historia <strong>de</strong> Sansón se cuenta en el libro <strong>de</strong> los Jueces capítulos 13 a 16. Una vez, camino <strong>de</strong> Tirona,<br />

le salió al encuentro un joven león, que <strong>de</strong>strozó como si fuese un cabrito. Tiempo <strong>de</strong>spués pasó por el<br />

mismo camino, y vio que había un enjambre <strong>de</strong> abejas con miel en la osamenta <strong>de</strong>l león. Cogió <strong>de</strong> ella y<br />

comió, y dio a comer a sus padres <strong>de</strong> ella también (14, 5-9). La interpretación <strong>de</strong> <strong>Valdivielso</strong> parece suya<br />

propia, pues no la he encontrado en los comentarios consultados. Véase el importante estudio <strong>de</strong><br />

F. Michael Krouse, Milton's Samson and the Christian Tradition, Princeton, Princeton University<br />

Press, 1949. El contexto <strong>de</strong>ja claro el significado: la penitencia es el paso más difícil hacia la patria<br />

(451-452): parece un león fiero, pero luego es dulce. Dice Penitencia misma: "Si por <strong>de</strong> fuera soy fea, / <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>ntro soy muy hermosa" (471-472). Véase también el auto <strong>de</strong> <strong>Valdivielso</strong> Entre día y noche, 718-727.


REFLEXIONES SOBRE EL PEREGRINO DE VALDMELSO 155<br />

juventud, que <strong>de</strong>be ser tiempo <strong>de</strong> placer: "Quiero aora darme un ver<strong>de</strong>" (501). En el verso 196 le<br />

aconsejaba Verdad: "Escoje y no escojas mal". Aquí toma una consciente y libre <strong>de</strong>cisión y escoge<br />

mal. No capta la realidad escondida, su voluntad es débil, sigue siendo tierra, terreno.<br />

c. Huésped <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong>l placer, 505-764. A pesar <strong>de</strong> las amonestaciones <strong>de</strong><br />

Verdad, Peregrino <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> entrar. Placer no se lo permite al verlo acompañado <strong>de</strong> Verdad, pues ella<br />

no tiene cabida en la ciudad <strong>de</strong>l placer, i. e., <strong>de</strong> la mentira. Continúa en estos versos (529-660) el<br />

forcejeo <strong>de</strong> la tentación, en un diálogo ágil en que Verdad -la conciencia moral <strong>de</strong> Peregrino- pone<br />

al <strong>de</strong>snudo la mentira <strong>de</strong> los pretendidos privilegios y favores <strong>de</strong> los vicios. Pero la voluntad <strong>de</strong><br />

Peregrino ce<strong>de</strong>, y se va con Deleite (660 y sigs.), libre y con perfecto conocimiento <strong>de</strong> sus<br />

consecuencias. Es, por lo tanto, un acto moral malo, un pecado. Verdad le recuerda por segunda vez<br />

los tres novísimos: muerte, juicio, infierno (672-677), pero Peregrino comete otro pecado <strong>de</strong><br />

soberbia afirmándose <strong>de</strong> nuevo dueño <strong>de</strong>l tiempo <strong>de</strong> su vida: " Aú[n] tie[m]po queda" (673). Verdad<br />

le dice que no tiene segura ninguna hora (808) y le advierte que "esta vida es tu processo, / y<br />

sentenciarse a tu muerte" (719-720).<br />

d. La cena <strong>de</strong> Luzbel: anti-eucaristía, 765-876. La importantísima escena (765-894)<br />

<strong>de</strong>l banquete preparado por Gula, <strong>de</strong> cocinero, y ofrecido por Mendacio es <strong>de</strong> gran belleza literaria.<br />

En primer lugar, es la culminación <strong>de</strong> la gran prueba <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sengaño que Verdad ha querido darle a un<br />

reacio Peregrino. En segundo lugar, prepara la parte final <strong>de</strong>l auto en que Peregrino alcanza la meta<br />

<strong>de</strong>seada, la Iglesia (anticipo <strong>de</strong> la Jerusalén celestial), en la que es curado y agasajado con manjares<br />

<strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ra vida.<br />

El banquete lo <strong>de</strong>scribe Verdad como una falsa eucaristía: la comida la trae Mendacio (765-766),<br />

y el cáliz es el cáliz <strong>de</strong>l engaño (772). Deleite promete satisfacerle los <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> honra, riqueza y<br />

beldad (797-801), pero no el <strong>de</strong> salud, pues "salud no dura en mi casa" (802). Es <strong>de</strong>cir, sus bienes<br />

son huidizos y por lo tanto falsos. El bien verda<strong>de</strong>ro, para serlo, tiene que ser eterno 24 . Verdad ha<br />

insistido <strong>sobre</strong> la falsedad <strong>de</strong> los bienes <strong>de</strong>l mundo; ahora Peregrino lo verá por su cuenta en los<br />

cuatro platos cubiertos que le ofrece Mendacio. El primero es <strong>de</strong> honra y dignidad (810). Al<br />

