Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

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64 El «otro» movimiento obrero consejo de administración de la empresa, el Werkschutz y la jerarquía de la empresa, de los maestros para arriba, preparaban un contraataque brutal. «Las instrucciones para los maestros eran: se hará un informe con todos los que participen en la huelga para preparar los despidos, en caso de que éstos no se realicen de manera inmediata. Se conectará la radiotelefonía de la dirección del negocio con la del Werkschutz y con la del consejo de administración de la empresa. Así se podrá dirigir la entrada de la policía por parte de personas que conocen el lugar». 32 Así, la tarde del 29 de agosto, la dirección de Ford junto al consejo de administración de la empresa y sus jefes superiores prepararon el violento desmantelamiento de la huelga desde dentro, una vez que la IG Metall abandonó el proyecto de desalojar la fábrica por medio de batallones policiales 33 debido al miedo a un amplio movimiento de solidaridad con los trabajadores de la Ford en toda Alemania. Jueves, 30 de agosto, siete y cuarto de la mañana, llegó el momento de la acción policial. Frente a la puerta III, el jefe de personal Bergemann había formado un grupo con el Werkschutz al completo, policías disfrazados de trabajadores, miembros del consejo de administración de la empresa y del cuerpo directivo de los hombres de confi anza de IG Metall y directivos de grado medio, varios cientos de hombres en total. Se había pintado una pancarta y carteles con la inscripción: «Queremos trabajar». Unidades de la policía antidisturbios de Nordrhein-Westfallen se habían colocado en posiciones tácticas. El plan estaba diseñado como en la John Deere de Mannheim, pero de manera más brutal y con mayores dimensiones. Debía producir la impresión de que se había llegado a una batalla campal entre los trabajadores alemanes que querían trabajar y los emigrantes en manifestación durante el cambio de turno, frente a lo cual debían entrar unidades de la policía, disolver completamente la manifestación de los huelguistas y detener al comité de huelga. En efecto, todo transcurrió según el plan. Los compañeros huelguistas no estaban preparados. Ya desde el miércoles casi no se podían mover fuera de su núcleo sin ser molidos a palos o simplemente detenidos: es cierto que habían ocupado la fábrica, pero no tenían en sus manos 32 Citado en Rote Fahne, núm. 36, p. 2. 33 Véase «Polizeieinsatz gegen streikende Fordarbeiter. Erklärung der KPD Köln», Unsere Zeit, núm. 36, p. 7.

Introducción. Primavera verano de 1973: «Era como en 1933» ninguno de los puntos neurálgicos como garantía para controlar realmente la empresa, con el fi n de mejorar la comunicación y de escapar con gran fl exibilidad en los momentos difíciles. Cuando la contramanifestación camufl ada alcanzó una buena posición táctica contra el desfi le de huelguistas, el jefe de personal Bergemann dio la señal: «Caballeros, ahora tenemos que luchar». 34 Luchar, porque con un día más de huelga se hundiría la producción total de Europa continental de la Ford. 35 En pocos minutos apalearon con dureza a los manifestantes en huelga —con porras e instrumentos que habían sido repartidos antes entre la tropa de parásitos de Ford. La «protesta de los trabajadores alemanes dispuestos a trabajar» tuvo un éxito extraordinario y fue elogiada debidamente en la prensa. 36 La primera lucha consecuente en la RFA contra el trabajo capitalista del obrero masa multinacional había sido desmantelada. Comenzó entonces una gran oleada de despidos, preparados hacía tiempo mediante las listas negras del Werkschutz de la Ford. A partir del intervalo comprendido entre el 29 de mayo y el 30 de agosto, desde la John Deere–Mannheim a la Ford–Colonia, la escena de clase cambió profundamente en Alemania Occidental. La clase trabajadora de composición multinacional ha confi rmado los pronósticos de que sería capaz de deshacerse, en sus propios focos de explotación, de cualquier tipo de mediación reformista con el trabajo capitalista y el Estado plan capitalista basado en el mismo. Ha avanzado contra el sistema explotador hacia la autonomía antagonista, se ha rebelado por primera vez de manera colectiva contra sus condiciones de existencia dentro del capital. Ésta es una de las caras; la que alienta nuevas esperanzas revolucionarias. 34 Véase el informe con el mismo título en Unsere Zeit, núm. 37, 14 de septiembre de 1973, p. 3. 35 «Si no se hubiera echado abajo la huelga en ese día, se habrían parado también las cadenas de Ford de Düren, Saarlouis y Genk». Ibidem. 36 Sobre esto, tres ejemplos: el Neue Rhein-Zeitung de 31 de agosto de 1973: «Cinco días de terror turco eran ayer ya demasiado para un grupo de mil trabajarores de la Ford, con alemanes a la cabeza. Se formaron en una contramanifestación portando bien visible la extraña reivindicación: “Queremos trabajar”». El Die Welt de 31 de agosto de 1973: «Los alborotadores turcos se habían armado con instrumentos de pelea, barras de hierro y estacas. Se pidió ayuda a la policía, que intervino con 30 agentes y terminó en batalla campal. Los turcos fueron dispersados». El Kölner Stadtanzeiger de 31 de agosto de 1973: «Al fi nal desaparecieron también en los turcos los deseos de huelga. Con la detención de los agitadores se hundió el núcleo duro». 65

