Discurso inaugural de la Universidad Nacional - Libros UNAM
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hacerle sentir el valor inmenso de la vida social, para convertirlo en un ser moral, en toda la belleza serena de la expresión; navegar siempre en el derrotero de ese ideal, irlo realizando día a día, minuto a minuto; he aquí la divina misión del maestro. ¡La Universidad, me diréis, la Universidad no puede ser una educadora en el sentido integral de la palabra; la Universidad es una simple productora de ciencia, es una intelectualizadora; sólo sirve para formar cerebrales. Y sería, podría añadirse entonces, sería una desgracia que los grupos mexicanos ya iniciados en la cultura humana, escalonándose en gigantesca pirámide, con la ambición de poder contemplar mejor los astros y poder ser contemplados por un pueblo entero, como hicieron nuestros padres toltecas, rematase en la creación de un adoratorio en torno del cual se formase una casta de la ciencia, cada vez más alejada de su función terrestre, cada vez más alejada del pueblo que la sustenta, cada vez más indiferente a las pulsaciones de la realidad social turbia, heterogénea, consciente apenas de dónde toma su savia y en cuya cima más alta se encienda su mentalidad como una lámpara irradiando en la soledad del espacio...! 13 •
14 • Torno a decirlo: esto sería una desgracia; ya lo han dicho psicosociólogos de primera importancia. No, no se concibe en los tiempos nuestros que un organismo creado por una sociedad que aspira a tomar parte cada vez más activa en el concierto humano, se sienta desprendido del vínculo que lo uniera a las entra- blanca ñas maternas para formar parte de una patria ideal de almas sin patria; no, no será la Universidad una persona destinada a no separar los ojos del telescopio o del microscopio, aunque en torno de ella una nación se desorganice; no la sorprenderá la toma de Constantinopla discutiendo sobre la naturaleza de la luz del Tabor. Me la imagino así: un grupo de estudiantes de todas las edades sumadas en una sola, la edad de la plena aptitud intelectual, formando una personalidad real a fuerza de solidaridad y de conciencia de su misión, que recurriendo a toda fuente de cultura, brote de donde brotare, con tal que la linfa sea pura y diáfana, se propusiera adquirir los medios de nacionalizar la ciencia, de mexicanizar el saber. El telescopio al cielo nuestro, sumario de asterismos prodigiosos en cuyo negror hecho de misterio y de infinito fulguran a un tiempo el Septentrión,
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hacerle sentir el valor inmenso <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida social,<br />
para convertirlo en un ser moral, en toda<br />
<strong>la</strong> belleza serena <strong>de</strong> <strong>la</strong> expresión; navegar siempre<br />
en el <strong>de</strong>rrotero <strong>de</strong> ese i<strong>de</strong>al, irlo realizando<br />
día a día, minuto a minuto; he aquí <strong>la</strong> divina<br />
misión <strong>de</strong>l maestro.<br />
¡La <strong>Universidad</strong>, me diréis, <strong>la</strong> <strong>Universidad</strong> no<br />
pue<strong>de</strong> ser una educadora en el sentido integral<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra; <strong>la</strong> <strong>Universidad</strong> es una simple productora<br />
<strong>de</strong> ciencia, es una intelectualizadora;<br />
sólo sirve para formar cerebrales. Y sería, podría<br />
añadirse entonces, sería una <strong>de</strong>sgracia que<br />
los grupos mexicanos ya iniciados en <strong>la</strong> cultura<br />
humana, escalonándose en gigantesca pirámi<strong>de</strong>,<br />
con <strong>la</strong> ambición <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r contemp<strong>la</strong>r mejor<br />
los astros y po<strong>de</strong>r ser contemp<strong>la</strong>dos por un pueblo<br />
entero, como hicieron nuestros padres toltecas,<br />
rematase en <strong>la</strong> creación <strong>de</strong> un adoratorio en torno<br />
<strong>de</strong>l cual se formase una casta <strong>de</strong> <strong>la</strong> ciencia, cada<br />
vez más alejada <strong>de</strong> su función terrestre, cada<br />
vez más alejada <strong>de</strong>l pueblo que <strong>la</strong> sustenta, cada<br />
vez más indiferente a <strong>la</strong>s pulsaciones <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
realidad social turbia, heterogénea, consciente<br />
apenas <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> toma su savia y en cuya cima<br />
más alta se encienda su mentalidad como una<br />
lámpara irradiando en <strong>la</strong> soledad <strong>de</strong>l espacio...!<br />
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