<strong>de</strong>staparlo Verdad, vuela el pájaro, y comenta Peregrino: "La Honra voló" (814). El segundo es <strong>de</strong><br />

riqueza (823): Verdad lo <strong>de</strong>stapa y sólo hay en él carbón (832). En el tercero viene la hermosura<br />

(840), pero al <strong>de</strong>staparlo Verdad, aparece en él una calavera (848) cubierta con un paño <strong>de</strong> brocado<br />

(844)25. En el último, se ofrece Deleite mismo: "Adon<strong>de</strong> me cifro yo / por tu gusto en vn bocado"<br />

(859-860). Será, pues, el mejor <strong>de</strong> los cuatro, pero al <strong>de</strong>staparlo Verdad lo encuentra vacío (868).<br />

24 Como dice san Agustín en el sermón 84: "Vidas, pues, no hay más que la bienaventurada, y<br />

bienaventurada no pue<strong>de</strong> serlo sino la eterna", en Obras <strong>de</strong> san Agustín. Tomo X, Madrid, Editorial<br />

Católica, 1952, p. 323.<br />

25 Una escena muy semejante a ésta se encuentra en el auto <strong>de</strong> <strong>Valdivielso</strong> El villano en su rincón (versos<br />

1480+ y sigs.). Es posible que se haya inspirado en una escena <strong>de</strong> El villano en su rincón <strong>de</strong> Lope <strong>de</strong><br />

Vega (versos 875+ y sigs.). Según Covarrubias, Tesoro..., 487 b, una tradición afirma que los duen<strong>de</strong>s<br />

(espíritus malignos), que habitan los lugares subterráneos, guardan los tesoros escondidos con que el<br />

Anticristo cautivará a los codociosos. Al ser encontrados "se les buelven en carbones, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> nació el<br />

proverbio tesoro <strong>de</strong> duen<strong>de</strong>". En 960a recoge el proverbio en latín: Thésaurus carbones facti surtí.<br />

(Agra<strong>de</strong>zco esta refetencia al Prof. M. Vitse.) Los versos 843-844 nos lecuerdan los <strong>de</strong> Mira <strong>de</strong> Amescua<br />

en El esclavo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio: 'Tumba <strong>de</strong> huesos cubierta / con un paño <strong>de</strong> brocado" (2789-2790). La i<strong>de</strong>a la<br />

repite <strong>Valdivielso</strong> en los autos Psiques y Cupido (1265-1269) y en La serrana <strong>de</strong> Plasencia (207-208). En<br />

Cal<strong>de</strong>rón la encontramos en El mágico prodigioso (2523-2548). Es el tema <strong>de</strong>l cuadro <strong>de</strong> Juan <strong>de</strong> Valdés<br />

Leal titulado Las postrimerías o Finis gloriae mundi que se encuentra en la Santa Caridad, en Sevilla. Para<br />

un eco mo<strong>de</strong>rno <strong>de</strong>l tema, véase el cuento <strong>de</strong> Francisco Ayala, Postrimerías incluido en su El jardín <strong>de</strong> las<br />

<strong>de</strong>licias, Barcelona, Seix Banal, 1973, pp. 113-115.


156 RICARDO ARIAS Criticón, 56,1992<br />

Toda esta escena es <strong>de</strong> gran acierto teatral. Acción y contenido están íntimamente relacionados.<br />

Prevalece el ritmo alternante: a los alar<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los vicios se siguen los comentarios críticos <strong>de</strong><br />

Verdad, que nos dan el sentido moral. Mendacio ofrece los platos, pero es Verdad quien los <strong>de</strong>stapa,<br />

es <strong>de</strong>cir, quien nos muestra su naturaleza y significado moral. El gesto físico <strong>de</strong> <strong>de</strong>stapar adquiere<br />

una bella dimensión significativa. El simbolismo <strong>de</strong>l pájaro, <strong>de</strong>l carbón y <strong>de</strong>l plato vacío nos<br />

recuerda el final <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> los mejores sonetos metafísicos <strong>de</strong>l Barroco y los tratados<br />

