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Karl Heinz Roth y Angelika Ebbinghaus

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60 El «otro» movimiento obrero<br />

contraofensiva sindical-empresarial, tal y como se había probado de<br />

manera ejemplar en los tres meses pasados, pero ahora a escala masiva?<br />

Esperar una actitud pasiva à la 1969 por parte del aparato opresor<br />

capitalista-estatal resultaba, desde el principio, ilusorio.<br />

El resumen del movimiento huelguista muestra que las empresas y<br />

los sindicatos actuaron con una de cal y otra de arena. La mayoría de<br />

las veces se produjeron concesiones en el salario real para evitar una<br />

extensión de la lucha, que sin embargo llevó a fuertes controversias<br />

sobre su legitimidad en la superestructura política del sistema dominante.<br />

Pero al mismo tiempo, el Estado empresarial siempre pasó a<br />

tomar duras medidas represivas en aquellos casos donde creía poder<br />

arriesgar. Se reprodujo, de hecho, el modelo John Deere, y se continuó<br />

implantando con nuevas variantes. Durante sus dos primeros días de<br />

huelga, 2.000 trabajadoras extranjeras de la empresa de Neuß Pierburg<br />

fueron atacadas y aporreadas brutalmente junto a la puerta de la fábrica<br />

por la policía, que portaba pistolas —una repetición de los acontecimientos<br />

de Lipstadt, que terminaron sin embargo con un acuerdo de<br />

mínimos, cuando cuatro días después los trabajadores especializados<br />

alemanes se solidarizaron con las trabajadoras. 24 En la Rheinstahl de<br />

Bielefeld, unidades policiales de 250 hombres volvieron a demostrar<br />

una perfecta ocupación militar de la fábrica, por primera vez desde los<br />

años cincuenta: el lunes 3 de septiembre, tomaron la fábrica antes del<br />

primer turno. Dos buenos batallones policiales equipados con cascos,<br />

armas de infantería y perros vigilaban todas las entradas a la fábrica y<br />

patrullaban alrededor de sus pabellones. En los pabellones avanzaban<br />

con furgones repletos, acompañando al despliegue de confi dentes de la<br />

policía política de Bielefeld. En tres de los cuatro pabellones se retomó<br />

así el trabajo, y tras la amenaza de despidos sin previo aviso también<br />

cedieron los trabajadores del taller I, aunque no se había logrado ni una<br />

sola de sus reivindicaciones. 25<br />

24 Véase: «Rote Rosen für Carmen, Julia und María», Unsere Zeit, núm. 34, 24 de agosto de<br />

1973, p. 3.; «Trotz Polizeiterror - die Streikwelle rollt!», Rote Fahne, núm. 34, 22 de agosto<br />

de 1973, pp. 1 y ss.<br />

25 «Rheinstahl: Streik von der Polizei abgewürgt!», Rote Fahne, núm. 36, 5 de septiembre de<br />

1973, p. 5.

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