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Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

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94 El «otro» movimiento obrero<br />

de 180.000 nuevos trabajadores polacos y belgas? 70 No se trataba simplemente<br />

de reunir ejércitos industriales de reserva «vírgenes» para la<br />

sustitución de las masas de trabajadores llamados a fi las para el servicio<br />

militar. El magnate de la industria química, Carl Duisberg, no tenía<br />

sólo esta intención cuando en una reunión del Ministerio de Guerra<br />

Prusiano de septiembre de 1916 proclamó de forma patética: «¡Abran<br />

el gran depósito de hombres de Bélgica!». 71 Más revelador resulta el<br />

cínico comentario del teniente coronel Bauer, una fi gura dominante<br />

del Kriegsamt, quien en un memorándum para Wilhelm II de 1916<br />

escribió que cuanto «más material humano se acabe, tanto más deberá<br />

sustituir la máquina». 72 Aquí se perfi la, ya de manera bastante clara,<br />

lo que, como muy tarde a partir de 1916, sería el hilo conductor del<br />

debate estratégico de la clase dominante: atacar la base material de la<br />

clase obrera polarizada, al trabajador en general —que con cada huelga<br />

de masas arranca un pedazo más de la rígida convención de explotación<br />

y empuja a todo el sistema hacia el precipicio—, segmentar los sectores<br />

productivos individuales y recomponerlos totalmente de nuevo.<br />

Dentro de la economía de guerra surgieron nuevos intentos de producción<br />

en masa. La iniciativa decisiva surgió del Kriegsrohstoffabteilung<br />

y de algunas asociaciones de empresarios privilegiadas, que intentaron<br />

sustituir aquellas materias primas que se habían vuelto escasas por otras<br />

sintéticas, al tiempo que por otro lado empleaban la industria estatal<br />

militar como vehículo para llevar a la producción tecnológica los descubrimientos<br />

realizados tiempo atrás. 73 Por regla general, en la propia<br />

organización del trabajo, todavía no se produjeron las intervenciones<br />

especiales y a gran escala que habrían sido necesarias para implantar una<br />

nueva estructura de clases que sustituyera al trabajador profesional así<br />

como los peones y ayudantes asignados al mismo. Durante el boom de<br />

la industria de munición así como de la química y la electromecánica,<br />

70 Véase Bundesarchiv Koblenz, Nachlaß Bauer, núm. 14; R. Sichler, J. Tiburtius, Die<br />

Arbeiterfrage, eine Kernfrage des Weltkrieges, Berlín, 1925, en especial pp. 101 y ss.<br />

71 Citado en Armeson, op. cit., p. 31.<br />

72 Bundesarchiv Koblenz, op. cit., p. 31.<br />

73 A este respecto, a modo de programa, G. Stresemann, Industrie und Krieg. Veröffentlichungen<br />

des Bundes des Industriellen, H. 9a, Berlín, 1916. Los planes del capital químico son especialmente<br />

claros en el memorandum de Duisberg del año 1915 (publicados en JWG, 1966, vol. III); la<br />

concepción a largo plazo de la industria electrotécnica la diseña W. Rathenau en Der Broschüre.<br />

Probleme der Friedenswirtschaft, Berlín, 1917.

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