<strong>de</strong>vocionales <strong>sobre</strong> las postrimerías. El persistente examen <strong>de</strong> Verdad ha hecho ver a Peregrino que<br />

tras el <strong>de</strong>slumbre <strong>de</strong> placeres y vicios todo es polvo, sombra y nada.<br />

e. La muerte, consecuencia <strong>de</strong>l pecado, 876+-95Ó. El <strong>de</strong>senmascaramiento ha<br />

terminado. Peregrino ha llegado a la conclusión <strong>de</strong>seada por Verdad. Ha asistido a un banquete que<br />

no es tal, lleno <strong>de</strong> promesas que no lo son. Lo trágico es que ha comprometido en ello su<br />

salvación, pues realmente <strong>de</strong>seaba esas cosas. Ahora tendrá que pagar las consecuencias. Sus<br />

protestas <strong>de</strong> que no ha comido, <strong>de</strong> poco le valen. Sus enemigos se lanzan <strong>sobre</strong> él con ballestas y<br />

espadas. Ya medio muerto (más que física, espiritualmente) llama a Verdad y a Jesús en su ayuda<br />

(896). Verdad, en un nuevo papel, se <strong>de</strong>scribe a sí misma con rasgos propios <strong>de</strong> la Virgen María,<br />

que nos recuerdan la representación inconográfica <strong>de</strong> la Inmaculada, con su pie <strong>sobre</strong> el <strong>de</strong>monio. El<br />

diálogo que sostienen Verdad y Luzbel <strong>de</strong>ja esto bien claro. <strong>Valdivielso</strong> se sirve con frecuencia <strong>de</strong> la<br />

antítesis 'subir-caer' o 'subir-bajar' o arriba-abajo para <strong>de</strong>scribir procesos espirituales (691-692,<br />

907, 1279-1280); en el presente auto algunas <strong>de</strong> ellas preparan la parábola <strong>de</strong>l Samaritano que se<br />

<strong>de</strong>sarrollará ampliamente en el apartado siguiente.<br />

En el sueño le <strong>de</strong>cían a Peregrino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el carro <strong>de</strong>l camino estrecho: "Pues con cruz, juncos y<br />

acotes, / Christo este camino anduuo" (211-212), animándole así a hacer otro tanto. Ahora es<br />

Luzbel quien vuelve <strong>sobre</strong> el paralelo. Quiere que Verdad diga a Cristo que Luzbel se ha vengado en<br />

su imagen (i.e., en Peregrino): "Di que yo le <strong>de</strong>spojé; / que yo le maniaté y herí" (929-930).<br />

Verdad protesta que Cristo mismo se <strong>de</strong>jó pren<strong>de</strong>r por amor (947, 952), y ese amor lo impulsará<br />

ahora a rescatar a Peregrino (955-956).<br />

El apartado es un excelente ejemplo <strong>de</strong> cómo el teatro reflejaba, <strong>de</strong> acuerdo con sus recursos y<br />

principios artísticos, el pensamiento religioso contemporáneo. Verdad guía a Peregrino en este<br />

recorrido doloroso y revelador <strong>de</strong> lo fugitivo <strong>de</strong> la vida, <strong>de</strong> la inanidad <strong>de</strong> los placeres, y <strong>de</strong> la trágica<br />

falibilidad <strong>de</strong> los sentidos. El aprendizaje ha sido duro, pero al final <strong>de</strong>l apartado Peregrino ha<br />

llegado a un total <strong>de</strong>sengaño y, peregrino <strong>de</strong> sí mismo (98), i.e., <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>seos terrenos, podrá<br />

reanudar el último tramo <strong>de</strong> su camino que le llevará a la meta no más que vislumbrada al<br />

principio.<br />

IV. La vuelta al camino que lleva a la vida, 957-1338<br />

El presente apartado consta <strong>de</strong> tres momentos: cura <strong>de</strong> las llagas (pecados) <strong>de</strong> Peregrino con la<br />

medicina <strong>de</strong>l sacramento <strong>de</strong> la confesión; fortalecimiento <strong>de</strong> Peregrino con la comunión;<br />

reanudación <strong>de</strong>l camino hacia la patria <strong>de</strong>l cielo. En los dos primeros <strong>Valdivielso</strong> calca la parábola<br />

<strong>de</strong>l Buen Samaritano a la que ya había aludido varias veces 26 . Es Peregrino mismo quien la<br />

26 En el verso 360 dice Luzbel: "le salgamos <strong>de</strong> ladrones". La frase "Subías a Ierusalem / y baxas a<br />

Xericó" aparece en 691-692 y se repite luego en 1279-1280. En la exégesis católica, el bajar a Jericó<br />

significa el seguir los sentidos pecaminosos; al contrario, subir a Jerusalén es buscar la virtud. Otras<br />

alusiones en 897: "que está medio muerto creo"; 929: "<strong>de</strong>spojé"; 930: "maniaté y herí"; 959: "medio<br />

muerto me han <strong>de</strong>xado". La parábola la trae únicamente el evangelio <strong>de</strong> Lucas 10, 30-37. Sobre los<br />

comentarios a la parábola, véase Stephen D. Wailes, Medieval Allégories of Jesús' Parables, Berkeley,