64 El «otro» movimiento obrero<br />

consejo de administración de la empresa, el Werkschutz y la jerarquía<br />

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brutal. «Las instrucciones para los maestros eran: se hará un informe<br />

con todos los que participen en la huelga para preparar los despidos, en<br />

caso de que éstos no se realicen de manera inmediata. Se conectará la<br />

radiotelefonía de la dirección del negocio con la del Werkschutz y con<br />

la del consejo de administración de la empresa. Así se podrá dirigir la<br />

entrada de la policía por parte de personas que conocen el lugar». 32 Así,<br />

la tarde del 29 de agosto, la dirección de Ford junto al consejo de administración<br />

de la empresa y sus jefes superiores prepararon el violento<br />

desmantelamiento de la huelga desde dentro, una vez que la IG Metall<br />

abandonó el proyecto de desalojar la fábrica por medio de batallones<br />

policiales 33 debido al miedo a un amplio movimiento de solidaridad<br />

con los trabajadores de la Ford en toda Alemania.<br />

Jueves, 30 de agosto, siete y cuarto de la mañana, llegó el momento<br />

de la acción policial. Frente a la puerta III, el jefe de personal Bergemann<br />

había formado un grupo con el Werkschutz al completo, policías<br />

disfrazados de trabajadores, miembros del consejo de administración<br />

de la empresa y del cuerpo directivo de los hombres de confi anza de IG<br />

Metall y directivos de grado medio, varios cientos de hombres en total.<br />

Se había pintado una pancarta y carteles con la inscripción: «Queremos<br />

trabajar». Unidades de la policía antidisturbios de Nordrhein-Westfallen<br />

se habían colocado en posiciones tácticas. El plan estaba diseñado<br />

como en la John Deere de Mannheim, pero de manera más brutal y<br />

con mayores dimensiones. Debía producir la impresión de que se había<br />

llegado a una batalla campal entre los trabajadores alemanes que querían<br />

trabajar y los emigrantes en manifestación durante el cambio de turno,<br />

frente a lo cual debían entrar unidades de la policía, disolver completamente<br />

la manifestación de los huelguistas y detener al comité de huelga.<br />

En efecto, todo transcurrió según el plan. Los compañeros huelguistas<br />

no estaban preparados. Ya desde el miércoles casi no se podían mover<br />

fuera de su núcleo sin ser molidos a palos o simplemente detenidos:<br />

es cierto que habían ocupado la fábrica, pero no tenían en sus manos<br />

32 Citado en Rote Fahne, núm. 36, p. 2.<br />

33 Véase «Polizeieinsatz gegen streikende Fordarbeiter. Erklärung der KPD Köln», Unsere Zeit,<br />

núm. 36, p. 7.

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