Discurso inaugural de la Universidad Nacional - Libros UNAM
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Señor presidente de la República: Señoras: Señores: Dos conspicuos adoradores de la fuerza transmutada en derecho, el autor del Imperio germánico y el autor de la Vida estrenua, el que la concebía como instrumento de dominación, como el agente superior de lo que Nietzsche llama la voluntad de potencia, y el que la preconiza como agente de civilización, esto es, de justicia, son quienes principalmente han logrado imbuir en el espíritu de todos los pueblos capaces de mirar lo porvenir, el anhelo profundo y el propósito tenaz de transformar todas sus actividades: la mental, como se transforma la luz, la sentimental, como se transforma el calor, y la física, como se transforma el movimiento, en una energía sola, en una especie de electricidad moral que es propiamente la que integra al hombre, la que lo constituye en un valor, la que lo hace entrar como molécula consciente en las distintas evoluciones que determinan el sentido de la evolución humana en el torrente del perenne devenir...
12 • Esta resolución de ser fuertes, que la antigüedad tradujo por resultados magníficos en grupos selectos y que entra ya en el terreno de las vastas realizaciones por nacionalidades enteras, muestra que el fondo de todo problema, ya social, ya político, tomando estos vocablos en sus más comprensivas acepciones, implica necesariamente un problema pedagógico, un problema de educación. Porque ser fuertes, ya lo enunciamos es, para los individuos, resumir su desenvolvimiento integral: físico, intelectual, ético y estético, en la determinación de un carácter. Claro es que el elemento esencial de un carácter está en la voluntad; hacerla evolucionar intensamente, por medio del cultivo físico, intelectual, moral, del niño al hombre, es el soberano papel de la escuela primaria, de la escuela por antonomasia; el carácter está formado cuando se ha impreso en la voluntad ese magnetismo misterioso, análogo al que llama a la brújula hacia el polo, el magnetismo del bien. Cultivar voluntades para cosechar egoísmos, sería la bancarrota de la pedagogía; precisa imantar de amor a los caracteres; precisa saturar al hombre de espíritu de sacrificio para
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Señor presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> <strong>la</strong> República:<br />
Señoras:<br />
Señores:<br />
Dos conspicuos adoradores <strong>de</strong> <strong>la</strong> fuerza transmutada<br />
en <strong>de</strong>recho, el autor <strong>de</strong>l Imperio germánico<br />
y el autor <strong>de</strong> <strong>la</strong> Vida estrenua, el que <strong>la</strong><br />
concebía como instrumento <strong>de</strong> dominación, como<br />
el agente superior <strong>de</strong> lo que Nietzsche l<strong>la</strong>ma<br />
<strong>la</strong> voluntad <strong>de</strong> potencia, y el que <strong>la</strong> preconiza como<br />
agente <strong>de</strong> civilización, esto es, <strong>de</strong> justicia, son<br />
quienes principalmente han logrado imbuir en<br />
el espíritu <strong>de</strong> todos los pueblos capaces <strong>de</strong> mirar<br />
lo porvenir, el anhelo profundo y el propósito tenaz<br />
<strong>de</strong> transformar todas sus activida<strong>de</strong>s: <strong>la</strong><br />
mental, como se transforma <strong>la</strong> luz, <strong>la</strong> sentimental,<br />
como se transforma el calor, y <strong>la</strong> física, como<br />
se transforma el movimiento, en una energía<br />
so<strong>la</strong>, en una especie <strong>de</strong> electricidad moral que es<br />
propiamente <strong>la</strong> que integra al hombre, <strong>la</strong> que lo<br />
constituye en un valor, <strong>la</strong> que lo hace entrar como<br />
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que <strong>de</strong>terminan el sentido <strong>de</strong> <strong>la</strong> evolución<br />
humana en el torrente <strong>de</strong>l perenne <strong>de</strong>venir...