REFLEXIONES SOBRE EL PEREGRINO DE VALDIVIELSO 157<br />

introduce aquí: "medio muerto me han <strong>de</strong>xado / los salteadores <strong>de</strong>l cielo" (959-960). Su condición<br />

física (medio muerto) es trasunto <strong>de</strong> la condición espiritual. Pi<strong>de</strong> ayuda con una jaculatoria: "¡Dios<br />

mío!" (961), y Verdad le urge a buscarla en Dios, repitiendo el imperativo "pi<strong>de</strong>" doce veces en una<br />

bella anáfora, verda<strong>de</strong>ro mosaico <strong>de</strong> citas bíblicas (962-992), todas ellas insistiendo en la<br />

misericordia y compasión <strong>de</strong> Dios hacia los pecadores.<br />

Tres <strong>de</strong>talles merecen especial mención. Verdad sugiere: "Pi<strong>de</strong> al fiel Samaritano / que es guarda<br />

<strong>de</strong> sus ouejas, / y a tus lágrimas y quexas / le verás venir vfano" (981-984). Con ello se introduce,<br />

primero, la escena <strong>de</strong>l Buen Samaritano y, segundo, se anuncia el tema <strong>de</strong> las lágrimas que se<br />

<strong>de</strong>sarrollará más tar<strong>de</strong>. El tercer <strong>de</strong>talle es la doble mención <strong>de</strong> la comida: "Pi<strong>de</strong> que pastos te aura"<br />

(985), y "pi<strong>de</strong> que llame a tu puerta / y que entre y contigo cene" (991-992), con que se reanuda el<br />

tema <strong>de</strong> la cena eucarística. Peregrino prorrumpe en oración: "¡O vosotros, los que vays / camino<br />

<strong>de</strong>l aluedrío!, / ved si ay dolor como el mío / en todos los que passáys" (993-99Ó) 27 .<br />

Hemos llegado al momento perfecto para la presentación <strong>de</strong> la parábola <strong>de</strong>l Buen Samaritano.<br />

El sacerdote (sacerdocio <strong>de</strong>l Viejo Testamento) no lo pue<strong>de</strong> sanar con sus medicinas "flacas" (1005-<br />

1012). El levita (san Juan Bautista, representante <strong>de</strong> los profetas) es únicamente nuncio <strong>de</strong>l que<br />

vendrá a traer la gracia medicinal (1021-1046). Por fin, llega el Samaritano, Cristo, y Peregrino se<br />

<strong>de</strong>sahoga en una rebosante letanía <strong>de</strong> elogios. Es una escena <strong>de</strong> profunda emoción entre el enfermo<br />

<strong>de</strong> muerte y el médico muerto <strong>de</strong> amor por curarlo. La acotación dice: "Viene Christo, <strong>de</strong><br />

samaritano" (1052+), pero el texto <strong>de</strong>l diálogo parece exigir la figura <strong>de</strong> Cristo glorioso con las<br />

señales <strong>de</strong> su pasión. Todo el primer momento <strong>de</strong> este apartado es <strong>de</strong> profunda emoción y gran<br />

belleza. Pocas escenas <strong>de</strong> reconciliación hay semejantes a ésta. Peregrino ha encontrado el verda<strong>de</strong>ro<br />

camino, la paz y la concordia que Cristo le ha conseguido (1085). Peregrino las acepta <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

un arrepentimiento sincero que <strong>Valdivielso</strong> expresa con el profuso <strong>de</strong>rramamiento <strong>de</strong> lágrimas,<br />

a<strong>de</strong>cuada señal externa <strong>de</strong> sus sentimientos internos 28 . Es Samaritano quien le aconseja llorar:<br />

"pues, si llorando me pi<strong>de</strong>s, / ¿qué te sabré yo negar?" (1095-1096). La escena culmina con la<br />

acotación: "Llega Christo a beuer las lágrimas" <strong>de</strong> Peregrino (1098+). El gesto es sumamente<br />

expresivo y perfectamente apropiado a su significado. Su sentido espiritual nos lo dio ya<br />

Peregrino: "¡Ojos, lágrimas verted / porque el alma frutos lleue!" (1097-1098). Y lo subraya luego<br />

Samaritano: "Déxame matar mi sed, / que <strong>de</strong> sed délias me abraso" (1100-1101). Una vez<br />

perdonado Peregrino, Samaritano lo pone a cuestas y lo lleva a su Iglesia, diciendo: "curarle he, /<br />

que medizinas <strong>de</strong>xé / echas <strong>de</strong> mi cuerpo [y] sangre" (1130-1132) 29 . La acción tiene lugar ahora<br />

University of California Press, 1987, pp. 209-214. Consúltese también el <strong>de</strong>l padre Maldonado en<br />

Comentarios a los cuatro evangelios, Madrid, 1954, JJ, pp. 550-551.<br />

27 Los versos 993-996 están tomados casi literalmente <strong>de</strong> las Lamentaciones <strong>de</strong> Jeremías 1, 12: "Oh<br />

vosotros cuantos pasáis por el camino, mirad y ved si hay dolor comparable a mi dolor". <strong>Valdivielso</strong> los<br />

acomoda a la situación <strong>de</strong> Peregrino. La exégesis y la liturgia los refieren a la pasión <strong>de</strong> Cristo o a los<br />

sufrimientos <strong>de</strong> la Virgen.<br />

28 Dice J. M. Aguirre en <strong>José</strong> <strong>de</strong> <strong>Valdivielso</strong>..., p. 161: "Las lágrimas como la mejor arma <strong>de</strong>l pecador<br />

para obtener el perdón divino es un tema repetidamente utilizado por los poetas españoles <strong>de</strong> los siglos<br />

XVI y xvii. Quizás nadie como <strong>Valdivielso</strong> supo tratar la i<strong>de</strong>a".<br />

29 En el Viejo Testamento se dice que el Mesías curará nuestras heridas y enfermeda<strong>de</strong>s: Salmo 6, 2; 41, 4;<br />

Isaís 19, 22; Jeremías 30, 17; en el Nuevo Testamento, Cristo da po<strong>de</strong>r a sus discípulos para curar<br />

enfermeda<strong>de</strong>s (Mateo 10, 1), y el mismo curará la dureza <strong>de</strong> corazón y ceguera espiritual (Mateo 13, 15).<br />

Estas frases y las curaciones milagrosas <strong>de</strong> los enfermos, hacen que Cristo aparezca pronto como médico,<br />

y, luego, la Iglesia como dispensadora <strong>de</strong> esas medicinas, es <strong>de</strong>cir como botica. En el auto La Locura,<br />

versos 994 y sigs., hay una escena semejante. Véase mi artículo "El hospital <strong>de</strong> los locos <strong>de</strong> <strong>Valdivielso</strong>,<br />

interpretación dramática <strong>de</strong> la metáfora locura-pecado", en Estudios <strong>de</strong> historia, literatura y arte<br />

hispánicos ofrecidos a Rodrigo A. Molina, Madrid, ínsula, 1977, p. 35.


158 RICARDO ARIAS Criticón, 56, 1992<br />

fuera <strong>de</strong> escena, y lleva a la confesión <strong>de</strong> Peregrino, <strong>de</strong>scrita por Verdad en un bello romance<br />

abarrotado <strong>de</strong> referencias bíblicas alusivas al perdón y a la penitencia (1133-1184).<br />

Si la acción <strong>de</strong>l auto tenía hasta entonces el carácter <strong>de</strong> un proceso espiritual un tanto abstracto,<br />

<strong>Valdivielso</strong> lo acomoda <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ahora a la realidad histórica concreta <strong>de</strong>l presente momento en la<br />

historia <strong>de</strong> la salvación. La reconciliación no es algo abstracto, ni tampoco algo privado entre el<br />

individuo y Dios; antes bien, es un acto público ante un ministro <strong>de</strong> la Iglesia, un representante <strong>de</strong><br />

Cristo. No hay posible salvación fuera <strong>de</strong> la Iglesia. Y la salvación la administra la Iglesia por<br />

medio <strong>de</strong> los sacramentos instituidos por Cristo; en este caso concreto, el <strong>de</strong> la confesión que<br />

<strong>de</strong>scribe verdad, y el <strong>de</strong> la comunión a que se pasa en seguida.<br />

La parábola <strong>de</strong>l Buen Samaritano se prestaba fácilmente para <strong>de</strong>scribir el estado espiritual y<br />

curación <strong>de</strong> Peregrino. Para la celebración <strong>de</strong>l banquete que se sigue, <strong>Valdivielso</strong> se aprovecha <strong>de</strong><br />

algunos rasgos <strong>de</strong> las parábolas <strong>de</strong> las bodas, <strong>de</strong>l banquete y <strong>de</strong>l retorno <strong>de</strong>l Hijo Pródigo 30 . La<br />

acción pasa <strong>de</strong> la confesión a la comunión con naturalidad y acierto. Los ángeles se alegran <strong>de</strong> la<br />

reconciliación <strong>de</strong> Peregrino (1169-1170) y se prepara un buen día (1172). Samaritano -en papel<br />

ahora <strong>de</strong> padre- le da ropas <strong>de</strong> boda (1173), le sacrifica un becerro, y le pone estola y anillo (1174-<br />

1175). Esta cena-banquete (comunión) es la perfecta contrapartida <strong>de</strong>l banquete en Plasencia. Corre<br />

a cargo <strong>de</strong> Iglesia, en papel <strong>de</strong> madre (1177), título que tiene ahora un sentido mucho más noble y<br />

pleno <strong>de</strong>l que tenía aplicado a Tierra en el primer apartado.<br />

La escena <strong>de</strong>l banquete es <strong>de</strong> un esplendor extraordinario. Será servida por los gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l reino:<br />

san Pedro, Santiago, san Juan Evangelista (1183+). Se celebra en público (1187), pues es el día<br />

<strong>de</strong>l Corpus, y está presidida por el rey que trae consigo a Peregrino, llamado aquí simplemente<br />

hombre (1195,1203,1206) y a quien sienta a su lado (1217).<br />

En el cuarto plato <strong>de</strong>l apartado anterior (857-868), Deleite afirmaba ofrecerse a sí mismo, pero<br />

Peregrino encontró el plato vacío. En el banquete eucaristía) Cristo se ofrece a sí mismo (1205-<br />

1206, 1221, 1225), y al recibirlo el hombre se hace Dios: "oy quiero al hombre hazer Dios"<br />

(1236) 31 . Recibida la comunión, es <strong>de</strong> nuevo Verdad quien le reconviene a reanudar su camino. Al<br />

principio <strong>de</strong> su jornada le impelía el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> buscar el cielo (3), la vida (13) en la Tierra Santa, que<br />

es tierra <strong>de</strong> los vivientes (7-8). Es hora ya <strong>de</strong> empren<strong>de</strong>r la última etapa: "A la patria caminad, / que<br />

para aquella ciudad, / pan y vino andan camino" (1246-1248). El camino no será difícil con tales<br />

ayudas.<br />

Las vacilaciones <strong>de</strong> Peregrino han <strong>de</strong>saparecido. La alegría es inmensa: se ha reconciliado con<br />

Dios por medio <strong>de</strong> los sacramentos <strong>de</strong> la Iglesia <strong>de</strong> Roma 32 . Es Peregrino quien así lo expresa:<br />

30 No es la primera vez que se combinan las dos primeras en una pieza teatral. Véase un prece<strong>de</strong>nte en la<br />

Égloga al Santísimo Sacramenteo <strong>sobre</strong> la parábola evangélica. Matheo 22 y Lucas 14, en Tres églogas<br />

sacramentales..., pp. 3 y 23-40. Para otros ejemplos consúltese Donald T. Dietz, The 'Auto Sacramental'<br />

and the Parable in S pañis h Gol<strong>de</strong>n Age Literature, Chapel Hill, N. C: Department of Romance<br />

Languages, 1973, pp. 137-161. De interés también, aunque no siempre justas, son sus observaciones<br />

<strong>sobre</strong> El peregrino en las páginas 63 a 68. Sobre la exégesis <strong>de</strong> estas parábolas, véase S. L. Wailes,<br />

Medieval Allégories..., p. 153 y sigs., y 161 y sigs. <strong>Valdivielso</strong> escribió un auto intitulado El hijo<br />

pródigo.<br />

31 En esta parte final se repite la palabra hoy ocho veces (1185, 1192, 1195, 1236, 1240, 1280, 1329,<br />

1333). En este y otros autos sacramentales el adverbio se refiere, en primer lugar, al día <strong>de</strong> Corpus<br />

Christi que se está celebrando, y luego, por extensión, a la historia <strong>de</strong> la salvación <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la venida<br />

<strong>de</strong> Cristo, época mesiánica en que Dios se hizo hombre y en que el hombre pue<strong>de</strong> hacerse Dios.<br />

32 La mención <strong>de</strong> Roma es otro <strong>de</strong>talle que da al proceso <strong>de</strong> Peregrino un sentido actual y concreto que<br />

<strong>Valdivielso</strong> quiere <strong>de</strong>jar muy en claro en la mente <strong>de</strong> los oyentes. La salvación está en la Iglesia católica,


REFLEXIONES SOBRE EL PEREGRINO DE VALDIVIELSO 159<br />

"Dichosa mi romería, / pues hasta Roma llegó / don<strong>de</strong> Papa a Dios halló" (1249-1251). Su<br />

seguridad proviene <strong>de</strong> llevar consigo a Dios sacramentado, simbolizado por el Agnus<strong>de</strong>i (1268).<br />

Está listo para reanudar su camino a Jerusalén: "pues si baxó a Xericó, / oy sube a Jerusalén"<br />

(1279-1280). La victoria está pidiendo una celebración que inicia Samaritano (Cristo): "Mis<br />

soberanos cantores, / ca[n]tad, pues cantar os toca" (1275-1276). Música y danza dan expresión a la<br />

emoción <strong>de</strong>sbordante <strong>de</strong> alegría, que <strong>de</strong>semboca en una composición a lo divino, género tan querido<br />

<strong>de</strong> <strong>Valdivielso</strong>, en este caso el famosísimo Romance <strong>de</strong> la zarzuela 22 , perfectamente acoplado a las<br />

circunstancias y al sentido <strong>de</strong> este auto. La versión <strong>de</strong> <strong>Valdivielso</strong> es un excelente resumen <strong>de</strong> los<br />

puntos esenciales <strong>de</strong> la acción <strong>de</strong>l auto expresados en el ritmo ágil y el vocabulario lírico <strong>de</strong> la<br />

zarzuela.<br />

La acción <strong>de</strong>l auto ha concluido. Samaritano hace una última recomendación a Peregrino,<br />

claramente alusiva a la festividad <strong>de</strong> Corpus Christi que se está celebrando: "pues, oy al villano dan<br />

/ carne, vino, sangre y pan" (1333-1334), y el auto se cierra lleno <strong>de</strong> alegría.<br />

Conclusión. El ilustre crítico Bruce W. Wardropper, acertado intérprete <strong>de</strong>l arte <strong>de</strong><br />

<strong>Valdivielso</strong>, contaba El peregrino entre sus tres mejores autos por su orginalidad y profunda<br />

belleza 34 . Valbuena Prat, por su parte, aprecia ciertas cualida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l auto, como "la alternancia <strong>de</strong><br />

poesía popular e ingenio" y "la forma concisa y los ricos tonos folklóricos": pero este crítico no<br />

logró nunca superar la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que la obra <strong>de</strong> <strong>Valdivielso</strong> no pasó <strong>de</strong> ser un "prece<strong>de</strong>nte embrionario<br />

<strong>de</strong> multitud <strong>de</strong> motivos cal<strong>de</strong>ronianos" 35 . Espero que mi análisis ayu<strong>de</strong> a apreciar el alto valor <strong>de</strong> la<br />

pieza, en especial, la habilidad con que <strong>Valdivielso</strong> elabora el antiquísimo tema <strong>de</strong> la vida como<br />

peregrinación, mol<strong>de</strong>ando y acomodando a la alegoría elementos <strong>de</strong> la tradición clásica, parábolas<br />

<strong>de</strong>l evangelio, un sinnúmero <strong>de</strong> referencias bíblicas, refranes, muestras numerosas <strong>de</strong> romances y<br />

canciones <strong>de</strong> la tradición española. Impresiona también la visión positiva y atractiva que da <strong>de</strong> la<br />

historia <strong>de</strong> la salvación, en la que un Dios muerto <strong>de</strong> amor está siempre dispuesto a venir en ayuda<br />

<strong>de</strong> Peregrino, cuyo libre albedrío respeta siempre con escrupulosidad, aun cuando lo lleva al<br />

pecado, que es siempre alienación <strong>de</strong> Dios, doliéndose cuando yerra, alegrándose y recompensándole<br />

sin límites cuando se arrepiente. Es <strong>de</strong> admirar también el arte con que se sirve <strong>de</strong> los recursos <strong>de</strong>l<br />

teatro para ilustrar, subrayar y enriquecer el contenido <strong>de</strong>l texto. A<strong>de</strong>más, admira la sensibilidad y<br />

sutileza poética con que <strong>Valdivielso</strong> prepara, engarza, <strong>de</strong>sarrolla y entreteje temas y motivos hasta<br />

conseguir una fuerte unidad en que los elementos se relacionan y enriquecen mutuamente. Y por<br />

último, hay que subrayar la simpatía, el amor, e incluso el fino sentido <strong>de</strong>l humor con que<br />

<strong>Valdivielso</strong> observa y <strong>de</strong>scribe la condición humana, cualida<strong>de</strong>s que se hallan presentes, en grado<br />

diferente, en todas sus obras. Éstos son, a mi parecer, algunos <strong>de</strong> los rasgos que dan a sus<br />

creaciones originalidad y atractivo, siendo El peregrino un buen ejemplo 36 .<br />

con su centro en Roma, don<strong>de</strong> resi<strong>de</strong> el vicario <strong>de</strong> Cristo. La unión con Roma es indispensable. Persiles y<br />

Sigismundo <strong>de</strong> Cervantes y El Criticón <strong>de</strong> Gradan terminan también en Roma.<br />

33<br />

<strong>Valdivielso</strong> usa este romance también en Psiques y Cupido, 865 y sigs., y en El nacimiento <strong>de</strong> la<br />

mejor, 1357 y sigs.<br />

34<br />

Introducción al teatro religioso <strong>de</strong>l Siglo <strong>de</strong> Oro. Evolución <strong>de</strong>l auto sacramental antes <strong>de</strong> Cal<strong>de</strong>rón, 2*<br />

éd., Salamanca, Anaya, 1967, p. 306 y sigs.<br />

35<br />

Ángel Valbuena Prat, Historia <strong>de</strong>l teatro español, Barcelona, Noguer, 1956, pp. 337 y 340-341.<br />

36 Véanse las observaciones <strong>de</strong> B. Journeau en su artículo "Aspects du théâtre <strong>de</strong> <strong>Valdivielso</strong>", Cahiers <strong>de</strong><br />

poétique et <strong>de</strong> poésie ibérique et latino-américaine, 8, 1980, pp. 71-78.


160 RICARDO ARIAS Criticón, 56,1992<br />

ARIAS, Ricardo, <strong>Reflexiones</strong> <strong>sobre</strong> <strong>«El</strong> <strong>peregrino»</strong> <strong>de</strong> <strong>José</strong> <strong>de</strong> <strong>Valdivielso</strong>. En Criticón (Toulouse), 56,<br />

1992, pp. 147-160.<br />

Resumen. La vida humana como peregrinación y el hombre como peregrino es un antiguo tema <strong>de</strong> la<br />

tradición occi<strong>de</strong>ntal, expresado <strong>de</strong> nuevas maneras en períodos sucesivos. <strong>Valdivielso</strong> dramatiza el tema<br />

en el estilo alegórico propio <strong>de</strong> los autos sacramentales. Elementos clásicos, bíblicos y cristianos,<br />

junto con los recursos <strong>de</strong>l teatro, se combinan hábil y bellamente para <strong>de</strong>scribir la peligrosa jomada <strong>de</strong>l<br />

hombre y <strong>de</strong> la humanidad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la caída <strong>de</strong> Adán hasta el momento presente. Dios y el <strong>de</strong>monio solicitan<br />

la lealtad <strong>de</strong>l hombre, poniendo a prueba su libre albedrío. Tras varios fallos morales, el amor <strong>de</strong> Cristo y<br />

la buena voluntad <strong>de</strong>l hombre salen victoriosos. Alcanzada la meta se celebra un banquete eucarístico,<br />

premio en esta vida y prenda segura <strong>de</strong>l eterno en el cielo.<br />

Résumé. Fort ancien dans la tradition occi<strong>de</strong>ntale, le thème <strong>de</strong> la vie-pèlerinage et <strong>de</strong> l'homme-pèlerin<br />

est l'objet d'un traitement particulier à chacune <strong>de</strong>s époques où il est repris. <strong>Valdivielso</strong> le met en scène<br />

selon le mo<strong>de</strong> très particulier <strong>de</strong>s autos sacramentales. Éléments classiques, bibliques et chrétiens sont<br />

mêlés, dans l'artifice du théâtre, pour une habile et séduisante peinture du périlleux voyage <strong>de</strong> l'homme et<br />

<strong>de</strong> l'humanité <strong>de</strong>puis la chute d'Adam jusqu'à l'heure présente. Dieu et le diable y mettent à l'épreuve la<br />

loyauté <strong>de</strong> l'homme et son libre-arbitre. Malgré plusieurs errements, ce sont l'amour du Christ et la<br />

bonne volonté <strong>de</strong> l'homme qui finissent par triompher. Et vient couronner ce succès un banquet<br />

eucharistique, à la fois récompense ici-bas et gage du salut éternel dans l'au-<strong>de</strong>là.<br />

Summary. Human life as a pilgrimage and man as a pilgrim is an old topic in Western Tradition that<br />

has been expressed in new ways at each of its successive periods. <strong>Valdivielso</strong>'s play is a beautiful<br />

dramatizaron of the topic in the allegorical mo<strong>de</strong> of the sacramental plays. Classical, biblical, and<br />

Christian literary motifs, together with the resources proper to the stage, are skilfully interwoven in<br />

this play to portray man's (and humanity's) dangerous joumey from Adaîn's fall to the présent moment.<br />

Both God and the <strong>de</strong> vil solicit man's loyalty, thereby testing his free will. After several moral lapses,<br />

Christ's love and man's good will prevail. The goal is reached and a Eucharistie banquet is celebrated<br />

both as présent reward and as certain anticipation of the eternal one in heaven.<br />

Palabras Clave. <strong>José</strong> <strong>de</strong> <strong>Valdivielso</strong>. Auto sacramental. El peregrino.

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